OPINI脫N de Loubna Hanna Skalli
Amina Filali era una joven marroqu铆 que fue violada a los 15 a帽os y luego fue forzada a casarse con su violador. Fue golpeada, magullada y privada de comida hasta que se suicid贸 en marzo del 2012. Ten铆a 16 a帽os. Al suicidio de Amina contribuyeron su violador y posterior marido - el art铆culo 475 del c贸digo penal de Marruecos absuelve a un agresor de su crimen si consiente en casarse con su v铆ctima -, el juez que pidi贸 una mediaci贸n en lugar de una acci贸n judicial contra el delincuente, la polic铆a y los cl茅rigos que dieron su benepl谩cito al violador. El suicidio de Amina revela, una vez m谩s, un sistema legal completamente inconsistente y un c贸digo de honor patriarcal profundamente distorsionado que descriminaliza al opresor y condena a la v铆ctima.
Detr谩s de su muerte encontramos una combinaci贸n letal de violencia de g茅nero consentida por el estado, ceguera legal y silencio social.
El art铆culo 475 del c贸digo penal de Marruecos establece:
"Quienquiera que sin violencia, amenazas o fraude abduzca o intente llevarse o escabullir a una menor de 18 a帽os ser谩 castigado con la c谩rcel por un per铆odo de uno a cinco a帽os y una multa de 200 a 500 dirhams. Cuando una menor n煤bil sea abducida, si se casa con su captor, 茅ste solamente podra ser perseguido en justicia si alguien autorizado a pedir la anulaci贸n del matrimonio presenta una denuncia, y no podr谩 ser sentenciado hasta despu茅s de que se haya declarado la anulaci贸n del matrimonio".
Seg煤n la Convenci贸n de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Ni帽os (UNCRC), Amina es una ni帽a. En tanto que ni帽a menor de 18 a帽os tiene derecho a tres disposiciones de la CRC dirigidas a los ni帽os: protecci贸n, provisi贸n y participaci贸n. El CRC incluye expl铆citamente las dimensiones legales y sociales de la protecci贸n as铆 como de la provisi贸n de un cuidado adecuado. En un pa铆s donde el analfabetismo (b谩sico y legal) es todav铆a alto no puede esperarse que la UNCRC sea com煤nmente conocida, a pesar de su reciente inclusi贸n en el programa de estudios c铆vicos de las escuelas p煤blicas. Sin embargo, ser铆a leg铆timo esperar que el juez luchara por el "mejor inter茅s del ni帽o", tal como estipula el UNCRC. El juez que sentenci贸 a Amina a casarse tambi茅n deber铆a haber sabido que Marruecos ratific贸 esta convenci贸n de Naciones Unidas, lo mismo que ratific贸 la Convenci贸n para Terminar con Todas las Formas de Discriminaci贸n Contra las Mujeres (CEDAW). Deber铆a haber recordado que la Constituci贸n de Marruecos reconoce la primac铆a de las convenciones internacionales sobre la legislaci贸n nacional en materia de protecci贸n de la mujer contra la violencia. Adem谩s, tambi茅n deber铆a haber hecho honor a las promesas de justicia de g茅nero recogidas en el C贸digo del Estatuto de Familia de 2004 (mudawana) que permite a Marruecos alardear de tener uno de los dos 煤nicos c贸digos progresistas en todo Oriente Medio y Norte de Africa. A pesar de su larga, tortuosa y controvertida trayectoria, las revisiones del 2004 del mudawana han elevado la edad del matrimonio de las j贸venes de los 15 a los 18 a帽os.
No obstante estos cambios favorables a los derechos de las mujeres, el Art铆culo 475 permanece vivo, aplicable y una amenaza en ciernes que condena a las mujeres j贸venes a vidas terribles, o peor todav铆a, a muertes prematuras.
El debate abierto por el suicidio de Amina
El suicidio de Amina reabre una serie de debates, cuestiones y preocupaciones, de los que me referir茅 solo a cuatro.
Primero, la ola de indignaci贸n que el suicidio de Amina ha desatado en las calles de Marruecos, en el ciberespacio y m谩s all谩, nos recuerda los intrincados lazos entre conectados y no conectados en esta sociedad, la comunidad de manifestantes online y offline, y las j贸venes y las antiguas fuerzas del activismo. Amina no se ten铆a a s铆 misma por activista, ni tampoco esperaba ser tenida por tal durante su corta vida. Por lo que sabemos, nunca hab铆a tenido acceso a Facebook o Twitter, ni hab铆a tenido una cuenta email o un web log, y probablemente nunca particip贸 en una manifestaci贸n callejera ni firm贸 ninguna petici贸n, lo que no significa que lo hubiera rechazado si hubiera tenido la oportunidad de aprender a hacerlo. Sin embargo, su suicidio hizo que muchas voces se juntaran para expresar su rabia y su frustraci贸n respecto a la incompatibilidad de unos c贸digos de g茅nero arcaicos con las realidades de las mujeres del siglo veintiuno, suponiendo que los c贸digos de honor hayan tenido sentido alguna vez.
Los primeros d铆as despu茅s del suicidio de Amina los grupos de derechos humanos y de la mujer se movilizaron y organizaron sentadas frente al tribunal local que permiti贸 el matrimonio de Amina. Las manifestaciones y sentadas en otras ciudades a lo largo del pa铆s reunieron a las madres fundadoras de los movimientos feministas de Marruecos y las hijas de los movimientos. Uni贸 a quienes normalmente les molesta la igualdad de g茅nero y a quienes luchan por ella, a quienes llevan la etiqueta feminista como un signo de honor y quienes la rehuyen.
A medida que miles de personas iban llenando las calles de los centros urbanos y de las peque帽as ciudades, miles de j贸venes de ambos sexos se dirig铆an a los medios sociales convocando una manifestaci贸n de protesta a nivel nacional, hac铆an circular peticiones para abrogar el Art铆culo 475 y llegaban a la m谩s amplia opini贸n p煤blica inter/nacional para pedir apoyo y solidaridad. Netizens cre贸 inmediatamente una p谩gina Facebook para dar a conocer el hero铆smo de Amina, documentar las protestas y concienciar sobre el caso. Han estado descargando fotograf铆as, v铆deos, posters, cartoons y todo tipo de informaci贸n considerada relevante para la memoria de la tragedia.
Mientras que las im谩genes y los p贸sters apuntaban en varias lenguas a la laguna legal marroqu铆, los activistas de Facebook convocaban una manifestaci贸n frente al Parlamento marroqu铆 el s谩bado 17 de Marz0 2012. Otros prefirieron la f贸rmula sarc谩stica del humor gr谩fico para captar la absurdidad de la laguna legal.
Los marroqu铆s de la di谩spora tambi茅n hicieron o铆r sus voces. Un grupo de mujeres marroqu铆es que viven en EE UU escribi贸 un "Llamamiento por la Justicia" que subraya: "basta de criminalizar a la v铆ctima y basta de inmunidad legal para el criminal. Pedimos un castigo m谩ximo para el agresor y protecci贸n completa y apoyo para la v铆ctima". Las peticiones dirigidas al gobierno marroqu铆 hacen un llamamiento sin ambig眉edades a:
· Abolir el Art铆culo 475 del C贸digo Penal.
· Abolir el Art铆culo 20 de la Ley de Familia.
· Aprobar la ley para Combatir la Violencia contra las Mujeres.
· Llevar a cabo las reformas legislativas necesarias con respecto a los derechos de los ciudadanos y de las mujeres en coherencia con el Art铆culo 19 de la Constituci贸n.
· Aplicar y respetar las convenciones internacionales que ha ratificado, en especial la Convenci贸n para la Eliminaci贸n de cualquier Forma de Discriminaci贸n contra las Mujeres y la Convenci贸n de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Ni帽os.
· Llevar ante la justicia a todos aquellos que condenaron Amina a suicidarse a la edad de 16 a帽os.
As铆 pues, cuando Amina se trag贸 el veneno de rata para acabar con su vida, abri贸 todav铆a otro cap铆tulo de las injusticias legales y de las hipocres铆as sociales contra las mujeres. Su suicidio forz贸 a la sociedad marroqu铆 a hablar de sus propios silencios, hacer frente a sus propios prejuicios y admitir sus contradicciones. Esto me lleva al segundo punto que quiero discutir.
Amina y Fadoua Laroui
En segundo lugar, es precisamente a causa de estos silencios que el suicidio de Amina est谩 relacionado con la autoinmolaci贸n y la muerte subsiguiente de Fadoua Laroui (febrero 2011). La muerte de Fadoua puso al descubierto las condiciones especialmente dif铆ciles de las madres solteras en el pa铆s. Para muchos, Fadoua es la Bouazzizi marroqu铆. Es la primera mujer 谩rabe, que se sepa, que se ha prendido fuego como protesta contra las condiciones sociales y las injusticias. Como madre soltera de dos hijos, su estatuto en una sociedad conservadora como Marruecos equivale con frecuencia al de una prostituta. Pero mientras que Fadoua pudo desafiar durante a帽os el estigma de madre soltera, no pudo soportar la injusticia de que se le denegara el derecho a una vivienda social prometida por el gobierno. Despu茅s de muchos viajes a las oficinas de su ciudad para reclamar lo prometido, se enfrent贸 a la realidad de que, a) las mujeres solteras no cuentan como cabeza de familia, ya que se supone que viven con sus padres y b) su lote se vendi贸 en el mercado para provecho de los especuladores. Justo antes de morir se la oy贸 repetir: "Pronunciaros contra la injusticia, la corrupci贸n, la tiran铆a".
Aunque la sociedad marroqu铆 pretende que Fadoua es "nuestra Mohammed Bouazzizi" , ni ha honrado su muerte de la forma en que los tunecinos lo hicieron con su h茅roe, ni se movilizaron en masa en torno a su caso. Cierto que las mujeres activistas de Marruecos organizaron manifestaciones de protesta y dedicaron el D铆a de la Mujer 2011 a la memoria de Fadoua Laroui. Marroqu铆s por el Cambio tambi茅n dedic贸 el 100潞 Aniversario del D铆a de la Mujer a Fadoua, a quien clasificaron como una de las "mujeres que encabezan nuevos y resplandecientes caminos, alcanzan nuevos hitos, elevan el list贸n en la lucha por las condiciones de las mujeres y ayudan a que el mundo sea un lugar mejor".
Sin embargo, con la excepci贸n de los grupos de derechos humanos, unos pocos ciberactivistas y netizens que honraron su muerte, Fadoua no recibi贸 una amplia cobertura medi谩tica ni atrajo la suficiente atenci贸n inter/nacional para provocar un movimiento en torno a ella, comparable a las muertes de Amina o Bouazzizi.
Con frecuencia pido a la gente en torno a m铆, mis estudiantes y participantes en conferencias, que identifiquen a Fadoua y siempre me sorprende que sean pocos los que realmente sean capaces de hacerlo.
Hay aqu铆 una seria contradicci贸n que el caso de Fadoua pone al descubierto. De entre los ofensivos casos de injusticia de g茅nero que la sociedad marroqu铆, as铆 como la comunidad internacional, est谩n dispuestas a reconocer, algunos se consideran m谩s ofensivos que otros. Parte de la explicaci贸n se encuentra en las sabias palabras de Aicha Chenna, fundadora de Solidarite Feminine una de las primeras organizaciones que reconoci贸 el tr谩gico destino de las madres solteras. "No hay madres solteras en Marruecos", Aicha Chenna viene repitiendo desde hace tres d茅cadas, "hay solamentemadres abandonadas"- las que fueron seducidas, se les prometi贸 el matrimonio, fueron explotadas, violadas, pre帽adas y abandonadas junto con sus hijos. Comentando el caso de la joven Selma, cuyo marido se neg贸 a "registrar su matrimonio oficialmente" despu茅s de tres a帽os de vida "marital" , as铆 como a declarar su paternidad cuando ella se qued贸 embarazada, dice: " un destino similar acaece a muchas j贸venes empleadas en el servicio dom茅stico, que han sido pre帽adas por el amo de la casa y luego, cuando el embarazo comienza a ser visible, la familia las pone en la calle" . Estas son algunas de las realidades que la soci贸loga marroqu铆 Soumaya Naamane Guessous expone en su Grosse de la Honte (El embarazo de la verg眉enza), el mismo t铆tulo de su libro del 2005.
Lo mismo que el violador de Amina y el "marido" de Selwa, el "padre" del hijo de Fadoua est谩 tranquilamente en la calle: no tuvo que enfrentarse a ninguno de los estigmas de pr谩ctica de sexo ilicita o haram por los que Fadoua fue estigmatizada; vivi贸 sin ning煤n dilema respecto a si guardar a los ni帽os o abandonarlos en la calle; no tuvo que cargar con ninguno de los problemas de ocuparse de los ni帽os en el caso de que la madre elija quedarse con ellos; y no se enfrent贸 a ninguna de las persecuciones sociales que la atormentaron hasta su muerte. Cuando Fadoua decidi贸 prenderse fuego abri贸 el debate sobre los silencios en la sociedad que la conden贸 a ella y a las madres solteras en general. El d铆a que se prendi贸 fuego hab铆a rellenado la sexta reclamaci贸n contra la denegaci贸n de vivienda que se le hab铆a hecho y hab铆a visitado, por 煤ltima vez, la oficina gubernamental para verse despedida de forma humillante. Su decisi贸n de poner fin a su vida ilustra la ca铆da dram谩tica e inevitable de las mujeres en la desesperaci贸n cuando viven fuera de los centros urbanos y lejos del acceso a los servicios legales para los pobres y los marginalizados.
Pero si los mecanismos de apoyo no estuvieron al alcance de Amina y Fadoua ni de otras muchas mujeres j贸venes como ellas, su fuerte sentido de la justicia y la ofensa las empuj贸 a pedir la tan necesaria dignidad.
La dignidad como derecho humano
En tercer lugar, se trata de dignidad. La dignidad es un derecho humano inscrito en la Declaraci贸n Universal de los Derechos Humanos, en la CEDAW, UNCRC y en muchos otros textos legales inter/nacionales. Los valientes tunecinos que echaron al ex presidente Ben Ali lo hicieron porque era el enemigo de la dignidad. Nunca llamaron a su revoluci贸n, del jazm铆n, como hicieron muchos periodistas europeos. En cambio, la llamaron Revoluci贸n de la dignidad, o 孬賵乇丞 丕賱賰乇丕賲丞 (Thawrat al-Kar膩mah).
Los que se levantaron contra las varias formas de opresi贸n e injusticia en el mundo 谩rabe y m谩s all谩 han estado pidiendo justicia y dignidad. Los juristas acad茅micos nos recuerdan la evoluci贸n hist贸rica del t茅rmino y la multiplicidad de significados que ha adquirido a lo largo del tiempo, incluyendo la dignidad respecto a los derechos socio-econ贸micos, libertad de palabra, derechos de las mujeres, religi贸n y otros derechos.
Sin embargo, la dimensi贸n de g茅nero de la dignidad todav铆a tiene que ser reconocida y debatida. La dignidad puede ser un derecho humano universalmente reconocido, pero no todos experimentan su negaci贸n de la misma forma. Aqu铆 entran en cuesti贸n clase, edad, g茅nero, raza, etnicidad, religi贸n y otras categor铆as estratificadoras.
Las muertes de Mohammed Bouazzizi, Amina, y Fadoua tienen significados diferentes respecto a la humillaci贸n, negaci贸n real de la dignidad humana. Los casos espec铆ficos de las dos j贸venes mujeres marroqu铆s nos dicen que la dignidad se reclama por distintos motivos incluso cuando es de g茅nero y est谩 inserta en las mismas amplias definiciones patriarcales de honor y verg眉enza. La dignidad es de g茅nero en el sentido de que est谩 inscrita en los cuerpos de las mujeres, su sexualidad, movilidad y en sus pr谩cticas diarias.
Cuando se forz贸 a las j贸venes activistas egipcias a pasar un test de virginidad el 9 de Marzo 2011 se les estaba negando su dignidad. Cuando Samira Ibrahim pele贸 por un pleito contra el abogado del ej茅rcito que llev贸 a cabo los test forzados estaba buscando justicia para restaurar el tratamiento degradante que recibi贸 como mujer joven. La absoluci贸n del abogado en Marzo 2012 demostr贸 que es mucho m谩s f谩cil salvaguardar la reputaci贸n de un hombre representante del estado que proteger a las mujeres contra las vergonzosas violaciones de sus cuerpos y su honor. La experiencia de la dignidad est谩 por la tanto sujeta a la l贸gica de las relaciones de poder que rige las vidas de hombres y mujeres y estructura las relaciones de los ciudadanos con las instituciones de la sociedad y los 贸rganos de gobierno.
El acad茅mico egipcio Khaled Fahmy tiene raz贸n al escribir en un art铆culo reciente que el cuerpo humano, y especialmente el de las mujeres, ha sido frente y centro en las revoluciones, a pesar de que el slogan dominante ha sido Pan, Libertad y Dignidad Humana. Pero los cuerpos de las mujeres han sido siempre frente y centro en las sociedades 谩rabes. Ha sido confinado, vigilado, regulado, (des)velado, objeto de obsesi贸n y acosado desde mucho antes de las revoluciones. Precisamente porque ha sido demasiado frente y centro, a pesar de lo que las mujeres sienten o piensen, muchas j贸venes egipcias gritaron fuerte en Kulena Laila (Todas somos Laila) y elaboraron un mapa del acoso – las mismas razones que llevaron a las j贸venes marroqu铆es a gritar "BASTA" al acoso sexual. Shoufouch es una palabra que todas las mujeres marroqu铆es por desgracia conocen demasiado bien: es la palabra que las acosa en cada esquina del espacio p煤blico por hombres de todas las edades. Su significado va desde "¿qu茅 pasa?", "¡mira!" hasta alusiones m谩s marcadamente sexuales como "¿lo probamos?". El poster de aqu铆 abajo subvierte el significado de este t茅rmino haciendo la pregunta en 谩rabe "¿Vamos a buscar una soluci贸n?" para acabar con el acoso sexual.
Al final es la inercia social, la discriminaci贸n legal y la par谩lisis cultural frente a la violencia de g茅nero lo que lleva a Fadoua y Amina a utilizar sus cuerpos para hablar del dolor de la indignidad. Ambas se dieron cuenta de que el sistema legal est谩 demasiado anclado en el patriarcado y de que la imaginer铆a social est谩 demasiado distorsionada por el patriarcado, para poder ofrecerles alguna esperanza. Por esta raz贸n me detengo en el patriarcado como el cuarto punto de discusi贸n. Patriarcado. Neo-Orientalismo. Racismo. ¿Cu谩les son los lazos?
Patriarcado y racismo
En una participaci贸n reciente en Stream-Al Jazeera para debatir el caso de Amina Filali, me sorprendi贸 la facilidad con que los tweeteros, facebookeros, y bloggeros recurr铆an al Islam, en vez de a las apropiaciones patriarcales del Islam, para explicar el Art铆culo 475 del c贸digo penal. En realidad, la palabra "patriarcado" no sali贸 nunca en los n煤merosos comentarios y preguntas enviadas al show. Raramente ha sido utilizada, si es que lo ha sido alguna vez, por los media internacionales que han dado una gran visibilidad a este caso. El patriarcado ha sido subestimado y socavado como fuerza que determina leyes y actitudes respecto a este caso de violaci贸n. Paralelamente, no puedo evitar pensar en el asesinato del joven Trayvon Martin, de 17 a帽os, muerto el 26 de febrero por George Zimmerman y la tensi贸n en torno a usar o no usar el t茅rmino racismo para explicar el asesinato. Estoy asombrada del esfuerzo que la comunidad discriminada – en este caso la afro-americana – ha tenido que hacer para persuadir a la sociedad de que el racismo todav铆a es relevante y fuerte – y de c贸mo conserva toda su fuerza explicativa.
De la misma manera que el t茅rmino "racismo" ha tenido que hacerse camino a trav茅s de la rabia provocada por el asesinato de Trayvon, me encuentro a mi misma adoptando una actitud "profesoral" (bordeando la pedantear铆a) para explicar porqu茅 el patriarcado deber铆a volver al debate. Sin embargo, mientras que no salieron referencias religiosas para explicar el asesinato de Trayvon, un art铆culo del c贸digo penal (475) ha sido considerado como la consecuencia inevitable del Islam. En este proceso se ha eliminado toda la historia tanto del monopolio patriarcal sobre los textos religiosos (cualquiera que sea la religi贸n) como toda una historia de las luchas de las mujeres musulmanas para ejercer su derecho a ijtihad (reflexionar cr铆ticamente sobre los textos religiosos reformulados) y reclamar sus derechos bajo la ley musulmana. La equiparaci贸n de una religi贸n (Islam) al art铆culo 475 del c贸digo penal es tan ingenua como la condena de otra religi贸n (Cristianismo) por aprobar la conducta sexual de algunos curas cat贸licos respecto a los ni帽os.
La cobertura simplista del caso Amina por algunos medios de informaci贸n internacionales ha resucitado el mismo viejo gui贸n neo-orientalista: "otra vez el Islam subyugando a sus propias mujeres; y aqu铆 tenemos otro caso en que las v铆ctimas indefensas necesitan nuestra ayuda". Es este gui贸n tantas veces repetido el que desech茅 en mi debate en Al Jazeera, tal como han hecho muchas otras antes que yo. Una y otra vez nos pone a muchas de nosotras, mujeres musulmanas, activistas y acad茅micas en la extra帽a posici贸n de que tenemos que luchar simult谩neamente contra los sistemas locales de opresi贸n que nos niegan nuestros derechos y contra estereotipos tergiversados que nos niegan nuestro papel.
Las muertes de Amina y Fadoua, por tr谩gicas que sean, constituyen una poderosa declaraci贸n respecto a su papel de decidir cu谩ndo y c贸mo acabar con sus vidas. Ellas contribuyeron de forma individual a reescribir el gui贸n neo-orientalista que condena a las mujeres musulmanas a im谩genes congeladas de v铆ctimas sumisas, impotentes y lamentables de su religi贸n. Si bien la solidaridad internacional es una aproximaci贸n poderosa y bienvenida para impulsar la justicia de g茅nero a trav茅s del mundo, hay que vigilar respecto a que narrativas reproducir y cuales desechar.
Si Amina, Bouazzizi, Fadoua, y Selma murieron para recuperar su dignidad denunciando las injusticias en sus sociedades ¿c贸mo podemos negar que estas injusticias sean el resultado de relaciones de poder opresivas y formas de discriminaci贸n sist茅micas que sostienen el patriarcado, racismo, neo-orientalismo y varios otros ismos? Y si estamos de acuerdo en que las pr谩cticas y las leyes opresivas son el producto de interpretaciones humanas, un ejercicio en el cual un grupo social domina al otro, entonces podemos tener una base para esperar revisiones m谩s inteligentes de las leyes, de forma que la justicia y la dignidad puedan ser disfrutadas por todos.
*Loubna Hanna Skalli es una antrop贸loga cultural marroqui que actualmente ense帽a en la American University de Washington DC. Su libro mas reciente es Young Change Makers: Engaging Middle Eastern Youth (2012).Traducci贸n para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga Tarre http://www.jadaliyya.com/pages/index/4854/young-women-demanding-justice-and-dignity_by-all-m
Amina Filali era una joven marroqu铆 que fue violada a los 15 a帽os y luego fue forzada a casarse con su violador. Fue golpeada, magullada y privada de comida hasta que se suicid贸 en marzo del 2012. Ten铆a 16 a帽os. Al suicidio de Amina contribuyeron su violador y posterior marido - el art铆culo 475 del c贸digo penal de Marruecos absuelve a un agresor de su crimen si consiente en casarse con su v铆ctima -, el juez que pidi贸 una mediaci贸n en lugar de una acci贸n judicial contra el delincuente, la polic铆a y los cl茅rigos que dieron su benepl谩cito al violador. El suicidio de Amina revela, una vez m谩s, un sistema legal completamente inconsistente y un c贸digo de honor patriarcal profundamente distorsionado que descriminaliza al opresor y condena a la v铆ctima.
Detr谩s de su muerte encontramos una combinaci贸n letal de violencia de g茅nero consentida por el estado, ceguera legal y silencio social.
El art铆culo 475 del c贸digo penal de Marruecos establece:
"Quienquiera que sin violencia, amenazas o fraude abduzca o intente llevarse o escabullir a una menor de 18 a帽os ser谩 castigado con la c谩rcel por un per铆odo de uno a cinco a帽os y una multa de 200 a 500 dirhams. Cuando una menor n煤bil sea abducida, si se casa con su captor, 茅ste solamente podra ser perseguido en justicia si alguien autorizado a pedir la anulaci贸n del matrimonio presenta una denuncia, y no podr谩 ser sentenciado hasta despu茅s de que se haya declarado la anulaci贸n del matrimonio".
Seg煤n la Convenci贸n de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Ni帽os (UNCRC), Amina es una ni帽a. En tanto que ni帽a menor de 18 a帽os tiene derecho a tres disposiciones de la CRC dirigidas a los ni帽os: protecci贸n, provisi贸n y participaci贸n. El CRC incluye expl铆citamente las dimensiones legales y sociales de la protecci贸n as铆 como de la provisi贸n de un cuidado adecuado. En un pa铆s donde el analfabetismo (b谩sico y legal) es todav铆a alto no puede esperarse que la UNCRC sea com煤nmente conocida, a pesar de su reciente inclusi贸n en el programa de estudios c铆vicos de las escuelas p煤blicas. Sin embargo, ser铆a leg铆timo esperar que el juez luchara por el "mejor inter茅s del ni帽o", tal como estipula el UNCRC. El juez que sentenci贸 a Amina a casarse tambi茅n deber铆a haber sabido que Marruecos ratific贸 esta convenci贸n de Naciones Unidas, lo mismo que ratific贸 la Convenci贸n para Terminar con Todas las Formas de Discriminaci贸n Contra las Mujeres (CEDAW). Deber铆a haber recordado que la Constituci贸n de Marruecos reconoce la primac铆a de las convenciones internacionales sobre la legislaci贸n nacional en materia de protecci贸n de la mujer contra la violencia. Adem谩s, tambi茅n deber铆a haber hecho honor a las promesas de justicia de g茅nero recogidas en el C贸digo del Estatuto de Familia de 2004 (mudawana) que permite a Marruecos alardear de tener uno de los dos 煤nicos c贸digos progresistas en todo Oriente Medio y Norte de Africa. A pesar de su larga, tortuosa y controvertida trayectoria, las revisiones del 2004 del mudawana han elevado la edad del matrimonio de las j贸venes de los 15 a los 18 a帽os.
No obstante estos cambios favorables a los derechos de las mujeres, el Art铆culo 475 permanece vivo, aplicable y una amenaza en ciernes que condena a las mujeres j贸venes a vidas terribles, o peor todav铆a, a muertes prematuras.
El debate abierto por el suicidio de Amina
El suicidio de Amina reabre una serie de debates, cuestiones y preocupaciones, de los que me referir茅 solo a cuatro.
Primero, la ola de indignaci贸n que el suicidio de Amina ha desatado en las calles de Marruecos, en el ciberespacio y m谩s all谩, nos recuerda los intrincados lazos entre conectados y no conectados en esta sociedad, la comunidad de manifestantes online y offline, y las j贸venes y las antiguas fuerzas del activismo. Amina no se ten铆a a s铆 misma por activista, ni tampoco esperaba ser tenida por tal durante su corta vida. Por lo que sabemos, nunca hab铆a tenido acceso a Facebook o Twitter, ni hab铆a tenido una cuenta email o un web log, y probablemente nunca particip贸 en una manifestaci贸n callejera ni firm贸 ninguna petici贸n, lo que no significa que lo hubiera rechazado si hubiera tenido la oportunidad de aprender a hacerlo. Sin embargo, su suicidio hizo que muchas voces se juntaran para expresar su rabia y su frustraci贸n respecto a la incompatibilidad de unos c贸digos de g茅nero arcaicos con las realidades de las mujeres del siglo veintiuno, suponiendo que los c贸digos de honor hayan tenido sentido alguna vez.
Los primeros d铆as despu茅s del suicidio de Amina los grupos de derechos humanos y de la mujer se movilizaron y organizaron sentadas frente al tribunal local que permiti贸 el matrimonio de Amina. Las manifestaciones y sentadas en otras ciudades a lo largo del pa铆s reunieron a las madres fundadoras de los movimientos feministas de Marruecos y las hijas de los movimientos. Uni贸 a quienes normalmente les molesta la igualdad de g茅nero y a quienes luchan por ella, a quienes llevan la etiqueta feminista como un signo de honor y quienes la rehuyen.
A medida que miles de personas iban llenando las calles de los centros urbanos y de las peque帽as ciudades, miles de j贸venes de ambos sexos se dirig铆an a los medios sociales convocando una manifestaci贸n de protesta a nivel nacional, hac铆an circular peticiones para abrogar el Art铆culo 475 y llegaban a la m谩s amplia opini贸n p煤blica inter/nacional para pedir apoyo y solidaridad. Netizens cre贸 inmediatamente una p谩gina Facebook para dar a conocer el hero铆smo de Amina, documentar las protestas y concienciar sobre el caso. Han estado descargando fotograf铆as, v铆deos, posters, cartoons y todo tipo de informaci贸n considerada relevante para la memoria de la tragedia.
Mientras que las im谩genes y los p贸sters apuntaban en varias lenguas a la laguna legal marroqu铆, los activistas de Facebook convocaban una manifestaci贸n frente al Parlamento marroqu铆 el s谩bado 17 de Marz0 2012. Otros prefirieron la f贸rmula sarc谩stica del humor gr谩fico para captar la absurdidad de la laguna legal.
Los marroqu铆s de la di谩spora tambi茅n hicieron o铆r sus voces. Un grupo de mujeres marroqu铆es que viven en EE UU escribi贸 un "Llamamiento por la Justicia" que subraya: "basta de criminalizar a la v铆ctima y basta de inmunidad legal para el criminal. Pedimos un castigo m谩ximo para el agresor y protecci贸n completa y apoyo para la v铆ctima". Las peticiones dirigidas al gobierno marroqu铆 hacen un llamamiento sin ambig眉edades a:
· Abolir el Art铆culo 475 del C贸digo Penal.
· Abolir el Art铆culo 20 de la Ley de Familia.
· Aprobar la ley para Combatir la Violencia contra las Mujeres.
· Llevar a cabo las reformas legislativas necesarias con respecto a los derechos de los ciudadanos y de las mujeres en coherencia con el Art铆culo 19 de la Constituci贸n.
· Aplicar y respetar las convenciones internacionales que ha ratificado, en especial la Convenci贸n para la Eliminaci贸n de cualquier Forma de Discriminaci贸n contra las Mujeres y la Convenci贸n de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Ni帽os.
· Llevar ante la justicia a todos aquellos que condenaron Amina a suicidarse a la edad de 16 a帽os.
As铆 pues, cuando Amina se trag贸 el veneno de rata para acabar con su vida, abri贸 todav铆a otro cap铆tulo de las injusticias legales y de las hipocres铆as sociales contra las mujeres. Su suicidio forz贸 a la sociedad marroqu铆 a hablar de sus propios silencios, hacer frente a sus propios prejuicios y admitir sus contradicciones. Esto me lleva al segundo punto que quiero discutir.
Amina y Fadoua Laroui
En segundo lugar, es precisamente a causa de estos silencios que el suicidio de Amina est谩 relacionado con la autoinmolaci贸n y la muerte subsiguiente de Fadoua Laroui (febrero 2011). La muerte de Fadoua puso al descubierto las condiciones especialmente dif铆ciles de las madres solteras en el pa铆s. Para muchos, Fadoua es la Bouazzizi marroqu铆. Es la primera mujer 谩rabe, que se sepa, que se ha prendido fuego como protesta contra las condiciones sociales y las injusticias. Como madre soltera de dos hijos, su estatuto en una sociedad conservadora como Marruecos equivale con frecuencia al de una prostituta. Pero mientras que Fadoua pudo desafiar durante a帽os el estigma de madre soltera, no pudo soportar la injusticia de que se le denegara el derecho a una vivienda social prometida por el gobierno. Despu茅s de muchos viajes a las oficinas de su ciudad para reclamar lo prometido, se enfrent贸 a la realidad de que, a) las mujeres solteras no cuentan como cabeza de familia, ya que se supone que viven con sus padres y b) su lote se vendi贸 en el mercado para provecho de los especuladores. Justo antes de morir se la oy贸 repetir: "Pronunciaros contra la injusticia, la corrupci贸n, la tiran铆a".
Aunque la sociedad marroqu铆 pretende que Fadoua es "nuestra Mohammed Bouazzizi" , ni ha honrado su muerte de la forma en que los tunecinos lo hicieron con su h茅roe, ni se movilizaron en masa en torno a su caso. Cierto que las mujeres activistas de Marruecos organizaron manifestaciones de protesta y dedicaron el D铆a de la Mujer 2011 a la memoria de Fadoua Laroui. Marroqu铆s por el Cambio tambi茅n dedic贸 el 100潞 Aniversario del D铆a de la Mujer a Fadoua, a quien clasificaron como una de las "mujeres que encabezan nuevos y resplandecientes caminos, alcanzan nuevos hitos, elevan el list贸n en la lucha por las condiciones de las mujeres y ayudan a que el mundo sea un lugar mejor".
Sin embargo, con la excepci贸n de los grupos de derechos humanos, unos pocos ciberactivistas y netizens que honraron su muerte, Fadoua no recibi贸 una amplia cobertura medi谩tica ni atrajo la suficiente atenci贸n inter/nacional para provocar un movimiento en torno a ella, comparable a las muertes de Amina o Bouazzizi.
Con frecuencia pido a la gente en torno a m铆, mis estudiantes y participantes en conferencias, que identifiquen a Fadoua y siempre me sorprende que sean pocos los que realmente sean capaces de hacerlo.
Hay aqu铆 una seria contradicci贸n que el caso de Fadoua pone al descubierto. De entre los ofensivos casos de injusticia de g茅nero que la sociedad marroqu铆, as铆 como la comunidad internacional, est谩n dispuestas a reconocer, algunos se consideran m谩s ofensivos que otros. Parte de la explicaci贸n se encuentra en las sabias palabras de Aicha Chenna, fundadora de Solidarite Feminine una de las primeras organizaciones que reconoci贸 el tr谩gico destino de las madres solteras. "No hay madres solteras en Marruecos", Aicha Chenna viene repitiendo desde hace tres d茅cadas, "hay solamentemadres abandonadas"- las que fueron seducidas, se les prometi贸 el matrimonio, fueron explotadas, violadas, pre帽adas y abandonadas junto con sus hijos. Comentando el caso de la joven Selma, cuyo marido se neg贸 a "registrar su matrimonio oficialmente" despu茅s de tres a帽os de vida "marital" , as铆 como a declarar su paternidad cuando ella se qued贸 embarazada, dice: " un destino similar acaece a muchas j贸venes empleadas en el servicio dom茅stico, que han sido pre帽adas por el amo de la casa y luego, cuando el embarazo comienza a ser visible, la familia las pone en la calle" . Estas son algunas de las realidades que la soci贸loga marroqu铆 Soumaya Naamane Guessous expone en su Grosse de la Honte (El embarazo de la verg眉enza), el mismo t铆tulo de su libro del 2005.
Lo mismo que el violador de Amina y el "marido" de Selwa, el "padre" del hijo de Fadoua est谩 tranquilamente en la calle: no tuvo que enfrentarse a ninguno de los estigmas de pr谩ctica de sexo ilicita o haram por los que Fadoua fue estigmatizada; vivi贸 sin ning煤n dilema respecto a si guardar a los ni帽os o abandonarlos en la calle; no tuvo que cargar con ninguno de los problemas de ocuparse de los ni帽os en el caso de que la madre elija quedarse con ellos; y no se enfrent贸 a ninguna de las persecuciones sociales que la atormentaron hasta su muerte. Cuando Fadoua decidi贸 prenderse fuego abri贸 el debate sobre los silencios en la sociedad que la conden贸 a ella y a las madres solteras en general. El d铆a que se prendi贸 fuego hab铆a rellenado la sexta reclamaci贸n contra la denegaci贸n de vivienda que se le hab铆a hecho y hab铆a visitado, por 煤ltima vez, la oficina gubernamental para verse despedida de forma humillante. Su decisi贸n de poner fin a su vida ilustra la ca铆da dram谩tica e inevitable de las mujeres en la desesperaci贸n cuando viven fuera de los centros urbanos y lejos del acceso a los servicios legales para los pobres y los marginalizados.
Pero si los mecanismos de apoyo no estuvieron al alcance de Amina y Fadoua ni de otras muchas mujeres j贸venes como ellas, su fuerte sentido de la justicia y la ofensa las empuj贸 a pedir la tan necesaria dignidad.
La dignidad como derecho humano
En tercer lugar, se trata de dignidad. La dignidad es un derecho humano inscrito en la Declaraci贸n Universal de los Derechos Humanos, en la CEDAW, UNCRC y en muchos otros textos legales inter/nacionales. Los valientes tunecinos que echaron al ex presidente Ben Ali lo hicieron porque era el enemigo de la dignidad. Nunca llamaron a su revoluci贸n, del jazm铆n, como hicieron muchos periodistas europeos. En cambio, la llamaron Revoluci贸n de la dignidad, o 孬賵乇丞 丕賱賰乇丕賲丞 (Thawrat al-Kar膩mah).
Los que se levantaron contra las varias formas de opresi贸n e injusticia en el mundo 谩rabe y m谩s all谩 han estado pidiendo justicia y dignidad. Los juristas acad茅micos nos recuerdan la evoluci贸n hist贸rica del t茅rmino y la multiplicidad de significados que ha adquirido a lo largo del tiempo, incluyendo la dignidad respecto a los derechos socio-econ贸micos, libertad de palabra, derechos de las mujeres, religi贸n y otros derechos.
Sin embargo, la dimensi贸n de g茅nero de la dignidad todav铆a tiene que ser reconocida y debatida. La dignidad puede ser un derecho humano universalmente reconocido, pero no todos experimentan su negaci贸n de la misma forma. Aqu铆 entran en cuesti贸n clase, edad, g茅nero, raza, etnicidad, religi贸n y otras categor铆as estratificadoras.
Las muertes de Mohammed Bouazzizi, Amina, y Fadoua tienen significados diferentes respecto a la humillaci贸n, negaci贸n real de la dignidad humana. Los casos espec铆ficos de las dos j贸venes mujeres marroqu铆s nos dicen que la dignidad se reclama por distintos motivos incluso cuando es de g茅nero y est谩 inserta en las mismas amplias definiciones patriarcales de honor y verg眉enza. La dignidad es de g茅nero en el sentido de que est谩 inscrita en los cuerpos de las mujeres, su sexualidad, movilidad y en sus pr谩cticas diarias.
Cuando se forz贸 a las j贸venes activistas egipcias a pasar un test de virginidad el 9 de Marzo 2011 se les estaba negando su dignidad. Cuando Samira Ibrahim pele贸 por un pleito contra el abogado del ej茅rcito que llev贸 a cabo los test forzados estaba buscando justicia para restaurar el tratamiento degradante que recibi贸 como mujer joven. La absoluci贸n del abogado en Marzo 2012 demostr贸 que es mucho m谩s f谩cil salvaguardar la reputaci贸n de un hombre representante del estado que proteger a las mujeres contra las vergonzosas violaciones de sus cuerpos y su honor. La experiencia de la dignidad est谩 por la tanto sujeta a la l贸gica de las relaciones de poder que rige las vidas de hombres y mujeres y estructura las relaciones de los ciudadanos con las instituciones de la sociedad y los 贸rganos de gobierno.
El acad茅mico egipcio Khaled Fahmy tiene raz贸n al escribir en un art铆culo reciente que el cuerpo humano, y especialmente el de las mujeres, ha sido frente y centro en las revoluciones, a pesar de que el slogan dominante ha sido Pan, Libertad y Dignidad Humana. Pero los cuerpos de las mujeres han sido siempre frente y centro en las sociedades 谩rabes. Ha sido confinado, vigilado, regulado, (des)velado, objeto de obsesi贸n y acosado desde mucho antes de las revoluciones. Precisamente porque ha sido demasiado frente y centro, a pesar de lo que las mujeres sienten o piensen, muchas j贸venes egipcias gritaron fuerte en Kulena Laila (Todas somos Laila) y elaboraron un mapa del acoso – las mismas razones que llevaron a las j贸venes marroqu铆es a gritar "BASTA" al acoso sexual. Shoufouch es una palabra que todas las mujeres marroqu铆es por desgracia conocen demasiado bien: es la palabra que las acosa en cada esquina del espacio p煤blico por hombres de todas las edades. Su significado va desde "¿qu茅 pasa?", "¡mira!" hasta alusiones m谩s marcadamente sexuales como "¿lo probamos?". El poster de aqu铆 abajo subvierte el significado de este t茅rmino haciendo la pregunta en 谩rabe "¿Vamos a buscar una soluci贸n?" para acabar con el acoso sexual.
Al final es la inercia social, la discriminaci贸n legal y la par谩lisis cultural frente a la violencia de g茅nero lo que lleva a Fadoua y Amina a utilizar sus cuerpos para hablar del dolor de la indignidad. Ambas se dieron cuenta de que el sistema legal est谩 demasiado anclado en el patriarcado y de que la imaginer铆a social est谩 demasiado distorsionada por el patriarcado, para poder ofrecerles alguna esperanza. Por esta raz贸n me detengo en el patriarcado como el cuarto punto de discusi贸n. Patriarcado. Neo-Orientalismo. Racismo. ¿Cu谩les son los lazos?
Patriarcado y racismo
En una participaci贸n reciente en Stream-Al Jazeera para debatir el caso de Amina Filali, me sorprendi贸 la facilidad con que los tweeteros, facebookeros, y bloggeros recurr铆an al Islam, en vez de a las apropiaciones patriarcales del Islam, para explicar el Art铆culo 475 del c贸digo penal. En realidad, la palabra "patriarcado" no sali贸 nunca en los n煤merosos comentarios y preguntas enviadas al show. Raramente ha sido utilizada, si es que lo ha sido alguna vez, por los media internacionales que han dado una gran visibilidad a este caso. El patriarcado ha sido subestimado y socavado como fuerza que determina leyes y actitudes respecto a este caso de violaci贸n. Paralelamente, no puedo evitar pensar en el asesinato del joven Trayvon Martin, de 17 a帽os, muerto el 26 de febrero por George Zimmerman y la tensi贸n en torno a usar o no usar el t茅rmino racismo para explicar el asesinato. Estoy asombrada del esfuerzo que la comunidad discriminada – en este caso la afro-americana – ha tenido que hacer para persuadir a la sociedad de que el racismo todav铆a es relevante y fuerte – y de c贸mo conserva toda su fuerza explicativa.
De la misma manera que el t茅rmino "racismo" ha tenido que hacerse camino a trav茅s de la rabia provocada por el asesinato de Trayvon, me encuentro a mi misma adoptando una actitud "profesoral" (bordeando la pedantear铆a) para explicar porqu茅 el patriarcado deber铆a volver al debate. Sin embargo, mientras que no salieron referencias religiosas para explicar el asesinato de Trayvon, un art铆culo del c贸digo penal (475) ha sido considerado como la consecuencia inevitable del Islam. En este proceso se ha eliminado toda la historia tanto del monopolio patriarcal sobre los textos religiosos (cualquiera que sea la religi贸n) como toda una historia de las luchas de las mujeres musulmanas para ejercer su derecho a ijtihad (reflexionar cr铆ticamente sobre los textos religiosos reformulados) y reclamar sus derechos bajo la ley musulmana. La equiparaci贸n de una religi贸n (Islam) al art铆culo 475 del c贸digo penal es tan ingenua como la condena de otra religi贸n (Cristianismo) por aprobar la conducta sexual de algunos curas cat贸licos respecto a los ni帽os.
La cobertura simplista del caso Amina por algunos medios de informaci贸n internacionales ha resucitado el mismo viejo gui贸n neo-orientalista: "otra vez el Islam subyugando a sus propias mujeres; y aqu铆 tenemos otro caso en que las v铆ctimas indefensas necesitan nuestra ayuda". Es este gui贸n tantas veces repetido el que desech茅 en mi debate en Al Jazeera, tal como han hecho muchas otras antes que yo. Una y otra vez nos pone a muchas de nosotras, mujeres musulmanas, activistas y acad茅micas en la extra帽a posici贸n de que tenemos que luchar simult谩neamente contra los sistemas locales de opresi贸n que nos niegan nuestros derechos y contra estereotipos tergiversados que nos niegan nuestro papel.
Las muertes de Amina y Fadoua, por tr谩gicas que sean, constituyen una poderosa declaraci贸n respecto a su papel de decidir cu谩ndo y c贸mo acabar con sus vidas. Ellas contribuyeron de forma individual a reescribir el gui贸n neo-orientalista que condena a las mujeres musulmanas a im谩genes congeladas de v铆ctimas sumisas, impotentes y lamentables de su religi贸n. Si bien la solidaridad internacional es una aproximaci贸n poderosa y bienvenida para impulsar la justicia de g茅nero a trav茅s del mundo, hay que vigilar respecto a que narrativas reproducir y cuales desechar.
Si Amina, Bouazzizi, Fadoua, y Selma murieron para recuperar su dignidad denunciando las injusticias en sus sociedades ¿c贸mo podemos negar que estas injusticias sean el resultado de relaciones de poder opresivas y formas de discriminaci贸n sist茅micas que sostienen el patriarcado, racismo, neo-orientalismo y varios otros ismos? Y si estamos de acuerdo en que las pr谩cticas y las leyes opresivas son el producto de interpretaciones humanas, un ejercicio en el cual un grupo social domina al otro, entonces podemos tener una base para esperar revisiones m谩s inteligentes de las leyes, de forma que la justicia y la dignidad puedan ser disfrutadas por todos.
*Loubna Hanna Skalli es una antrop贸loga cultural marroqui que actualmente ense帽a en la American University de Washington DC. Su libro mas reciente es Young Change Makers: Engaging Middle Eastern Youth (2012).Traducci贸n para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga Tarre http://www.jadaliyya.com/pages/index/4854/young-women-demanding-justice-and-dignity_by-all-m