Por Fabiola Leyton
Los tiburones llevan unos 400 millones de años viviendo en el planeta. Y en unos cuantos años están al borde de la extinción por las prácticas crueles del ser humano. Su población ha declinado en un 90% gracias a la sobreexplotación, y con ella, una aberrante práctica que es legal en todo el mundo: el "finning" o "aleteo", que consiste en atrapar al tiburón, cortarle sus aletas y devolver al animal, mutilado, al mar.
Además de ser una práctica extremadamente cruel, es inútil e insostenible. Los tiburones han sido presa de los barcos pesqueros por una creciente demanda de subproductos de tiburón (particularmente las aletas), para el mercado asiático y los restaurantes asiáticos del mundo. Las aletas de las especies más deseadas pueden llegar al precio de 500€ el kilo, mucho mayor que el valor de la carne de tiburón.
Estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y de organizaciones conservacionistas independientes, estiman que cada año se capturan más entre 100-150 millones de tiburones.
Y es que esta especie es muy vulnerable, por características propias de la especie: crecen lentamente, maduran tardíamente y tienen poca descendencia.
La demanda por sopa de aleta de tiburón, de subproductos de tiburón como el "cartílago" que promueve la medicina tradicional china, etc. están provocando esta catástrofe a este animal cefalizado, inteligente y sintiente. Con el finning, se lo mutila y devuelve al mar como si de basura se tratara.
Los tiburones llevan unos 400 millones de años viviendo en el planeta. Y en unos cuantos años están al borde de la extinción por las prácticas crueles del ser humano. Su población ha declinado en un 90% gracias a la sobreexplotación, y con ella, una aberrante práctica que es legal en todo el mundo: el "finning" o "aleteo", que consiste en atrapar al tiburón, cortarle sus aletas y devolver al animal, mutilado, al mar.
Además de ser una práctica extremadamente cruel, es inútil e insostenible. Los tiburones han sido presa de los barcos pesqueros por una creciente demanda de subproductos de tiburón (particularmente las aletas), para el mercado asiático y los restaurantes asiáticos del mundo. Las aletas de las especies más deseadas pueden llegar al precio de 500€ el kilo, mucho mayor que el valor de la carne de tiburón.
Estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y de organizaciones conservacionistas independientes, estiman que cada año se capturan más entre 100-150 millones de tiburones.
Y es que esta especie es muy vulnerable, por características propias de la especie: crecen lentamente, maduran tardíamente y tienen poca descendencia.
La demanda por sopa de aleta de tiburón, de subproductos de tiburón como el "cartílago" que promueve la medicina tradicional china, etc. están provocando esta catástrofe a este animal cefalizado, inteligente y sintiente. Con el finning, se lo mutila y devuelve al mar como si de basura se tratara.