Por Bruno Peron Loureiro
La mayor铆a de las personas no saben porque son refractarias a ciertas ideas o acciones. O por que se aferran a algunos prejuicios con tanta facilidad sin saber de que se trata.
He insistido en que la amplitud del pensamiento es mucho mayor de lo que nos imaginamos, porque comprende las fuerzas energ茅ticas del mundo invisible. Por eso el deseo, antes de realizarlo ya es una expresi贸n de benevolencia, a煤n m谩s si la acci贸n se concreta.
As铆, la perseverancia en el bien, por m谩s diversos e imponentes que sean los obst谩culos, ilumina cualquier prop贸sito y ense帽a efectos de los cuales no habr谩 arrepentimiento.
La barrera que separa la ignorancia de la instrucci贸n es tenue, cuando existe la voluntad genuina de conocer, aprender, perfeccionar y compartir. No es necesario tener dones extraterrenales para abrir las puertas de transici贸n de la primera condici贸n a la segunda.
Caminamos gradualmente hacia la desmitificaci贸n del mundo, la correcci贸n de falsedades y la anulaci贸n de lo que se tuvo mucho tiempo como asombroso, milagroso o sobrenatural.
La ciencia de esta manera tiene un papel intransferible en la senda evolutiva de la humanidad, a despecho de lo que muchos hacen con el empleo de las aptitudes mentales en pro de manchar el planeta. La naturaleza no es sirviente de nuestros caprichos.
Este razonamiento nos permite la elecci贸n de dejarnos llevar por el viento y bailar “seg煤n la m煤sica que nos tocan” o de lo contrario ser piezas activas en la construcci贸n de una esfera material y espiritual m谩s acorde con la naturaleza y m谩s depurada de las malas hierbas.
Los proyectos durables y bien intencionados dejan frutos que maduran, m谩s temprano o m谩s tarde.
Aprovecho para recordar un hecho curioso que ya fue objeto de investigaci贸n: una l谩mpara de 60 Watts est谩 funcionando desde 1901 en Livermore, Estados Unidos, y fue apagada solamente por cortes espor谩dicos de energ铆a o por mudanza de local en 1976.
Adolphe Chaillet, que fund贸 una f谩brica en esta 谩rea comercial en el siglo XIX, invent贸 esta l谩mpara especial, hecha a mano y m谩s costosa que las otras y se las present贸 a los bomberos de Livermore.
El fen贸meno de la l谩mpara cuya luz no se apaga tuvo repercusi贸n mundial al cumplir el centenario de su funcionamiento en 2001, y vuelve a ser noticia 110 a帽os despu茅s de que su filamento haya sido encendido por primera vez.
Se especula que las causas m谩s probables de esta ins贸lita duraci贸n se relacionan con la baja intensidad de la corriente que alimenta la l谩mpara, con la estabilidad de la red el茅ctrica y con la calidad superior de sus materiales.
Lo ins贸lito de esta l谩mpara se debe a que hoy no habr铆a oferta sin demanda, ya que la obsolencia programada es un artificio de mercado que atribuye a los productos una expectativa de vida m谩s baja para que se muevan las industrias.
En otras palabras, nuestras l谩mparas podr铆an durar mucho m谩s. Sin embargo, las l谩mparas que duran chocan con los intereses comerciales.
La investigaci贸n nos retribuye elementos para comprender por que no todo lo que se predica es la soluci贸n a los problemas de la humanidad. Hay que filtrar las ofertas que nos hacen a trav茅s de la raz贸n. Ya nos dijeron, e insisten en ello, que el planeta es mejor con el mercado libre y la receta neoliberal, sin embargo no es necesario reflexionar demasiado para reconocer los l铆mites de esta falacia.
Hay en usted, lector, una l谩mpara duradera, que lo trae con la prerrogativa de escoger entre la instrucci贸n y la ignorancia, el conocimiento y la oscuridad.
Nadie le impondr谩 lo que debe pensar, leer e imaginar, porque el pensamiento no se roba, ni siquiera pueden hacerlo aquellos que ans铆an transformar todo en “propiedad privada”.
Reconozca su autonom铆a y recuerde que usted dispone de herramientas para realizar un trabajo edificante, bien diferente de aqu茅l que s贸lo trae ganancias financieras.
La l谩mpara centenaria contin煤a viva y vibrante. Otras enaltecen la perseverancia en el bien.
La mayor铆a de las personas no saben porque son refractarias a ciertas ideas o acciones. O por que se aferran a algunos prejuicios con tanta facilidad sin saber de que se trata.
He insistido en que la amplitud del pensamiento es mucho mayor de lo que nos imaginamos, porque comprende las fuerzas energ茅ticas del mundo invisible. Por eso el deseo, antes de realizarlo ya es una expresi贸n de benevolencia, a煤n m谩s si la acci贸n se concreta.
As铆, la perseverancia en el bien, por m谩s diversos e imponentes que sean los obst谩culos, ilumina cualquier prop贸sito y ense帽a efectos de los cuales no habr谩 arrepentimiento.
La barrera que separa la ignorancia de la instrucci贸n es tenue, cuando existe la voluntad genuina de conocer, aprender, perfeccionar y compartir. No es necesario tener dones extraterrenales para abrir las puertas de transici贸n de la primera condici贸n a la segunda.
Caminamos gradualmente hacia la desmitificaci贸n del mundo, la correcci贸n de falsedades y la anulaci贸n de lo que se tuvo mucho tiempo como asombroso, milagroso o sobrenatural.
La ciencia de esta manera tiene un papel intransferible en la senda evolutiva de la humanidad, a despecho de lo que muchos hacen con el empleo de las aptitudes mentales en pro de manchar el planeta. La naturaleza no es sirviente de nuestros caprichos.
Este razonamiento nos permite la elecci贸n de dejarnos llevar por el viento y bailar “seg煤n la m煤sica que nos tocan” o de lo contrario ser piezas activas en la construcci贸n de una esfera material y espiritual m谩s acorde con la naturaleza y m谩s depurada de las malas hierbas.
Los proyectos durables y bien intencionados dejan frutos que maduran, m谩s temprano o m谩s tarde.
Aprovecho para recordar un hecho curioso que ya fue objeto de investigaci贸n: una l谩mpara de 60 Watts est谩 funcionando desde 1901 en Livermore, Estados Unidos, y fue apagada solamente por cortes espor谩dicos de energ铆a o por mudanza de local en 1976.
Adolphe Chaillet, que fund贸 una f谩brica en esta 谩rea comercial en el siglo XIX, invent贸 esta l谩mpara especial, hecha a mano y m谩s costosa que las otras y se las present贸 a los bomberos de Livermore.
El fen贸meno de la l谩mpara cuya luz no se apaga tuvo repercusi贸n mundial al cumplir el centenario de su funcionamiento en 2001, y vuelve a ser noticia 110 a帽os despu茅s de que su filamento haya sido encendido por primera vez.
Se especula que las causas m谩s probables de esta ins贸lita duraci贸n se relacionan con la baja intensidad de la corriente que alimenta la l谩mpara, con la estabilidad de la red el茅ctrica y con la calidad superior de sus materiales.
Lo ins贸lito de esta l谩mpara se debe a que hoy no habr铆a oferta sin demanda, ya que la obsolencia programada es un artificio de mercado que atribuye a los productos una expectativa de vida m谩s baja para que se muevan las industrias.
En otras palabras, nuestras l谩mparas podr铆an durar mucho m谩s. Sin embargo, las l谩mparas que duran chocan con los intereses comerciales.
La investigaci贸n nos retribuye elementos para comprender por que no todo lo que se predica es la soluci贸n a los problemas de la humanidad. Hay que filtrar las ofertas que nos hacen a trav茅s de la raz贸n. Ya nos dijeron, e insisten en ello, que el planeta es mejor con el mercado libre y la receta neoliberal, sin embargo no es necesario reflexionar demasiado para reconocer los l铆mites de esta falacia.
Hay en usted, lector, una l谩mpara duradera, que lo trae con la prerrogativa de escoger entre la instrucci贸n y la ignorancia, el conocimiento y la oscuridad.
Nadie le impondr谩 lo que debe pensar, leer e imaginar, porque el pensamiento no se roba, ni siquiera pueden hacerlo aquellos que ans铆an transformar todo en “propiedad privada”.
Reconozca su autonom铆a y recuerde que usted dispone de herramientas para realizar un trabajo edificante, bien diferente de aqu茅l que s贸lo trae ganancias financieras.
La l谩mpara centenaria contin煤a viva y vibrante. Otras enaltecen la perseverancia en el bien.