OPINI脫N de Rina Bertaccini
Hace pocos d铆as ha tomado estado p煤blico un curioso pronunciamiento suscripto por 17 intelectuales, periodistas, historiadores y periodistas que lleva el t铆tulo “Malvinas, una visi贸n alternativa”. Al respecto el diario conservador “La Naci贸n” de Buenos Aires, en su edici贸n del 23 de febrero pasado, sostiene: “uno de los ejes centrales de la propuesta es que el gobierno (argentino) adopte una posici贸n que tenga en cuenta el principio de autodeterminaci贸n de los isle帽os”.
En realidad, este reducido grupo de personas, algunas bastante conocidas, repite en el documento los insostenibles argumentos con que la Corona Brit谩nica pretende justificar su presencia colonial en los archipi茅lagos del Atl谩ntico Sur. El pensamiento colonizado que ellos encarnan se hab铆a expresado antes en diversos art铆culos y amplificado gracias a los medios monop贸licos de informaci贸n.
Entre esas personas, un caso paradigm谩tico –y en cierto modo pat茅tico- es el de la reconocida intelectual Beatriz Sarlo, columnista de La Naci贸n. En su art铆culo del 27 de enero de 2012, sostiene, entre otras cosas, que “Malvinas es un absceso envenenado de la sensibilidad patri贸tica nacional”. Ironiza adem谩s sobre la leyenda que las Madres de Plaza de Mayo escribieron oportunamente en sus pa帽uelos blancos: “las Malvinas son argentinas y los desaparecidos tambi茅n”, sin entender el profundo significado de esa consigna. Y trasunta un gran desprecio por el pueblo argentino al sostener, por ejemplo, que “es una pobre identidad la que se sostiene como identidad territorial”; conclusi贸n falsa de toda falsedad.
Por cierto, que los firmantes del documento, por gozar de un elevado nivel de instrucci贸n y poseer, en conjunto, suficientes conocimientos hist贸ricos y jur铆dicos, no ignoran que la actual poblaci贸n de Malvinas, por definici贸n, no constituye un “pueblo” y, por lo tanto, no puede ser sujeto del derecho de autodeterminaci贸n. Saben asimismo que reconocer –como lo hace la Constituci贸n Nacional Argentina- el “respeto al modo de vida” y los intereses de los isle帽os, es bien distinto de reconocer la autodeterminaci贸n de una poblaci贸n trasplantada a las islas tras un acto violento de desalojo de la poblaci贸n original.
Es por eso leg铆timo concluir que estamos en presencia de un caso de imperialismo cultural (o imperialismo en lo cultural) seg煤n lo definen diversos autores. Dicho de otro modo, de un intento de “ejercicio de la hegemon铆a (…) a trav茅s de un proceso consciente de manipulaci贸n, tergiversaci贸n, subestimaci贸n, destrucci贸n y suplantaci贸n del sistema de valores” que es patrimonio de una sociedad determinada, siempre con el prop贸sito de consolidar o perpetuar la dominaci贸n. El imperialismo en lo cultural ha alcanzado su identidad “con contenidos de m茅todos, procedimientos, objetivos y fines concretos, preconcebidos y sistem谩ticamente aplicados; a ra铆z del arreglo a planes diseminados ex profeso por especialistas al servicio del poder de las sociedades dominantes” (1).
Desde este enfoque, resulta coherente que los autores de la denominada “visi贸n alternativa” subestimen intencionadamente la cuesti贸n de la soberan铆a argentina en los archipi茅lagos del Sur y desprecien el leg铆timo patriotismo de nuestro pueblo que pretenden igualar con un despectivo “patrioterismo”. Es natural que pongan en duda la soberan铆a argentina en Malvinas como lo hace el historiador Luis Alberto Romero en un art铆culo publicado en La Naci贸n.
El imperialismo cultural va de la mano de la adopci贸n del discurso del imperio dominante y el silencio sobre el papel de la OTAN como nave insignia de la pol铆tica de guerra del imperialismo real que militariza el Atl谩ntico Sur, roba escandalosamente los recursos naturales que pertenecen al pueblo argentino y amenaza la paz en la regi贸n.
Digamos por fin que este lamentable documento, afortunadamente, no es representativo del conjunto de la intelectualidad argentina. Es que mientras la inmensa mayor铆a de nuestro pueblo hace de Malvinas una causa nacional, mientras millones de personas, entre ellas decenas de miles de j贸venes y trabajadores de la cultura han ganado las calles en los festejos del bicentenario de la independencia patria, quienes lo suscriben est谩n expresando un pensamiento al parecer anclado en un pasado que ya no se corresponde con los vientos de renovaci贸n que soplan con fuerza en el continente como preludio de una nueva 茅poca.
*Rina Bertaccini, presidenta del Mopassol de Argentina y vice presidenta del Consejo Mundial por la Paz.
Hace pocos d铆as ha tomado estado p煤blico un curioso pronunciamiento suscripto por 17 intelectuales, periodistas, historiadores y periodistas que lleva el t铆tulo “Malvinas, una visi贸n alternativa”. Al respecto el diario conservador “La Naci贸n” de Buenos Aires, en su edici贸n del 23 de febrero pasado, sostiene: “uno de los ejes centrales de la propuesta es que el gobierno (argentino) adopte una posici贸n que tenga en cuenta el principio de autodeterminaci贸n de los isle帽os”.
En realidad, este reducido grupo de personas, algunas bastante conocidas, repite en el documento los insostenibles argumentos con que la Corona Brit谩nica pretende justificar su presencia colonial en los archipi茅lagos del Atl谩ntico Sur. El pensamiento colonizado que ellos encarnan se hab铆a expresado antes en diversos art铆culos y amplificado gracias a los medios monop贸licos de informaci贸n.
Entre esas personas, un caso paradigm谩tico –y en cierto modo pat茅tico- es el de la reconocida intelectual Beatriz Sarlo, columnista de La Naci贸n. En su art铆culo del 27 de enero de 2012, sostiene, entre otras cosas, que “Malvinas es un absceso envenenado de la sensibilidad patri贸tica nacional”. Ironiza adem谩s sobre la leyenda que las Madres de Plaza de Mayo escribieron oportunamente en sus pa帽uelos blancos: “las Malvinas son argentinas y los desaparecidos tambi茅n”, sin entender el profundo significado de esa consigna. Y trasunta un gran desprecio por el pueblo argentino al sostener, por ejemplo, que “es una pobre identidad la que se sostiene como identidad territorial”; conclusi贸n falsa de toda falsedad.
Por cierto, que los firmantes del documento, por gozar de un elevado nivel de instrucci贸n y poseer, en conjunto, suficientes conocimientos hist贸ricos y jur铆dicos, no ignoran que la actual poblaci贸n de Malvinas, por definici贸n, no constituye un “pueblo” y, por lo tanto, no puede ser sujeto del derecho de autodeterminaci贸n. Saben asimismo que reconocer –como lo hace la Constituci贸n Nacional Argentina- el “respeto al modo de vida” y los intereses de los isle帽os, es bien distinto de reconocer la autodeterminaci贸n de una poblaci贸n trasplantada a las islas tras un acto violento de desalojo de la poblaci贸n original.
Es por eso leg铆timo concluir que estamos en presencia de un caso de imperialismo cultural (o imperialismo en lo cultural) seg煤n lo definen diversos autores. Dicho de otro modo, de un intento de “ejercicio de la hegemon铆a (…) a trav茅s de un proceso consciente de manipulaci贸n, tergiversaci贸n, subestimaci贸n, destrucci贸n y suplantaci贸n del sistema de valores” que es patrimonio de una sociedad determinada, siempre con el prop贸sito de consolidar o perpetuar la dominaci贸n. El imperialismo en lo cultural ha alcanzado su identidad “con contenidos de m茅todos, procedimientos, objetivos y fines concretos, preconcebidos y sistem谩ticamente aplicados; a ra铆z del arreglo a planes diseminados ex profeso por especialistas al servicio del poder de las sociedades dominantes” (1).
Desde este enfoque, resulta coherente que los autores de la denominada “visi贸n alternativa” subestimen intencionadamente la cuesti贸n de la soberan铆a argentina en los archipi茅lagos del Sur y desprecien el leg铆timo patriotismo de nuestro pueblo que pretenden igualar con un despectivo “patrioterismo”. Es natural que pongan en duda la soberan铆a argentina en Malvinas como lo hace el historiador Luis Alberto Romero en un art铆culo publicado en La Naci贸n.
El imperialismo cultural va de la mano de la adopci贸n del discurso del imperio dominante y el silencio sobre el papel de la OTAN como nave insignia de la pol铆tica de guerra del imperialismo real que militariza el Atl谩ntico Sur, roba escandalosamente los recursos naturales que pertenecen al pueblo argentino y amenaza la paz en la regi贸n.
Digamos por fin que este lamentable documento, afortunadamente, no es representativo del conjunto de la intelectualidad argentina. Es que mientras la inmensa mayor铆a de nuestro pueblo hace de Malvinas una causa nacional, mientras millones de personas, entre ellas decenas de miles de j贸venes y trabajadores de la cultura han ganado las calles en los festejos del bicentenario de la independencia patria, quienes lo suscriben est谩n expresando un pensamiento al parecer anclado en un pasado que ya no se corresponde con los vientos de renovaci贸n que soplan con fuerza en el continente como preludio de una nueva 茅poca.
*Rina Bertaccini, presidenta del Mopassol de Argentina y vice presidenta del Consejo Mundial por la Paz.