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Crisis del sistema capitalista: la salida está “verde”

OPINIÓN de José Rigane   

En paralelo a la reunión “Rio+20”, donde los presidentes de los países del mundo discutirán las problemáticas ambientales a nivel global cuando se suceda la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, tendrá lugar la Cumbre de los Pueblos por una Justicia Ambiental y Social, actividad que se realizará del 15 al 22 de junio en Río de Janeiro, Brasil. La Cumbre de los Pueblos intenta ser una expresión de aquellos procesos de lucha locales, regionales y globales referidos a esta temática y se define como autónoma de los gobiernos para plantear una visión crítica del modelo de desarrollo vigente.

Nosotros, desde nuestra práctica militante (sindical y político social) en el sector de la energía también tenemos que tomar una posición frente a este tema tan fundamental como acuciante que implica nada menos que pensar en la vida del planeta y de la relación que mantiene la humanidad con su entorno.

Hablar de “Rio+20” es hablar de muchas crisis: del clima, del medio ambiente, del modelo productivo, entre otros problemas. Todo ello proviene de algún lugar, que sin vueltas, a nosotros nos gustaría afirmar que en definitiva es la crisis del sistema capitalista. Las menciones específicas, son útiles a los efectos de estudiar y posicionarnos con respecto a los distintos fenómenos con los cuales discutimos. Sin embargo, aludir a la crisis energética o del medio ambiente sin hablar de la crisis del sistema capitalista es un enfoque miope que no nos sirve para enfrentar los graves problemas que como sociedad estamos viviendo. Entonces, lo que está en crisis es el sistema capitalista y esta es la primera definición necesaria para posicionarnos como trabajadores, respecto del sistema y su crisis.

Por eso, cuando se leen los documentos oficiales hacia “Rio+20” pareciera que en este mundo no existen guerras, ni crisis, ni hambre ni miseria. Tenemos que pensar en el mundo actual, en el modelo económico social existente, en un mundo en el cual los países “desarrollados” y en particular los Estados Unidos, siempre ha demostrado que son capaces de matar, desestabilizar y desarrollar guerras con tal de obtener lo que no tienen y garantizar de esa manera la existencia de su modelo. Sin embargo, en estos documentos no se habla de esto. Se habla de la economía verde, y en este sentido es bueno interrogarse ¿qué es la economía verde? ¿Qué es el empleo verde? ¿De qué estamos hablando? Porque en nuestro país y en el mundo (según la propia OIT) lo que tenemos es precarización, desempleo, trabajo irregular, mal pago, sin derechos, con explotación y súper explotación.

Son cuestiones a resolver con “política” y la “política del sistema capitalista” no da esa respuesta, por lo tanto es necesario cambiarla, por más que venga bien envuelta y con algún moño. Yo no creo en estas formulaciones, y creo que hay que estar muy atentos, denunciar el propósito de las clases dominantes detrás estas vestimentas ambientalistas y transitar un camino de lucha y confrontación para asegurar otra realidad, más propia con las expectativas de cambio que existen en nuestramérica.

Para el caso Argentino, hablar del “desarrollo sostenible” supone aludir a la apropiación por parte de los grupos multinacionales de todo nuestro patrimonio nacional, de nuestros recursos energéticos, mineros, naturales, etc. ¿Es eso de lo que se habla? Porque no hay una propuesta que contemple cómo se resuelven los problemas que tenemos los países denominados, o mal denominados, del tercer mundo o la periferia, en ese aspecto. ¿Es para todos iguales? Se supone que estas “soluciones” son tanto para los países del primer mundo como para los países del tercer mundo; para los que sufrimos la supeditación de los grupos monopólicos extranjeros como Argentina, como para los países que defienden los intereses de los conglomerados empresarios que tienen en su poder nuestro patrimonio, nuestras riquezas y que se la llevan fronteras afueras, dejándonos a nosotros lo que padecemos como parte de la calamidad social que viven muchos argentinos.

No hay respuesta a esto. Entonces, el problema es que hay que cambiar el sistema, y nosotros lo que tenemos que hacer es enfrentar el sistema, porque ese sistema representa la muerte, no solo la explotación, no solo el analfabetismo, no solo la falta de salud, no solo el sometimiento y la exclusión, sino también la muerte. Porque este sistema está acabando con el planeta, y si acaba con el planeta también está destruyendo la vida humana. Esto es lo que hay que cambiar. Y para eso tenemos que estar convencidos de que nosotros representamos la vida, de que nosotros representamos concepto de solidaridad, de que nosotros representamos los criterios de integración, de desarrollo organizativo, que nos faculte tener un modelo que permita convivir a todos, no con privilegios, no con la explotación de unos por otros. Se trata en definitiva de tomar la decisión de enfrentar el enemigo principal, que es el capitalismo.


Buenos Aires, 3 de Mayo del 2012


* José Rigane es Secretario Adjunto de la CTA Nacional; Secretario General de la FeTERA

 




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