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Malevaje: 30 años y cuerda para rato

Antonio Bartrina: "Tengo tantos buenos recuerdos: la cueva de El Salero, el día que conocimos a Osvaldo Larrea, la primera vez que tocamos en el teatro Reina Victoria de San Sebastián... "

Fernando Gilabert: "Destacaría todo lo que en el camino he aprendido, lo que me han enseñado los músicos de allá, bandoneonistas, guitarristas y contrabajistas... Escuchar y ver, desde entre las cajas de un teatro mudo y oscuro, a Antonio y Ariel tocando La ultima curda... ese momento lo tengo grabado en el corazón"

Sacri Delfino: "Hubo momentos buenísimos, conciertos que fueron muy emotivos, como el que hicimos en Las Vistillas como cierre de las fiestas de San Isidro. Pero uno que recuerdo especialmente fue el Homenaje a la Movida Madrileña en enero de 2007 en la Sala El Sol. Ver gente con muchas canas en el cabello junto a pibes de veinte años me hizo dar cuenta del todo de lo que representa Malevaje"

Ariel Hernández: "Recuerdo mi primer concierto con Malevaje. Se me rompió una nota del bandoneón y, mientras lo arreglaba, Antonio contó la historia del Conde Sisebuto, y la gente encantada. Después de esa gira di muchas más vueltas por España con la banda. Como consecuencia de una fuerte amistad, Antonio Bartrina y su familia se transformaron a lo largo de estos años también en mi familia. Dirigí musicalmente a Malevaje durante 15 años aproximadamente. Si bien ahora vivo en mi país haciendo mi música, es una banda que siempre estará en mi corazón"

Ramón Godes: "Para mí Malevaje son todo buenos recuerdos: los primeros ensayos, las primeras actuaciones en El Salero, la grabación del primer disco, los conciertos en teatros para público de todas las edades, las giras por Francia…

Me costó mucho decidirme a dejar el grupo porque disfrutaba muchísimo con la música que hacíamos y siempre tuve una excelente relación con mis compañeros. Pero yo tenía muy claro que quería hacer mi propia música, música inspirada en la tradición musical de mi tierra, lo que se suele llamar música mediterránea"

•elsalero.elmercuriodigital *▫ La banda madrileña de tango Malevaje cumplió el pasado día 13 de febrero 30 años de feliz existencia. Este viernes 31 de octubre lo celebra junto a exmiembros del grupo y amigos con un concierto en el Teatro Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Sin perder la vista en el futuro, será un buen momento para mirar atrás y recordar estos 30 años de vida tanguera:

Malevaje en el Teatro Principal de
San Sebastián en 1990, durante
la grabación de Envido
Foto de Domingo J. Casas
"Reuniremos a algunos de los muchos músicos y bailarines que a lo largo de estos 30 años formaron parte de nuestro grupo: Edi Clavo, Ramón Godes**, Virginia Díez, Celes Albizu... Vendrá especialmente desde la Argentina para este concierto nuestro querido Ariel Hernández -para retorcernos las tripas con el fiero lamento de su bandoneón-, y algunos otros músicos que, sin haber pertenecido al grupo, siempre han estado cerca de nosotros, por afinidad musical o por pura amistad, como el sin igual Jorge Taramasco, al piano. Vendrán quizás, algunos otros amigos si sus compromisos profesionales se lo permiten. Serán la sorpresa. Y como siempre estaremos el Malevaje actual: Fernando Gilabert, Adrián Sacri Delfino y yo mismo, Antonio Bartrina, sin olvidarnos de los bailarines, Marcelo Francescui y Alicia Gonzal. Daremos un repaso a los temas más significativos en la historia del grupo, desde la primera época con aquel sonido tan peculiar, hasta el Malevaje de los últimos tiempos, más asentado, más sabio, más tanguero."

Gorila, ¿por qué no formas una banda y tocáis en el local todos esos temas de los que siempre hablas?

Esto o algo parecido debió de decirle Rafa Laborda a Antonio una noche de principios de 1984 en la barra de la "cueva".
"Antonio era rockero a tope. Nosotros le decíamos: haz un grupo de tangos, Gorila, que tú vales mucho. Al final nos hizo caso, formó su grupo y allí en El Salero hicieron su primera actuación. Nosotros siempre le animamos entre rocanrol y rocanrol." (Rosa Salero)

Nacido en la calle de La Palma, Antonio no es ni era lo que se entiende por un rocker al uso, o no sólo eso ("bailo el rock como Dios", dice). De familia de tradición tanguera, amante del pulpo y el vermut de barril en bares de barra alta de aluminio, artista de amplio espectro, con fama de golfo y zalamero, vivía al pie de la letra algunos de los tangos que cantaba.

Antonio, por Alberto García-Alix
"Antonio vivía un tango interminable y yo sufría porque ser novia de tanguero era duro, siempre había chicas y Antonio era encantador... un golfo adorable." (Prado Núñez)
Antonio, por Ana Matías

¿No ves qué fuerte siento cuando estás a mi lado?
¿No ves que te deseo? Acércate a mi, ven.
Olvida los tormentos, riamos un momento,
qué bello es compartir la alegría entre los dos.
Envuélvete en mi abrazo y, en un nuevo flechazo,
déjate llevar por el ardor de la pasión (Con Prado)
"Yo siempre cantaba tangos en la fiestas de los amigos. De chaval oía tangos en casa de mis abuelos. Con unos años más, cuando entendí lo que decían, me quedé ‘colgado'. Era la música de moda a finales de los 50 y primeros años de los 60. El tango estuvo de moda en el mundo entero hasta que llegaron los Beatles." (Antonio Bartrina)

El Salero era un garito de Loreto y Chicote, calle de tradición teatral, en pleno barrio de Malasaña, encajada entre la Ballesta y la Corredera Baja de San Pablo, repleta de burdeles, en un Madrid a medias deprimido, a medias despuntando su flor y asomando ya cierto atisbo de su futura modernez. La más auténtica de las cavernas rocanroleras había sido anteriormente tablao flamenco y allí -cuentan- hizo sus pinitos el maestro Paco de Lucía. Pero estamos a principios de 1984 y en aquellos años deambulaban por allí rockers mezclados con otras gentes de aún si cabe peor vivir.
"Cuatro calles, cuarenta locales y cuatrocientas prostitutas son el esqueleto, la sangre y la carne del pequeño barrio chino situado en tomo a la calle de la Ballesta, a la espalda de la Gran Vía madrileña. Pero en los últimos tiempos, a ese tradicional espacio del trapicheo del sexo, se le ha añadido, como una pústula que incrementara su fealdad, la presencia de decenas de jóvenes heroinómanas y de numerosos navajeros y traficantes de droga, en su mayoría extranjeros", decía El País en 1985. "...en la hora en que, tras tomar muchos Four Roses y escuchar a Jerry Lee Lewis, varios tipos de tupé engominado, largas y afiladas patillas y zapatos puntiagudos dejan Salero... una navaja bardea, brilla en busca de carne donde hundirse, en la calle", continuaba la crónica de Javier Valenzuela titulada "La Ballesta, 2.000 y la cama".
Y en este ambiente, que hoy nos suena como un sueño exageradamente narrado, estaba nuestra querida caverna rocanrolera.
Una nota de color
junto a la calle Ballesta
cuánta ilusión deshonesta
vive pisando ese suelo,
paseando los dineros
buscando comprar amor (El Salero)

¿Y de dónde saco yo ahora una banda de tangos si todos mis amigos tocan rocanrol? 

A Antonio Bartrina se le iluminaron los ojos aquella noche en que le propusieron tocar en El Salero. Allí, muy cerca de él, estaban los coyotes Fernando Gilabert y Ramón Godes, y el batería Edi Clavo (Ella y los Neumáticos, Los Automáticos, Los Dandys, Fimosis, Rigor Mortis, Los Drugos, Gabinete Caligari, Paraphernalia...), prestos a cualquier iniciativa musical interesante. Una noche de aquellas apareció Virginia y se echó un baile. Fue dicho y hecho:

Sollozaron los violines,
los fuelles se estremecieron
y en la noche se perdieron
los acordes de un gotán (Los cosos de al lado)
"Dos o tres días antes de tocar por primera vez, el chaval del bar nos dijo, 'oye, ¿cómo os anunciáis?' y enseguida pensamos: Malevaje, por este tango tan bonito de Gardel, y el nombre se quedó para siempre."  
“En Madrid, en esa época prácticamente valía todo. Había tal ansia de ver y de hacer, después de tantos años de oscuridad, que un grupo de 'rockeros' procedentes de otras formaciones musicales y con una bailarina, toda garra y pasión, cantando tangos, fue admitido en el circuito de actuaciones de 'la movida' sin ningún sobresalto”. (Fernando Gilabert)
"Cuando empezamos en 1984, éramos una anomalía de la movida. Me acompañaban músicos de Los Coyotes y Gabinete Caligari que sabían poco de tango. Aquello, que algunos lo llamaron tangobilly, tenía su encanto. Pero todo se aclaró cuando conocí a Osvaldo Larrea, maestro argentino del bandoneón que decidió quedarse aquí. Él nos enseñó las claves del tango, como música y como actitud humana". (Antonio Bartrina)

Su primer concierto en El Salero fue tan exitoso que repitieron durante una semana entera. "El dueño de El Salero, Rafael Laborda, era amigo mío y me propuso que cantara en su escenario los tangos que cantaba en nuestras juergas y al oído de las chicas", recuerda Antonio. "Así que recluté a los músicos que conocía -principalmente eran músicos de rock-, y preparamos una veintena de tangos como buenamente supimos. El caso es que gustó esa mezcla inconsciente de tango con influencias rockeras. Lo que empezó siendo un divertimento, acabó convirtiéndose en mi oficio".



  Malevaje  en directo en El Salero, Madrid, en 1984: El concierto fue emitido por La Factoría, programa de Radiocadena Española, conducido por Miguel Box y Roberto Loya



"A la gente le gustó, hubo una discográfica que nos propuso grabar, grabamos, el disco se vendió más o menos bien así que seguimos, se fue liando la cosa y así hasta hoy". (Antonio Bartrina)




Actuación de Malevaje en la fiesta aniversario 
del King Creole, Madrid 1986. Fotografía
 de Ely Agramunt
Fueron años de conciertos en salas pequeñas de Madrid y otras ciudades españolas. En la memoria quedan, entre otras, su actuación en la fiesta aniversario del King Creole (1986) o la de las fiestas de Carnaval en la carpa del Templo de Debod junto a Derribos Arias y PVP (10 de febrero de 1986).




Sus primeros discos fueron el miniLP Tangos (1985); Margot (1986), en el que colabora el bandoneonista y compositor Osvaldo Larrea, que entra a formar parte de la banda; Arriba los corazones (1987); Un momentito (1988); Inchilimonchi (1989) y Envido (1991, doble en directo). Cuentan en esta primera etapa con la bailarina Virginia Díez, procedente del grupo punk femenino Pelvis Turmix, quien aportó además de su danza, un instrumento exótico para el tango: las castañuelas.



"La entrada de Virginia al baile no fue algo premetidado. Apareció, se puso a bailar y se quedó." (Antonio Bartrina)


Virginia Díez. Escena de tango en ¡Átame! de Pedro Almodóvar


En la esquina de los locales de ensayo en Tablada 25

El guitarrista Ramón Godes participa en los cuatro primeros discos del grupo, hasta que abandona la banda en 1990.

"Para mí Malevaje son todo buenos recuerdos: los primeros ensayos, las primeras actuaciones en El Salero, la grabación del primer disco, los conciertos en teatros para público de todas las edades, las giras por Francia…
Me costó mucho decidirme a dejar el grupo porque disfrutaba muchísimo con la música que hacíamos y siempre tuve una excelente relación con mis compañeros. Pero yo tenía muy claro que quería hacer mi propia música, música inspirada en la tradición musical de mi tierra, lo que se suele llamar música mediterránea. Y esa es la música que hago desde entonces…aunque tengo que reconocer que siempre he sido y seré un fanático del tango y la influencia de Malevaje y del tango en general siempre estará ahí".

Ramón Godes en 2013

Tras su salida de Malevaje (ya había abandonado Los Coyotes en 1985) abandona también su faceta de productor (La Búsqueda, Mestizos, Rey de Copas, Combays o Supersónicos) y forma en 1992 el Quinteto Músicos Libres "con la idea de tener un grupo estable para ofrecer su música en directo" y del que participaron excelentes músicos como Nacho Mastretta y Alejandro Royo.  Como "una mezcla entre Sonny Sharrock, Sun Ra y las bandas de música del Levante", definió el crítico Luis Lles su música.
Al disolverse el quinteto, continúa junto al contrabajista Alejandro Royo, con quien inicia sus Conciertos para diez cuerdas. Durante estos años compagina su dúo con colaboraciones junto a Xavier Baró, sus clases de guitarra -"para sobrevivir"- y otros proyectos de investigación musical.
"No creo que haya otro músico en este país, ahora mismo, que ondee con tanta decisión la bandera de la creación sin concesiones, ni complejos, ni sometimientos" (Xavier Baró)


Edi Clavo. Foto de Alberto
García-Alix
Por su parte, Edi Clavo, tras su salida de Malevaje, después de la disolución de Gabinete, y tras el fallido intento de Paraphernalia, se apartó de los circuitos musicales para dedicarse a tareas académicas. No obstante, en la actualidad continúa tocando -junto a Ferni Presas, Gonzalo Bárcena y Alberto Bravo- con el nombre de Shocking Beards.

Malevaje. Teatro Alfil (Madrid)
31 diciembre 1987. Cortesía de
Fernando Gilabert




En el año 1986, mientras se graba el segundo disco, Margot, conocen al maestro Osvaldo Larrea; bandoneonista, compositor y arreglista argentino, viejo tanguero, quien se sorprende de que gente joven y de España se dedique a interpretar tangos. Se ilusiona tanto que llega a formar parte de la banda. Con Osvaldo, la forma de entender el tango evoluciona y madura sin perder la personalidad de Malevaje. Graban varios discos, las giras se suceden, se introducen en el mercado europeo, sobre todo en el francés, donde se editan varios discos y llegan a realizar cuatro giras, así como actuaciones en los más importantes festivales internacionales que tienen como base el país vecino: Festival Internacional de Nancy, Le Primtemps de Bourges, Semana Internacional de Estrasburgo... La formación ha cambiado, ahora se ha convertido en una pequeña orquesta: piano, bandoneón, contrabajo, violín, violonchelo, percusión, bailarinas... Con esta formación, a finales de 1990 graban un disco doble en directo en el Teatro Principal de San Sebastián: Envido.
Osvaldo Larrea durante una prueba
de sonido en Estella 1989. Cortesía de
Fernando Gilabert

"A Osvaldo Larrea nos lo presentó un cantor de tangos que estaba afincado en Madrid, mientras grabábamos nuestro segundo disco: Margot. Lo llevó al estudio de grabación y Osvaldo escuchó lo que ya teníamos grabado y se quedó sorprendido de que en España un grupo de jóvenes interpretara con respeto y con una cierta calidad su música, cuando en Argentina en aquella época los jóvenes no querían ni oír hablar de tango, lo identificaban erróneamente con el régimen militar y la dictadura. Con Osvaldo enseguida nos entendimos, le propusimos que colaborara con nosotros, y en ese disco grabó dos temas con su bandoneón. Luego la colaboración duró hasta siete u ocho años después. Si no hubiéramos conocido a Osvaldo Larrea, posiblemente Malevaje hubiera durado menos tiempo, y sobre todo no hubiéramos aprendido todo lo que aprendimos con él sobre tangos, sobre música y sobre la vida". (Antonio Bartrina)

Viniste a mi en una noche
de tu amor abandonada
y mis brazos yo te abrí
sin pedirte a cambio nada,
lloraste en mi remanso
de persona en paz y libre
alterándome el descanso
a cuenta de tu sonrisa
(Tango ingrato. Letra de C. Zabaleta. Música de Osvaldo Larrea)
Antonio compagina su tango con otras labores que le aportan algo más que arroz blanco. Acostumbrado a trabajar desde los 18 en una fábrica de curtidos (hasta que lo dejó su novia por oler a pellejo: Yo trabajé pa un pendejo teniendo 18 años y curtí, amigo, pellejos...), pasó por cobrador de morosos y en esos años fue pincha en el King Creole  y luego en La Mala Fama.
"Recuerdo mucho a Antonio -el Gorila- subido en el altillo del bar La Mala Fama donde se encargaba de poner la música. Eran tiempos, cómo no, de discos de vinilo. Aquello fue desde 1988 hasta 1991, más o menos, y allí trabajaba yo los miércoles como barman, preparando cócteles. También recuerdo sus preciosos conciertos, con la bailarina Virginia Diez y sus coreografías de tangos aflamencados con castañuelas." (Alberto Gómez Font)
"Lo que gano me da para sobrevivir, o lo que es lo mismo: beber, comer, moverte un poquito y comprarte unos zapatos de vez en cuando. Eso es lo que me gusta y cuando la vaya a palmar diré: que me quiten lo bailao". (Antonio Bartrina)

La suavidad, esperanza,
de tus colinas al atardecer;
guiños de sol en el alma,
perlas, cerezas, pendiente niñez.

Llego cansado, dejé la gran ciudad,
quiero el silencio de tí;
toma mis trapos, te los dejo aquí,
humo, razón y café.

La suavidad, esperanza,
de tus colinas al atardecer;
tiene un mechón de naranja,
sol dolorido que gime un adiós.

Vengo abatido de tanta ocasión
que se pasea por mí,
como si fuera suelo de andén;
polvo, colillas, papel.

La suavidad, esperanza,
de tus colinas al atardecer;
beso en el mar reposado
donde una barca faena en quietud.

Anclado vino el raro porvenir,
humo sin sombra de mí;
la suerte como, me la trenzas tú
Suave esperanza de amor.
(Suave esperanza de amor.  Letra de Carlos Zabaleta y música de Ramón Godes)
Fernando Gilabert y
Celestino Albizu en el
 "Café Moderno" de
Salamanca, en enero
de 1987
En el año 1988 habían entrado en Malevaje el violinista José Amador Pablo y el violonchelista José Luis López Fernández. El coyote Celestino Albizu sustituye a Edi Clavo en la batería, Belén Gilabert entra al piano y sale temporalmente del grupo Fernando. La guitarra ha perdido protagonismo (desaperecerá por un tiempo a partir de Inchilimonchi, para volver má tarde), primando la voz y el bandoneón, y se van incorporando nuevos instrumentos. Aparte de la ruptura con el rock y la apuesta por el clasicismo, el sonido de Malevaje acoge otros ritmos, como la milonga, la habanera, la rumba criolla o el candombe.

Siguieron los discos Va cayendo gente al baile (1993),  Con su permiso Don Carlos (1996) y Plaza Mayor (1998), discos repletos de casticismo:


"El malevo argentino tiene mucho que ver con el chulapo madrileño, incluso en la indumentaria. El tango tiene raíces españolas evidentes mezcladas con toques africanos, italianos y ritmos autóctonos. El bochinche del Río de la Plata era un conglomerado de todas partes" (Antonio Bartrina)

También Virginia Díez había abandonado la banda tras Envido y en su lugar entraron al baile Marcela Amoedo y Marcelo Franceschi, bailarines procedentes de la Córdoba argentina, pero afincados en Madrid desde principios de los 80.




Posteriormente se incorporaron la pianista Guadalupe Sánchez -en puesto de Belén- y el contrabajista Jorge Muñoz, tras la salida temporal de Fernando. En estos años de constantes cambios en la formación, también cuentan con la colaboración del violinista Ara Malikian. Celestino Albizu es sustituido por Juan José Guillén en la grabación de Va cayendo gente al baile, que será el último con percusiones

Osvaldo Larrea vuelve a Argentina y es sustituido por otro gran maestro del bandoneón, Jorge Orlando Lema, quien compone temas y participa en Va cayendo gente al baile, Con su permiso, don Carlos y Plaza Mayor.

Hace tiempo que paseo por tus curvas la visual,
madrileñita garbosa,
estás tan dentro de mí
que cuando te oigo reír
desbocas mi corazón.
Quiero colgarte de mi brazo
y a paso de chotis llevarte a ver
cosas de Madrid,
charlar con Don Hilarión
y un vinito tomar en la plaza Mayor
(Plaza Mayor. Letra Antonio Bartrina. Música Jorge Orlando Lema)

Guitarra, bandoneón y contrabajo

Estamos en 1998. Bartrina siente deseos de volver a los orígenes, a la formación pequeña con guitarra, bandoneón y contrabajo. Plaza Mayor se graba en directo en varios teatros de Castilla y León: Teatro Juan Bravo de Segovia, Teatro de la Audiencia de Soria, Teatro Clunia de Burgos y Casa de La Cultura de Miranda de Ebro.

En los primeros años del nuevo siglo la banda la componen Antonio Bartrina (voz), Ariel Hernández (bandoneón), Fernando Gilabert (contrabajo) y Leonardo Alonso (guitarra).

"Cuando pienso en estos 30 años me viene a la cabeza todo lo que en el camino he aprendido, lo que me han enseñado, los músicos de allá, bandoneonistas, guitaristas y contrabajistas... Al principio había ganas y admiración, pero poco más... por mi parte, al menos...
Los mejores momentos son muchísimos, pero hay uno que tengo grabado en el corazón y es escuchar y ver, desde entre las cajas de un teatro mudo y oscuro, a Antonio y Ariel tocando La ultima curda".
(Fernando Gilabert)

Antonio y Ariel en Buenos Aires. Foto de Gastón Bardy
Cortesía de Ariel Hernández

Fernando Gilabert Lorenzo
Malevaje 1990. Grabacion
en vivo de "Envido"

"Después de tantos años juntos, Fernandito es como mi hermano. De los fundadores de Malevaje es el único que queda -aparte de mí- y musicalmente hemos llegado a un entendimiento absoluto. Para mí es imprescindible. (Antonio Bartrina)



Fernando Gilabert en la Sala Cero de Sevilla, el 2 de mayo de 2013

"Antonio, Fernando y yo compartimos piso en Lavapiés en los años 87-89. Lo que más recuerdo de entonces es que teníamos horarios poco convencionales, que Antonio y yo hacíamos la compra en el seven eleven y que comíamos mucho arroz blanco. Fernando era muy constante con su contrabajo y todas las tardes dedicaba bastante tiempo a hacer escalas. Me acostumbré a dormir la siesta escuchándolas." (Prado Núñez) 

Hacia 2006, Leonardo Alonso es reemplazado por el guitarrista argentino afincado en Madrid Sacri Delfino, una de las revelaciones del panorama jazzístico español del momento. Destacado compositor, interpreta -con energía, sutileza y virtuosismo- composiciones propias de jazz moderno con influencias del tango, la milonga, la chacarera o el candombe. En poco tiempo se convierte en una pieza fundamental en Malevaje.



“Sacri lo tiene todo: virtuosismo, delicadeza y buenas ideas. Su forma de tocar está llena de elegancia, buen gusto y melodías seductoras. En el escenario cierra los ojos y deja que la música fluya por sus dedos sin límites ni fronteras”, (esmadrid.com)
“Tiene algo su música difícil de describir, que te deja cautivo, a Delfino fácilmente lo podría calificar de chamán en clave de Sol...” (Iberarte)
"A Antonio y a Fernando los conocía de vista. Entablamos conversación la noche en que la Asociación Gardeliana Argentina le entregaba a Antonio La Orden del Porteño como reconocimiento a su trayectoria, en 2005. Meses después me llamaron para hacer una sustitución del guitarrista en un concierto en el Colegio de Médicos de Madrid. Luego hice otros reemplazos, entre ellos cuando estrenamos Gracias, viejo en la fiesta del deporte de Alcorcón con la presencia de un emocionado Alfredo Di Stéfano. A partir de ahí quedé estable en el grupo y mi debut oficial fue inaugurando Los Veranos de la Villa con un concierto frente al Palacio Real, el 1 de julio de 2006" (Sacri Delfino)

En 2001, Malevaje lanzaron la recopilación  Tango Amigo 1985-1991, disco al que siguieron Vuelvo al barrio (2002 en directo),  ¿Que Veinte Años no es Nada? (2004), No me quieras tanto (quiéreme mejor) (2008) y el triple A mi modo y con mi acento (2009), que incluye los discos Va cayendo gente al baile, Con su permiso, Don Carlos y Plaza Mayor.

¿Que veinte años no es nada?, grabado en directo en la madrileña sala Galileo los días 20 y 21 de marzo de 2004 (Antonio, Fernando y Ariel), supone una nueva ruptura. Bartrina introduce en sus composiciones toda su rabia y el disco, sin perder un ápice de la ironía característica de Malevaje,  rebosa crítica social: "Estoy harto de todo lo que está pasando en el mundo, de lo que está pasando en mi país, de lo que pasa en mi ciudad... Así que con este disco he pretendido reflejar lo que ha cambiado la vida en estos 20 años", señalaba Antonio Bartrina en marzo de 2004.

No obstante, el disco guarda su espacio para las versiones de clásicos y para el amor:
Llegaste como un rayo deslumbrante de luz...
¡Yo andaba por el mundo sin amor ni quietud!
¡Mis ansias ya se habían refugiado
entre las ruinas de mi pasado!
Traías en tus ojos... en tus labios... tu voz...
la cálida promesa de un destino mejor...
mis manos y tus manos se encontraron
y nuevamente palpitó mi corazón.

Tú...
con la magia de tu amor y tu bondad...
Tú...
me enseñaste a soreir y a perdonar...
¡Ves...
yo era un grito de rencor
en el trágico final
de mi desesperación!
Ves...
todo aquello se esfumó
como brumas en el mar
al llegar la luz del sol...
Tú...
milagrosa musiquita de cristal...
Tú...
me enseñaste a sonreir y a perdonar!

Qué tristes eran todos mis momentos sin ti...
me ahogaba la tortura de rodar sin morir.
Cansado de mis penas y mi hastío
y de esos viejos recuerdos míos...
Tus besos... tus ternuras... tu emoción y tu fe
hicieron el milagro de borrar el ayer...
aquel lejano ayer ensombrecido
que nunca... nunca... nunca más ha de volver
(Tú, con letra de José María Contursi, que Bartrina hace propia para dedicar a su mujer, Rocío)

El 12 de julio de 2005, moría, a los 87 años, víctima de una afección respiratoria, Osvaldo Larrea.

Lastima, bandoneón,
mi corazon
tu ronca maldición maleva...
Tu lágrima de ron
me lleva
hasta el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo tan fugaz
que es una curda, ¡nada más!
mi confesión.

(La última curda. Letra de Cátulo Castillo y música de Anibal Troilo)




Ariel, Fernando, Marcelo, Alicia Gonzal,
 Sacri y Antonio
Tango Jondo

A partir de 2008, Antonio Bartrina y Ariel Hernández emprenden una aventura musical paralela a Malevaje que, con el nombre de Tango Jondo, prentende "desnudar al tango de todos sus adornos musicales y presentar sólo la esencia vital del mismo, con toda su crudeza y con toda la profundidad de su alma".

Antes de cada uno de los conciertos de Malevaje, y a modo de presentación, Antonio y Ariel hacían pequeñas actuaciones promocionales, sólo con bandoneón y voz, como dos maestros del flamenco. Aquellos pequeños conciertos se convirtieron en un disco con entidad propia. Para grabarlo se fueron a Buenos Aires, se colocaron bajo un micrófono colgado del techo y grabaron Tango Jondo.


"Cuando a principios del 2008, Ariel Hernández y yo, recorríamos España haciendo entrevistas y pequeñas actuaciones promocionales, sólo con bandoneón y voz, unos días antes de los conciertos de presentación del último disco de Malevaje No me quieras tanto, quiéreme mejor, no se nos había ocurrido, ni de lejos, que íbamos a acabar grabando un disco en ese formato, a la manera de los flamencos. Pero, resultó ser que esos pequeños conciertos llegaron a calar en el alma del reducido público que asistía como invitado a ellos. Yo, desde luego, explicaba que eso era un avance del  concierto real, que era el de Malevaje en un teatro de la ciudad en que nos encontráramos, pero a la gente parecía no importarle y disfrutaban de ese momento como si fuera único. Al final comprendimos que realmente lo era, y decidimos dejar constancia de ello en una grabación especial, sólo bandoneón y voz, y grabado a la vez, con un micrófono colgado del techo, como se grababa antes. Además nos fuimos a Buenos Aires a hacerlo, para que toda el alma del tango, que impregna el aire de esa querida ciudad, quedara emotivamente registrada en esta grabación nuestra.
La idea era desnudar al tango de todos sus adornos musicales y presentar sólo la esencia vital del mismo, con toda su crudeza  y con toda la profundidad de su alma. Y este es el resultado de aquella aventura: nueve tangos clásicos interpretados desde dentro de nosotros mismos, y un tema propio que ya grabamos con nuestro grupo Malevaje y que está dedicado a D. Alfredo Di Stéfano. En este último contamos con la colaboración de un grupo de amigos de allá, Puro Tango, que pusieron sus guitarras y su voz a nuestra disposición en este homenaje a Don Alfredo. Escuchar atentamente estas canciones. Os morderán por dentro. (Antonio Bartrina)
"Cuando Malevaje me contactó por primera vez, fue para hacer una gira por toda España con el disco Plaza Mayor. En el primero de los conciertos, en Segovia recuerdo, en el segundo tema se me rompió una nota del bandoneón, quedó trabada y no podía abrir ni cerrar el instrumento sin que esa nota dejara de sonar constantemente haciendo un sonido horrible. Fue entonces que le avisé con mucha discreción a Antonio Bartrina lo que pasaba. A Bartrina sólo lo había visto en los ensayos previos y no podía adivinar su reacción, sin embargo, tapó el micrófono con la mano y me preguntó:
-¿Para cuánto tienes?
-Unos diez minutos, le dije.
-No hay problema. Ve al camerino y resuélvelo. Cuando estés listo, vente al escenario.
Yo me fui a toda prisa y llegué a escuchar que Antonio le decía al público: Voy a contarles la historia del Conde Sisebuto...
Subí al camerino sudando y me dispuse a arreglar el instrumento. El resto de los músicos no tardaron en llegar buscándose cervezas y muertos de risa.
Cuando lo arreglé, (mejor dicho lo empaché), regresé al escenario. Veo que Antonio tapa nuevamente el micrófono  y me dice: Espera un poco que tengo que terminar la historia que estoy contando y seguimos. La gente estaba encantada con la historia del tal conde. No hubo un solo bache en el escenario. Fue impecable.
Después de esa gira di muchas mas vueltas por España con Malevaje. Como consecuencia de una fuerte amistad, Antonio Bartrina y su familia se transformaron a lo largo de estos años también en mi familia. Dirigí musicalmente a Malevaje durante 15 años aproximadamente. Si bien ahora vivo en mi país haciendo mi música, es una banda que siempre estará en mi corazón." (Ariel Hernández)

El 20 de octubre de 2011, Tango Jondo ofrecieron su último concierto en el Colectivo La Latina y Ariel Hernández se despedía al tener que volver a la Argentina.

Ariel y Antonio. Prueba de sonido en el Clavicémbalo (Lugo)

"Sube primero Ariel, con una cerveza en la mano, se sienta y estira el bandoneón. Llega después Bartrina, vestido con un traje negro, con corbata fina de tonos rojos, como para un bautizo. Se sienta y se arrancan con los primeros compases del concierto. A penas van unas notas y a Bartrina le suena el móvil. Risas. Es artista viejo, más de un cuarto de siglo paseando sus canciones, así que de todo incidente sabe sacar partido, convertirlo en una anécdota. Se muestra locuaz, bromea. Pero sobre todo canta y lo hace con sentimiento, con fuerza, con el coraje que un tango precisa, desde una voz timbrada. (Javi Álvarez islainexistente.javialvarez.es)


Malevaje Bar Trío

Tras la marcha de Ariel a la Argentina, Malevaje continúa en formación de trío con Antonio, Fernando y Sacri. Son años díficiles para los músicos. No hay posibilidad de grandes actuaciones y la banda se refugia en su proyecto "para espacios recogidos" Malevaje Bar Trio, siendo habituales sus actuaciones en el Café Berlín.

Concierto en el Café Berlín de Madrid

"Lo que genera Malevaje en España no se da en ningún otro rincón del mundo. Es similar a lo que significaron en Argentina algunas de las mejores orquestas o algunos de los grandes cantantes.
En estos años me encontré en distintas ciudades de España a intérpretes jóvenes que definitivamente tienen a Malevaje como modelo.
La gente ha hecho de Malevaje un grupo de culto. Y le premia la constancia, la coherencia y la honestidad. Creo que entre muchas otras cosas es eso lo que el público va a aplaudir el 31 de octubre en el concierto por los 30 años." (Sacri Delfino)
En el Café Berlín


Hasta que el cuerpo aguante

Y con esto y muchísimo más, Malevaje cumple sus 30 años. La cita para celebrarlo es el próximo viernes día 31. ¿Y después, qué? Pues, hasta que el cuerpo aguante. Sabemos que Antonio, además de las composiciones propias y las que le quedan por componer, tiene en la cabeza más de cien tangos clásicos que le gustaría grabar. Además, por supuesto, aún tiene que "hacer fortuna".
"Yo seguiré los años que Antonio quiera. Seguiré a su lado". (Fernando Gilabert)
"Cuántos años más no lo sé. Seguiré tocando mientras me la siga pasando bien y mientras tengamos cosas para decir." (Sacri Delfino) 
"Hasta que el cuerpo aguante y un poco más alla, por supuesto. En todo este tiempo hemos aprendido mucho y también los músicos han cambiado. Fernando es el único, que ha estado siempre conmigo en Malevaje, salvo un par de años" (Antonio Bartrina)

¡Decí, por Dios, qué me has dao!
que estoy tan cambiao,
no sé más quién soy…
El malevaje extrañao
me mira sin comprender,
me ve perdiendo el cartel
de guapo que ayer
brillaba en la acción…
No ves, que estoy embretao,
vencido y maneao
en tu corazón.
Te vi pasar tangueando altanera,
con un compás tan hondo y sensual,
que no fue más que verte y perder
la fe, el coraje, el ansia ´e guapear…
No me has dejao ni el pucho en la oreja
de aquel pasao, malevo y feroz,
ya no me falta pa´ completar
más que ir a misa e hincarme a rezar.
Ayer, de miedo a matar,
en vez de pelear,
me puse a correr.
Me vi a la sombra o finao,
pensé en no verte y temblé.
Si yo, que nunca aflojé,
de noche angustiao,
me encierro a llorar.
¡Decí, por Dios, qué me has dao!
que estoy tan cambiao,
no sé más quién soy…
(Malevaje. Música de Juan de Dios Filiberto y letra de Enrique Santos Discépolo)


Recuerdos

Al viento las campanas, dirán que ya eres mía

"Creo que el mejor recuerdo de Malevaje fue el día de mi boda. En medio de la iglesia sonó, contra toda costumbre, El día que me quieras. El cura no daba crédito. Atravesamos la castellana con más de 20 harleys escoltándonos y Malevaje tocó en mi boda como regalo, el mejor de todos.Y Antonio apadrinó a mi hija en su bautizo un año después. La calidad de Antonio le hizo pasar por la iglesia por amor a pesar de su enorme agnosticismo. Él es así. Así somos todos. Hacemos las cosas por amor" (Ana Matías)


*Nuestro agradecimiento a Rosa Salero, Prado Nuñez, Ana Matías, Alberto Gómez Font, Domingo J. Casas, Alberto García-Alix, Ramón Godes, Ariel Hernández, Sacri Delfino, Fernando Gilabert y Antonio Bartrina por colaborar en este reportaje y facilitarnos la labor

**Finalmente Ramón Godes no podrá estar en el concierto del dís 31 debido a una lesión




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