Por Gustavo Duch
Hay investigaciones vitales para el curso de la humanidad.
Hay investigaciones caprichosas, que responden a inquietudes minoritarias
Hay investigaciones interesantes. Pero tambi茅n las hay interesadas, que antes de empezar, ya saben que resultado tienen que obtener, diga lo que diga el tubo de ensayo.
Y hay investigaciones sorprendentes, como la realizada por Joe Staton del Museo de Zoolog铆a Comparada de Harvard, que ha llegado a la conclusi贸n que la carne de iguana; los filetes de serpiente, salamandras, sapos y tortugas; los muslos de palomas, codornices y patos; los solomillos de cocodrilo; y ¡la carne de tiranosaurios rex!, saben todas igual. Todas saben a carne de pollo.
¿Pero c贸mo pudo el cient铆fico llegar a este resultado, si a estas alturas de la alimentaci贸n industrializada, la carne de pollo no sabe a pollo?
Hay investigaciones vitales para el curso de la humanidad.
Hay investigaciones caprichosas, que responden a inquietudes minoritarias
Hay investigaciones interesantes. Pero tambi茅n las hay interesadas, que antes de empezar, ya saben que resultado tienen que obtener, diga lo que diga el tubo de ensayo.
Y hay investigaciones sorprendentes, como la realizada por Joe Staton del Museo de Zoolog铆a Comparada de Harvard, que ha llegado a la conclusi贸n que la carne de iguana; los filetes de serpiente, salamandras, sapos y tortugas; los muslos de palomas, codornices y patos; los solomillos de cocodrilo; y ¡la carne de tiranosaurios rex!, saben todas igual. Todas saben a carne de pollo.
¿Pero c贸mo pudo el cient铆fico llegar a este resultado, si a estas alturas de la alimentaci贸n industrializada, la carne de pollo no sabe a pollo?