Llevamos la crisis en los brazos, en los ojos, en la boca. Tan nuestra, tan interior, tan íntima, tan duradera ella. Somos crisis. Colgada está en las ventanas de los hoteles cinco estrellas, en restaurantes lechales de cordero segoviano, vacíos de tenedores de lujo, comiéndose los michelines de la guía. Vamos trillando crisis, segando parados de duración infinita, gavillas almacenadas en sótanos de olvido. Trigo moreno de sangre envenenada, inservible para obleas blancas de ofrenda.
De brotes verdes hablan. Pero hay economistas arrancando brotes verdes, nacidos apenas, como si les crecieran agostos por los adentros. Sin tallos de estatura para auparse en la vida, dando esperanza para incendiar la crisis. La llevamos en los ojos, turbios de tiempo sin tiempo que remedie la amargura.
Felipe hablando de ETA cargada de pistolas. ETA es una infinita cartuchera, encinta de ataúdes, tricornios y muslos de novias tristes. Disparan contra el beso, el amor recién nacido, terminales de inmigrantes, fusilando ilusiones contra paredes blancas. ETA dictadura amarga como todas las dictaduras del mundo. Y Felipe hablando, dudando, planteando conciencia frente a balas, palabra cargada de futuro contra bombas reciclando presentes en pasados. Intuyendo que el amor puede más que los zulos oscuros del miedo y las fronteras. Felipe implicado en el devenir de la historia. Por el ochenta y dos presidente. España en las manos. Para una Europa cercana. Lejos del cráter que nos convirtió en el sótanos del mundo. Empujando hacia atrás la dictadura para mostrar la cara limpia y los brazos acogedores de España. Expresidente ya. Jarrón para el futuro. Situado en la palabra constructora. Sin boletín oficial, pero haciendo camino. Y esperanza. Despeñados anduvimos muchos años. Pisados en el fondo de la historia. Confundidos con toritos negros sobre televisores grises, castañuelas y gitanitas exiliadas en Alemania sin Alhambras ni Generalifes, sin Albaicines ni arrayanes. Pero brotó la luz de las bodegas del mundo y surgió la esperanza esperanzada. Y fue para siempre una España hacia delante.
Llevamos la crisis en los brazos, en los ojos, en la boca. Tan nuestra, tan interior, tan íntima, tan duradera ella. Pero que nadie amenace la esperanza. Ha costado trabajo empujarla hacia delante. Crisis somos. Pero músculo somos. Fuerza somos y arrojo. Que nadie especule con el desengaño y la anorexia. Que nadie anuncie regresos que suenan a amenaza. “Si viera a España muy desesperada, tal vez tendría que volver a la política” Lo dice Aznar, vendedor ambulante de desgracias. Murdoch paga y él pone el mostrador. Vocea una España rota, balcanizada, descristianizada, desahuciada, agónica y terminal. Nación a precio de saldo por culpa de un gobierno fabricante de paro, hacedor de crisis económicas sin precedentes, destructor de los valores de occidente, triturador de la familia.
ue injusta la historia que sitúa a este gran bienhechor de la humanidad entre los cinco peores expresidentes del mundo. Ni Buhs le concedió ningún galardón cuando se despidió de la Casa Blanca. Lo bajó del podio donde se había colocado junto a Blair y lo degradó con el olvido más absoluto sin ni siquiera regalarle una mesa donde descansar los pies.
Le queda Sarah Palin, GEES, FAES y Ana-medio-ambiente para sostener el mostrador ambulante de su tienda.
Dispara la amenaza de volver si España se desesperanzara. Habrá que decorarse con una sonrisa la solapa y ponerle jazmines a la pena para ahuyentar redentores, Reyes Magos y mesías.