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Europa y una crisis no tan imprevisible

OPINI脫N de Eduardo P茅rsico   

… los prestamistas son tan voraces que “Soberan铆a” ya ni es una palabra. Alfredo Palacios, pol铆tico argentino. 1934. 
 
El Fondo Monetario Internacional a trav茅s del jefe de la misi贸n de saneamiento en Grecia, admiti贸 a principio de febrero como ‘una exageraci贸n el aumento de los impuestos para comenzar a recomponer la econom铆a griega al borde de la quiebra’, - seg煤n el mismo gobierno- y dijo que el mismo FMI ‘deber铆a haberse centrado m谩s en la limitaci贸n de los gastos de ese pa铆s’. De igual manera nadie sabe si es peor el remedio que la enfermedad, pero esa aceptaci贸n es infrecuente en este organismo siempre 谩vido del ajuste feroz sobre los pa铆ses con deuda financiera, aunque por estos d铆as los ‘ajustados’ ser谩n naciones donde se cre铆a definitivo el venerado Estado de Bienestar. Grupo de pa铆ses que entre sus pocas debilidades dependen de una constante importaci贸n de petr贸leo desde 谩reas geogr谩ficas cada d铆a m谩s arduas en dominar, variante que casi no sucediera en Am茅rica Latina cuando hace una d茅cada la acosara una crisis financiera similar que origin贸 da帽os formidables en toda la regi贸n. Con s铆ntomas comparables a los que hoy padecen el sector poblacional m谩s bajo de todos los pa铆ses centrales de Europa, y consecuencias que pueden extenderse a sectores m谩s favorecidos en esa escala que le otorgara a la sociedad toda, mejores condiciones objetivas como la generalizada inclusi贸n ciudadana y el consecuente logro de muchos derechos sociales que les llevaran d茅cadas obtener. Y ante ese panorama en Espa帽a no se equivoca ni su jefe de gobierno, Mariano Rajoy, al vislumbrar grandes manifestaciones contrarias a las quitas sobre la poblaci贸n menos pudiente; un efecto que digamos, 茅l hubiera preferido sobrellevara el gobierno anterior y la gente le reprochara a Rodr铆guez Zapatero ‘joder hombre, que esto con Franco no hubiera pasado’.

Pero vi帽etas aparte, si los banqueros insisten en cobrar los cr茅ditos no hay esquive posible ante el rigor pol铆tico de la Europa actual, y como a pagar se ha dicho se vislumbran las mismas recetas aplicadas con prolijidad y en el mundo entero por los inflexibles acreedores. A saber, el Poder financiero con sus emisarios pol铆ticos de turno de entrada buscar谩 controlar las organizaciones sindicales y sociales, por tratarse del flanco con mayor resistencia y capacidad de movilizaci贸n y protesta en todo el globo, y si el encuadramiento lo hacen seg煤n el uso de cada pa铆s y con menos acciones sangrientas como las ocurridas en Am茅rica Latina por los a帽os setenta, es un resultado muy dif铆cil de preanunciar ahora. Adem谩s, los efectos de la globalizaci贸n en el mundo entero, cr茅ase o no, produjo una desnacionalizaci贸n financiera que termin贸 estragando la concepci贸n del capitalismo industrialista y de producci贸n de cada pa铆s afectado, efecto que dentro de Am茅rica Latina y con la creaci贸n de un amplio banco regional, de esa instancia nefasta se recuperan de a poco los pa铆ses que tambi茅n, hoy esquivan mejor esas encerronas bancarias que ofrecen fondos virtuales que nunca llegan para inviables ‘proyectos de desarrollo’. Esa especie de diversi贸n de los grandes colocadores de capital gestados por la globalizaci贸n, el Eterno Bienestar y el ‘fin de la historia’ que enso帽ara el Francis Fukuyama por mandato de Estados Unidos..

El liberalismo econ贸mico con sus perge帽os financieros incluidos imposibilita la incorporaci贸n de las grandes mayor铆as en su proyecto, veamos que al comenzar la que hoy nos parece hasta previsible ‘la no recuperaci贸n de los dineros prestados’, tanto en Espa帽a con sus hipotecas incobrables o en Argentina hace diez a帽os con el ‘corralito’ bancario, ese fin de fiesta extempor谩neo lo pagaron en su mayor铆a los inversores de la clase media y hacia m谩s arriba se detuvo la rueda. Por matem谩tica pura, eso que seg煤n nos ense帽aron en el cole primario casi nunca se equivoca, con estos ardides delincuenciales del capitalismo financiero esa certeza acaba siendo incierta. Acaso porque curiosamente los promotores de semejantes engendros tambi茅n aplauden el Consenso de Washington, esa manual desprolijo que desde los a帽os ochenta establece como salida de las crisis en cada pa铆s la reducci贸n de las administraciones p煤blicas, la venta imprescindible de las empresas nacionales sean o no deficitarias,- en Argentina sobran ejemplos- y profundizar m谩s y m谩s los ajustes hasta que la recuperaci贸n de las acreencias de los bancos se haya cumplido. Un sencillo libreto de aprietes presupuestarios siempre incluyendo sin falta a lo m谩s bajo de la escala social, a quienes si pueden tambi茅n le arrasan sus garant铆as jur铆dicas y las l贸gicas expectativas como miembro de una sociedad en estado de derecho. Y hace muy bien el gobierno de los espa帽oles en reconocer de antemano que esos trebejos no son f谩ciles de conjurar y m谩s a煤n en una Europa sin grandes recursos petroleros, hoy imprescindibles en plena civilizaci贸n del autom贸vil. Es muy posible que crecer谩n sobre los gobiernos la demanda de los sectores empresarios y socialmente m谩s elevados que no perdonar谩n, esto es sabido, las dificultades que tendr谩 cada Estado en lograr cr茅ditos blandos a futuro. Y aunque cada crisis por m谩s que hubiera sido previsible en un 谩rea tan desarrollada culturalmente como en el centro europeo, no ser谩 insuperable ni mucho menos. Y m谩s a煤n, acaso hasta les resulte instructiva. (feb.2012)

*Eduardo P茅rsico naci贸 en Banfield y vive en Lan煤s, Buenos Aires, Argentina.




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