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Al menos 83 personas murieron en los experimentos de EEUU en guatemaltecos en la década de 1940

EMD/AGENCIAS.- Nuevas revelaciones sobre experimentos médicos ilegales de un equipo estadounidense con guatemaltecos en la década de 1940 han desvelado la magnitud de los hechos. Entre 1946 y 1948 unas 1.300 personas fueron infectadas con enfermedades venéreas como la sífilis o la gonorrea. La mayoría pertenecían a colectivos sociales vulnerables: eran enfermos mentales, prostitutas o presos. Es una de las conclusiones de los trabajos que está realizando la comisión estadounidense que investiga el caso.

"Creemos que hubo 83 muertos, no sabemos hasta qué punto estas muertes estuvieron directa o indirectamente relacionadas con estos experimentos", señala el científico Stephen Hauser, durante la sexta reunión de la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética estadounidense en Washington.

Sólo unas 700 personas recibieron "alguna forma de tratamiento", algo que la jefa de esta comisión, Amy Gutmann, ha considerado "un episodio claramente inmoral de injusticia histórica". Los investigadores de la comisión han indicado que el estudio de enfermedades de transmisión sexual como la sífilis era un objetivo científico importante en ese momento. El escándalo salió a la luz el pasado mes de noviembre y Estados Unidos se ha limitado a pedir disculpas, explicando que estos experimentos estaban destinados a probar la eficacia de la penicilina.

Un informe de la comisión investigadora, generado el lunes en Washington, cifra en 83 los ciudadanos de este país muertos de los alrededor de cinco mil 500 utilizados como cobayos de 1946 a 1948 por científicos norteamericanos.

Reos, deficientes mentales y prostitutas estuvieron entre unos mil 300 a quienes les inocularon gonorrea y sífilis, con el objetivo de verificar los efectos de la penicilina sobre esas enfermedades de transmisión sexual.

El hecho causó honda conmoción en Guatemala al conocerse en noviembre pasado, y entonces el presidente Alvaro Colom lo criticó de manera enfática, al punto de calificarlo como un acto genocida contra su pueblo.

Según el vicepresidente Rafael Espada, quien encabeza las pesquisas por la parte guatemalteca, pudieron localizar en territorio occidental a cinco personas aún vivas a quienes les inocularon esos males.

Ellos, con edades de 84 y 85 años, serán trasladados a esta capital junto con familiares para realizarles los estudios correspondientes y determinar la gravedad de la infección, anunció Espada.

Científicos de la Universidad estadounidense de Pensilvania trabajan en esos casos para documentar los hallazgos, cuyo reporte será entregado al mandatario Barack Obama, de acuerdo con lo informado por el funcionario guatemalteco.

Además, dijo, la comisión formada en este país entregará su veredicto final en octubre venidero, aunque ya el borrador está en manos de Colom.

De quienes fueron expuestas o inoculadas con una enfermedad venérea menos de 700 recibieron alguna forma de tratamiento, de acuerdo con conclusiones preliminares de la comisión norteamericana encargada de la investigación.

La jefa de ese grupo, Amy Gutmann, calificó aquel acto de episodio claramente inmoral de injusticia histórica, señalan reportes llegados a esta nación.

GUATEMALA

Los diarios guatemaltecos destacaron la información en titulares de portada y el matutino Prensa Libre, el más importante del país, consideró esos experimentos en guatemaltecos “una monstruosidad”, señaló en su editorial.

El vicepresidente Rafael Espada informó que en octubre una comisión presidencial nombrada por el presidente guatemalteco Álvaro Colom dará a conocer su informe final. También reveló que se localizó a cinco supuestos contagiados en los experimentos que serán sometidos a análisis clínicos. Los resultados se conocerán en octubre, junto a un informe final. No detalló si los cinco hombres y sus familias podrían ser indemnizados.

Amy Gutmann, nombrada por el presidente Barack Obama presidenta de Comisión Presidencial para el Estudio de Temas Bioéticos, dijo en Washington que los experimentos citados* representan un “capítulo oscuro”* de la historia de Estados Unidos.

De 1946 a 1948, el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos y la Oficina Sanitaria Panamericana trabajaron con organismos guatemaltecos para realizar el estudio médico -pagado por el gobierno estadounidense- que implicaba la exposición deliberada de cientos de personas a las enfermedades mencionadas.

Al parecer, los científicos intentaban determinar si la penicilina -entonces relativamente nueva- podía evitar la infección en las 1,300 personas expuestas a dichos males. Entre los inoculados con sífilis había soldados, prostitutas, prisioneros y enfermos mentales.

La investigación no produjo ninguna información médica útil, según algunos especialistas. Por varias décadas fue oculta, hasta que fue denunciada el año pasado porque una historiadora médica del Colegio Wellsley descubrió expedientes entre unos documentos del médico John Cutler, quien dirigió el experimento.




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