OPINI脫N de Joan del Alc脿zar.- En 2004 apareci贸 un peque帽o libro que se convirti贸 en todo un 茅xito editorial, y que sigue siendo muy citado al hablar de las controversias pol铆ticas entre conservadores y progresistas en todo el mundo. Su autor consigui贸 un t铆tulo impactante y f谩cil de recordar para un volumen que llevaba como subt铆tulo el m谩s apto para iniciados de "lenguaje y debate pol铆tico". Cuando George Lakoff, en el t铆tulo, ped铆a a los lectores que no pensaran en un elefante estaba haciendo algo m谩s que recordar la imagen del animal que representa a los republicanos estadounidenses.
Aunque en nuestro pa铆s podr铆amos decir, imitando el t铆tulo de Lakoff, "No pienses en una gaviota", por aquello de la palm铆peda que utiliza el Partido Popular en su logo, la obra del ling眉ista cognitivo estadounidense interesa ahora porque avanzaba hace d茅cada y media que en materia pol铆tica, partidista e, incluso, electoral los valores morales son m谩s importantes que todo el resto de variables en los escenarios en los que se debate sobre lo p煤blico.
M谩s all谩 de problemas como los del terrorismo aflorado para los estadounidenses a ra铆z del ataque a las Torres Gemelas en 2001 y sus consecuencias, m谩s all谩 de la problem谩tica relativa a asuntos vitales como los de la sanidad o la educaci贸n, seg煤n Lakoff una gran parte del electorado dem贸crata de su pa铆s concluy贸 que George W. Bush era un inmoral intolerable porque estaba en abierta contradicci贸n con sus valores progresistas.
No resulta excesivo concluir que deducci贸n parecida podr铆a sacarse del balance de la acci贸n de gobierno de M. Rajoy, analizada 茅sta a la luz de la 茅tica pol铆tica progresista que nos resulta m谩s pr贸xima. No hay que hacer un tratado voluminoso, ni hacer una b煤squeda extensa en las hemerotecas. Basta pasar revista a lo que hemos visto esta 煤ltima semana en el Parlamento.
En el pleno dedicado al asunto de las pensiones que ha provocado el p谩nico en las filas del PP por las movilizaciones de los jubilados, Rajoy hizo dos cosas inmorales: impedir que pudiera votarse ninguna propuesta y mentir al afirmar que subir谩 las pensiones sin decir ni cu谩nto ni cu谩ndo ni a qui茅n. Respecto al pleno dedicado a la derogaci贸n del encarcelamiento permanente revisable, Rajoy instrumentaliz贸 -una vez m谩s, y van muchas- el comprensible y terrible dolor de unas personas concretas para obtener rentas partidarias y electorales. A帽adamos una 煤ltima anotaci贸n que no es menor en cuanto a comportamientos inmorales: en ambas sesiones, Rajoy disfrut贸 del apoyo a veces hiriente de los Ciudadanos que comanda Albert Rivera, un hombre que ha decidi贸 morder electoralmente al PP tambi茅n por su franja m谩s derechista.
Frente a los dos partidos conservadores se han ubicado los del resto del abanico parlamentario, desde Podemos, Comprom铆s, En Com煤 Podem y otros a Esquerra Republicana de Catalunya pasando por PNV y, tambi茅n, el PSOE. El PP y C's perdieron la votaci贸n que pretend铆a detener el proceso de derogaci贸n de la prisi贸n permanente revisable, pero ahora dilatar谩n el procedimiento con marruller铆as y tecnicismos en la Mesa del Congreso. No hay l铆mites a la inmoralidad.
Es por ello que, a las alturas que estamos y, tal y como se encuentra la situaci贸n pol铆tica, da la impresi贸n de que en las pr贸ximas citas electorales importar谩n m谩s los valores que cada opci贸n partidaria defienda que los programas pol铆ticos concretos que propongan.
Parafraseando lo que escrib铆a Lakoff hace casi quince a帽os, lo que ha de unir a los progresistas de procedencia diversa es, debe ser, un sistema de valores: el que encuentra sus pilares en la libertad, la igualdad, la honestidad, el laicismo y la solidaridad; un pu帽ado de principios que est谩 siendo violado con tanta ignominia por el PP de M. Rajoy.
Las organizaciones pol铆ticas que quieran revertir tanta infamia no deber铆an proponer a su electorado simplemente unos programas como si se tratara de un razonable repertorio de intenciones plausibles, sino que deber铆an ofrecer una alternativa moral fundamentada en lo esencial en el pensamiento republicano europeo. Es decir, en aquello que est谩 siendo profanado diariamente por nuestra derecha irredenta.
Aunque en nuestro pa铆s podr铆amos decir, imitando el t铆tulo de Lakoff, "No pienses en una gaviota", por aquello de la palm铆peda que utiliza el Partido Popular en su logo, la obra del ling眉ista cognitivo estadounidense interesa ahora porque avanzaba hace d茅cada y media que en materia pol铆tica, partidista e, incluso, electoral los valores morales son m谩s importantes que todo el resto de variables en los escenarios en los que se debate sobre lo p煤blico.
M谩s all谩 de problemas como los del terrorismo aflorado para los estadounidenses a ra铆z del ataque a las Torres Gemelas en 2001 y sus consecuencias, m谩s all谩 de la problem谩tica relativa a asuntos vitales como los de la sanidad o la educaci贸n, seg煤n Lakoff una gran parte del electorado dem贸crata de su pa铆s concluy贸 que George W. Bush era un inmoral intolerable porque estaba en abierta contradicci贸n con sus valores progresistas.
No resulta excesivo concluir que deducci贸n parecida podr铆a sacarse del balance de la acci贸n de gobierno de M. Rajoy, analizada 茅sta a la luz de la 茅tica pol铆tica progresista que nos resulta m谩s pr贸xima. No hay que hacer un tratado voluminoso, ni hacer una b煤squeda extensa en las hemerotecas. Basta pasar revista a lo que hemos visto esta 煤ltima semana en el Parlamento.
En el pleno dedicado al asunto de las pensiones que ha provocado el p谩nico en las filas del PP por las movilizaciones de los jubilados, Rajoy hizo dos cosas inmorales: impedir que pudiera votarse ninguna propuesta y mentir al afirmar que subir谩 las pensiones sin decir ni cu谩nto ni cu谩ndo ni a qui茅n. Respecto al pleno dedicado a la derogaci贸n del encarcelamiento permanente revisable, Rajoy instrumentaliz贸 -una vez m谩s, y van muchas- el comprensible y terrible dolor de unas personas concretas para obtener rentas partidarias y electorales. A帽adamos una 煤ltima anotaci贸n que no es menor en cuanto a comportamientos inmorales: en ambas sesiones, Rajoy disfrut贸 del apoyo a veces hiriente de los Ciudadanos que comanda Albert Rivera, un hombre que ha decidi贸 morder electoralmente al PP tambi茅n por su franja m谩s derechista.
Frente a los dos partidos conservadores se han ubicado los del resto del abanico parlamentario, desde Podemos, Comprom铆s, En Com煤 Podem y otros a Esquerra Republicana de Catalunya pasando por PNV y, tambi茅n, el PSOE. El PP y C's perdieron la votaci贸n que pretend铆a detener el proceso de derogaci贸n de la prisi贸n permanente revisable, pero ahora dilatar谩n el procedimiento con marruller铆as y tecnicismos en la Mesa del Congreso. No hay l铆mites a la inmoralidad.
Es por ello que, a las alturas que estamos y, tal y como se encuentra la situaci贸n pol铆tica, da la impresi贸n de que en las pr贸ximas citas electorales importar谩n m谩s los valores que cada opci贸n partidaria defienda que los programas pol铆ticos concretos que propongan.
Parafraseando lo que escrib铆a Lakoff hace casi quince a帽os, lo que ha de unir a los progresistas de procedencia diversa es, debe ser, un sistema de valores: el que encuentra sus pilares en la libertad, la igualdad, la honestidad, el laicismo y la solidaridad; un pu帽ado de principios que est谩 siendo violado con tanta ignominia por el PP de M. Rajoy.
Las organizaciones pol铆ticas que quieran revertir tanta infamia no deber铆an proponer a su electorado simplemente unos programas como si se tratara de un razonable repertorio de intenciones plausibles, sino que deber铆an ofrecer una alternativa moral fundamentada en lo esencial en el pensamiento republicano europeo. Es decir, en aquello que est谩 siendo profanado diariamente por nuestra derecha irredenta.
