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La insoportable insostenibilidad del sistema alimentario global

OPINI脫N de Gustavo Duch   

Per al Jordi, la Vicky i el Llu铆s

脡rase que se era un planeta sometido a las estrictas leyes de la naturaleza y gobernado tir谩nicamente por la sabidur铆a colectiva: la tierra era esponjosa y dulce; llov铆a dos veces por semana, los lunes por la ma帽ana y los jueves por las tardes; los r铆os chorreaban agua destilada; y de los mares rebosaban calamares, tiburones y bacalaos. Cuando los ni帽os y ni帽as de entonces caminaban hacia la escuela, escup铆an en los m谩rgenes las semillas de los n铆speros que les gustaba almorzar, y cuando hac铆an el camino de vuelta ya un 谩rbol-n铆spero hab铆a brotado, crecido y florecido, regalando nuevos carnosos frutos.

Era mucha la abundancia y parec铆a no tener fin. Pero a煤n as铆 se decidi贸 hacer caso a unas maravillosas mentes privilegiadas que tra铆an bajo su chistera nuevas f贸rmulas -para asegurar una mejor y m谩s sana alimentaci贸n global, mundial y planetaria –proclamaban arrogantes.

Se especializ贸 a los pa铆ses. Usted produzca caf茅 que llevar谩 a un mercado central a tan s贸lo 10 mil kil贸metros de su bancal. A ustedes le privaremos de salir a pescar, s贸lo por los pr贸ximos 60 a帽os -no se preocupe- para abastecer dicho mercado central. Estos se帽ores de all铆 abajo retirar谩n de sus campos todas las verduras, gallinitas y cabras,… para dejar espacio a la producci贸n de alimentos carburantes…que por su puesto mandar谩n al mercado global.

En las quimbambas se fabricar谩 el campo de cultivo m谩s grande nunca imaginado: 998 millones de hect谩reas rectil铆neas cultivas de soja con sistemas de riego-cultivo-fumigaci贸n automatizados e informatizados, que se controlar谩n con s贸lo tres trabajadores: el responsable inform谩tico, el supervisor del responsable inform谩tico, y el supervisor del supervisor del responsable inform谩tico.

Desde las quimbambas se repartir谩 la soja a pa铆ses centrales con granjas militarizadas: las vacas, cerdos y ovejas cuando tocan a diana comer谩n sus potajes de soja, hamburguesas de soja y pasteles de soja. Al sonar el silbato –las rumiantes- tendr谩n bien aprendido alinearse para ser orde帽adas as茅pticamente por succionadores mec谩nicos. Los cerdos mansamente se dirigir谩n a sus sillas el茅ctricas.

Para favorecer una buena distribuci贸n, se crear谩n cinco supercentros distribuidores encargados de repartir por cada uno de los continentes toda la comida almacenada en el mercado central.

Para evitar la competitividad, que destruye la armon铆a entre seres humanos, se empapelar谩n las peque帽as granjas, caserios y mas铆as de diferentes letreros: proh铆bido matar cerdos, por compasi贸n; prohibido elaborar quesos, por higiene; prohibido conservar semillas, por que s铆.

Y funcion贸 a la perfecci贸n:

Los r铆os no tienen nada que regar, y no llevan agua para evitar desperdicios.

Los desperdicios de las granjas van por ca帽er铆as hasta nuestros vasos.

Las mariposas ya no tienen que polinizar, y no existen.

Los pollos viven como mariposas: nacen y mueren rollizos en tres semanas.

La ropa de las boutiques la fabrican antiguas campesinas.

El caf茅 recorre el mundo en una c谩psula de aluminio y se vende en boutiques.

Muchas c谩psulas antidiabetes y antigordura consume quien puede comer.

Quien puede comer, pero no tiene c谩psulas, se muere de envenenamientos.

El consumo genera muchos beneficios para el mercado central y sus cinco supercentros.

Y mil millones de terrestres pasan hambre.

Son las libres leyes del mercado y el desprendimiento de liberales gobiernos.




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