Juan Carlos Monedero: Ante la crisis del modelo de acumulaci贸n, la respuesta del capitalismo es la guerra
Fernando Arellano Ortiz.- Para el polit贸logo y soci贸logo espa帽ol Juan Carlos Monedero, la coyuntura mundial est谩 signada por una crisis del sistema capitalista que est谩 llevando a ahondar los mecanismos de explotaci贸n de la gente con el fin de mantener a como d茅 lugar este modelo de acumulaci贸n que ha generado un clima planetario de estallido social.
“En el momento actual -dice- no hay espacios para el optimismo: no hay sujeto, no hay teor铆a, en cambio sigue habiendo la voracidad extrema de un sistema que solamente funciona sobre la base de aquello que dec铆a Marx, acumular, acumular, y con una perspectiva de un incremento fuerte de la represi贸n”.
Monedero es licenciado en Ciencias Pol铆ticas y Sociolog铆a en la Universidad Complutense de Madrid. Hizo sus estudios de posgrado en la Universidad de Heidelberg (Alemania), y ha sido profesor invitado en el Instituto de Estudios Pol铆ticos de la Universidad Humboldt de Berl铆n, de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), la Universidad Nacional de Medell铆n (Colombia), la Universidad Iberoamericana de Puebla (M茅xico), as铆 como la Universidad Bolivariana y la Universidad Central de Venezuela. Su tesis doctoral sobre el hundimiento de la Rep煤blica Democr谩tica Alemana recibi贸 la calificaci贸n de sobresaliente cum laude.
Actualmente es profesor titular de Ciencia Pol铆tica y de la Administraci贸n en la Universidad Complutense de Madrid. Es el coordinador de la Escuela Latinoamericana de Gobierno, Pol铆ticas P煤blicas y Ciudadan铆a y responsable de formaci贸n del Centro Internacional Miranda de Caracas (Venezuela). En este marco ha sido el responsable del Diploma de Gobierno y Poder Ciudadano de formaci贸n de cuadros t茅cnicos y pol铆ticos, con vistas a aumentar la capacidad institucional y pol铆tica de los servidores p煤blicos en Venezuela y Ecuador.
Por una nueva definici贸n de democracia
Para este cient铆fico social espa帽ol es imperativo recrear el t茅rmino democracia antela irrupci贸n de nuevos conflictos en el mundo y la activaci贸n tambi茅n de nuevos actores en la vida social y pol铆tica de los pueblos que anta帽o estaban relegados o marginados.
En ese sentido, muy elocuentes fueron sus palabras durante el discurso que pronunci贸 ante la ONU el 15 de septiembre de 2010 con motivo del D铆a Internacional de la Democracia. Algunos apartes son los siguientes:
“La academia tiene que revisar sus conceptos, y entender que el discurso sobre la modernizaci贸n desarraig贸 a los pueblos del Sur y los someti贸 al modelo de valorizaci贸n del Norte; que el discurso sobre las transiciones a la democracia se hizo sobre la ausencia de participaci贸n popular y la renuncia a las reparaciones (valga el ejemplo de la democracia espa帽ola, presentada como ejemplar, y a la que no le import贸 llamarse as铆 pese a asentarse sobre 150.000 cad谩veres asesinados por la dictadura de Franco y que a煤n hoy, siguen en cunetas, campos y caminos; junto a cosas parecidas pod铆amos decir de Indonesia, Brasil, Chile, Guatemala, El Salvador, Colombia, etc.); debe la ciencia pol铆tica entender que la gobernabilidad puso la sospecha en la arena popular en un momento donde la crisis de legitimidad pon铆a la responsabilidad en el lado de los gobiernos, al igual que la gobernanza, m谩s cerca de la plutocracia que de la democracia, niega el conflicto en un momento de la humanidad en donde nunca las desigualdades fueron tan grandes”.
“La teor铆a pol铆tica democr谩tica tiene grandes retos ante s铆. Una democracia que corriera con los tiempos podr铆a atreverse a presentar el consumo que excede el propio territorio como una invasi贸n de otros pa铆ses, reserv谩ndole el mismo trato que el de una guerra de conquista. Si un pa铆s con el 5% de la poblaci贸n mundial es responsable del 25% de la emisi贸n de CO2, ese exceso est谩 poniendo una suerte de bota militar ecol贸gica sobre otros pa铆ses. La teor铆a democr谩tica puede pensar en nuevos indicadores que incorporen nuevas miradas para salir de su par谩lisis. Recuperar铆a as铆 una presencia social que hoy no tiene y ser铆a m谩s f谩cil ver a polit贸logos acompa帽ando a movimientos sociales que asesorando a estructuras de decisi贸n incapaces de generar cambios. ¿Se atreve el pensamiento social a devolver a la sociedad el esfuerzo que 茅sta hace para que nos dediquemos a nuestra labor?”
“En nombre de la democracia se estar铆a excluyendo, como hizo la Grecia cl谩sica con los esclavos. Una nueva definici贸n de democracia que entienda que hay un nuevo demos, un nuevo pueblo, debido a las migraciones: que explique que todo el que vive en un lugar debe ser considerado de ese lugar. Porque, de lo contrario, en nombre de la democracia se estar铆a excluyendo, como hizo la Grecia cl谩sica con los esclavos, a parte importante de los que sostienen laboralmente a los pa铆ses. E igualmente reflexionar que hay un demos en el futuro, con derechos pero sin deberes, que son las nuevas generaciones, lo que obliga a incorporar al nuevo demos a la naturaleza y hace de la idea de decrecimiento, especialmente en el Norte, una idea sin la cual ya no es posible pensar la democracia”.
Venezuela: proceso de transformaci贸n de largo aliento
Por su vinculaci贸n con el Centro Internacional Miranda, el tanque de pensamiento e investigaci贸n encargado de formular l铆neas de acci贸n para el impulso del proceso revolucionario de Venezuela, Monedero asevera que las transformaciones que tiene que vivir este pa铆s latinoamericano son de largo aliento. “Es mentira que Venezuela quiera ser Cuba”, asegura.
Explica que el presidente Hugo Ch谩vez ha planteado con estricta nitidez que el error del socialismo del siglo XX fue acabar con la propiedad privada.
“Hay una diferencia clara entre la propiedad privada, los medios de trabajo y los medios de producci贸n”, explica.
“Hay bienes que son p煤blicos: la electricidad, el agua, el alimento, la salud, una educaci贸n b谩sica, la banca. Creo que esos son bienes p煤blicos que no tienen que entenderse como mercanc铆as. Es un disparate que sembr贸 el capitalismo. El Estado tiene que regular los bienes p煤blicos. El propio sentido com煤n nos dice que el derecho a comer est谩 por encima del derecho a la propiedad privada. Hemos entendido que la nacionalizaci贸n de los medios de producci贸n no garantiza la satisfacci贸n de las necesidades p煤blicas, tiene que ser la propia comunidad organizada la que se corresponsabilice, con la ayuda del Estado central”.
“Los bienes p煤blicos tienen que suministrarse p煤blicamente, que no estatalmente, porque una de las cosas que presenta esta reforma es la construcci贸n de un sector p煤blico no estatal. Si s贸lo fuera estatal estar铆amos ante un socialismo del siglo XX que fracas贸”, se帽ala.
Hay una crisis capitalista profunda, pero no hay modelo alternativo
En su 煤ltimo viaje a Colombia, el Observatorio Sociopol铆tico Latinoamericano www.cronicon.net realiz贸 la siguiente entrevista con Juan Carlos Monedero.
- La crisis capitalista es sist茅mica, no obstante que los analistas consideran que no hay un sujeto pol铆tico que jalone un cambio fundamental de modelo econ贸mico. ¿Est谩 de acuerdo con esa visi贸n?
- De las crisis econ贸micas se han salido a trav茅s de un modelo de Estado. En los a帽os 20 con el fordismo que sienta las bases de lo que fue despu茅s el keynesianismo; en la crisis de los a帽os 70 con el neoliberalismo y el posfodismo; hoy hay una nueva crisis, evidente, profunda, pero no hay modelo alternativo. Falta el sujeto, la clase obrera no construye ese imaginario capaz de portar esa posibilidad de una nueva alternativa pero tampoco existe el marco te贸rico de c贸mo podr铆a ser esa alternativa. Ello presenta un panorama gris porque en otros momentos hist贸ricos donde no ha habido una hegemon铆a mundial y hay intereses en conflicto la respuesta ha sido la guerra. Con esto no quiero ser en exceso pesimista, porque un pesimista es un idiota antip谩tico, pero tampoco optimista, porque un optimista es un idiota simp谩tico, y de alguna manera hay que sobreponerse a esos dos tipos de idiotez. Pero el panorama no es nada halag眉e帽o. Yo creo que los elementos que permitieron rearmar un modelo en los a帽os 70, eso que llamamos neoliberalismo, que fue un acuerdo general, que a帽os despu茅s se le denomin贸 tambi茅n Consenso de Washington, se asentaba en cuatro grandes patas: una era el incremento del d茅ficit p煤blico, es decir, diferir hacia las generaciones futuras la soluci贸n del problema; la segunda era insistir en la explotaci贸n de los pa铆ses del sur, algo que hoy no es posible por la nuevas rearticulaciones como el G-20 o tambi茅n la propia emergencia de gobiernos que hacen de la soberan铆a una bandera como el caso de Am茅rica Latina; la tercera soluci贸n tiene que ver con la explotaci贸n de la naturaleza y 茅sta ya ha dicho basta. Queda el cuarto elemento, el m谩s tradicional, que es el de incrementar los niveles de explotaci贸n a la clase obrera, pero eso genera a su vez un problema que se est谩 agravando y que es una crisis de legitimidad, de confianza y de acumulaci贸n. Es decir, el ahondar en la explotaci贸n de la gente para solventar el modelo de acumulaci贸n capitalista va agravando paulatinamente el problema y va generando un clima de estallido social. Por eso digo que en el momento actual no hay espacios para el optimismo: no hay sujeto, no hay teor铆a, en cambio sigue habiendo la voracidad extrema de un sistema que solamente funciona sobre la base de aquello que dec铆a Marx, acumular, acumular, y con una perspectiva de un incremento fuerte de la represi贸n en el inmediato futuro.
- En el 谩mbito mundial, Am茅rica Latina es donde se da una ebullici贸n social permanente. ¿Qu茅 le hace falta a la izquierda de los pa铆ses latinoamericanos para generar ese sujeto y ese marco te贸rico a los cuales usted se refiere?
- El sujeto pol铆tico de las transformaciones en Am茅rica Latina no es el proletariado sino el “pobretariado”. Y el “pobretariado” tiene unas cualidades muy altas para terminar con la depredaci贸n neoliberal pero tiene muchas m谩s dificultades para armar el modelo alternativo, sobre todo porque tiene que enfrentar con unos liderazgos fuertes, que son muy 煤tiles para el modelo neoliberal que se apoyan en el Estado y sobre todo el ej茅rcito. Yo tengo mis dudas de que este sujeto sirva para consolidar una alternativa, porque est谩 a煤n en una posici贸n reactiva, eso no quita que sea lo m谩s fecundo que hay ahora mismo en el mundo y es de donde est谩n surgiendo propuestas que creo que van en la direcci贸n correcta. En primer lugar, desconexi贸n de los mecanismos financieros globales que son el coraz贸n del mal; en segundo lugar, una relocalizaci贸n de la econom铆a, lo que implica desarrollos end贸genos y dejar de seguir funcionando en un modelo exportador que deja desabastecidos los mercados internos; en tercer lugar y lo m谩s esencial, construir una nueva globalizaci贸n contrahegem贸nica. Es decir, que asuma y entienda que la globalizaci贸n lleg贸 para quedarse, porque es inimaginable ahora pensar en modelos de autarqu铆a, que se cierren en s铆 mismo, sino que hay que buscar una globalizaci贸n basada no en elementos de competitividad sino de complementaci贸n, como por ejemplo la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA).
- Desde el Centro Internacional Miranda se hizo un ejercicio tanto de evaluaci贸n como de prospectiva de la primera d茅cada de la Revoluci贸n Bolivariana en Venezuela y su exposici贸n en ese sentido gener贸 revuelo por sacar a relucir aspectos como el hiperliderazgo pol铆tico, la mentalidad rent铆stica de la poblaci贸n en ese pa铆s, entre otros. ¿Cu谩l es la lectura que hizo respecto del futuro del proceso pol铆tico liderado por el presidente Hugo Ch谩vez
- Ah铆 lo que hicimos fue una evaluaci贸n de la primera d茅cada del proceso revolucionario en Venezuela y los elementos que requieren ser revisados. En un balance que yo hice de los fantasmas hist贸ricos de Venezuela donde est谩n la mentalidad rent铆stica, el militarismo, el centralismo, la corrupci贸n, el clientelismo partidista, uno de los elementos que tambi茅n mencion茅 fue el hiperliderazgo hist贸rico que es muy propio de pa铆ses que no han terminado de armar un Estado moderno y que tampoco ha articulado un sistema de partidos que d茅 respuestas a las diferentes sensibilidades populares. Ah铆 el papel del hiperliderazgo venezolano lo hemos equiparado a lo que llamaba Gramsci un cesarismo progresista. Es decir, hay un proceso de cambio, hay vac铆os populares y el l铆der ocupa un lugar importante para seguir ayudando a que el proceso de emancipaci贸n siga su rumbo. Pero esto yo lo considero bueno, en los momentos de freno del modelo neoliberal, se requiere una pluralizaci贸n para la consolidaci贸n, ese es uno de los ejes que nosotros planteamos. Los liderazgos en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba tienen que hacerse m谩s colectivos porque sino caen en una suerte de facilitaci贸n popular y al final ese l铆der que va acumulando tanta responsabilidad tiene tambi茅n una informaci贸n que no la tiene nadie en el pa铆s y eso va dificultando las posibilidades objetivas de dialogar. En ese sentido creo que es un momento muy bueno para decir que este liderazgo tan 煤til y muy necesario como el de Ch谩vez en Venezuela, tiene que abrirse a elementos m谩s plurales que permitan esa consolidaci贸n. No es en absoluto una cr铆tica al liderazgo de Ch谩vez que lo consideramos todos los que asistimos a ese seminario como indispensable. Se trat贸 de una llamada de atenci贸n para que ese liderazgo no se debilite al no tener la posibilidad de delegar funciones en un liderazgo m谩s colectivo.
- ¿Como espa帽ol, que elementos destacar铆a de este bicentenario de la emancipaci贸n de Am茅rica Latina, cuando desde le pen铆nsula Ib茅rica ya no vienen con carabelas, espada, s铆filis y con Biblia sino que mediante grandes inversiones tratan de lograr una nueva recolonizaci贸n?
- Es una pregunta dif铆cil de responder, porque yo te contestar铆a que mi abuelo se qued贸 en Espa帽a y los que vinieron son tus abuelos m谩s que los m铆os. Yo creo que Espa帽a se ha curado de esa mirada tan terrible del descubrimiento, todav铆a no se atreve ni hablar de conquistar ni de asumir con contundencia lo que signific贸 aquel proceso pero tambi茅n hay que ayudarla y ella tiene que ayudarse a s铆 misma a entender que un espa帽ol del siglo XXI no tiene la responsabilidad de la conquista, en cambio si tiene la responsabilidad de que las empresas trasnacionales espa帽olas no dificulten la posibilidad de desarrollo de este continente. En ese sentido creo que esta celebraci贸n del bicentenario debe servir para alertar sobre estos 500 a帽os de soledad provocados por el imperio de aquel momento y despu茅s por imperios sucesivos. Y debe servir tambi茅n para una toma de conciencia de reencuentro. Yo estoy m谩s cerca de muchos latinoamericanos que de la derecha espa帽ola…
- ¿Cu谩ndo habla de la derecha espa帽ola incluye al PSOE?
- No, no, las tesis de las dos orillas no son productivas intelectualmente, pero Obama no es igual que Bush, aunque estructuralmente vaya a repetir muchas pol铆ticas; Aznar no es igual que Zapatero, aunque los dos sostengan el modelo capitalista. Creo que para cada problema complejo hay una respuesta simple pero equivocada y es una misi贸n de los que nos podemos permitir el lujo de dedicarnos a pensar, complejizar y no simplificar.
- Y hablando de Jos茅 Mar铆a Aznar, ¿est谩 de acuerdo con que se lo juzgu茅 internacionalmente como criminal de guerra por haber involucrado a Espa帽a en la invasi贸n a Irak?
- S铆, s铆, adem谩s por razones muy personales porque 茅l quiso encarcelarme a m铆 por oponerme a la invasi贸n de Irak. Me encantar铆a que ahora confront谩ramos qui茅n era el criminal, si yo por haberme opuesto a esa agresi贸n o 茅l por haber colaborado activamente en esa masacre.
Monedero es licenciado en Ciencias Pol铆ticas y Sociolog铆a en la Universidad Complutense de Madrid. Hizo sus estudios de posgrado en la Universidad de Heidelberg (Alemania), y ha sido profesor invitado en el Instituto de Estudios Pol铆ticos de la Universidad Humboldt de Berl铆n, de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina), la Universidad Nacional de Medell铆n (Colombia), la Universidad Iberoamericana de Puebla (M茅xico), as铆 como la Universidad Bolivariana y la Universidad Central de Venezuela. Su tesis doctoral sobre el hundimiento de la Rep煤blica Democr谩tica Alemana recibi贸 la calificaci贸n de sobresaliente cum laude.
Actualmente es profesor titular de Ciencia Pol铆tica y de la Administraci贸n en la Universidad Complutense de Madrid. Es el coordinador de la Escuela Latinoamericana de Gobierno, Pol铆ticas P煤blicas y Ciudadan铆a y responsable de formaci贸n del Centro Internacional Miranda de Caracas (Venezuela). En este marco ha sido el responsable del Diploma de Gobierno y Poder Ciudadano de formaci贸n de cuadros t茅cnicos y pol铆ticos, con vistas a aumentar la capacidad institucional y pol铆tica de los servidores p煤blicos en Venezuela y Ecuador.
Por una nueva definici贸n de democracia
Para este cient铆fico social espa帽ol es imperativo recrear el t茅rmino democracia antela irrupci贸n de nuevos conflictos en el mundo y la activaci贸n tambi茅n de nuevos actores en la vida social y pol铆tica de los pueblos que anta帽o estaban relegados o marginados.
En ese sentido, muy elocuentes fueron sus palabras durante el discurso que pronunci贸 ante la ONU el 15 de septiembre de 2010 con motivo del D铆a Internacional de la Democracia. Algunos apartes son los siguientes:
“La academia tiene que revisar sus conceptos, y entender que el discurso sobre la modernizaci贸n desarraig贸 a los pueblos del Sur y los someti贸 al modelo de valorizaci贸n del Norte; que el discurso sobre las transiciones a la democracia se hizo sobre la ausencia de participaci贸n popular y la renuncia a las reparaciones (valga el ejemplo de la democracia espa帽ola, presentada como ejemplar, y a la que no le import贸 llamarse as铆 pese a asentarse sobre 150.000 cad谩veres asesinados por la dictadura de Franco y que a煤n hoy, siguen en cunetas, campos y caminos; junto a cosas parecidas pod铆amos decir de Indonesia, Brasil, Chile, Guatemala, El Salvador, Colombia, etc.); debe la ciencia pol铆tica entender que la gobernabilidad puso la sospecha en la arena popular en un momento donde la crisis de legitimidad pon铆a la responsabilidad en el lado de los gobiernos, al igual que la gobernanza, m谩s cerca de la plutocracia que de la democracia, niega el conflicto en un momento de la humanidad en donde nunca las desigualdades fueron tan grandes”.
“La teor铆a pol铆tica democr谩tica tiene grandes retos ante s铆. Una democracia que corriera con los tiempos podr铆a atreverse a presentar el consumo que excede el propio territorio como una invasi贸n de otros pa铆ses, reserv谩ndole el mismo trato que el de una guerra de conquista. Si un pa铆s con el 5% de la poblaci贸n mundial es responsable del 25% de la emisi贸n de CO2, ese exceso est谩 poniendo una suerte de bota militar ecol贸gica sobre otros pa铆ses. La teor铆a democr谩tica puede pensar en nuevos indicadores que incorporen nuevas miradas para salir de su par谩lisis. Recuperar铆a as铆 una presencia social que hoy no tiene y ser铆a m谩s f谩cil ver a polit贸logos acompa帽ando a movimientos sociales que asesorando a estructuras de decisi贸n incapaces de generar cambios. ¿Se atreve el pensamiento social a devolver a la sociedad el esfuerzo que 茅sta hace para que nos dediquemos a nuestra labor?”
“En nombre de la democracia se estar铆a excluyendo, como hizo la Grecia cl谩sica con los esclavos. Una nueva definici贸n de democracia que entienda que hay un nuevo demos, un nuevo pueblo, debido a las migraciones: que explique que todo el que vive en un lugar debe ser considerado de ese lugar. Porque, de lo contrario, en nombre de la democracia se estar铆a excluyendo, como hizo la Grecia cl谩sica con los esclavos, a parte importante de los que sostienen laboralmente a los pa铆ses. E igualmente reflexionar que hay un demos en el futuro, con derechos pero sin deberes, que son las nuevas generaciones, lo que obliga a incorporar al nuevo demos a la naturaleza y hace de la idea de decrecimiento, especialmente en el Norte, una idea sin la cual ya no es posible pensar la democracia”.
Venezuela: proceso de transformaci贸n de largo aliento
Por su vinculaci贸n con el Centro Internacional Miranda, el tanque de pensamiento e investigaci贸n encargado de formular l铆neas de acci贸n para el impulso del proceso revolucionario de Venezuela, Monedero asevera que las transformaciones que tiene que vivir este pa铆s latinoamericano son de largo aliento. “Es mentira que Venezuela quiera ser Cuba”, asegura.
Explica que el presidente Hugo Ch谩vez ha planteado con estricta nitidez que el error del socialismo del siglo XX fue acabar con la propiedad privada.
“Hay una diferencia clara entre la propiedad privada, los medios de trabajo y los medios de producci贸n”, explica.
“Hay bienes que son p煤blicos: la electricidad, el agua, el alimento, la salud, una educaci贸n b谩sica, la banca. Creo que esos son bienes p煤blicos que no tienen que entenderse como mercanc铆as. Es un disparate que sembr贸 el capitalismo. El Estado tiene que regular los bienes p煤blicos. El propio sentido com煤n nos dice que el derecho a comer est谩 por encima del derecho a la propiedad privada. Hemos entendido que la nacionalizaci贸n de los medios de producci贸n no garantiza la satisfacci贸n de las necesidades p煤blicas, tiene que ser la propia comunidad organizada la que se corresponsabilice, con la ayuda del Estado central”.
“Los bienes p煤blicos tienen que suministrarse p煤blicamente, que no estatalmente, porque una de las cosas que presenta esta reforma es la construcci贸n de un sector p煤blico no estatal. Si s贸lo fuera estatal estar铆amos ante un socialismo del siglo XX que fracas贸”, se帽ala.
Hay una crisis capitalista profunda, pero no hay modelo alternativo
En su 煤ltimo viaje a Colombia, el Observatorio Sociopol铆tico Latinoamericano www.cronicon.net realiz贸 la siguiente entrevista con Juan Carlos Monedero.
- La crisis capitalista es sist茅mica, no obstante que los analistas consideran que no hay un sujeto pol铆tico que jalone un cambio fundamental de modelo econ贸mico. ¿Est谩 de acuerdo con esa visi贸n?
- De las crisis econ贸micas se han salido a trav茅s de un modelo de Estado. En los a帽os 20 con el fordismo que sienta las bases de lo que fue despu茅s el keynesianismo; en la crisis de los a帽os 70 con el neoliberalismo y el posfodismo; hoy hay una nueva crisis, evidente, profunda, pero no hay modelo alternativo. Falta el sujeto, la clase obrera no construye ese imaginario capaz de portar esa posibilidad de una nueva alternativa pero tampoco existe el marco te贸rico de c贸mo podr铆a ser esa alternativa. Ello presenta un panorama gris porque en otros momentos hist贸ricos donde no ha habido una hegemon铆a mundial y hay intereses en conflicto la respuesta ha sido la guerra. Con esto no quiero ser en exceso pesimista, porque un pesimista es un idiota antip谩tico, pero tampoco optimista, porque un optimista es un idiota simp谩tico, y de alguna manera hay que sobreponerse a esos dos tipos de idiotez. Pero el panorama no es nada halag眉e帽o. Yo creo que los elementos que permitieron rearmar un modelo en los a帽os 70, eso que llamamos neoliberalismo, que fue un acuerdo general, que a帽os despu茅s se le denomin贸 tambi茅n Consenso de Washington, se asentaba en cuatro grandes patas: una era el incremento del d茅ficit p煤blico, es decir, diferir hacia las generaciones futuras la soluci贸n del problema; la segunda era insistir en la explotaci贸n de los pa铆ses del sur, algo que hoy no es posible por la nuevas rearticulaciones como el G-20 o tambi茅n la propia emergencia de gobiernos que hacen de la soberan铆a una bandera como el caso de Am茅rica Latina; la tercera soluci贸n tiene que ver con la explotaci贸n de la naturaleza y 茅sta ya ha dicho basta. Queda el cuarto elemento, el m谩s tradicional, que es el de incrementar los niveles de explotaci贸n a la clase obrera, pero eso genera a su vez un problema que se est谩 agravando y que es una crisis de legitimidad, de confianza y de acumulaci贸n. Es decir, el ahondar en la explotaci贸n de la gente para solventar el modelo de acumulaci贸n capitalista va agravando paulatinamente el problema y va generando un clima de estallido social. Por eso digo que en el momento actual no hay espacios para el optimismo: no hay sujeto, no hay teor铆a, en cambio sigue habiendo la voracidad extrema de un sistema que solamente funciona sobre la base de aquello que dec铆a Marx, acumular, acumular, y con una perspectiva de un incremento fuerte de la represi贸n en el inmediato futuro.
- En el 谩mbito mundial, Am茅rica Latina es donde se da una ebullici贸n social permanente. ¿Qu茅 le hace falta a la izquierda de los pa铆ses latinoamericanos para generar ese sujeto y ese marco te贸rico a los cuales usted se refiere?
- El sujeto pol铆tico de las transformaciones en Am茅rica Latina no es el proletariado sino el “pobretariado”. Y el “pobretariado” tiene unas cualidades muy altas para terminar con la depredaci贸n neoliberal pero tiene muchas m谩s dificultades para armar el modelo alternativo, sobre todo porque tiene que enfrentar con unos liderazgos fuertes, que son muy 煤tiles para el modelo neoliberal que se apoyan en el Estado y sobre todo el ej茅rcito. Yo tengo mis dudas de que este sujeto sirva para consolidar una alternativa, porque est谩 a煤n en una posici贸n reactiva, eso no quita que sea lo m谩s fecundo que hay ahora mismo en el mundo y es de donde est谩n surgiendo propuestas que creo que van en la direcci贸n correcta. En primer lugar, desconexi贸n de los mecanismos financieros globales que son el coraz贸n del mal; en segundo lugar, una relocalizaci贸n de la econom铆a, lo que implica desarrollos end贸genos y dejar de seguir funcionando en un modelo exportador que deja desabastecidos los mercados internos; en tercer lugar y lo m谩s esencial, construir una nueva globalizaci贸n contrahegem贸nica. Es decir, que asuma y entienda que la globalizaci贸n lleg贸 para quedarse, porque es inimaginable ahora pensar en modelos de autarqu铆a, que se cierren en s铆 mismo, sino que hay que buscar una globalizaci贸n basada no en elementos de competitividad sino de complementaci贸n, como por ejemplo la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA).
- Desde el Centro Internacional Miranda se hizo un ejercicio tanto de evaluaci贸n como de prospectiva de la primera d茅cada de la Revoluci贸n Bolivariana en Venezuela y su exposici贸n en ese sentido gener贸 revuelo por sacar a relucir aspectos como el hiperliderazgo pol铆tico, la mentalidad rent铆stica de la poblaci贸n en ese pa铆s, entre otros. ¿Cu谩l es la lectura que hizo respecto del futuro del proceso pol铆tico liderado por el presidente Hugo Ch谩vez
- Ah铆 lo que hicimos fue una evaluaci贸n de la primera d茅cada del proceso revolucionario en Venezuela y los elementos que requieren ser revisados. En un balance que yo hice de los fantasmas hist贸ricos de Venezuela donde est谩n la mentalidad rent铆stica, el militarismo, el centralismo, la corrupci贸n, el clientelismo partidista, uno de los elementos que tambi茅n mencion茅 fue el hiperliderazgo hist贸rico que es muy propio de pa铆ses que no han terminado de armar un Estado moderno y que tampoco ha articulado un sistema de partidos que d茅 respuestas a las diferentes sensibilidades populares. Ah铆 el papel del hiperliderazgo venezolano lo hemos equiparado a lo que llamaba Gramsci un cesarismo progresista. Es decir, hay un proceso de cambio, hay vac铆os populares y el l铆der ocupa un lugar importante para seguir ayudando a que el proceso de emancipaci贸n siga su rumbo. Pero esto yo lo considero bueno, en los momentos de freno del modelo neoliberal, se requiere una pluralizaci贸n para la consolidaci贸n, ese es uno de los ejes que nosotros planteamos. Los liderazgos en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba tienen que hacerse m谩s colectivos porque sino caen en una suerte de facilitaci贸n popular y al final ese l铆der que va acumulando tanta responsabilidad tiene tambi茅n una informaci贸n que no la tiene nadie en el pa铆s y eso va dificultando las posibilidades objetivas de dialogar. En ese sentido creo que es un momento muy bueno para decir que este liderazgo tan 煤til y muy necesario como el de Ch谩vez en Venezuela, tiene que abrirse a elementos m谩s plurales que permitan esa consolidaci贸n. No es en absoluto una cr铆tica al liderazgo de Ch谩vez que lo consideramos todos los que asistimos a ese seminario como indispensable. Se trat贸 de una llamada de atenci贸n para que ese liderazgo no se debilite al no tener la posibilidad de delegar funciones en un liderazgo m谩s colectivo.
- ¿Como espa帽ol, que elementos destacar铆a de este bicentenario de la emancipaci贸n de Am茅rica Latina, cuando desde le pen铆nsula Ib茅rica ya no vienen con carabelas, espada, s铆filis y con Biblia sino que mediante grandes inversiones tratan de lograr una nueva recolonizaci贸n?
- Es una pregunta dif铆cil de responder, porque yo te contestar铆a que mi abuelo se qued贸 en Espa帽a y los que vinieron son tus abuelos m谩s que los m铆os. Yo creo que Espa帽a se ha curado de esa mirada tan terrible del descubrimiento, todav铆a no se atreve ni hablar de conquistar ni de asumir con contundencia lo que signific贸 aquel proceso pero tambi茅n hay que ayudarla y ella tiene que ayudarse a s铆 misma a entender que un espa帽ol del siglo XXI no tiene la responsabilidad de la conquista, en cambio si tiene la responsabilidad de que las empresas trasnacionales espa帽olas no dificulten la posibilidad de desarrollo de este continente. En ese sentido creo que esta celebraci贸n del bicentenario debe servir para alertar sobre estos 500 a帽os de soledad provocados por el imperio de aquel momento y despu茅s por imperios sucesivos. Y debe servir tambi茅n para una toma de conciencia de reencuentro. Yo estoy m谩s cerca de muchos latinoamericanos que de la derecha espa帽ola…
- ¿Cu谩ndo habla de la derecha espa帽ola incluye al PSOE?
- No, no, las tesis de las dos orillas no son productivas intelectualmente, pero Obama no es igual que Bush, aunque estructuralmente vaya a repetir muchas pol铆ticas; Aznar no es igual que Zapatero, aunque los dos sostengan el modelo capitalista. Creo que para cada problema complejo hay una respuesta simple pero equivocada y es una misi贸n de los que nos podemos permitir el lujo de dedicarnos a pensar, complejizar y no simplificar.
- Y hablando de Jos茅 Mar铆a Aznar, ¿est谩 de acuerdo con que se lo juzgu茅 internacionalmente como criminal de guerra por haber involucrado a Espa帽a en la invasi贸n a Irak?
- S铆, s铆, adem谩s por razones muy personales porque 茅l quiso encarcelarme a m铆 por oponerme a la invasi贸n de Irak. Me encantar铆a que ahora confront谩ramos qui茅n era el criminal, si yo por haberme opuesto a esa agresi贸n o 茅l por haber colaborado activamente en esa masacre.