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El 11/S, guerra con mentiras

OPINI脫N de Salvador Gonz谩lez Brice帽o   

En el estudio de la realidad, la objetividad no es tan f谩cil de alcanzar. Mejor dicho, es m谩s un artilugio de la “ciencia” para aceptar como v谩lido s贸lo lo que conviene a los “cient铆ficos”, en un contexto o en un pa铆s determinado. Pero, eso s铆, la ciencia tiene la argucia de, como Santo Tom谩s, no creer hasta no “ver”. ¿Cu谩l ver? El del microscopio o el de la prueba “experimental” del 谩cido. Ni m谩s ni menos.

Pero el dilema, si bien es complejo en el terreno de las ciencias f铆sicas, se embrolla sobremanera cuando los preceptos para alcanzar tama帽a objetividad son trasladados a las ciencias sociales. Ah铆 es cuando [la puerca tuerce el rabo, dice el adagio] lo pretendidamente verdadero es m谩s permeado por las mentiras, porque las “verdades” cuelgan de los puntos de vista de los muchos que participan de ella. Por eso es que no resulta f谩cil encontrar la verdad, sobre todo aqu铆.

En el caso de la primera, de la ciencia f铆sica, existen sin embargo, ciertos criterios adoptados como preceptos, adem谩s de los experimentos [los filtros] y hasta las teor铆as que gu铆an el decurso del avance. Y de ese modo, claro est谩 que de tumbo en tumbo, se consiguen ciertos descubrimientos novedosos, como por ejemplo en los usos de los materiales, las biotecnolog铆as, la rob贸tica, la computaci贸n, etc茅tera. Aqu铆 la objetividad se convierte en una verdad por razones utilitarias, o mercantiles.

Con las segundas, las ciencias sociales, lo que ocurre no es muy diferente: la verdad, cuando se dice que alcanz贸 cierta objetividad, se ci帽e a la visi贸n de unos cuantos. De aquellos que tratan de justificarlo todo, ni m谩s ni menos que, como una verdad universal o como ca铆da del cielo. Porque, siguiendo un viejo principio medieval, si lo dijo el Papa es verdadero e irrevocable, aunque el ungido sea un perfecto idiota.

Lo mismo sucede con los “cient铆ficos” que son ensalzados como los poseedores de la objetividad. Si ellos dicen que el orden social es como es porque se parece al orden natural, luego entonces es verdadero. De ese modo se impone, dirigido por los objetivistas y fieles servidores de dicho orden social [excluyente, de clases y completamente mercantilista, donde el hombre con su rom谩ntico humanismo no interesa aunque se muera de hambre], otra vez el sentido material o utilitario.

Ah, pero como no falta un pelo en la sopa, tampoco quien les diga sus verdades —a tama帽o orden establecido— y que esa visi贸n es tan miope como la mism铆sima objetividad empa帽ada cuando los cristales de sus lentes de aumento est谩n sucios.

El orden social, que de natural tiene lo que de libre la mano invisible del mercado, est谩 estructurado conforme a fuertes intereses materiales. La ambici贸n que alimenta la voracidad de ganar m谩s y m谩s, para poseerlo todo, porque entre m谩s se tiene se es m谩s rico [¿cu谩nto de lo que acumula en oro se lleva el hombre cuando muere?], es la que dirige la existencia del hombre en este mundo tan pleno de desequilibrios y desigualdades por lo mismo.

La predominancia de un Estado sobre otro [o muchos m谩s], no es m谩s que la voracidad de uno sobre el resto. M谩s cuando el primero tiene fines imperiales, o de existir como dominante de todos los dem谩s. En ese contexto, tambi茅n bajo lineamientos te贸ricos si se quiere, todo encuentra explicaci贸n.

Incluso fen贸menos como —que ahora nos ocupa— el atentado a las Torres Gemelas del 11/S en Nueva York, en su d茅cimo aniversario, adjudicado a Al Qaeda como grupo terrorista, pero convino a Estados Unidos como pa铆s en invadir a otros, Irak y Afganist谩n, estados poseedores de grandes reservas naturales, muy 煤tiles para sus fines militar-industrial e imperial.

As铆, del 11/S se ha hablado tanto para justificar las guerras mencionadas emprendidas por George W. Bush y los halcones de su gabinete [Donald Rumsfeld, Dick Cheney, Condoleezza Rice, Colin Powell, George Tenet, en primera fila], que va desde: hacer justicia a los ca铆dos matando a los responsables —por cierto con la caza de Bin Laden se supone erradicado el problema—; explotar el dolor de las v铆ctimas y sus historias personales; el hecho mismo del derrumbamiento de las torres [las teor铆as de las conspiraciones, pero no son tan inteligentes para planearlo todo]; hasta la exaltaci贸n del patriotismo y el nacionalismo estadounidense, y su misi贸n como salvador del mundo. Un pa铆s, el m谩s bueno, destinado a derrocar a los tiranos e implantar la democracia en cualquier rinc贸n del planeta que se lo proponga. Para eso est谩n tambi茅n los superh茅roes y el cine de hollywoodense.

Lo que no se dice es que se trata de un pa铆s que, a cambio de conseguir lo que quiere, es capaz de todo, incluso provocar la ca铆da de sus propias Torres. Un perverso y sucio acto de autoatentado, para justificar la apropiaci贸n de grandes yacimientos petroleros sin importar que mueran cientos o miles de personas de otros pa铆ses.

Pues bien. En el informe de Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 9/11 [sitio: www.ae911truth.org], 1,554 profesionales, con motivo del 10 aniversario ahora exigen una investigaci贸n sobre las Torres Gemelas, porque consideran que es una gran estafa. Han enviado una petici贸n, con el apoyo y firmas de 12,947 personas, a miembros del Congreso de EU. “La destrucci贸n del WTC 1, 2, y 7 [茅ste, de 47 pisos], que no fue alcanzado por un avi贸n, muestra en cada caso, repentina, sim茅trica, destrucci贸n secuencial y r谩pida, con temperaturas sobrecalentadas confirmadas por pruebas f铆sicas, instrumental, fotogr谩fico e incluso testimonial”.

Con las pruebas explosivas en mano, los ingenieros y arquitectos reclaman una investigaci贸n real de lo que pas贸 ese d铆a que azot贸 a EU y se llev贸 a muchas v铆ctimas inocentes, adem谩s de que se generaron dos guerras en el exterior. Porque, por ejemplo, los edificios se desplomaron “en ca铆da libre” como si nada les “opusiera resistencia”. No obstante los pisos inferiores al impacto, compuestos de acero, estaban intactos. ¿Pero c贸mo se “pulveriz贸” el acero de las Torres? ¿Qu茅 energ铆a deshizo los castillos, cuando edificios m谩s altos y con temperaturas m谩s altas nunca se han colapsado?

Sin embargo, el an谩lisis de fragmentos de la destrucci贸n indica la presencia de nanotermita [recortes de 贸xido ferroso incrustadas en carbono], as铆 como microesferas de hiero fundido y aluminio. Explosivos no convencionales con los que se pudo eliminar la resistencia de los materiales del as Torres para que se derrumbaran como las vimos por televisi贸n, a velocidad newtoniana. La ciencia al servicio del imperio. Ni m谩s ni menos.




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