OPINI脫N de Manlio Dinucci
Hay varios tipos de smart boms, «bombas inteligentes», a las que recurre eso que Les Leopold ha definido eficazmente como el «gobierno secreto de Wall Street», la poderosa oligarqu铆a financiera que controla el Estado .
Las primeras son las de la propaganda, que atacan el cerebro, nublan los ojos y hacen ver cosas que no existen. Hoy se utilizan en masa para falsear la realidad de la crisis, para convencernos de que es la deuda p煤blica lo que provoca la crisis y hacernos creer que, para salvarnos, tenemos que hacer duros sacrificios aceptando recortes en los gastos sociales.
Pero la deuda p煤blica no es en realidad la causa de la crisis sino consecuencia de esta. La crisis se debe al funcionamiento mismo del mercado financiero, dominado por poderosos bancos y grupos transnacionales. Basta con pensar que el valor de las acciones que se cotizan en Wall Street y en las Bolsas de Europa y Jap贸n sobrepasa el de todos los bienes y servicios que se producen anualmente en el mundo entero. Las operaciones especulativas, que se realizan con enormes capitales, provocan un aumento artificial de los precios de las acciones y de otros t铆tulos, aumento que no corresponde a un crecimiento efectivo de la econom铆a real.
Se trata de una «burbuja especulativa» que tarde o temprano acaba explotando y provocando una crisis financiera. En ese momento intervienen los Estados con operaciones de «salvamento», inyectando fondos p煤blicos (y, por lo tanto, aumentando la deuda) en las cajas de los mismos grandes bancos y grupos financieros privados que provocaron la crisis.
S贸lo en Estados Unidos, el m谩s reciente «salvamento» se eleva a m谩s de 7, 000 millardos [un millardo = mil millones] de d贸lares, 10 veces m谩s que el monto declarado oficialmente. Para explicar c贸mo es posible que suceda esto hay que saber que los candidatos a las elecciones presidenciales reciben, a trav茅s de «donaciones» y por otras v铆as, financiamiento proveniente de los grandes bancos, entre los que se encuentra Goldman Sachs.
Y hay que saber tambi茅n que, al comenzar apenas sus funciones, la administraci贸n Obama nombr贸 en puestos claves a sus personas de confianza, y que esas personas forman parte de la Comisi贸n Trilateral. La misma Comisi贸n Trilateral en la que Mario Monti, consultor internacional de Goldman Sachs y actual jefe del gobierno italiano, figura como presidente del grupo europeo. No debe sorprendernos entonces que el gobierno secreto de Wall Street tambi茅n utilice, en funci贸n de sus intereses, las verdaderas «bombas inteligentes».
No es por casualidad que las m谩s recientes guerras, desatadas por Estados Unidos y la OTAN, han tenido lugar «inteligentemente» contra Estados situados en las regiones ricas en petr贸leo (Irak y Libia) o con una situaci贸n geogr谩fica esencial (Yugoslavia y Afganist谩n). Estados como el Irak de Sadam Husein, que amenazaba con abandonar el d贸lar vendiendo su petr贸leo en euros y en otros valores; o como la Libia de Kadhafi, que ten铆a prevista la creaci贸n del dinar de oro como competidor del d贸lar y que promov铆a organismos financieros aut贸nomos dentro de la Uni贸n Africana, organismos cuyo desarrollo habr铆a reducido la influencia del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por razones an谩logas hoy est谩n en la mirilla Siria e Ir谩n.
Crisis y guerra son las dos caras de la misma medalla, ya que la guerra hace crecer el gasto militar que, al agravar a su vez la deuda p煤blica, impone ulteriores sacrificios. Italia, estima el SIPRI [Instituto Internacional de Estudios para la Paz, siglas en ingl茅s], ha llegado a un gasto anual de 28,000 millones de euros, cifra cercana al costo de la maniobra financiera que tendr谩 que pagar la gran mayor铆a de su poblaci贸n. Pero nadie habla de eso. Las bombas de Wall Street son realmente inteligentes.
(*) Ge贸grafo y polit贸logo. 脷ltimas obras publicadas: Geograficamente. Per la Scuola media (3 vol.), Zanichelli (2008) ; Escalation. Anatomia della guerra infinita, DeriveApprodi (2005).
Hay varios tipos de smart boms, «bombas inteligentes», a las que recurre eso que Les Leopold ha definido eficazmente como el «gobierno secreto de Wall Street», la poderosa oligarqu铆a financiera que controla el Estado .
Las primeras son las de la propaganda, que atacan el cerebro, nublan los ojos y hacen ver cosas que no existen. Hoy se utilizan en masa para falsear la realidad de la crisis, para convencernos de que es la deuda p煤blica lo que provoca la crisis y hacernos creer que, para salvarnos, tenemos que hacer duros sacrificios aceptando recortes en los gastos sociales.
Pero la deuda p煤blica no es en realidad la causa de la crisis sino consecuencia de esta. La crisis se debe al funcionamiento mismo del mercado financiero, dominado por poderosos bancos y grupos transnacionales. Basta con pensar que el valor de las acciones que se cotizan en Wall Street y en las Bolsas de Europa y Jap贸n sobrepasa el de todos los bienes y servicios que se producen anualmente en el mundo entero. Las operaciones especulativas, que se realizan con enormes capitales, provocan un aumento artificial de los precios de las acciones y de otros t铆tulos, aumento que no corresponde a un crecimiento efectivo de la econom铆a real.
Se trata de una «burbuja especulativa» que tarde o temprano acaba explotando y provocando una crisis financiera. En ese momento intervienen los Estados con operaciones de «salvamento», inyectando fondos p煤blicos (y, por lo tanto, aumentando la deuda) en las cajas de los mismos grandes bancos y grupos financieros privados que provocaron la crisis.
S贸lo en Estados Unidos, el m谩s reciente «salvamento» se eleva a m谩s de 7, 000 millardos [un millardo = mil millones] de d贸lares, 10 veces m谩s que el monto declarado oficialmente. Para explicar c贸mo es posible que suceda esto hay que saber que los candidatos a las elecciones presidenciales reciben, a trav茅s de «donaciones» y por otras v铆as, financiamiento proveniente de los grandes bancos, entre los que se encuentra Goldman Sachs.
Y hay que saber tambi茅n que, al comenzar apenas sus funciones, la administraci贸n Obama nombr贸 en puestos claves a sus personas de confianza, y que esas personas forman parte de la Comisi贸n Trilateral. La misma Comisi贸n Trilateral en la que Mario Monti, consultor internacional de Goldman Sachs y actual jefe del gobierno italiano, figura como presidente del grupo europeo. No debe sorprendernos entonces que el gobierno secreto de Wall Street tambi茅n utilice, en funci贸n de sus intereses, las verdaderas «bombas inteligentes».
No es por casualidad que las m谩s recientes guerras, desatadas por Estados Unidos y la OTAN, han tenido lugar «inteligentemente» contra Estados situados en las regiones ricas en petr贸leo (Irak y Libia) o con una situaci贸n geogr谩fica esencial (Yugoslavia y Afganist谩n). Estados como el Irak de Sadam Husein, que amenazaba con abandonar el d贸lar vendiendo su petr贸leo en euros y en otros valores; o como la Libia de Kadhafi, que ten铆a prevista la creaci贸n del dinar de oro como competidor del d贸lar y que promov铆a organismos financieros aut贸nomos dentro de la Uni贸n Africana, organismos cuyo desarrollo habr铆a reducido la influencia del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por razones an谩logas hoy est谩n en la mirilla Siria e Ir谩n.
Crisis y guerra son las dos caras de la misma medalla, ya que la guerra hace crecer el gasto militar que, al agravar a su vez la deuda p煤blica, impone ulteriores sacrificios. Italia, estima el SIPRI [Instituto Internacional de Estudios para la Paz, siglas en ingl茅s], ha llegado a un gasto anual de 28,000 millones de euros, cifra cercana al costo de la maniobra financiera que tendr谩 que pagar la gran mayor铆a de su poblaci贸n. Pero nadie habla de eso. Las bombas de Wall Street son realmente inteligentes.
(*) Ge贸grafo y polit贸logo. 脷ltimas obras publicadas: Geograficamente. Per la Scuola media (3 vol.), Zanichelli (2008) ; Escalation. Anatomia della guerra infinita, DeriveApprodi (2005).