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El pan, en el naufragio

Por Salvador Brice帽o   

El mismo diagn贸stico que se levant贸 desde la v铆spera de la toma de posesi贸n del presidente que instal贸 la alternancia pol铆tica en el 2000, Vicente Fox Quesada, es el de ahora. Pero andando como los cangrejos, mucho peor. Pues se presume que han pasado algunos a帽os, y los gobernantes del Partido Acci贸n Nacional (PAN) habr铆an acumulado experiencia y dotes para solidificar los principios que le dieron vida partidaria y ahora lo tienen en la cumbre de las decisiones para dirigir un pa铆s con tantos retos por delante como M茅xico.

Si algo tiene el periodismo de investigaci贸n es que acude a las fuentes. A las entrevistas con los actores de la vida pol铆tica nacional, con los analistas que est谩n al tanto de los acontecimientos para reflexionar atinadamente aportando elementos de juicio —cuando no de cr铆tica, que es lo que la realidad mexicana merece y no poses de mera complacencia—, y con la memoria hist贸rica. Es decir, algunos elementos con los que se alimenta el reportaje.

Y a 煤ltimas fechas, algunos muy destacados reporteros del medio period铆stico mexicano, con todo y los riesgos que asumen por seguirle los pasos aquellos actores nefastos de la pol铆tica —quienes hacen uso y abuso de los cargos p煤blicos con fines personales o de mafias, lo que deriva en deterioro del pa铆s seg煤n el campo de acci贸n—, dan cuenta puntual tanto de lo evidente como de lo que se esconde tras las negociaciones, las declaraciones de banqueta, las conferencias de prensa; las fachadas de los pol铆ticos, los spot, la alta traici贸n de sus soportes ideol贸gicos y pol铆ticos, como pueden ser los lineamientos de partido y del gobierno, etc茅tera.

Ah铆 est谩n los reporteros de la revista Proceso, de Contral铆nea, de Forum, y algunos otros medios impresos —ahora tambi茅n en la red tanto del Distrito Federal como del interior del pa铆s—, que sobreviven sin publicidad oficial y con escasos recursos porque le apuestan a descubrir las verdades tras el encumbramiento del pol铆tico, el gobernante o el legislador; y todo aqu茅l que escudado en el ejercicio de la pol铆tica una vez que detenta un cargo por nepotismo o amiguismo [que no por preparaci贸n o capacitaci贸n: l茅ase la mediocridad del gabinetazo foxista y ahora calderonista], saca las u帽as para dos cosas: clav谩rselas al presupuesto —“un pol铆tico pobre es un pobre pol铆tico”: Carlos Hank—, o a los enemigos de la pol铆tica y hasta de su propio partido cuando de rebatingas internas se trata [v茅anse los pleitos continuos al interior del PAN].

Y eso no les agrada a los hombres enquistados en sitios de alg煤n espacio de poder. De todos modos ah铆 est谩n los libros de mujeres valientes como Lydia Cacho, Ana Lilia P茅rez, Anabel Hern谩ndez; de hombres como Jos茅 Reveles, Ricardo Ravelo, Jenaro Villamil, y 脕lvaro Delgado, por citar algunos, que describen partes importantes de la descomposici贸n del pa铆s.

El caso es que en esto los gobiernos panistas se pintan solos. Como en general, no obstante detentan el poder presidencial por un golpe de tim贸n m谩s que por la voluntad popular, puesto que no se respetaron los votos en una elecci贸n tan ileg铆tima, la del 2006, como la totalmente legal del a帽o 2000. En aquella se arrebat贸 el poder a otro partido y candidato; en 茅sta se eligi贸 al primer presidente de la oposici贸n en M茅xico, pero que luego devino en desgracia como result贸 el gobierno de Vicente Fox.

La reflexi贸n descrita viene a cuento porque se trata, primero del partido en el poder y sus reticencias a la cr铆tica. Principalmente sobre aquellos problemas que tanto laceran la tranquilidad nacional, los cuales el mismo partido gobernante ha prometido encarar pero no resuelve y por lo mismo son objeto de la cr铆tica: los temas del narcotr谩fico, los carteles de las drogas, la violencia generalizada, el saqueo de Pemex desde la camarilla del poder presidencial, la pederastia, etc茅tera. En pocas palabras el dilema de la seguridad p煤blica por la violencia desbordada, como asuntos imprescindibles para cualquier gobierno, entre otros como la corrupci贸n e impunidad sist茅micas.

Seguidamente, porque un partido sin principios de todo tipo, tampoco es digno de confianza. Ahora y siempre. De igual manera sus dirigentes o sus gobernantes porque tienden al sectarismo o a favorecer s贸lo a un sector de la sociedad dejando fuera todo lo dem谩s. La miop铆a es caracter铆stica de los gobernantes del PAN; palpable sobre todo en su falta de proyectos de naci贸n, de inter茅s por resolver los problemas m谩s graves del pa铆s y hacer algo en beneficio de la colectividad. Todo lo contrario, porque con la dichosa guerra contra el crimen organizado se han pospuesto todos los dem谩s compromisos con el pa铆s y sus habitantes.

As铆, el seguimiento puntual de los problemas internos del PAN que ofreciera en su momento el reportero [en 2007] 脕lvaro Delgado en su libro El enga帽o: pr茅dica y pr谩ctica del PAN, han sido confirmados en un reporte reciente publicado en Proceso de la semana que corre, ¡por los propios panistas! Son los traspi茅s de los panistas, como secuelas de un partido m谩s que de naufragio en descomposici贸n.

Tan s贸lo un ejemplo del libro, por problemas de espacio. “Castillo Peraza, cr铆tico implacable de Fox por su fobia al conocimiento y su inopia pol铆tica, sin rumbo. [Expres贸] ‘Es m谩s peligroso un populismo de derecha que uno de izquierda’, sentenciaba. Por eso vio con desaliento el triunfo de Fox…” Y confi贸 a Julio Scherer: “El d铆a que Fox sea presidente de la rep煤blica, habr谩 que agotar la existencia de resistol en el mercado. El partido quedar谩 hecho a帽icos y habr谩 que pegar los pedazos uno a uno”.

Los augurios de Peraza se hicieron realidad, pero el resistol no se termin贸 porque ning煤n panista ha pegado los cachos. Ni los presidentes del partido —de Castillo Peraza, para ac谩, pasando por el propio Calder贸n: Bravo Mena, Manuel Espino, Mart铆nez C谩zares, C茅sar Nava, Gustavo Madero—, ni los presidentes del pa铆s, Fox o Calder贸n. Tampoco han cohesionado en torno a un proyecto de pa铆s. Ese ha sido su principal y m谩s grande falla.

Y en “Tormenta sobre Acci贸n Nacional”, publicada en la revista citada, se da una muestra, mejor dicho el diagn贸stico que sobre el PAN otorga la Comisi贸n de Reflexi贸n y An谩lisis de ese partido a partir de la debacle electoral de 2009. “Hemos dejado de ser escuela de ciudadan铆a”. Un documento de “alta confidencialidad”. Refleja que el comportamiento de los panistas no se aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del inter茅s, la n贸mina y el poder. Porque no hay agenda para con la sociedad, “se han tolerado actos de corrupci贸n de funcionarios y militantes”; se han privilegiado el arribismo y el oportunismo. “Se permite la democracia simulada, entre tama帽as componendas internas”. Peque帽a muestra de un partido naufragante.




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