AGENCIAS.- El juicio al criminal de guerra nazi Adolf Eichmann cambio dramáticamente, hace 50 años, la visión del Holocausto. El proceso les dio a las víctimas una voz y un rostro. Hablar de los sucesos traumáticos en los campos de centración y en los guetos ya no era motivo de vergüenza.
Durante los años de fundación del Estado de Israel, muchos supervivientes del Holocausto solo querían olvidar sus dolorosos recuerdos. Solo muy pocos estaban dispuestos a hablar de sus terribles experiencias en los campos de concentración y en los guetos. Incluso en el ámbito familiar más íntimo reinaba muchas veces un silencio oprimente, recordó la agencia DPA.
El juicio a Eichmann, que comenzó el 11 de abril de 1961 en Jerusalén, cambió de golpe esa situación. "De repente ya no teníamos vergüenza de hablar del Holocausto porque ahora había un debate público", dijo 50 años después Menajem Ben Sasson, presidente de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Revivido el miércoles el caso al abrirse una exposición en un museo de Berlín, el secuestro de Eichmann en 1960 por un comando de la Mosad, el servicio secreto israelí, y su condena a muerte en Israel ilumina a quienes buscan la verdad y refrescan la memoria, según los testimonios.
"No es por odio a una persona, pero Eichmann dirigió la matanza de millones. Se hizo justicia y eso sigue siendo importante hoy. Era un símbolo del exterminio", dijo a la agencia FRANCE PRESSE José Moskovits (85 años), presidente honorario de la Asociación de Sobrevivientes de la Persecución Nazi en Argentina.
Eichmann, considerado "arquitecto de la solución final de aniquilamiento de los judíos", huyó de Europa al caer el Tercer Reich y se refugió en Argentina en 1950 con un pasaporte de la Cruz Roja a nombre de Ricardo Klement hasta ser descubierto por miembros de la colectividad judía y espías israelíes.
Moskovits, quien colaboró en la logística de la captura del jerarca y fue combatiente en la resistencia antinazi, dijo que "muy pocos en Argentina sabían del operativo en marcha, ni siquiera el embajador israelí (Arie Levavi)". "A Nuricht Elgot (integrante del comando), lo mataron un año después agentes de (el jerarca nazi Joseph) Mengele en Bariloche (sur) y lo hicieron pasar por accidente", relató Moskovits, en cuya oficina se amontonan cajas con miles de documentos originales, entre ellos un libro firmado de puño y letra por el comandante nazi Heinrich Himmler.
El politólogo Sergio Widder dijo a la AFP que "aquel hecho se proyecta hacia nuestros días. Fue una bisagra en la historia. Salvando distancias, hubiera sido difícil pensar en juicios por violaciones a derechos humanos en Argentina sin antes un (juicio de) Nüremberg (tras la Segunda Guerra Mundial) o un caso Eichmann".
En Argentina, hay más de 200 jerarcas de la última dictadura (1976-1983) condenados por crímenes de lesa humanidad y otros 800 bajo enjuiciamiento.
Widder, director para América Latina del Centro Wiesenthal (caza-nazis), dijo que "el juicio de Eichmann volvió a poner en evidencia ante el mundo el genocidio nazi de seis millones de judíos, cuando buena parte del planeta, en los años 60, quería mirar hacia adelante y dejar atrás ese pasado trágico".
Eichmann fue emboscado por el comando en la noche del 11 de mayo de 1960, al bajar de un autobús en San Fernando (periferia norte de Buenos Aires), en momentos en que volvía de su empleo como técnico de la fábrica automotriz alemana Mercedes Benz. El teniente coronel de las SS fue encadenado a una cama durante nueve días y el 20 de mayo, narcotizado y disfrazado, fue embarcado en un avión de la compañía El-Al con rumbo a Jerusalén, donde fue juzgado y condenado a la horca.
"El caso Eichmann revela que él pudo tener juicio y abogados, a diferencia de las víctimas de los asesinatos masivos que planificó", dijo a la AFP Graciela Jinich, directora del Museo de la Shoá (holocausto) en Buenos Aires.
En coincidencia con la entidad berlinesa, en Buenos Aires se abrió la muestra 'Eichmann, él vivió entre nosotros', lo cual "permite una reflexión sobre lo que pasó en Argentina como refugio de nazis", dijo Jinich, cuyo Museo exhibe el salvoconducto (pasaporte) original de Eichmann. Argentina fue durante décadas un santuario de nazis que huían de los tribunales, pues además de Eichmann, se detectó a Joseph Mengele, Walter Kutschmann, Josef Schwammberger, Eduard Roschmann, Wilfred Von Owen, Heinz Henrich Brucher, Ante Pavelic, Dinko Sakic y Erich Priebke.
Aquel secuestro causó un duro conflicto diplomático, cuando Argentina reprochó la acción como un acto violatorio de su soberanía e Israel respondió que había sido una tarea de voluntarios y que por lo tanto pedía disculpas.
Una columna con artículos que informan del arresto del nazi Adolf Eichmann en una exposición en el museo del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén, el 6 de abril de 2011.
El juicio a Eichmann, que comenzó el 11 de abril de 1961 en Jerusalén, cambió de golpe esa situación. "De repente ya no teníamos vergüenza de hablar del Holocausto porque ahora había un debate público", dijo 50 años después Menajem Ben Sasson, presidente de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Revivido el miércoles el caso al abrirse una exposición en un museo de Berlín, el secuestro de Eichmann en 1960 por un comando de la Mosad, el servicio secreto israelí, y su condena a muerte en Israel ilumina a quienes buscan la verdad y refrescan la memoria, según los testimonios.
"No es por odio a una persona, pero Eichmann dirigió la matanza de millones. Se hizo justicia y eso sigue siendo importante hoy. Era un símbolo del exterminio", dijo a la agencia FRANCE PRESSE José Moskovits (85 años), presidente honorario de la Asociación de Sobrevivientes de la Persecución Nazi en Argentina.
Eichmann, considerado "arquitecto de la solución final de aniquilamiento de los judíos", huyó de Europa al caer el Tercer Reich y se refugió en Argentina en 1950 con un pasaporte de la Cruz Roja a nombre de Ricardo Klement hasta ser descubierto por miembros de la colectividad judía y espías israelíes.
Moskovits, quien colaboró en la logística de la captura del jerarca y fue combatiente en la resistencia antinazi, dijo que "muy pocos en Argentina sabían del operativo en marcha, ni siquiera el embajador israelí (Arie Levavi)". "A Nuricht Elgot (integrante del comando), lo mataron un año después agentes de (el jerarca nazi Joseph) Mengele en Bariloche (sur) y lo hicieron pasar por accidente", relató Moskovits, en cuya oficina se amontonan cajas con miles de documentos originales, entre ellos un libro firmado de puño y letra por el comandante nazi Heinrich Himmler.
El politólogo Sergio Widder dijo a la AFP que "aquel hecho se proyecta hacia nuestros días. Fue una bisagra en la historia. Salvando distancias, hubiera sido difícil pensar en juicios por violaciones a derechos humanos en Argentina sin antes un (juicio de) Nüremberg (tras la Segunda Guerra Mundial) o un caso Eichmann".
En Argentina, hay más de 200 jerarcas de la última dictadura (1976-1983) condenados por crímenes de lesa humanidad y otros 800 bajo enjuiciamiento.
Widder, director para América Latina del Centro Wiesenthal (caza-nazis), dijo que "el juicio de Eichmann volvió a poner en evidencia ante el mundo el genocidio nazi de seis millones de judíos, cuando buena parte del planeta, en los años 60, quería mirar hacia adelante y dejar atrás ese pasado trágico".
Eichmann fue emboscado por el comando en la noche del 11 de mayo de 1960, al bajar de un autobús en San Fernando (periferia norte de Buenos Aires), en momentos en que volvía de su empleo como técnico de la fábrica automotriz alemana Mercedes Benz. El teniente coronel de las SS fue encadenado a una cama durante nueve días y el 20 de mayo, narcotizado y disfrazado, fue embarcado en un avión de la compañía El-Al con rumbo a Jerusalén, donde fue juzgado y condenado a la horca.
"El caso Eichmann revela que él pudo tener juicio y abogados, a diferencia de las víctimas de los asesinatos masivos que planificó", dijo a la AFP Graciela Jinich, directora del Museo de la Shoá (holocausto) en Buenos Aires.
En coincidencia con la entidad berlinesa, en Buenos Aires se abrió la muestra 'Eichmann, él vivió entre nosotros', lo cual "permite una reflexión sobre lo que pasó en Argentina como refugio de nazis", dijo Jinich, cuyo Museo exhibe el salvoconducto (pasaporte) original de Eichmann. Argentina fue durante décadas un santuario de nazis que huían de los tribunales, pues además de Eichmann, se detectó a Joseph Mengele, Walter Kutschmann, Josef Schwammberger, Eduard Roschmann, Wilfred Von Owen, Heinz Henrich Brucher, Ante Pavelic, Dinko Sakic y Erich Priebke.
Aquel secuestro causó un duro conflicto diplomático, cuando Argentina reprochó la acción como un acto violatorio de su soberanía e Israel respondió que había sido una tarea de voluntarios y que por lo tanto pedía disculpas.
Una columna con artículos que informan del arresto del nazi Adolf Eichmann en una exposición en el museo del Holocausto Yad Vashem de Jerusalén, el 6 de abril de 2011.