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ARGENTINA. Antes de asumir, el gobierno va provocando realineamientos

OPINI脫N de Emilio Mar铆n   

La Argentina pol铆tica avanza a mucha velocidad. Antes que la presidenta asuma su segundo mandato, ya tuvo varias definiciones que van provocando realineamientos pol铆ticos y gremiales.

Como se dijo aqu铆, Argentina no es Suiza. No es tan pulcra, puntual y previsible como su relojer铆a (su banca, no tiene esa limpieza). La cambiante pol铆tica dom茅stica se corroborado en la coyuntura, especialmente por algunas decisiones demoradas por la presidenta y lanzadas al ruedo en los 煤ltimos d铆as.

Un tema que hizo mucho ruido y muchas nueces, fue el del cese de los subsidios del Estado en las tarifas de luz, gas y agua, comenzando por barrios y sectores sociales m谩s ricos. Esto caus贸 un peque帽o terremoto pol铆tico cuya onda a煤n contin煤a, alimentado por la falta de precisiones gubernamentales. Las aguas se encresparon y se confundieron.

El debate se hizo intenso tambi茅n por la condena presidencial al proyecto de H茅ctor Recalde, de distribuci贸n de un diez por ciento de las ganancias empresarias entre los trabajadores. Esta pol茅mica provoc贸 una disputa p煤blica entre la presidenta y el secretario de la CGT; es una diferencia profunda que a煤n no ha podido encaminarse hacia una soluci贸n tranquila. El contrapunto se realiment贸 con las medidas de protesta de algunos gremios aeron谩uticos, frente a dr谩sticos discursos y medidas adoptadas por el Ejecutivo.

Por 煤ltimo hubo entredichos alrededor de la inflaci贸n, de si existe o no y de c贸mo tratarla para que no afecte el nivel de actividad econ贸mica y sobre todo la capacidad adquisitiva del salario.

En toda esta madeja mal ovillada, quiz谩s los nudos m谩s d铆ficiles de desatar sean los de la relaci贸n Cristina Fern谩ndez-Hugo Moyano. La presidenta tuvo conceptos muy duros contra la propuesta del jefe sindical sobre distribuci贸n de ganancias durante su discurso ante las colmadas mesas de la 17潞 Conferencia Industrial de la UIA.

Hay circunstancias m谩s importantes que la letra de ese discurso, de por s铆 muy significativo. Ese fue el rol de la reuni贸n previa de la presidenta con ocho popes del empresariado, antes de comparecer ante el conjunto. Jos茅 I. De Mendiguren, Daniel Funes de Rioja, Cristiano Rattazzi, Federico Nicholson y Paolo Rocca, entre otros, tuvieron all铆 la primicia de que la jefa de Estado iba a tapar con diarios el cad谩ver de la ley Recalde. Despu茅s CFK lo dijo con todas las letras: que las cosas de ese tipo (econ贸micas y sociales) no se pueden arreglar con una ley y que mejor ser谩 que los gremios lo negocien por separado con los empresarios en las paritarias. La platea empresaria aplaudi贸 a rabiar.

Curioso concepto presidencial de que estas cosas no pueden salir del Congreso. As铆 dichas hasta rozaron una concepci贸n antidemocr谩tica pues el parlamento est谩 precisamente o deber铆a estarlo, para aprobar leyes que mejoren la vida de la mayor铆a de los argentinos. La feroz resistencia monopolista, que se neg贸 incluso a concurrir a Diputados para dar su aporte a la iniciativa legal de la CGT, demuestra la necesidad de que el conjunto de la sociedad tome partido en la discusi贸n, sald谩ndola a favor de los asalariados. Con el criterio del PEN, habr铆a hecho mal el peronismo en promover la legislaci贸n obrera sobre convenios, previsi贸n social, etc.

¿Desde d贸nde habla Cristina?


Todo un sector kirchnerista que hab铆a visto con simpat铆a la propuesta del diputado Recalde, ahora dio varios pasos hacia atr谩s y los costados, luego de la clara toma de posici贸n de la presidenta. Respald谩ndola, ahora argumentan que mejor el reparto ser谩 por gremios, como en Brasil, o como en nuestro pa铆s tienen sindicatos como el del neum谩tico (Sutna).

Pero una corriente importante del gremialismo, expresado por el jefe de camioneros, ha ratificado que insistir谩 con la demanda de distribuci贸n de ganancias. Esto en principio puede ser una postura pol铆tica e ideol贸gica m谩s que pr谩ctica, pues resulta dif铆cil pensar que pueda prosperar en la futura legislatura con esa negativa de una presidenta respaldada por el 54 por ciento de los votos el 23 de octubre pasado.

Si Cristina Fern谩ndez mantiene su negativa a esa iniciativa azopardista, como es de prever, la pregunta es qu茅 har谩 Moyano y los gremialistas. ¿Se subordinar谩n a lo dispuesto en forma irrevocable por CFK? ¿O por el contrario, van a profundizar la diferencia?

Los interrogantes hoy no pueden ser respondidos categ贸ricamente. Deber谩 pasar un cierto tiempo hasta poder dar una respuesta.

Hay m谩s todav铆a. Cuando la CGT pide tener participaci贸n en las ganancias, resulta que el Estado le dice, por medio de la m谩xima autoridad, que no y que semejante asunto deber ser tratado por las partes.

Pero cuando una parte gremial aeron谩utica tiene un conflicto con su patronal de Aerol铆neas Argentinas, embozado o no, como se le imput贸 a APTA, el Estado toma la decisi贸n de intervenir la personer铆a de ese sindicato.

Ricardo Cirielli dice defender los derechos de los trabajadores, y al margen de su encuadramiento con la CGT de Luis Barrionuevo, algo de raz贸n puede tener. Son muchos los que opinan que no deber铆a intervenirse sindicatos por diferencias con medidas adoptadas por su direcci贸n o su base.

La presidenta, a su turno, tuvo raz贸n cuando record贸 todo el esfuerzo e inversi贸n estatal que hizo su gobierno para recuperar la aerol铆nea de bandera. Tambi茅n lo suyo fue razonable cuando puso el proyecto nacional por encima de los intereses sectoriales o de un gremio en particular. Delicado asunto este de combinar y resolver las contradicciones entre un gobierno y las organizaciones sociales, fijando las fronteras entre el leg铆timo inter茅s de un sector y la sociedad.

Claro que esas verdades cristinistas se relativizan cuando es enunciado desde la tribuna de la Uni贸n Industrial, con los empresarios que m谩s ganan, como los de Tenaris-Techint, Fiat, Ledesma, Repsol, Alpargatas, Banco de Galicia, Arcor, Banco Patagonia, Macro, etc. Hasta Hugo Biolcati, de la Sociedad Rural, aplaudi贸 de pie el discurso de la presidenta.

Otras c谩maras patronales del establishment, como la AEA, adem谩s de la UIA, dieron apoyo a la otra medida gubernamental ya mencionada, referida a la eliminaci贸n de subsidios del Estado a los servicios p煤blicos privatizados. Si esa poda queda limitada a los sectores de mayores recursos o si llegar谩 casi hasta el hueso de la ciudadan铆a de a pie, es todav铆a una duda. Por ahora los que quedan a salvo del ajuste de tarifas son los segmentos m谩s sumergidos, que cobran planes sociales o la jubilaci贸n m铆nima.

El resto tendr谩 que ponerse. De all铆 entonces la duda sobre la supuesta condici贸n pol铆tica m谩s general desde la que pontifica la presidenta.

¿Posibilidad de laborismo?

El alboroto dentro del justicialismo, entre la l铆nea pol铆tica y la sindical, genera dudas sobre si esta 煤ltima no pondr谩 proa hacia la conformaci贸n de un movimiento pol铆tico propio, en el futuro. Una suerte de laborismo. A煤n es pronto para saberlo pero no se puede negar de plano esa evoluci贸n, en un mediano plazo.

All铆 radica la diferencia entre la JP Regionales de los ´70 y la actual agrupaci贸n La C谩mpora. Aquella ten铆a m谩s fuerza propia porque hab铆a acumulado con luchas y organizaci贸n independiente de la direcci贸n del general Per贸n, a煤n declam谩ndose como su rama juvenil. Con ese capital se atrevieron a discutir con el viejo l铆der. La C谩mpora, en cambio, es una creaci贸n del gobierno de N茅stor Kirchner y Cristina; su militancia no es muy numerosa y sus dirigentes fueron casi todos promovidos a puestos de gobierno, en el Congreso y en Aerol铆neas, AFIP y otros directorios. No est谩n en condiciones de discutir ni una coma de lo que decida la presidenta de la Naci贸n.

Moyano y la corriente mayoritaria de la CGT Azopardo, en cambio, es un segmento con poder de fuego dentro del justicialismo. Con todo lo burocr谩tico que sean muchos de esos dirigentes, sus bases son asalariados organizados y est谩n disconformes con ciertos puntos dispuestos por el gobierno, como el cobro de impuestos al salario.

En pol铆tica cada quien atiende su juego. La presidenta juzga conveniente conciliar un cierto acuerdo con los capitanes de la industria nucleados en la UIA, aunque eso perjudique la tradicional relaci贸n con el sindicalismo. El tiempo dir谩 si fue una buena elecci贸n.

Por su parte Mauricio Macri ha evaluado retardar el traspaso del Subte a su jurisdicci贸n, lo que aceptar铆a reci茅n en 2017. Semejante contradicci贸n fue bien marcada por CFK en la conferencia industrial, tratando de erosionar los v铆nculos de la entidad con el jefe del PRO y aceitar los propios.

De todas maneras la presidenta argentina, cabe subrayarlo, no se ha convertido en una 茅mula de Juan Manuel Santos ni Sebasti谩n Pi帽era. En los pr贸ximos d铆as ella viajar谩 a Caracas para participar de la fundaci贸n de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).

El cristinismo tampoco abandona su relaci贸n con los organismos de Derechos Humanos, reconfortados por el procesamiento de los represores Videla y Men茅ndez en la causa por el asesinato del obispo Enrique Angelelli. En ese ambiente de DD HH se sinti贸 alivio y alegr铆a ante la noticia del fallecimiento del general Antonio D. Bussi. “Viva Tucum谩n menos uno”, cantaba siempre Mercedes Sosa cuando entonaba una zambita tucumana.















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