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Narco poder: una batalla que no es en el cielo

Por Jorge Zavaleta Alegre, Lima

El dogma liberal ha muerto o est谩 moribundo. El libre mercado no resuelve nada, sino existe como contraparte la democracia econ贸mica, social y pol铆tica. La crisis financiera, el creciente consumo de drogas y su aliado el narco poder, comprometen sobre todo a las m谩s grandes potencias del planeta, pues esta dura realidad reclama estrategias conjuntas e integrales.

Se trata de una batalla en la tierra y no el azul cielo. Significa que la lucha implacable contra el crimen organizado involucra a los para铆sos fiscales de Europa y de Am茅rica Central, porque el poder de la industria de la coca铆na crea una estrecha relaci贸n entre productores de la materia prima, una base financiera para la comercializaci贸n y mecanismos que faciliten el lavado del dinero.

Sobre esta problem谩tica existen numerosos esfuerzos. Por ello, el presente informe se basa en las investigaciones de CEDRO – Centro peruano con alcance internacional de Informaci贸n y Educaci贸n para la prevenci贸n del abuso de drogas, que este a帽o celebra un cuarto de siglo en el trabajo en la prevencion de las drogas, desde una perspectiva 茅tica del desarrollo, la inclusi贸n y los derechos humanos.

Carmen Mas铆as y Alejandro Vasilaqui, directores fundadores de esta organizaci贸n, enfatizan en un reciente estudio titulado “Una mal llamada guerra perdida”, que la corrupci贸n de los funcionarios p煤blicos y el delito de los pol铆ticos, pasa por una real reforma del Estado para conseguir tr谩mites 谩giles y transparentes, procesos y respuestas a distintas coyunturas y tiempos.

En un acucioso balance de 25 a帽os, Cedro revela, por ejemplo, que a principios de este a帽o la SBS inform贸 que el lavado de activos super贸 los $3,460 millones, provenientes de diferentes actividades delictivas.

Igualmente, otro de sus estudios, consecuencia de varios proyectos en el campo, se帽ala que diversas poblaciones campesinas que optan por la legalidad, pueden y ser y son referencias de una acertada v铆a de desarrollo, porque despu茅s de la erradicaci贸n de cocales han participado en programas continuos de educaci贸n, salud, recreaci贸n sana, capacitaci贸n para el trabajo.

Tr谩gicamente, el Per煤, en el continente americano, continua siendo el mayor exportador de coca铆na y marihuana y hoy tambi茅n fabricante de las drogas sint茅ticas, negocio que hasta poco pertenec铆a a laboratorios del primer mundo.

“La criminalizaci贸n del consumo de drogas, que nunca ha sido el caso del Per煤 ni de la mayor铆a de pa铆ses de Am茅rica Latina, demanda una aproximaci贸n m谩s humana frente a la dependencia a las sustancias, capacitaci贸n para la gesti贸n y para las nuevas formas de tratamiento y reinserci贸n social”.

La realidad indica verdaderas pol铆ticas de juventudes en el tratamiento de la adicci贸n, prevenci贸n que no debe excluir el consumo de alcohol y tabaco.

Los Pa铆ses Bajos y Suecia que, en cierto modo, alentaron el libre consumo de la droga, han decidido endurecer su pol铆tica cuando la permisividad condujo a exagerados niveles de consumidor es. Y en Am茅rica Latina no existen razones para negar que el consumo de la droga tambi茅n es una cuesti贸n de salud p煤blica, al mismo tiempo que se disminuye las parcelas de producci贸n de cocales.

“Es inobjetable que el crimen organizado debe ser reprimido y creer que la liberalizaci贸n del consumo de droga traer铆a el respectivo desplome de los precios: En el Per煤 un cigarrillo de pasta de coca铆na cuesta $10 centavos y un kilo de coca铆na 500 d贸lares, precios que tan bajos que alimentar铆an los excesos del narcotr谩fico y la violencia. El correlato del gran negocio est谩 en los consumidores de las grandes urbes”.

Otro elemento poco difundido es la naturaleza de la marihuana que por efecto del proceso transg茅nico de dos d茅cadas es mucho m谩s potente y peligrosa para la salud, m谩s cancer铆gena que el tabaco.

Una investigaci贸n de la Universidad de Medicina Cayetano Heredia, revela que las harinas de coca, seg煤n evaluaciones en laboratorio, provocan desnutrici贸n o muerte de los animales. Bien vale extender esta informaci贸n en una pr贸xima cr贸nica sobre “las falacias acerca de la hoja de coca en la nutrici贸n humana", como una respuesta a la respectiva "Asociaci贸n Peruana de Promoci贸n de esta planta nativa”.

Otros datos 煤tiles

Hasta la d茅cada del sesenta, en el Per煤 exist铆an hasta 16 mil hect谩reas de coca. En el 2010, seg煤n mediciones de las Naciones Unidas, hay 61 mil hect谩reas de cultivos. Y en todas las localidades productoras existe potencial para los cultivos alternativos, como el caso de las comunidades del Huallaga Central.

Se calcula que si cada campesino con una familia de cinco miembros, tiene 1.5 hect谩reas de coca, el a帽o pasado habr铆a obtenido m谩s de 10 mil d贸lares de ingreso anual. Entonces los campesinos cocaleros representan m谩s de 40 mil personas con ventajas frente al cultivo legal de otras plantaciones.

La SBS, que a煤n no da muestras del dinamismo anunciado, el a帽o pasado dict贸 normas respecto a las “transacciones sospechosas”. Ser铆a conveniente que la opini贸n p煤blica conozca de manera regular y transparente qui茅nes son los que sobrepasan los 150 mil d贸lares mensuales, como una forma de prevenir el lavado de dinero, seg煤n estipula la actual legislaci贸n, que deber铆a ser m谩s radical.

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