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El horror de nuestra realidad

Por Teodoro Rentería Arróyave

Ahora resulta que los mexicanos, además de algunos extranjeros que todavía se atreven a visitar nuestro país, seguramente por la propaganda alter optimista del presidente Felipe Calderón Hinojosa, estamos indefensos y expuestos a dos fuegos.

Así se desprende, por undécima vez, del primer informe de labores del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, CNDH, Raúl Plascencia Villanueva, al exponer sin tapujo alguno el drama de las víctimas civiles, que lo mismo son agredidas o muertas por el crimen organizado o por el fuego cruzado o de plano por errores de los soldados, marinos o agentes policíacos federales.

Claro está, que a estas víctimas de la guerra unilateralmente decretada por el presidente Calderón Hinojosa, que ahora califica como “su lucha”, no son más que “daños colaterales”, de acuerdo también al diccionario oficial de Los Pinos.

“111 personas inocentes, sin vínculos con delito alguno, perdieron la vida el año pasado en los operativos de seguridad pública y en la inmensa mayoría de los casos aún aguardan que se haga justicia”, así lo denunció en su informe de labores 2010 ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el ombudsman nacional, Plascencia Villanueva.

No se quedó sólo en destacar la problemática sino que además valoró la importancia de nuevas estrategias en materia de seguridad pública, al afirmar que se “requieren de una constante evaluación de las mismas para determinar su funcionalidad y conveniencia”. “El recuento de los logros y desatinos permitirá rescatar lo positivo y enmendar las fallas”. Aseveró.

En esa misma línea, en los últimos cinco años han muerto más de 900 niños y adolescentes a consecuencia de la guerra contra el crimen organizado, según el informe de la Red por los Derechos de la Infancia en México

Situación esta que ha llegado al exceso de que se maten entre policías. Según denuncia del alcalde de Ciudad Juárez, Chihuahua, Héctor Murguía Lardizábal, la muerte de uno de sus escoltas, Jorge Humberto Muñoz Pérez de 29 años a manos de agentes de la Policía Federal, se debe a una “gavilla de inexpertos pistoleros con rifles AR-15”, que asesinó “arteramente” a uno de sus escoltas y dejó herido de gravedad a otro.

Además, denunció que él se salvó “de milagro”, pues también fue “apuntado y encañonado” por los uniformados. No obstante esa precisión la Secretaría de Seguridad Pública federal aseveró que el guardaespaldas muerto fue abatido a tiros por adoptar una “actitud ofensiva”, no identificarse y negarse a deponer sus armas, además de que vestía ropa de civil,

Qué bueno que los cuatro agentes federales involucrados en el homicidio estén confinados y puestos a disposición del Ministerio Público; sin embargo ello no nos evita afirmar que los mexicanos, además de algunos extranjeros que todavía se atreven a visitar nuestro país, están indefensos y expuestos a dos fuegos: lo mismo son agredidos por el crimen organizado o por el fuego cruzado o de plano por errores de los soldados, marinos o agentes policíacos federales. Ese es el horror de nuestra realidad.







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