OPINIÓN de Bartolomé Clavero
Representantes de organización indígenas han solicitado audiencia al Sistema de las Naciones Unidas en el Ecuador para informar sobre la consulta comunitaria frente al acoso que se sufre sobre las aguas de Kimsacocha y para solicitar el correspondiente apoyo en defensa de derechos humanos como lo es, para las propias Naciones Unidas, el derecho al agua, un derecho que debe así prevalecer sobre la propia Constitución del Ecuador que lo reconoce, pero signándole la gestión al Estado. Han sido recibidos a un nivel medio por parte del Asesor de Derechos Humanos del Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en el Ecuador, quien, entre argumentos a veces discutibles, les ha prometido remitir el asunto al Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. He aquí un par de problemas: por una parte, el Sistemas de Naciones Unidas en el Ecuador elude sus propias responsabilidades respecto a derechos humanos mediante dicha remisión; por otra parte, el referido Relator es poco proclive a reconocer valor a las consultas comunitarias, como ya ha demostrado en el caso de Guatemala. Recomiendo no sólo la lectura del acta de la reunión de parte indígena (en el sitio web del Sistema de Naciones Unidas en el Ecuador no encuentro la suya, si es que se ha considerado la reunión merecedora de registrarse por escrito), sino también la escuchar del audio, por ser sumamente interesante la exposición indígena sobre el derecho a la consulta comunitaria cuando el Estado quebranta su deber de convocarla.
Representantes de organización indígenas han solicitado audiencia al Sistema de las Naciones Unidas en el Ecuador para informar sobre la consulta comunitaria frente al acoso que se sufre sobre las aguas de Kimsacocha y para solicitar el correspondiente apoyo en defensa de derechos humanos como lo es, para las propias Naciones Unidas, el derecho al agua, un derecho que debe así prevalecer sobre la propia Constitución del Ecuador que lo reconoce, pero signándole la gestión al Estado. Han sido recibidos a un nivel medio por parte del Asesor de Derechos Humanos del Coordinador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en el Ecuador, quien, entre argumentos a veces discutibles, les ha prometido remitir el asunto al Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. He aquí un par de problemas: por una parte, el Sistemas de Naciones Unidas en el Ecuador elude sus propias responsabilidades respecto a derechos humanos mediante dicha remisión; por otra parte, el referido Relator es poco proclive a reconocer valor a las consultas comunitarias, como ya ha demostrado en el caso de Guatemala. Recomiendo no sólo la lectura del acta de la reunión de parte indígena (en el sitio web del Sistema de Naciones Unidas en el Ecuador no encuentro la suya, si es que se ha considerado la reunión merecedora de registrarse por escrito), sino también la escuchar del audio, por ser sumamente interesante la exposición indígena sobre el derecho a la consulta comunitaria cuando el Estado quebranta su deber de convocarla.