Por Frida Modak
En la guerra medi谩tica contra Moammar Gaddafi la verdad no interesa mayormente.Lo 煤nico que preocupa a quienes lo combaten es el petr贸leo de Libia, as铆 como antes s贸lo les interesaba el de Irak o el de Egipto y les inquieta lo que pueda pasar con el que poseen los otros pa铆ses de la regi贸n.
Mientras unos se justifican pronosticando escasez y alzas desorbitadas de los precios ,otros afirman que se exagera respecto a lo que podr铆a suceder.Lo cierto es que el petr贸leo libio se ha convertido en un objetivo pol铆tico eon贸mico y militar, respecto del cual hay que guardar algunas apariencias porque las invasiones a Irak y Afganist谩n no han sido exitosas como esperaba Estados Unidos.
La primera gran inc贸gnita s贸lo se despejar谩 con el tiempo, cuando se desclasifiquen los documentos de quienes pudieron haber estimulado las rebeliones en el norte de Africa. Por ahora Julian Assange est谩 detenido y Wikileaks no est谩 en las mejores condiciones para dar a conocer nuevos documentos que aporten informaci贸n sobre el tema. Lo que s铆 ya est谩 claro es que nada fue una sorpresa para Estados Unidos y sus aliados europeos,porque el Pent谩gono,la OTAN,la Uni贸n Europea,la CIA y todos los organismos de espionaje de que disponen tienen como tarea fundamental saber lo que est谩 pasando en el mundo y especialmente en lugares que consideran estrat茅gicos.
Hace tiempo que el Pent谩gono empez贸 a buscar la manera de controlar las comunicaciones por internet,a las que considera un elemento de primera importancia en la gestaci贸n de movimientos masivos. Hoy resulta que las “redes sociales” aparecen como un factor clave en la movilizaci贸n de los j贸venes egipcios y de otros pa铆ses de esa 谩rea. La secretaria de Estado estadunidense anunci贸 que se invertir谩n 25 millones de d贸lares este a帽o para fomentar el uso de internet y que en los 煤ltimos tres a帽os se hab铆an invertido 28 millones de d贸lares,porque lo que se busca es crear “activistas digitales”.De otra manera, talvez, se est谩n acercando a su meta de controlar la informaci贸n y a quienes la van a manejar.
Invadir o no invadir
Ya hemos se帽alado que Gadaffi no es personaje grato para Washington,sac贸 las bases militares estadunidenses de su pa铆s y su gobierno asumi贸 el control de la producci贸n petrolera, pero Estados Unidos ya no est谩 en condiciones de actuar como “patr贸n de rancho”, tal como lo hicieron en Irak y Afganist谩n.
No lo est谩n por razones econ贸micas y porque las invasiones no les han dado los resultados que esperaban.En Irak tambi茅n se protesta en estos d铆as contra el r茅gimen implantado por Estados Unidos. En Afganist谩n ya le est谩n pasando el control militar a las empresas estadunidenses que reclutan mercenarios, tal como lo hicieron al retirarse de Irak. Sus aliados europeos tampoco quieren involucrarse en nuevas aventuras porque los afecta pol铆tica y econ贸micamente.
Pero adem谩s, Barack Obama quiere reelegirse y tiene que aprovechar que est谩 repuntando, al mismo tiempo que la extrema derecha de su pa铆s va perdiendo apoyo. No est谩, por lo tanto, en condiciones de decidir por s铆 mismo, como lo hizo Bush, una invasi贸n a otro pa铆s. Es m谩s, Amnist铆a Internacional ha dicho que Bush puede ser detenido en cualquier pa铆s por cr铆menes de lesa humanidad.
Los gobernantes europeos tampoco acompa帽ar铆an una aventura de ese tipo, el nuevo canciller franc茅s Alain Jupp茅 acaba de decir que no habr谩 ninguna intervenci贸n militar en Libia sin autorizaci贸n de las Naciones Unidas y esta organizaci贸n no puede tomar esa decisi贸n porque no tiene los votos necesarios en el Consejo de Seguridad. Eso no impide que Estados Unidos ya haya enviado dos buques anfibios al entorno libio.
La Corte Penal Internacional va a investigar los posibles cr铆menes de lesa humanidad de los que se acusa a Gaddafi, al mismo tiempo que se busca crear una zona de exclusi贸n a茅rea, lo que “exigir铆a tener que destruir previamente las defensas antia茅reas”, lo que “representar铆a una opci贸n militar”, dijo el general James Mattis ante una comisi贸n del Senado estadunidense, pero Clinton insiste.
Gaddafi, por su parte, niega que se hayan cometido los cr铆menes que se le atribuyen y ha emplazado a las Naciones Unidas y a la OTAN a que env铆en una comisi贸n investigadora para que conozcan cual es la situaci贸n interna de su pa铆s. Y a este respecto hay informaciones que contrastan con lo que se ha manejado en estos d铆as.
Una mirada diferente
Hasta ahora se ha insistido en que la rebeli贸n ser铆a pr谩cticamente total y que el gobernante libio carecer铆a de apoyo. El diario The New York Times public贸 el 1 de marzo un art铆culo de su corresponsal en Par铆s, Steven Erlanger, quien da una informaci贸n muy diferente, se帽alando que si bien el r茅gimen del l铆der libio ha sido seriamente afectado, conserva suficiente apoyo de tribus e instituciones cr铆ticas, incluyendo sectores del ej茅rcito y la fuerza a茅rea y puede mantener el poder en la capital por alg煤n tiempo.
Erlanger se basa en informaciones que le proporcionaron expertos en Libia y militares,quienes enfatizaron que las lealtades tribales siguen siendo un indicador importante y no hay una divisi贸n geogr谩fica clara entre los opositores y partidarios de Gaddafi. La parte oriental del pa铆s,donde est谩 la oposici贸n,siempre ha sido la m谩s rebelde y por eso no se les proporcion贸 armamento suficiente y lo piden a Occidente. Entre esas localidades est谩 la ex colonia italiana de Cyrenaica de donde proviene la tribu a la que perteneci贸 el rey derrocado por Gaddafi. Pero las tribus de otras 谩reas importantes lo siguen respaldando y hay algunas que observan y esperan antes de tomar partido.
Justamente los codiciados yacimientos petrol铆feros determinaron que Gaddafi organizara cuidadosamente su ej茅rcito, lo que seg煤n los informantes de Erlanger le permite hacer operaciones militares fuera de Tr铆poli y a eso hay que agregar que las utilidades del petr贸leo las distribuy贸 entre las tribus, reduciendo as铆 los conflictos entre ellas.
El corresponsal coincide con otras informaciones publicadas en estos d铆as acerca del bien entrenado y equipado ej茅rcito de 100 mil hombres de Gaddafi, a los que se agregan 40 mil reservistas de las milicias populares y 3 mil de la guardia revolucionaria.
Existen tambi茅n unidades paramilitares que tienen base en Tr铆poli, dirigidas por uno de los hijos de Gaddafi, en las que hay mercenarios extranjeros porque fueron parte de la Legi贸n Isl谩mica, una fuerza expedicionaria que form贸 Gaddafi en su proyecto de crear un gran Estado isl谩mico. Finalmente, el entrevistado de Erlanger, un becario nor-africano de la Universidad de Cambridge, reitera que la lucha en Libia puede ser larga, que “no se han producido grandes masacres, la fuerza a茅rea se usa en forma calculada, lanzando ataques de prueba” y que “Esta no es la decisi贸n de un hombre totalmente fuera de la realidad”.
En la guerra medi谩tica contra Moammar Gaddafi la verdad no interesa mayormente.Lo 煤nico que preocupa a quienes lo combaten es el petr贸leo de Libia, as铆 como antes s贸lo les interesaba el de Irak o el de Egipto y les inquieta lo que pueda pasar con el que poseen los otros pa铆ses de la regi贸n.
Mientras unos se justifican pronosticando escasez y alzas desorbitadas de los precios ,otros afirman que se exagera respecto a lo que podr铆a suceder.Lo cierto es que el petr贸leo libio se ha convertido en un objetivo pol铆tico eon贸mico y militar, respecto del cual hay que guardar algunas apariencias porque las invasiones a Irak y Afganist谩n no han sido exitosas como esperaba Estados Unidos.
La primera gran inc贸gnita s贸lo se despejar谩 con el tiempo, cuando se desclasifiquen los documentos de quienes pudieron haber estimulado las rebeliones en el norte de Africa. Por ahora Julian Assange est谩 detenido y Wikileaks no est谩 en las mejores condiciones para dar a conocer nuevos documentos que aporten informaci贸n sobre el tema. Lo que s铆 ya est谩 claro es que nada fue una sorpresa para Estados Unidos y sus aliados europeos,porque el Pent谩gono,la OTAN,la Uni贸n Europea,la CIA y todos los organismos de espionaje de que disponen tienen como tarea fundamental saber lo que est谩 pasando en el mundo y especialmente en lugares que consideran estrat茅gicos.
Hace tiempo que el Pent谩gono empez贸 a buscar la manera de controlar las comunicaciones por internet,a las que considera un elemento de primera importancia en la gestaci贸n de movimientos masivos. Hoy resulta que las “redes sociales” aparecen como un factor clave en la movilizaci贸n de los j贸venes egipcios y de otros pa铆ses de esa 谩rea. La secretaria de Estado estadunidense anunci贸 que se invertir谩n 25 millones de d贸lares este a帽o para fomentar el uso de internet y que en los 煤ltimos tres a帽os se hab铆an invertido 28 millones de d贸lares,porque lo que se busca es crear “activistas digitales”.De otra manera, talvez, se est谩n acercando a su meta de controlar la informaci贸n y a quienes la van a manejar.
Invadir o no invadir
Ya hemos se帽alado que Gadaffi no es personaje grato para Washington,sac贸 las bases militares estadunidenses de su pa铆s y su gobierno asumi贸 el control de la producci贸n petrolera, pero Estados Unidos ya no est谩 en condiciones de actuar como “patr贸n de rancho”, tal como lo hicieron en Irak y Afganist谩n.
No lo est谩n por razones econ贸micas y porque las invasiones no les han dado los resultados que esperaban.En Irak tambi茅n se protesta en estos d铆as contra el r茅gimen implantado por Estados Unidos. En Afganist谩n ya le est谩n pasando el control militar a las empresas estadunidenses que reclutan mercenarios, tal como lo hicieron al retirarse de Irak. Sus aliados europeos tampoco quieren involucrarse en nuevas aventuras porque los afecta pol铆tica y econ贸micamente.
Pero adem谩s, Barack Obama quiere reelegirse y tiene que aprovechar que est谩 repuntando, al mismo tiempo que la extrema derecha de su pa铆s va perdiendo apoyo. No est谩, por lo tanto, en condiciones de decidir por s铆 mismo, como lo hizo Bush, una invasi贸n a otro pa铆s. Es m谩s, Amnist铆a Internacional ha dicho que Bush puede ser detenido en cualquier pa铆s por cr铆menes de lesa humanidad.
Los gobernantes europeos tampoco acompa帽ar铆an una aventura de ese tipo, el nuevo canciller franc茅s Alain Jupp茅 acaba de decir que no habr谩 ninguna intervenci贸n militar en Libia sin autorizaci贸n de las Naciones Unidas y esta organizaci贸n no puede tomar esa decisi贸n porque no tiene los votos necesarios en el Consejo de Seguridad. Eso no impide que Estados Unidos ya haya enviado dos buques anfibios al entorno libio.
La Corte Penal Internacional va a investigar los posibles cr铆menes de lesa humanidad de los que se acusa a Gaddafi, al mismo tiempo que se busca crear una zona de exclusi贸n a茅rea, lo que “exigir铆a tener que destruir previamente las defensas antia茅reas”, lo que “representar铆a una opci贸n militar”, dijo el general James Mattis ante una comisi贸n del Senado estadunidense, pero Clinton insiste.
Gaddafi, por su parte, niega que se hayan cometido los cr铆menes que se le atribuyen y ha emplazado a las Naciones Unidas y a la OTAN a que env铆en una comisi贸n investigadora para que conozcan cual es la situaci贸n interna de su pa铆s. Y a este respecto hay informaciones que contrastan con lo que se ha manejado en estos d铆as.
Una mirada diferente
Hasta ahora se ha insistido en que la rebeli贸n ser铆a pr谩cticamente total y que el gobernante libio carecer铆a de apoyo. El diario The New York Times public贸 el 1 de marzo un art铆culo de su corresponsal en Par铆s, Steven Erlanger, quien da una informaci贸n muy diferente, se帽alando que si bien el r茅gimen del l铆der libio ha sido seriamente afectado, conserva suficiente apoyo de tribus e instituciones cr铆ticas, incluyendo sectores del ej茅rcito y la fuerza a茅rea y puede mantener el poder en la capital por alg煤n tiempo.
Erlanger se basa en informaciones que le proporcionaron expertos en Libia y militares,quienes enfatizaron que las lealtades tribales siguen siendo un indicador importante y no hay una divisi贸n geogr谩fica clara entre los opositores y partidarios de Gaddafi. La parte oriental del pa铆s,donde est谩 la oposici贸n,siempre ha sido la m谩s rebelde y por eso no se les proporcion贸 armamento suficiente y lo piden a Occidente. Entre esas localidades est谩 la ex colonia italiana de Cyrenaica de donde proviene la tribu a la que perteneci贸 el rey derrocado por Gaddafi. Pero las tribus de otras 谩reas importantes lo siguen respaldando y hay algunas que observan y esperan antes de tomar partido.
Justamente los codiciados yacimientos petrol铆feros determinaron que Gaddafi organizara cuidadosamente su ej茅rcito, lo que seg煤n los informantes de Erlanger le permite hacer operaciones militares fuera de Tr铆poli y a eso hay que agregar que las utilidades del petr贸leo las distribuy贸 entre las tribus, reduciendo as铆 los conflictos entre ellas.
El corresponsal coincide con otras informaciones publicadas en estos d铆as acerca del bien entrenado y equipado ej茅rcito de 100 mil hombres de Gaddafi, a los que se agregan 40 mil reservistas de las milicias populares y 3 mil de la guardia revolucionaria.
Existen tambi茅n unidades paramilitares que tienen base en Tr铆poli, dirigidas por uno de los hijos de Gaddafi, en las que hay mercenarios extranjeros porque fueron parte de la Legi贸n Isl谩mica, una fuerza expedicionaria que form贸 Gaddafi en su proyecto de crear un gran Estado isl谩mico. Finalmente, el entrevistado de Erlanger, un becario nor-africano de la Universidad de Cambridge, reitera que la lucha en Libia puede ser larga, que “no se han producido grandes masacres, la fuerza a茅rea se usa en forma calculada, lanzando ataques de prueba” y que “Esta no es la decisi贸n de un hombre totalmente fuera de la realidad”.