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El FMI y sus maniobras contra el Sur

OPINI脫N de Emilio Meynet   

La idea originada en el ejecutivo franc茅s, de regular precios de materias primas, encuentra eco en las potencias centrales y colisionan con la visi贸n emergente.

“No vamos a poner topes a los precios, queremos que se regule el mercado de commodities como se regulan otros mercados…”. Con esas palabras, el ministro de Agricultura franc茅s, Bruno Le Maire, anunciaba el 19 de mayo su idea de regular el precio de las materias primas, durante un encuentro con su par argentino, Juli谩n Dom铆nguez.

A pesar de que el funcionario de la naci贸n europea aseguraba no querer da帽ar la soberan铆a de las naciones productoras, sino ampliar la frontera agropecuaria y mejorar la producci贸n con tecnolog铆a; pa铆ses referenciados en este 谩mbito como Argentina, Brasil y Australia, se oponen a la idea que promueve Francia.

Lo que estas naciones bucar谩n en la cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el Banco Mundial, es la potestad correspondiente a cada pa铆s de fijar sus lineamientos econ贸micos. Para la Argentina representa un aval a su pol铆tica de derechos de exportaci贸n a la soja, ma铆z y trigo, entre otros.

No obstante, no dejan de ser cuestionados por otros miembros del Grupo de los Veinte y de la OMC desde d贸nde consideran que contribuyen a elevar los precios de los productos primarios.

Y aqu铆 es donde se llega al debate hist贸rico de los puntos de vista que existen cuando el perjudicado es un pa铆s central, o todos ellos, y como viran 180 grados cuando los perjudicados pasan a ser los perif茅ricos.

El 22 de Julio de 1944, en la ciudad de Bretton Woods en los Estados Unidos, durante una convenci贸n de la Organizaci贸n de las Naciones Unidas, se plante贸 la necesidad de crear un organismo a fines de promocionar pol铆ticas cambiarias sostenibles a nivel internacional, facilitar el comercio internacional y reducir la pobreza.

No caben dudas de que el objetivo no se ha cumplido. En este caso la justificaci贸n que encontrar铆a el FMI tiene que ver con que el elevado precio de los productos primarios perjudica sobre todo a poblaciones con econom铆as muy d茅biles, como en el caso de algunas naciones africanas.

“Nuestro objetivo es que en caso de crisis agr铆cola, podamos defender a los pa铆ses m谩s d茅biles. Pero en ning煤n caso avanzar por sobre la soberan铆a de los estados”, aseguraba Le Maire en el mes de Mayo. Tambi茅n remarcaba que “Queremos regular el mercado financiero de commodities, para que podamos controlar mejor las posiciones adoptadas por todas las partes. Queremos mayor transparencia sobre los stocks y mejor coordinaci贸n entre los estados del G-20 cuando hay una crisis”.

El FMI, al igual que la por entonces ministra de Econom铆a de Francia, Christine Lagarde (hoy titular del FMI), se hicieron eco de este programa. La curiosidad es como se encuentra justificable la regulaci贸n de cualquier 铆ndole cuando el desfavorecido es el m谩s fuerte.

Sin embargo las posturas econ贸micas que lleva adelante Argentina, a trav茅s del ministro de Econom铆a, Amado Boudou, la titular del Banco Central, Mercedes Marc贸 del Pont, se oponen firmemente a las justificaciones esgrimidas por Le Maire.

Precisamente, para el ministro Boudou “existe un intento de que haya stocks de intervenci贸n para bajar los precios en los momentos de mayor alza. Nosotros sostenemos que si hay una alta volatilidad de precios, no tiene que ver con la econom铆a real, sino con la especulaci贸n financiera”.

Al FMI no le gusta escuchar ese tipo de respuestas. De hecho, a pesar de las “misericordiosas justificaciones” basadas en una supuesta voluntad de salvar a los pa铆ses pobres del 脕frica, al momento de decidir pol铆ticas la opini贸n africana no es muy considerada. Cada director del FMI tiene un derecho de voto que puede ir desde 16,74 por ciento (Estados Unidos) hasta 1,34por ciento (24 pa铆ses de 脕frica juntos).

Es decir que la voluntad de Washington vale m谩s que todo el continente africano junto. Y dado que ellos poseen el 16.74 por ciento, el sistema le otorga un velado poder de veto en las decisiones tomadas por el organismo financiero.

Desde el sentido com煤n la respuesta al problema del hambre consiste en procurar que m谩s alimentos lleguen a m谩s personas y no buscar mecanismos para reducir artificialmente los precios internacionales. Esto tambi茅n fue planteado recientemente en la ONU por la presidenta argentina, Cristina Fern谩ndez de Kirchner.

Previamente la jefa de Estado repudi贸 los planes de ajustes que lleva adelante la Uni贸n Europea en todo el viejo continente en alusi贸n directa a la crisis que soportan los famosos “PIGs” (Portugal, Italia, Iranda, Grecia, Espa帽a).

Lejos de generar la adhesi贸n de los pa铆ses centrales, las posiciones econ贸micas heterodoxas sostenidas desde Argentina son visualizadas con desconfianza y hasta mala voluntad.

Quiz谩s basado en este 煤ltimo aserto se funden las razones por las cuales el Congreso de Estados Unidos decidi贸 sancionar a la Argentina, durante una audiencia efectuada el 21 de setiembre.

En efecto, el Capitolio estadounidense decidi贸 que votar谩 en contra del otorgamiento de cr茅ditos que Argentina solicite en el futuro al Banco Mundial y al BID. Actualmente Argentina tiene pedidos crediticios por un total de 1.600 millones de d贸lares pendientes de aprobaci贸n.

As铆 lo anunci贸 la subsecretaria para Mercados Internacionales y Desarrollo del Tesoro, Marisa Lago; que adem谩s admiti贸 que el Tesoro har谩 lobby para que otros pa铆ses tambi茅n se opongan a los cr茅ditos para la Argentina.

Esta ola de represalias es fiel expresi贸n de la actualidad econ贸mica mundial. Se desea atacar un punto neur谩lgico que le permiti贸 a las econom铆as de la UNASUR ser capaces de mantener importantes tasas de crecimiento de la producci贸n y el empleo.

La fortaleza econ贸mica de los pa铆ses del bloque (donde Argentina y Brasil son fundamentales para el sostenimiento), sumado a la solvencia fiscal y la solidez de las reservas; permiten que se lleven adelante pol铆ticas sociales, monetarias y fiscales antic铆clicas en un marco de estabilidad

“Quieren que tengamos menos tasas de crecimiento. Esa es una idea que encuentra eco en pa铆ses como Chile, Colombia y M茅xico. La idea de utilizar recursos para crear fondos antic铆clicos no tiene sentido, porque los activos en los que ahorrar铆amos perder铆an valor en el momento de una crisis”, asegura Amado Boudou.

Es muy importante incorporar en la discusi贸n econ贸mica elementos que no s贸lo tengan que ver con lo financiero, sino tambi茅n con cuestiones de trabajo y educaci贸n.
Variables relacionadas al crecimiento del capital humano como uno de los principales problemas que enfrentan los pa铆ses en el mercado laboral, que es la creaci贸n de trabajo para los grupos poblacionales m谩s j贸venes que se incorporan al trabajo.

Sin humanizaci贸n econ贸mica los crecimientos no son sustentables. Si algo ha dejado en claro el actual contexto de crisis es que las viejas pol铆ticas surgidas del Consenso de Washington han fracasado y que los nuevos puntos de vista provenientes de las econom铆as emergentes merecen ser tomadas en serio y no castigadas.

*Agencia Period铆stica de Am茅rica del Sur (APAS)
http://www.prensamercosur.com.ar/apm/tapa.php




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