OPINI脫N de Julio Ortega
Cuando un individuo al que s贸lo le escuchan su botella, su perro y un transeunte que se detuvo por curiosidad habla de igualdad, justicia o revoluci贸n, no hay sensaci贸n de riesgo ni se hace necesario actuar contra 茅l, porque su discurso queda diluido entre el anonimato, la soledad y el desprecio. En cambio, si provienen de una persona con aptitudes para expresarse, cuyo bagaje cultural le permite apoyar con datos todo cuanto dice y con capacidad para reunir oyentes la cosa var铆a, pues se enciende la luz de alerta ante la posibilidad de que ese sujeto "subversivo" logre invitar a la reflexi贸n y al pensamiento cr铆tico como pr贸logo a una actitud de rebeld铆a social que pueda devenir en la exigencia de una transformaci贸n del sistema.
Pues eso es justamente lo que le est谩 pasando a Rafael Narbona. Licenciado en Filosof铆a, cr铆tico cultural, escritor y profesor en un Instituto en San Fernando de Henares (Madrid), se ha convertido en ampolla a reventar para unos cuantos muy nerviosos ante sus ideas y su talento para transmitirlas. Hay que decir que son m谩s - entre alumnos, padres de 茅stos y seguidores de su trabajo -, los que reconocen su val铆a, admiran su coraje y sinceridad, se entusiasman con su compromiso y ven en 茅l un referente. Pero los otros, los irritados, con ser menos emplean t谩cticas fascistas, lo que los convierte en sujetos muy peligrosos.
Hace unas cuantas semanas apareci贸 pintado en un muro del centro escolar donde imparte clase su nombre junto a la palabra "Comunista". Se podr谩 pensar que no es para tanto, pero s铆 lo es, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de un ayuntamiento con un importante n煤cleo de skinheads que ya amenazaron de muerte por este medio a m谩s profesores e incluso a sus hijos. Tanto es as铆 que el peri贸dico m谩s vendido de este Pa铆s public贸 en aquel momento la noticia sobre los escritos intimidatorios.
El siguiente paso contra Rafael Narbona ha sido un dossier elaborado por miembros del AMPA de su Instituto, en el que adjuntando fotograf铆as y textos suyos extra铆dos de internet lo califican de delincuente y alimentan el odio presente en la pintada, el camino m谩s r谩pido para convertirlo en objetivo del grupo ultra, un colectivo de cuyos m茅todos criminales tenemos sobradas y tr谩gicas muestras en la historia m谩s reciente.
No hay duda de que en la Espa帽a de Franco este docente habr铆a sido fusilado. La pregunta es si los espa帽oles de la "democracia", podemos permitir semejante persecuci贸n contra un hombre porque sus palabras resulten molestas a aquellos a los que t茅rminos como libertad, imparcialidad, equidad o renovaci贸n, les ofenden hasta tal punto que no tienen incoveniente en dibujar una diana alrededor de su cabeza. Esto no es un juego, los skinheads han demostrado que no les duele golpear y matar llegada la ocasi贸n. Y hay un profesor de Instituto llamado Rafael Narbona cada vez m谩s cercado por nost谩lgicos de una extrema derecha que el 煤nico argumento que conocen es la violencia del muchos contra uno. No, no es un juego, y espero que ma帽ana no se convierta en otro suceso que los pol铆ticos de turno lamenten y condenen. Tarde, muy tarde, como siempre.
Cuando un individuo al que s贸lo le escuchan su botella, su perro y un transeunte que se detuvo por curiosidad habla de igualdad, justicia o revoluci贸n, no hay sensaci贸n de riesgo ni se hace necesario actuar contra 茅l, porque su discurso queda diluido entre el anonimato, la soledad y el desprecio. En cambio, si provienen de una persona con aptitudes para expresarse, cuyo bagaje cultural le permite apoyar con datos todo cuanto dice y con capacidad para reunir oyentes la cosa var铆a, pues se enciende la luz de alerta ante la posibilidad de que ese sujeto "subversivo" logre invitar a la reflexi贸n y al pensamiento cr铆tico como pr贸logo a una actitud de rebeld铆a social que pueda devenir en la exigencia de una transformaci贸n del sistema.
Pues eso es justamente lo que le est谩 pasando a Rafael Narbona. Licenciado en Filosof铆a, cr铆tico cultural, escritor y profesor en un Instituto en San Fernando de Henares (Madrid), se ha convertido en ampolla a reventar para unos cuantos muy nerviosos ante sus ideas y su talento para transmitirlas. Hay que decir que son m谩s - entre alumnos, padres de 茅stos y seguidores de su trabajo -, los que reconocen su val铆a, admiran su coraje y sinceridad, se entusiasman con su compromiso y ven en 茅l un referente. Pero los otros, los irritados, con ser menos emplean t谩cticas fascistas, lo que los convierte en sujetos muy peligrosos.
Hace unas cuantas semanas apareci贸 pintado en un muro del centro escolar donde imparte clase su nombre junto a la palabra "Comunista". Se podr谩 pensar que no es para tanto, pero s铆 lo es, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de un ayuntamiento con un importante n煤cleo de skinheads que ya amenazaron de muerte por este medio a m谩s profesores e incluso a sus hijos. Tanto es as铆 que el peri贸dico m谩s vendido de este Pa铆s public贸 en aquel momento la noticia sobre los escritos intimidatorios.
El siguiente paso contra Rafael Narbona ha sido un dossier elaborado por miembros del AMPA de su Instituto, en el que adjuntando fotograf铆as y textos suyos extra铆dos de internet lo califican de delincuente y alimentan el odio presente en la pintada, el camino m谩s r谩pido para convertirlo en objetivo del grupo ultra, un colectivo de cuyos m茅todos criminales tenemos sobradas y tr谩gicas muestras en la historia m谩s reciente.
No hay duda de que en la Espa帽a de Franco este docente habr铆a sido fusilado. La pregunta es si los espa帽oles de la "democracia", podemos permitir semejante persecuci贸n contra un hombre porque sus palabras resulten molestas a aquellos a los que t茅rminos como libertad, imparcialidad, equidad o renovaci贸n, les ofenden hasta tal punto que no tienen incoveniente en dibujar una diana alrededor de su cabeza. Esto no es un juego, los skinheads han demostrado que no les duele golpear y matar llegada la ocasi贸n. Y hay un profesor de Instituto llamado Rafael Narbona cada vez m谩s cercado por nost谩lgicos de una extrema derecha que el 煤nico argumento que conocen es la violencia del muchos contra uno. No, no es un juego, y espero que ma帽ana no se convierta en otro suceso que los pol铆ticos de turno lamenten y condenen. Tarde, muy tarde, como siempre.