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Lula retornó a la actividad política en Uruguay

Por Ricardo Daher  

El dos veces ex presidente de Brasil, Lula da Silva, volvió a aparecer en la escena política en el acto aniversario del primer acto de masas de la coalición de izquierda de Uruguay, Frente Amplio. Convocó a construir un pensamiento de izquierda moderno y democrático, y sostuvo que el siglo XXI es el siglo de la integración suramericana.

Desde que dejó la presidencia de Brasil en enero pasado, Lula da Silva no intervenía en un acto de masas ni tenía participación en escenarios políticos partidarios. Algunos consideraban que reservaba su prestigio para intervenir en eventos internacionales y para aspirar a ocupar la secretaría general de Naciones Unidas. El pasado viernes 25 sin embargo, visitó Uruguay para participar en el acto de conmemoración del 40 aniversario del primer acto de masas de la coalición de izquierdas, Frente Amplio, que gobierna el país desde marzo de 2005.

Su visita de menos de 24 horas al Uruguay, fue netamente política y partidaria. Visitó el ex presidente de Uruguay, primer presidente socialista del país, Tabaré Vázquez, se reunió con la dirección del Frente Amplio, mantuvo una entrevista con el presidente de la república, José Mujica, y en la noche habló en el acto de masas. ”Tenía nostalgia de hablar por un micrófono” dijo en una parte de su discurso de casi 30 minutos. Discurso en parte leído y en parte improvisado que marcó tres ejes centrales: la integración regional, la construcción de una alternativa política, y el rechazo a las políticas neoliberales y los proyectos imperialistas como el ALCA.

Tanto en su discurso público como en la reunión que mantuvo con la dirección del Frente Amplio, Lula insistió en la responsabilidad que le cabe a su partido, Partido de los Trabajadores, y al Frente Amplio, como modelos existosos de construcción de fuerzas políticas plurales y democráticas, de transmitir a otros movimientos políticos, sus experiencias para comenzar a construir un nuevo pensamiento de izquierda. Incluso invitó al Frente Amplio a conformar un equipo de trabajo conjunto para divulgar las experiencias de construcción de ambas fuerzas políticas y de la gestión de ambos gobiernos.

En el acto celebrado en el Palacio Peñarol, en conmemoración del primer acto de masas del Frente Amplio, un 26 de marzo de 1971, el ex presidente de Brasil, recordó que la primera vez que llegó a Uruguay en 1993. Entonces era por segunda vez candidato a presidente y Montevideo tenía su primer intendente socialista, Tabaré Vázquez, quien llegaría a la presidencia del país en 2005.

Lula señaló que el Frente Amplio cambió la política de Uruguay, dominada entonces por dos partidos tradicionales que no interpretaban a la ciudadanía. Señaló que el FA pagó un alto precio por la democracia durante la dictadura militar y que jugó un papel fundamental en la etapa de la reinserción democrática, mucho antes de llegar a ser gobierno.

Lula destacó la lucha contra las políticas neoliberales que se imponían en Latinoamérica, de privatizaciones, cesión de soberanía, que provocaron el aumento de la pobreza. Definió a los líderes de entonces como “adoradores del mercado” que impusieron las privatizaciones y aumentaron la miseria. En ese sentido subrayó que gracias a la movilización del Frente Amplio y el movimiento sindical, en Uruguay no llegaron a imponerse completamente esas políticas que en otros países, “dejaron un rastro de desastre económico y social”.

“El pueblo uruguayo no permitió que eso pasara y dejaran un Estado raquítico”. Consideró que ahora las cosas han cambiado en la región, y que esos cambios liberaron la mente de la gente. El pueblo “recuperó su autoestima y la capacidad de construir un país más justo y próspero”.

Identificó las políticas de su gobierno en Brasil con las del Frente Amplio en el gobierno de Uruguay. “Nuestros países demostraron que se puede crecer y distribuir los frutos de la economía y reducir la pobreza”. Agregó que “nuestras políticas fueron emancipadoras”. “Tenemos mucho para festejar en estos 40 años del Frente Amplio. Festejar los avances económicos y sociales, y el fortalecimiento de la democracia”. Sin embargo aclaró que falta mucho por lograr, pero que las conquistas históricas obtenidas, dan confianza en que se seguirá avanzando.

Dijo que como ex presidente de Brasil y del Partido de los Trabajadores, respeta mucho a Frente Amplio, y señaló que el PT se constituyó a espejo del Frente Amplio. “Tanto el Frente Amplio como el PT somos plurales y profundamente democráticos. Capaces de cambiar, mantener la diversidad y la democracia, pero siempre apegados al compromiso con el pueblo trabajador”. Sostuvo que el Frente Amplio, y el PT son un ejemplo para la izquierda en el mundo, donde se han perdido referencias, y convocó a trabajar en conjunto para divulgar esas experiencias, “no para construir dogmas”. Consideró que la izquierda en el mundo entró en crisis, e indicó que tanto el PT como el Frente Amplio lograron cambiar “sin abandonar nuestros compromisos con el pueblo oprimido”.

“La izquierda auténtica supera los desafíos”. Ahora, destacó, las dos fuerzas políticas tienen una responsabilidad mayor. Consideró que los cambios van más allá de una generación, y por eso se hace necesario “construir un pensamiento de izquierda en compromiso con la democracia”. Sostuvo que “no habrá socialismo sin plena democracia, ni habrá democracia política, sin democracia económica y social”.

Insistió en trabajar para construir ese pensamiento, “no surgido de los libros sino de la lucha del pueblo trabajador” e invitó al PT y FA y a otros organizaciones y movimientos, a compartir experiencias que sirvan a otros procesos progresistas en el mundo.

El siglo de la integración

Lula abordó también la integración latinoamericana y recordó que al inicio de los gobiernos del PT y del Frente Amplio, la región miraba con desconfianza o no miraba a sus vecinos. Destacó que en estos 20 años del MERCOSUR, muchas cosas han cambiado y la integración ha avanzado. En ese sentido destacó la lucha por impedir el Tratado de Libre Comercio impulsado por Estados Unidos para la región, el ALCA, al que consideró nefasto e imperialista.

Dijo que el comercio regional se ha duplicado en los últimos años, y que la balanza comercial entre Uruguay y Brasil se ha casi equiparado. Uruguay exporta al Brasil por 1.450 millones de dólares, e importa por 1.466 millones. “Tengo la certeza de que Uruguay va a exportar mucho más” afirmó. “Percibimos que Brasil crece mejor si también crecen sus vecinos”. De todas maneras advirtió que la integración no esta exenta de contradicciones, pero que “lo importante es lo que nos une, no los que nos separa”. Aseguró que “la integración no debe ser sólo comercial”, la unidad del continente, dijo, debe ser efectiva, con el libre tránsito de sus ciudadanos sin pasaporte, sin barreras comerciales, de intercambio de estudiantes, y coordinación sindical.

Recordó que muchas veces se veía a Brasil como un imperio, pero eso ha cambiado, y dijo que la integración económica no pasa porque empresarios de Brasil compren empresas uruguayas, sino por la cooperación. “Tengo la convicción de que cuando Pepe se reúna con Dilma, que es más bonita, inteligente y solidaria que yo, se avanzará más en la integración”. “El siglo XXI es el de la reafirmación definitiva de la América del Sur que soñaron nuestros próceres”.

“Saudade” de hablar en un micrófono

En una pausa de su discursos, al mejor estilo de los que realizaba cuando era un líder sindical en Sao Pablo, Lula explicó: “amigos, tenía nostalgia de hablar en un micrófono”. También bromeando dijo que tenía un resentimiento, y que “le pido a dios a que Uruguay no haga en el 2014 lo mismo que en 1950”.

Enseguida envió un mensaje a la militancia, y recordó que mientras el FA cumplió 40 años, el PT alcanzó 31 años en febrero pasado. “El FA inspiró al PT” aseguró, y señaló que la militancia es la que ha hecho posible los avances. “Desde el fondo de mi corazón, expreso mi alegría por estar aquí entre ustedes, y brindar mi respeto al pueblo uruguayo y al Frente Amplio”. Lula comparó también los procesos de Mujica y de Rousseff, señalando que ambos han estado presos en dictaduras, fueron torturados y no guardan resentimientos. “El resentimiento lo tienen los que los torturaron”, afirmó.

En su comparación entre el PT y el FA mencionó las reuniones eternas, y dijo que si bien se atrevía a criticar a su partido, no “permitiré que mis adversarios hablen mal”. Finalmente, destacó que tanto él, como Tabaré Vázquez, son ex presidentes, “pero nunca seremos ex militantes”.





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