OPINI脫N de Nicol谩s Boeglin.-
Los defensores del ambiente en Am茅rica Latina est谩n de nuevo de luto, con la muerte acaecida esta vez en Costa Rica de Jairo Mora Sandoval, un joven bi贸logo asesinado el pasado 31 de mayo del 2013, mientras patrullaba con voluntarios extranjeros una playa del Caribe en Costa Rica donde vienen las tortugas a desovar. Semanas atr谩s, con periodistas a los que hab铆a externado las amenazas recibidas por su organizaci贸n, hab铆a tambi茅n indicado que “Si un polic铆a dice que nos est谩 apoyando, est谩 mintiendo”
Aunado a estos hechos, las desafortunadas declaraciones brindadas esta semana por el Vicepresidente de Costa Rica, Alfio Piva a la cadena internacional de noticias CNN al explicar que Jairo Mora se “expus贸” (y por ello ocurri贸 la tragedia que llen贸 de luto la semana del ambiente en Costa Rica) constituyen una nueva fuente de consternaci贸n para el movimiento ecologista de Costa Rica.
El pedir presencia policial, y recurrir a la prensa y a redes sociales para denunciar amenazas recibidas, es para que las autoridades reaccionen con miras a evitar una posible tragedia. La tragedia ocurri贸 y se esperar铆a ahora del Estado costarricense una reacci贸n contundente para enviar una se帽al clara e inequ铆voca: la cual podr铆a, por ejemplo, concretarse a partir de la propuesta de establecer alg煤n refugio de tortugas en la zona Atl谩ntica con el nombre de Jairo Mora (art铆culo de Juan Figuerola, Elpais.cr, 5 de junio del 2013). No ser铆a esta la primera vez que la inoperancia e ineficiencia del Estado es sancionada con la declaratoria de un parque nacional o refugio natural en memoria de un ambientalista asesinado en Centroam茅rica: en el caso de Jeannette Kawas-Fern谩ndez (l铆der ambientalista asesinada en febrero de 1995 en Honduras cuya muerte no fue debidamente investigada), fue precisamente lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenci贸 en abril del 2009 (ver texto completo de la sentencia) p谩rr. 204-206. Mientras tanto, en Costa Rica la muerte de cuatro ecologistas en diciembre de 1994 e inicios de 1995 sigue en la mayor impunidad (caso AECO, ver art铆culo al conmemorarse los 18 a帽os en diciembre del 2012).
Un discurso presidencial in谩udito: An谩lisis recientes como la rese帽a realizada por el activista Mauricio 脕lvarez sobre la larga lista de muertes, amenazas y persecuciones a ambientalistas en Costa Rica, o el reciente “vuelo” de la fil贸sofa Laurencia S谩enz (Al Vuelo, La Naci贸n, 2 de junio del 2013) o el art铆culo del connotado abogado Alvaro Sagot (¿Es peligroso ser ambientalista en Costa Rica?, La Naci贸n, 4 de junio del 2013) entre muchos otros escritos, hacen referencia a un curioso precedente: el discurso de la Presidenta Laura Chinchilla o铆do en octubre del 2010 ante la C谩mara de Ganaderos de San Carlos llam谩ndolos a ayudarla a luchar contra los movimientos ecologistas (audio disponible aqu铆). La curiosidad reside en el hecho – algo inusual y que solo un acucioso historiador costarricense podr铆a esclarecernos para aclararnos si estamos ante una gran “premi猫re”- que, raramente, un mandatario costarricense ha llamado en tiempos de paz a un sector de la poblaci贸n a luchar contra otro sector. La ausencia de rectificaci贸n o aclaraci贸n posterior por parte de la se帽ora Presidenta en relaci贸n a este discurso explica que posiblemente algunos hayan visto ah铆 una se帽al para emprenderla contra activistas, organizaciones, redes y muchas otras entidades abocadas a la defensa del ambiente. Este discurso (digno de ser o铆do una y otra vez) pareciera fundamentarse en la (falsa) dicotom铆a tendiente a oponer desarrollo y ambiente, haciendo a un lado la noci贸n de desarrollo sostenible consagrada en 1992 en la Declaraci贸n de R铆o, en el marco de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas precisamente denominada “Declaraci贸n de R铆o sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”. Esta declaraci贸n incorpora el principio 4 seg煤n el cual “la protecci贸n del medioambiente deber谩 constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podr谩 considerarse en forma aislada”. No hay entonces oposici贸n alguna entre desarrollo y ambiente. La protecci贸n del ambiente es garant铆a de desarrollo: algunos pa铆ses m谩s avanzados que otros han encontrado la manera de conjuntar a ambos: por ejemplo incorporando la variable ambiental en sus pol铆ticas estrat茅gicas de desarrollo al elaborar una 煤til herramienta para fundamentar este tipo de decisiones como lo es la Evaluaci贸n Ambiental Estrat茅gica (EAE). Dicha figura, como nos los record贸 hace unas semanas el Ex Secretario General de la SETENA, el ge贸logo Allan Astorga (“Decisiones estrat茅gicas y participaci贸n social”, La Naci贸n, 18/05/2013) est谩 normada en Costa Rica desde el 2004 sin a煤n haber sido usada: en vez de una consulta amplia y organizada sobre temas sensibles al tratarse de proyectos o megaproyectos de gran impacto social y ambiental, se opta por decretos ejecutivos de dudosa procedencia que terminan usualmente en los tribunales de justicia de Costa Rica (ver art铆culo sobre foro realizado en el a帽o 2009 en la Universidad de Costa Rica (UCR):”T茅cnicas para evadir la legislaci贸n ambiental: el caso del MINAET”).
La interrelaci贸n entre ambiente, desarrollo y derechos humanos: Esta misma necesidad de unir desarrollo y ambiente llevar铆a un a帽o m谩s tarde a la comunidad internacional a adoptar, esta vez desde la perspectiva de los derechos humanos, la Declaraci贸n de Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de Viena de junio de 1993: por vez primera en la historia, se establece el car谩cter indivisible e interdependiente de todos los derechos humanos entre s铆, superando la (tambi茅n falsa) dicotom铆a consagrada normativamente en 1966 en el marco de las Naciones Unidas entre los llamados derechos civiles y pol铆ticos y los denominados derechos econ贸micos, sociales y culturales. El punto 5 de la Declaraci贸n establece que: “5. Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y est谩n relacionados entre s铆. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y d谩ndoles a todos el mismo peso /…/ los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas pol铆ticos, econ贸micos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales”. A帽os despu茅s, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estableci贸 un indicador con base en varias mediciones que incluyen indicadores sociales, ambientales adem谩s de los econ贸micos: el Indice de Desarrollo Humanos (IDH). A este respecto vale la pena indicar que en los 煤ltimos a帽os Costa Rica viene conociendo un deterioro generalizado de su IDH: del puesto 48 (a帽os 2006 y 2007), paso al puesto 50 (2008), 54 (2009), 62 (2010) y 69 (2011) seg煤n reporta el 煤ltimo informe del Estado de la Naci贸n (XVIII, Informe, 2012, p. 363). Desde hace 19 a帽os, el Estado de la Naci贸n (al que est谩n adscritas las cuatro universidades p煤blicas de Costa Rica y la Defensor铆a de los Habitantes), elabora valiosos y precisos diagn贸sticos anuales titulados precisamente “Estado de la Naci贸n en Desarrollo Humano Sostenible” en los que desmenuza los logros y avances as铆 como los vac铆os y yerros del quehacer en esta materia en Costa Rica: estos 煤ltimos no parecieran mayormente preocupar a las autoridades de turno, y la lectura de los primeros informes en relaci贸n a la tem谩tica ambiental indican que las advertencias no lograron mayor respuesta por parte de sus autoridades.
Conclusi贸n: M谩s all谩 del deterioro del IDH en Costa Rica, del deterioro generalizado del ambiente (ver rese帽a del bi贸logo Jorge Lobo, La mentira verde, La Naci贸n 5/06/2013, o de Jos茅 F. Gonz谩lez, La hipocres铆a del pa铆s verde de Centroam茅rica, La Naci贸n, 7/05/2013) que a帽o tras a帽o detalla el Capitulo Ambiental del Estado de la Naci贸n, un discurso presidencial de octubre del 2010 a la fecha inexplicado, un llamado p煤blico de un ecologista pidiendo presencia policial que termina con su muerte, y unas desafortunadas declaraciones del Vicepresidente Alfio Piva a una cadena internacional constituyeron el marco factual de las celebraciones del D铆a del Ambiente en Costa Rica, convertido en un d铆a de profundo luto y consternaci贸n el pasado 5 de junio del 2013. Algunas voces han advertido adem谩s que otro tipo de tortugas tambi茅n tienen ambiciones en esta playa del Caribe costarricense pero que no se dejan ver (las denominadas “tortugas invisibles” seg煤n Juan Figuerola).
El repudio generalizado y la indignaci贸n latente en redes sociales y en medios de prensa por la tragedia sufrida por Jairo Mora en los distintos estrados de la sociedad costarricense son indicaciones de que esta ha hecho una lectura correcta de lo logrado en Rio en 1992 (y que ha venido plasm谩ndose desde los a帽os 90 en un sin numero de leyes, empezando por la reforma constitucional al Art铆culo 50 de la Constituci贸n y la adopci贸n de la Ley Org谩nica del Ambiente en 1995): esta 煤ltima, por cierto cumple su mayor铆a de edad este a帽o y amerita un leve remozamiento ya apuntado por varios especialistas como el profesor Mario Pe帽a: “18 a帽os de la Ley Org谩nica del Ambiente”, La Naci贸n, 26/03/2013.
Si bien el contenido de aquel discurso del 2010 preocup贸 en su momento a unos pocos, la indignaci贸n generalizada por esta muerte que nunca debi贸 de ocurrir confirma la s贸lida recepci贸n de la apuesta ambiental hecha por el pa铆s y los avances logrados desde varias d茅cadas. No obstante, algunas autoridades dejan entrever que la superaci贸n de la antigua dicotom铆a ambiente/desarrollo les significa a煤n un verdadero desaf铆o conceptual. Est谩n a tiempo de rectificar y podr铆an aprovechar de este delicado momento para honrar, como se debe, la memoria de Jairo Mora Sandoval.
*Profesor, Maestr铆a en Derecho Ambiental, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica
Los defensores del ambiente en Am茅rica Latina est谩n de nuevo de luto, con la muerte acaecida esta vez en Costa Rica de Jairo Mora Sandoval, un joven bi贸logo asesinado el pasado 31 de mayo del 2013, mientras patrullaba con voluntarios extranjeros una playa del Caribe en Costa Rica donde vienen las tortugas a desovar. Semanas atr谩s, con periodistas a los que hab铆a externado las amenazas recibidas por su organizaci贸n, hab铆a tambi茅n indicado que “Si un polic铆a dice que nos est谩 apoyando, est谩 mintiendo”
Aunado a estos hechos, las desafortunadas declaraciones brindadas esta semana por el Vicepresidente de Costa Rica, Alfio Piva a la cadena internacional de noticias CNN al explicar que Jairo Mora se “expus贸” (y por ello ocurri贸 la tragedia que llen贸 de luto la semana del ambiente en Costa Rica) constituyen una nueva fuente de consternaci贸n para el movimiento ecologista de Costa Rica.
El pedir presencia policial, y recurrir a la prensa y a redes sociales para denunciar amenazas recibidas, es para que las autoridades reaccionen con miras a evitar una posible tragedia. La tragedia ocurri贸 y se esperar铆a ahora del Estado costarricense una reacci贸n contundente para enviar una se帽al clara e inequ铆voca: la cual podr铆a, por ejemplo, concretarse a partir de la propuesta de establecer alg煤n refugio de tortugas en la zona Atl谩ntica con el nombre de Jairo Mora (art铆culo de Juan Figuerola, Elpais.cr, 5 de junio del 2013). No ser铆a esta la primera vez que la inoperancia e ineficiencia del Estado es sancionada con la declaratoria de un parque nacional o refugio natural en memoria de un ambientalista asesinado en Centroam茅rica: en el caso de Jeannette Kawas-Fern谩ndez (l铆der ambientalista asesinada en febrero de 1995 en Honduras cuya muerte no fue debidamente investigada), fue precisamente lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenci贸 en abril del 2009 (ver texto completo de la sentencia) p谩rr. 204-206. Mientras tanto, en Costa Rica la muerte de cuatro ecologistas en diciembre de 1994 e inicios de 1995 sigue en la mayor impunidad (caso AECO, ver art铆culo al conmemorarse los 18 a帽os en diciembre del 2012).
Un discurso presidencial in谩udito: An谩lisis recientes como la rese帽a realizada por el activista Mauricio 脕lvarez sobre la larga lista de muertes, amenazas y persecuciones a ambientalistas en Costa Rica, o el reciente “vuelo” de la fil贸sofa Laurencia S谩enz (Al Vuelo, La Naci贸n, 2 de junio del 2013) o el art铆culo del connotado abogado Alvaro Sagot (¿Es peligroso ser ambientalista en Costa Rica?, La Naci贸n, 4 de junio del 2013) entre muchos otros escritos, hacen referencia a un curioso precedente: el discurso de la Presidenta Laura Chinchilla o铆do en octubre del 2010 ante la C谩mara de Ganaderos de San Carlos llam谩ndolos a ayudarla a luchar contra los movimientos ecologistas (audio disponible aqu铆). La curiosidad reside en el hecho – algo inusual y que solo un acucioso historiador costarricense podr铆a esclarecernos para aclararnos si estamos ante una gran “premi猫re”- que, raramente, un mandatario costarricense ha llamado en tiempos de paz a un sector de la poblaci贸n a luchar contra otro sector. La ausencia de rectificaci贸n o aclaraci贸n posterior por parte de la se帽ora Presidenta en relaci贸n a este discurso explica que posiblemente algunos hayan visto ah铆 una se帽al para emprenderla contra activistas, organizaciones, redes y muchas otras entidades abocadas a la defensa del ambiente. Este discurso (digno de ser o铆do una y otra vez) pareciera fundamentarse en la (falsa) dicotom铆a tendiente a oponer desarrollo y ambiente, haciendo a un lado la noci贸n de desarrollo sostenible consagrada en 1992 en la Declaraci贸n de R铆o, en el marco de la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas precisamente denominada “Declaraci贸n de R铆o sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”. Esta declaraci贸n incorpora el principio 4 seg煤n el cual “la protecci贸n del medioambiente deber谩 constituir parte integrante del proceso de desarrollo y no podr谩 considerarse en forma aislada”. No hay entonces oposici贸n alguna entre desarrollo y ambiente. La protecci贸n del ambiente es garant铆a de desarrollo: algunos pa铆ses m谩s avanzados que otros han encontrado la manera de conjuntar a ambos: por ejemplo incorporando la variable ambiental en sus pol铆ticas estrat茅gicas de desarrollo al elaborar una 煤til herramienta para fundamentar este tipo de decisiones como lo es la Evaluaci贸n Ambiental Estrat茅gica (EAE). Dicha figura, como nos los record贸 hace unas semanas el Ex Secretario General de la SETENA, el ge贸logo Allan Astorga (“Decisiones estrat茅gicas y participaci贸n social”, La Naci贸n, 18/05/2013) est谩 normada en Costa Rica desde el 2004 sin a煤n haber sido usada: en vez de una consulta amplia y organizada sobre temas sensibles al tratarse de proyectos o megaproyectos de gran impacto social y ambiental, se opta por decretos ejecutivos de dudosa procedencia que terminan usualmente en los tribunales de justicia de Costa Rica (ver art铆culo sobre foro realizado en el a帽o 2009 en la Universidad de Costa Rica (UCR):”T茅cnicas para evadir la legislaci贸n ambiental: el caso del MINAET”).
La interrelaci贸n entre ambiente, desarrollo y derechos humanos: Esta misma necesidad de unir desarrollo y ambiente llevar铆a un a帽o m谩s tarde a la comunidad internacional a adoptar, esta vez desde la perspectiva de los derechos humanos, la Declaraci贸n de Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de Viena de junio de 1993: por vez primera en la historia, se establece el car谩cter indivisible e interdependiente de todos los derechos humanos entre s铆, superando la (tambi茅n falsa) dicotom铆a consagrada normativamente en 1966 en el marco de las Naciones Unidas entre los llamados derechos civiles y pol铆ticos y los denominados derechos econ贸micos, sociales y culturales. El punto 5 de la Declaraci贸n establece que: “5. Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y est谩n relacionados entre s铆. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y d谩ndoles a todos el mismo peso /…/ los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas pol铆ticos, econ贸micos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales”. A帽os despu茅s, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estableci贸 un indicador con base en varias mediciones que incluyen indicadores sociales, ambientales adem谩s de los econ贸micos: el Indice de Desarrollo Humanos (IDH). A este respecto vale la pena indicar que en los 煤ltimos a帽os Costa Rica viene conociendo un deterioro generalizado de su IDH: del puesto 48 (a帽os 2006 y 2007), paso al puesto 50 (2008), 54 (2009), 62 (2010) y 69 (2011) seg煤n reporta el 煤ltimo informe del Estado de la Naci贸n (XVIII, Informe, 2012, p. 363). Desde hace 19 a帽os, el Estado de la Naci贸n (al que est谩n adscritas las cuatro universidades p煤blicas de Costa Rica y la Defensor铆a de los Habitantes), elabora valiosos y precisos diagn贸sticos anuales titulados precisamente “Estado de la Naci贸n en Desarrollo Humano Sostenible” en los que desmenuza los logros y avances as铆 como los vac铆os y yerros del quehacer en esta materia en Costa Rica: estos 煤ltimos no parecieran mayormente preocupar a las autoridades de turno, y la lectura de los primeros informes en relaci贸n a la tem谩tica ambiental indican que las advertencias no lograron mayor respuesta por parte de sus autoridades.
Conclusi贸n: M谩s all谩 del deterioro del IDH en Costa Rica, del deterioro generalizado del ambiente (ver rese帽a del bi贸logo Jorge Lobo, La mentira verde, La Naci贸n 5/06/2013, o de Jos茅 F. Gonz谩lez, La hipocres铆a del pa铆s verde de Centroam茅rica, La Naci贸n, 7/05/2013) que a帽o tras a帽o detalla el Capitulo Ambiental del Estado de la Naci贸n, un discurso presidencial de octubre del 2010 a la fecha inexplicado, un llamado p煤blico de un ecologista pidiendo presencia policial que termina con su muerte, y unas desafortunadas declaraciones del Vicepresidente Alfio Piva a una cadena internacional constituyeron el marco factual de las celebraciones del D铆a del Ambiente en Costa Rica, convertido en un d铆a de profundo luto y consternaci贸n el pasado 5 de junio del 2013. Algunas voces han advertido adem谩s que otro tipo de tortugas tambi茅n tienen ambiciones en esta playa del Caribe costarricense pero que no se dejan ver (las denominadas “tortugas invisibles” seg煤n Juan Figuerola).
El repudio generalizado y la indignaci贸n latente en redes sociales y en medios de prensa por la tragedia sufrida por Jairo Mora en los distintos estrados de la sociedad costarricense son indicaciones de que esta ha hecho una lectura correcta de lo logrado en Rio en 1992 (y que ha venido plasm谩ndose desde los a帽os 90 en un sin numero de leyes, empezando por la reforma constitucional al Art铆culo 50 de la Constituci贸n y la adopci贸n de la Ley Org谩nica del Ambiente en 1995): esta 煤ltima, por cierto cumple su mayor铆a de edad este a帽o y amerita un leve remozamiento ya apuntado por varios especialistas como el profesor Mario Pe帽a: “18 a帽os de la Ley Org谩nica del Ambiente”, La Naci贸n, 26/03/2013.
Si bien el contenido de aquel discurso del 2010 preocup贸 en su momento a unos pocos, la indignaci贸n generalizada por esta muerte que nunca debi贸 de ocurrir confirma la s贸lida recepci贸n de la apuesta ambiental hecha por el pa铆s y los avances logrados desde varias d茅cadas. No obstante, algunas autoridades dejan entrever que la superaci贸n de la antigua dicotom铆a ambiente/desarrollo les significa a煤n un verdadero desaf铆o conceptual. Est谩n a tiempo de rectificar y podr铆an aprovechar de este delicado momento para honrar, como se debe, la memoria de Jairo Mora Sandoval.
*Profesor, Maestr铆a en Derecho Ambiental, Facultad de Derecho, Universidad de Costa Rica