Por Miguel 脕ngel S谩nchez de Armas
Tomen nota primos del norte: Barack Obama no es el primer presidente mulato del Nuevo Mundo. Este honor corresponde a Vicente Guerrero quien hace 182 a帽os subi贸 a la Primera Magistratura de M茅xico.
Esta c谩psula hist贸rica me sirve para recordar que contrariamente a lo que las ideolog铆as dominantes han impuesto, el verdadero territorio negro de las Am茅ricas comienza al sur del R铆o bravo.
El 20 de agosto de 1619 un barco holand茅s atrac贸 en Jamestown, primera poblaci贸n inglesa en lo que hoy es Estados Unidos, con un cargamento de 20 esclavos negros que fueron rematados entre los piadosos colonos fundadores. En los siguientes decenios, once millones 200 mil seres humanos originarios del continente que Conrad llam贸 negro llegaron al Nuevo Mundo en el brutal tr谩fico de esclavos operado por cat贸licos portugueses y espa帽oles y cristianos brit谩nicos y holandeses. Pero de esta cantidad, s贸lo aproximadamente 450 mil fueron a parar a los mercados de nuestro vecino del norte.
Los dem谩s, nos recuerda el profesor Henry Louis Gates, Jr., en una apasionante y estremecedora serie a punto de estrenarse en la televisi贸n p煤blica estadounidense, se diseminaron en lo que hoy es Am茅rica Latina. Casi cinco millones fueron comercializados en Brasil -hoy el segundo pa铆s m谩s negro del mundo despu茅s de Nigeria-; a Cuba llegaron 800 mil, el doble que al territorio de su enemigo hist贸rico. No hay una naci贸n en nuestro continente en donde no haya un importante grupo de poblaci贸n negra… M茅xico en primer lugar, en donde a todos nuestros problemas y desencantos debemos a帽adir que la pol铆tica oficial de la revoluci贸n, la priista, la panista, la perredista, la aliancista y todas las dem谩s istas, ha sido ignorar –quiz谩 sea m谩s apropiado decir negar- la herencia africana de muchos compatriotas.
Una de las investigadoras que colaboraron para la serie titulada Negros en Am茅rica Latina fue mi querida amiga de la Universidad Veracruzana Sagrario Cruz (a quien por cierto, despu茅s de ver al lado del profesor Gates, le veo m谩s oriundez del Serengueti que de Cholula). Cuando ella era estudiante en la UDLA condujo un experimento del que result贸 que m谩s del 80% de los muy hispanos y altivos poblanos ten铆a -subrayado m铆o- sangre negra. Este electrizante dato fue tratado entre las clases dominantes de la tierra de los camotes a la manera de aquella arist贸crata inglesa quien al escuchar de labios de Darwin que los hombres eran descendientes del mono, sin perder el ritmo de su abanico susurr贸 a su vecino: “¡Dios m铆o… ojal谩 que el pueblo no se entere!”
Sagrario desde entonces ha estudiado el tema de la negritud en M茅xico y es una de las muy pocas especialistas que tenemos en este terreno. Alguna vez quiso entrevistar para un trabajo acad茅mico a un famoso pol铆tico del Sotavento a quien lo africano se le ve a dos leguas. El sujeto, de cuyo nombre no me quiero acordar, respondi贸 ofendido que 茅l era mexicano, no negro. En otra oportunidad al transportar unos huevos de avestruz comprados en una granja cerca de Xalapa y pirograbados localmente con motivos africanos para una exposici贸n montada en Chicago, fue detenida por inspectores de la semarnat que la acusaron de poner en peligro especies en extinci贸n. ¡H谩game usted el refabr贸n cavor!
(Yo tambi茅n fui v铆ctima de esta fauna burocr谩tica. Hace unos a帽os, a la vuelta de un visita a Zambia en donde impart铆 un ciclo de conferencias, los inspectores de la misma dependencia me interceptaron en el aeropuerto de la ciudad de M茅xico y quisieron confiscar dos m谩scaras talladas en madera por violaciones a la ley de protecci贸n de los bosques.)
Este es un ejemplo de lo que el doctor Gates llama la ignorancia de quienes poco saben del mundo. Seg煤n recuerda este acad茅mico, en cada una de las naciones latinoamericanas a las que lleg贸 la ola negra hubo despu茅s de 1850 pol铆ticas deliberadas para “blanquear” a la sociedad. Por ejemplo Brasil, que entre 1872 y 1975 recibi贸 casi cinco millones y medio de inmigrantes, favoreci贸 a grupos cauc谩sicos y limit贸 a los m谩s prietitos.
¿C贸mo se define el color en las diferentes naciones de la zona? Mientras que en Estados Unidos hay negros y mulatos, Brasil tiene 136 clasificaciones de negritud, M茅xico 16 y Hait铆 98. Y en tanto en Estados Unidos una gota de sangre negra “te clasifica oficialmente como negro, en Brasil es como si una gota de sangre blanca te clasificara como blanco”.
Gates explica que los EUA son el 煤nico pa铆s con la regla de una gota de sangre como clasificador racial debido a que durante la 茅poca de la esclavitud los due帽os de las plantaciones quisieron asegurar que los hijos nacidos de las incontables violaciones y abusos que las esclavas sufr铆an a manos de muy calvinistas caballeros fueran legalmente considerados esclavos (aj谩, econom铆a, libido e historiograf铆a: se podr铆a armar una nueva carrera en la fcpys con esta curricula). Quiz谩 por ello sigue causando incomodidad entre los wasp gringos que el mism铆simo pater patris Thomas Jefferson -autor del segundo p谩rrafo de su declaraci贸n de independencia que reza: “Sostenemos como evidentes en s铆 mismas estas verdades: que todos los hombres son creados iguales”- tuviera seis hijos con la esclava Sally Hemings… quien era media hermana de su difunta esposa. 脡sa es igualdad.
Dice Gates que esta serie de televisi贸n fue concebida para educar no s贸lo a los estadounidenses y a los europeos, sino a los latinoamericanos; particularmente en estos tiempos en donde en casi todos los pa铆ses hay campa帽as antirracistas o, como en M茅xico y Per煤, “movimientos que reclaman el derecho de ser identificados como negros y que exigen respeto a su herencia africana”.
Salvo Hait铆, todos los pa铆ses latinoamericanos quisieron emblanquecerse en alg煤n momento. Gates observa que al construir y celebrar las herencias nacionales -incluso en casos como M茅xico en donde hace poco se reconoci贸 constitucionalmente nuestro car谩cter pluriling眉e y multicultural- de alguna manera la negritud se diluy贸. “Descubr铆 que en estas sociedades los grupos de la escala inferior son los m谩s oscuros y con los rasgos africanos m谩s acentuados. En otras palabras, la pobreza se construy贸 socialmente en la negritud”.
La serie Africanos en Am茅rica Latina fue grabada en Hait铆, la Rep煤blica Dominicana, Cuba, Brasil, M茅xico y Per煤. Restricciones presupuestarias y de tiempo impidieron a los productores visitar todos los pa铆ses de la regi贸n, as铆 que el profesor Gates hubo de elegir zonas representativas. Por ejemplo, Brasil, segunda naci贸n negra del mundo y lus贸fona; o Hait铆, pa铆s que estuvo en todos los medios del mundo por el terremoto pero del que tan poco se sabe. “Todas las noches escuchaba a Anderson Cooper hablar de Hait铆, pero ni 茅l ni ning煤n otro periodista se preocuparon por la historia del pa铆s. Se refer铆an al vud煤 como una superstici贸n lun谩tica y no como una de las antiguas religiones del mundo. Y nadie mencion贸 el hecho de que el pa铆s se encuentra en el polo oeste de una isla con otro pa铆s, la Dominicana, con quien ha desarrollado una identidad por oposici贸n: Esa煤 y Jacob, ying y yang… una hispanoparlante, cat贸lica y blanca –como gusta verse a s铆 misma-, la otra africana, negra y vud煤”.
O M茅xico y Per煤. Si La Habana es la ciudad gemela de Miami, dice el investigador y conductor de la serie, “M茅xico es nuestro pa铆s gemelo. Nadie piensa que M茅xico y Per煤 son negros, pero juntos recibieron 700 mil africanos durante la 茅poca de trata de esclavos”. La costa de Acapulco era negra en 1870 y siguen habiendo importantes comunidades negras en la Costa Chica, lo mismo que en amplias zonas de Veracruz.
Sagrario Cruz me convid贸 hace unos a帽os a un carnaval en Coyolillo, comunidad a tiro de piedra del Lencero, en donde me sent铆 transportado a Uagadug煤. Estuve conversando con un profesor de la primaria local que era la misma imagen de Chinua Achebe y los relatos de su pueblo me recordaron aquel pasaje que tom茅 del nigeriano: “[Llegaron de otras tierras] y pidieron permiso para establecerse ah铆. En aquellos tiempos hab铆a espacio suficiente y los de Ogidi dieron la bienvenida a los reci茅n llegados, quienes poco despu茅s presentaron una segunda y sorprendente solicitud: que les ense帽aran a adorar a los dioses de Ogidi. ¿Qu茅 hab铆a sucedido con sus propios dioses? Los de Ogidi al principio se asombraron, pero finalmente decidieron que alguien que solicita en pr茅stamo un dios ajeno debe tener una historia terrible que es mejor no conocer. As铆 que presentaron a los reci茅n llegados con dos de las deidades de Ogidi, Udo y Ogwugwu, con la condici贸n de que los reci茅n llegados no deb铆an llamarlas as铆, sino Hijo de Udo, e Hija de Ogwugwu... ¡para evitar cualquier confusi贸n!” Mientras escuchaba al profesor me imagin茅 a Juan Diego dici茅ndole a Zum谩rraga que sus antepasados prestaban a la venerable madrecita Tonantzin... con el nuevo nombre de Guadalupe.
Esa noche, de vuelta en casa, decid铆 que lo cejijunto, lo prognato y lo craneovoide no son, como jura mi santa abuela, la herencia que mis blancos ancestros espa帽oles transportaron a Guanajuato y a Jalisco y que fue contaminada por los indios prietos (sic), sino en realidad la evidencia de que mis genitores se corretearon con los de Sagrario en las faldas del Kilimanjaro.
Blacks in Latin America, conducida por Henry Louis Gates y con la participaci贸n de la xalape帽a Sagrario Cruz-Carretero, se estrena en pbs el 19 de abril (para quienes vivan en los yunaited o tengan televisi贸n por sat茅lite). Hay un avance en la liga: http://www.pbs.org/wnet/black-in-latin-america/featured/preview-black-in-latin-america/172/.
Vale la pena ver esta serie.
Tomen nota primos del norte: Barack Obama no es el primer presidente mulato del Nuevo Mundo. Este honor corresponde a Vicente Guerrero quien hace 182 a帽os subi贸 a la Primera Magistratura de M茅xico.
Esta c谩psula hist贸rica me sirve para recordar que contrariamente a lo que las ideolog铆as dominantes han impuesto, el verdadero territorio negro de las Am茅ricas comienza al sur del R铆o bravo.
El 20 de agosto de 1619 un barco holand茅s atrac贸 en Jamestown, primera poblaci贸n inglesa en lo que hoy es Estados Unidos, con un cargamento de 20 esclavos negros que fueron rematados entre los piadosos colonos fundadores. En los siguientes decenios, once millones 200 mil seres humanos originarios del continente que Conrad llam贸 negro llegaron al Nuevo Mundo en el brutal tr谩fico de esclavos operado por cat贸licos portugueses y espa帽oles y cristianos brit谩nicos y holandeses. Pero de esta cantidad, s贸lo aproximadamente 450 mil fueron a parar a los mercados de nuestro vecino del norte.
Los dem谩s, nos recuerda el profesor Henry Louis Gates, Jr., en una apasionante y estremecedora serie a punto de estrenarse en la televisi贸n p煤blica estadounidense, se diseminaron en lo que hoy es Am茅rica Latina. Casi cinco millones fueron comercializados en Brasil -hoy el segundo pa铆s m谩s negro del mundo despu茅s de Nigeria-; a Cuba llegaron 800 mil, el doble que al territorio de su enemigo hist贸rico. No hay una naci贸n en nuestro continente en donde no haya un importante grupo de poblaci贸n negra… M茅xico en primer lugar, en donde a todos nuestros problemas y desencantos debemos a帽adir que la pol铆tica oficial de la revoluci贸n, la priista, la panista, la perredista, la aliancista y todas las dem谩s istas, ha sido ignorar –quiz谩 sea m谩s apropiado decir negar- la herencia africana de muchos compatriotas.
Una de las investigadoras que colaboraron para la serie titulada Negros en Am茅rica Latina fue mi querida amiga de la Universidad Veracruzana Sagrario Cruz (a quien por cierto, despu茅s de ver al lado del profesor Gates, le veo m谩s oriundez del Serengueti que de Cholula). Cuando ella era estudiante en la UDLA condujo un experimento del que result贸 que m谩s del 80% de los muy hispanos y altivos poblanos ten铆a -subrayado m铆o- sangre negra. Este electrizante dato fue tratado entre las clases dominantes de la tierra de los camotes a la manera de aquella arist贸crata inglesa quien al escuchar de labios de Darwin que los hombres eran descendientes del mono, sin perder el ritmo de su abanico susurr贸 a su vecino: “¡Dios m铆o… ojal谩 que el pueblo no se entere!”
Sagrario desde entonces ha estudiado el tema de la negritud en M茅xico y es una de las muy pocas especialistas que tenemos en este terreno. Alguna vez quiso entrevistar para un trabajo acad茅mico a un famoso pol铆tico del Sotavento a quien lo africano se le ve a dos leguas. El sujeto, de cuyo nombre no me quiero acordar, respondi贸 ofendido que 茅l era mexicano, no negro. En otra oportunidad al transportar unos huevos de avestruz comprados en una granja cerca de Xalapa y pirograbados localmente con motivos africanos para una exposici贸n montada en Chicago, fue detenida por inspectores de la semarnat que la acusaron de poner en peligro especies en extinci贸n. ¡H谩game usted el refabr贸n cavor!
(Yo tambi茅n fui v铆ctima de esta fauna burocr谩tica. Hace unos a帽os, a la vuelta de un visita a Zambia en donde impart铆 un ciclo de conferencias, los inspectores de la misma dependencia me interceptaron en el aeropuerto de la ciudad de M茅xico y quisieron confiscar dos m谩scaras talladas en madera por violaciones a la ley de protecci贸n de los bosques.)
Este es un ejemplo de lo que el doctor Gates llama la ignorancia de quienes poco saben del mundo. Seg煤n recuerda este acad茅mico, en cada una de las naciones latinoamericanas a las que lleg贸 la ola negra hubo despu茅s de 1850 pol铆ticas deliberadas para “blanquear” a la sociedad. Por ejemplo Brasil, que entre 1872 y 1975 recibi贸 casi cinco millones y medio de inmigrantes, favoreci贸 a grupos cauc谩sicos y limit贸 a los m谩s prietitos.
¿C贸mo se define el color en las diferentes naciones de la zona? Mientras que en Estados Unidos hay negros y mulatos, Brasil tiene 136 clasificaciones de negritud, M茅xico 16 y Hait铆 98. Y en tanto en Estados Unidos una gota de sangre negra “te clasifica oficialmente como negro, en Brasil es como si una gota de sangre blanca te clasificara como blanco”.
Gates explica que los EUA son el 煤nico pa铆s con la regla de una gota de sangre como clasificador racial debido a que durante la 茅poca de la esclavitud los due帽os de las plantaciones quisieron asegurar que los hijos nacidos de las incontables violaciones y abusos que las esclavas sufr铆an a manos de muy calvinistas caballeros fueran legalmente considerados esclavos (aj谩, econom铆a, libido e historiograf铆a: se podr铆a armar una nueva carrera en la fcpys con esta curricula). Quiz谩 por ello sigue causando incomodidad entre los wasp gringos que el mism铆simo pater patris Thomas Jefferson -autor del segundo p谩rrafo de su declaraci贸n de independencia que reza: “Sostenemos como evidentes en s铆 mismas estas verdades: que todos los hombres son creados iguales”- tuviera seis hijos con la esclava Sally Hemings… quien era media hermana de su difunta esposa. 脡sa es igualdad.
Dice Gates que esta serie de televisi贸n fue concebida para educar no s贸lo a los estadounidenses y a los europeos, sino a los latinoamericanos; particularmente en estos tiempos en donde en casi todos los pa铆ses hay campa帽as antirracistas o, como en M茅xico y Per煤, “movimientos que reclaman el derecho de ser identificados como negros y que exigen respeto a su herencia africana”.
Salvo Hait铆, todos los pa铆ses latinoamericanos quisieron emblanquecerse en alg煤n momento. Gates observa que al construir y celebrar las herencias nacionales -incluso en casos como M茅xico en donde hace poco se reconoci贸 constitucionalmente nuestro car谩cter pluriling眉e y multicultural- de alguna manera la negritud se diluy贸. “Descubr铆 que en estas sociedades los grupos de la escala inferior son los m谩s oscuros y con los rasgos africanos m谩s acentuados. En otras palabras, la pobreza se construy贸 socialmente en la negritud”.
La serie Africanos en Am茅rica Latina fue grabada en Hait铆, la Rep煤blica Dominicana, Cuba, Brasil, M茅xico y Per煤. Restricciones presupuestarias y de tiempo impidieron a los productores visitar todos los pa铆ses de la regi贸n, as铆 que el profesor Gates hubo de elegir zonas representativas. Por ejemplo, Brasil, segunda naci贸n negra del mundo y lus贸fona; o Hait铆, pa铆s que estuvo en todos los medios del mundo por el terremoto pero del que tan poco se sabe. “Todas las noches escuchaba a Anderson Cooper hablar de Hait铆, pero ni 茅l ni ning煤n otro periodista se preocuparon por la historia del pa铆s. Se refer铆an al vud煤 como una superstici贸n lun谩tica y no como una de las antiguas religiones del mundo. Y nadie mencion贸 el hecho de que el pa铆s se encuentra en el polo oeste de una isla con otro pa铆s, la Dominicana, con quien ha desarrollado una identidad por oposici贸n: Esa煤 y Jacob, ying y yang… una hispanoparlante, cat贸lica y blanca –como gusta verse a s铆 misma-, la otra africana, negra y vud煤”.
O M茅xico y Per煤. Si La Habana es la ciudad gemela de Miami, dice el investigador y conductor de la serie, “M茅xico es nuestro pa铆s gemelo. Nadie piensa que M茅xico y Per煤 son negros, pero juntos recibieron 700 mil africanos durante la 茅poca de trata de esclavos”. La costa de Acapulco era negra en 1870 y siguen habiendo importantes comunidades negras en la Costa Chica, lo mismo que en amplias zonas de Veracruz.
Sagrario Cruz me convid贸 hace unos a帽os a un carnaval en Coyolillo, comunidad a tiro de piedra del Lencero, en donde me sent铆 transportado a Uagadug煤. Estuve conversando con un profesor de la primaria local que era la misma imagen de Chinua Achebe y los relatos de su pueblo me recordaron aquel pasaje que tom茅 del nigeriano: “[Llegaron de otras tierras] y pidieron permiso para establecerse ah铆. En aquellos tiempos hab铆a espacio suficiente y los de Ogidi dieron la bienvenida a los reci茅n llegados, quienes poco despu茅s presentaron una segunda y sorprendente solicitud: que les ense帽aran a adorar a los dioses de Ogidi. ¿Qu茅 hab铆a sucedido con sus propios dioses? Los de Ogidi al principio se asombraron, pero finalmente decidieron que alguien que solicita en pr茅stamo un dios ajeno debe tener una historia terrible que es mejor no conocer. As铆 que presentaron a los reci茅n llegados con dos de las deidades de Ogidi, Udo y Ogwugwu, con la condici贸n de que los reci茅n llegados no deb铆an llamarlas as铆, sino Hijo de Udo, e Hija de Ogwugwu... ¡para evitar cualquier confusi贸n!” Mientras escuchaba al profesor me imagin茅 a Juan Diego dici茅ndole a Zum谩rraga que sus antepasados prestaban a la venerable madrecita Tonantzin... con el nuevo nombre de Guadalupe.
Esa noche, de vuelta en casa, decid铆 que lo cejijunto, lo prognato y lo craneovoide no son, como jura mi santa abuela, la herencia que mis blancos ancestros espa帽oles transportaron a Guanajuato y a Jalisco y que fue contaminada por los indios prietos (sic), sino en realidad la evidencia de que mis genitores se corretearon con los de Sagrario en las faldas del Kilimanjaro.
Blacks in Latin America, conducida por Henry Louis Gates y con la participaci贸n de la xalape帽a Sagrario Cruz-Carretero, se estrena en pbs el 19 de abril (para quienes vivan en los yunaited o tengan televisi贸n por sat茅lite). Hay un avance en la liga: http://www.pbs.org/wnet/black-in-latin-america/featured/preview-black-in-latin-america/172/.
Vale la pena ver esta serie.