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Post-venta del alma brasilera

Por Bruno Peron Loureiro

La venta est谩 consumada. El Brasil se encuentra en la fase final de secuestro de sus recursos materiales y an铆micos por oligarcas hereditarios, deudas impagables y pa铆ses ladrones.

Paralelamente al escenario de este “pa铆s pac铆fico” –y por supuesto genuflexo– Siria vive la eminencia de la destituci贸n del estadista Bashar Al Assad. Los atentados a las embajadas de EE.UU y Francia son s贸lo el detonador de un proceso de invasi贸n perpetrado por dos potencias con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El prop贸sito de este proyecto es claro, basta que el pa铆s que sea su objetivo tenga gobiernos que perduren y que exista la menor oposici贸n, para que se desate la nueva Guerra Santa de la Democracia. Se encubre sin embargo que el destinatario viol贸 alguna norma de conducta que lo manten铆a a remolque –o probablemente en desventaja– frente al sistema productivo internacional.

Sabemos bien quien comanda este engranaje, un vez que el mundo es mundo, solamente mientras comparte los valores de las potencias dominantes y vigorosamente pujantes. 脕frica Septentrional y Oriente Medio lo hicieron –Arabia Saudita e Israel todav铆a lo hacen– con el petr贸leo y la geopol铆tica, hasta cierto punto. Las tentativas de derrumbar a dictadores son selectivas.

Con esta introducci贸n contextual, se argumenta que el Brasil est谩 distante de constituir una amenaza al juego de las grandes potencias porque su econom铆a alimenta al sistema financiero internacional (Bancos, capitales evasivos y especulativos), proporciona alimentos a las bocas hambrientas de ultramar y mantiene a su pueblo trabajador en la bestialidad y la ignorancia de que su mano de obra mueve toda esa patra帽a con un m铆nimo de remuneraci贸n por las horas trabajadas.

En alg煤n momento he mencionado que Brasil opt贸 por la econom铆a agroexportadora latifundista, que solamente baja los precios internos cuando nuestros productos no son aceptados en otro pa铆s por cuestiones de vigilancia sanitaria. En alg煤n otro alert茅 que a este ritmo el idioma ingl茅s sustituir谩 al portugu茅s en Brasil, o que juntos compondr谩n un h铆brido est茅ril, capricho del lenguaje coloquial.

Esta vez, digo que el sistema productivo est谩 presente con naturalidad en casi todos lo per铆odos de las veinticuatro horas del d铆a.

Se trabaja arduamente para mover las ruedas del sistema, y cuando alguien se cree libre de 茅l, esa creencia no pasa de ser una ilusi贸n inexcusable. Se produce, se distribuye y se consume hasta en las pocas y fugaces horas de esparcimiento, como en la publicidad de la televisi贸n o en las indeseadas llamadas telef贸nicas que nos ofrecen servicios bajo la amenaza de que “estamos siendo grabados para su seguridad”.

La periodista canadiense Noem铆 Klein, en su libro “Sin Logo” hostiliza a las marcas comerciales debido a la transici贸n de venta de productos e ideas. Hoy se venden conceptos, concepciones, cosmovisiones, que se vinculan evidentemente a la venta exponencial de pantalones, perfumes, zapatos, lanchas.

El alma brasilera ha sido entregada a la hegemon铆a pr谩cticamente irreversible del sector comercial, a la dictadura de las empresas m谩s o menos instituidas, entre otras decisiones que tomaron nuestros pol铆ticos, con la anuencia de un pueblo ap谩tico.

El exorcismo en esta etapa del proceso es dispendioso, doloroso y tard铆o, porque el pa铆s ya alcanz贸 la etapa avanzada de post-venta, en la que los vendedores insisten en la eficacia de sus productos y en el mantenimiento de los modelos de consumo.

El cliente Brasil recibe un tratamiento especial.

Una parte de 茅l es la que fomenta la extra帽a predilecci贸n por los t茅rminos for谩neos en nuestros empaques. Se usa “pizza-delivery” en vez de “entrega de pizza”, “hair cutting” en lugar de “corte de pelo”, el t茅rmino “performance” sustituy贸 a “desempe帽o” e irrumpen los entrenamientos motivacionales basados en el m谩s-de´lo-mismo, “coaching”. Se busca en el almuerzo el sistema de “self-service” en lugar de “auto-servicio”, o m谩s simplemente “comida por kilo”. El proceso descrito por Noem铆 Klein encuentra en Brasil a un alumno ejemplar.

De all铆 es que entiendo que hayan tantos tramposos en este pa铆s: “coleados” (o “colados”), evasores de impuestos, intercambio de favores involucrando a funcionarios p煤blicos, tr谩fico de influencias (sus cr铆menes: peculado, malversaci贸n de fondos, soborno)

La visita del estadounidense Obama al Brasil en marzo de 2011 fue apenas una expresi贸n de la post-venta de la constelaci贸n de productos que orbitan la vida de cada brasilero.

Todo se convierte en negocio en el pa铆s de los negocios. No demora la condecoraci贸n a Brasil por lo hecho a favor de la econom铆a de mercado, que crea pocos ricos y tantos marginales.




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