OPINI脫N de Yamani Eddoghmi
El d铆a 9 de marzo de 2011, apenas transcurridos diecinueve d铆as del comienzo de las movilizaciones organizadas por el movimiento 20F, el rey de Marruecos anuncia una “profunda” reforma de la constituci贸n vigente en el pa铆s desde 1996. Con ello Mohamed VI pretend铆a proveer al r茅gimen un ant铆doto contra aquellos que reclamamos una verdadera reforma del sistema pol铆tico del reino alauita. El propio monarca, tras presentar las l铆neas generales de lo que ser谩 la nueva Carta Magna y avanzar que 茅l mismo participar铆a en la consulta votando a favor, juzg贸 que el momento era “hist贸rico” en el camino hacia la “construcci贸n del estado de derecho y de las instituciones democr谩ticas” de Marruecos.
Esta reforma, para el monarca alauita, supuestamente, era un recorte en sus competencias: dejaba de ser persona sagrada aunque manteniendo su inviolabilidad, se reforzaba el papel del primer ministro elevado al rango de presidente del gobierno, se fortalec铆a el papel legislativo del parlamento, etc.
Sin embargo, mediante un somero an谩lisis enseguida descubrimos que lo planteado ten铆a trampa.
En primer lugar, el procedimiento no ha sido, ni por asomo, el propio de un sistema democr谩tico, parafraseando al propio monarca, la nueva constituci贸n que pretend铆a ser “hecha por los marroqu铆es y para los marroqu铆es”, no lo fue, pues para que ello fuera as铆 deber铆a haber sido elaborada por una Asamblea Constituyente, que libremente elegida por el pueblo habr铆a de organizar un refer茅ndum supervisado por una autoridad independiente. Es de sobra conocido que no se respet贸 ni lo primero ni lo segundo, de modo que se pisote贸 el principio b谩sico de la democracia, que es la soberan铆a popular y la imparcialidad de las instituciones del estado de derecho. En segundo lugar, el propio texto
no ha aportado nada que indique que el r茅gimen pretende verdaderos cambios: el rey, aunque ahora no es persona sagrada, sigue siendo inviolable y a la vez el l铆der espiritual de la naci贸n; seguir谩 siendo el jefe supremo del ej茅rcito; presidir谩 el consejo de seguridad; es 茅l quien decide sobre la pol铆tica exterior; y es el m谩ximo dirigente en materia econ贸mica
Cualquier conocedor de la pol铆tica marroqu铆 podr谩 afirmar que permanecen las “viejas costumbres”, el rey, aunque de forma velada con la nueva constituci贸n, todav铆a conserva los poderes atribuidos a los ministerios de soberan铆a es decir, los mas importantes (Interior, Asuntos Religiosos, Relaciones Exteriores y Econom铆a). Adem谩s, debo enfatizar que en Marruecos hace d茅cadas que no existe el ministerio de Defensa y todo indica que la situaci贸n no va a cambiar, de modo que el poder efectivo lo seguir谩 controlando “el palacio”.
Nueva Constituci贸n, ning煤n cambio
Como ya he indicado m谩s arriba, la nueva Constituci贸n el d铆a 1 de julio de 2011 fue sometida a refer茅ndum y aprobada, seg煤n las autoridades con el 98 por ciento del total de los votos emitidos, mientras que la oposici贸n reduce tal cifra a solo un 46 por ciento ya que seg煤n 茅sta, el r茅gimen ha utilizado el censo electoral del a帽o 2003, dejando a casi doce millones de marroqu铆es en edad de votar fuera de las listas, a lo que habr铆a que sumar las m煤ltiples irregularidades denunciadas; la propia cifra 98 por ciento recuerda a pasadas d茅cadas en las que el pucherazo electoral era lo habitual.
Los indicios de fraude son m谩s que indicios para las fuerzas pol铆ticas opositoras al r茅gimen, como es el caso de V铆a Democr谩tica, partido considerado de la nueva izquierda y que ha boicoteado todas las elecciones desde su creaci贸n en 1996 y el movimiento islamista Justicia y Caridad ilegal pero tolerado, incluso ahora ya se han sumado otras organizaciones que fueron entusiastas defensoras de la nueva Carta Magna.
Y a partir de aqu铆 y tras el refer茅ndum, ¿cu谩l es el panorama pol铆tico que se le presenta a Marruecos? Desde su llegada al poder, Mohamed VI ha tenido dos inmejorables oportunidades para emprender las reformas necesarias, la primera fue en su primer a帽o en el trono, entonces gozaba de una gran popularidad, el pueblo marroqu铆, en su gran mayor铆a, estaba a su lado, ello le pod铆a haber servido de palanca para vencer la resistencia a las reformas por parte de la vieja elite anclada en el poder; pod铆a haber encaminado el pa铆s hacia un proceso democratizador de un modo suave y no traum谩tico. La segunda se la brinda el movimiento 20F, esta vez es el pueblo en las calles quien exige dichas reformas y, adem谩s, en esta ocasi贸n ten铆a la mejor de las razones para hacerlo, la situaci贸n no es para menos, todo el Magreb arde: en menos de ocho meses tres reg铆menes han sido borrados de la faz de la tierra, ahora ni siquiera la vieja elite, recalcitrante y aislada de la realidad, podr铆a negar la evidencia; sin embargo todo indica que las reformas no van a llegar.
Papel de los partidos pol铆ticos
Los otros actores que podr铆an haber jugado un importante papel son los grandes partidos pol铆ticos, en especial dos, el Partido Socialista para las Fuerzas Populares (PSFP) y el partido islamista moderado Justicia y Desarrollo (PJD), el primero, aunque ya debilitado, sigue teniendo un gran peso hist贸rico y simb贸lico; el segundo, por su capacidad de movilizaci贸n. Estas dos formaciones pod铆an haber dado un gran empuje a todo el proceso, pero, desgraciadamente, han decidido seguir de espaldas al pueblo y, de este modo, no solo han contribuido a la ralentizaci贸n del movimiento popular, sino que, adem谩s, se han puesto ellos mismos en una delicada situaci贸n. Las propias juventudes del PSFP se revelaron contra sus l铆deres durante el refer茅ndum del d铆a 1 de julio, y el malestar a煤n no ha terminado.
Todo nos lleva a pensar que el pr贸ximo parlamento estar谩 dominado por formaciones pol铆ticas tradicionalmente afines a las tesis del r茅gimen, de esta forma la nueva Constituci贸n no habr谩 hecho m谩s que perpetuar lo de siempre. En conclusi贸n, estos dos partidos a los que hay que a帽adir los otros actores menores, con su actitud poco consecuente, han contribuido a hipotecar el futuro del pueblo marroqu铆 sediento de democracia.
Democracia que, por cierto, no se alcanzar谩 ni siquiera en su dimensi贸n m谩s minimalista. Durante la campa帽a de las pasadas elecciones legislativas del 25N no se ha respetado el principio b谩sico de libertad de expresi贸n. El 17 de noviembre de 2011 en la estaci贸n de los autobuses de la ciudad de Larache, la polic铆a confisc贸 una considerable cantidad de carteles del partido V铆a Democr谩tica, cuyos militantes pretend铆an distribuir a favor del boicot, militantes de la misma organizaci贸n pol铆tica y del movimiento social 20F han sido detenidos bajo el mismo pretexto.
Adem谩s de esto, el r茅gimen ha movilizado todos sus medios a favor de aquellos que siguen sus tesis, mientras los detractores est谩n siendo perseguidos, lo que ellos llaman democracia y no lo es, ha nacido lisiado, por el hecho de que no soporta la opini贸n contraria. ¿Realmente se le puede llamar democr谩tica a una constituci贸n otorgada e impuesta que para defenderla el r茅gimen se ve obligado a entonar el eslogan o conmigo o contra m铆?
En el plano econ贸mico, la situaci贸n es dram谩tica, el r茅gimen parece que se siente muy a gusto en su papel de distribuidor de beneficios entre las elites que son sus verdaderas bases. La elevada corrupci贸n ha generado una enorme econom铆a sumergida, amplios sectores de la sociedad sobreviven en ella y de las migajas de algunos productos b谩sicos subvencionados, mientras los cr铆menes econ贸micos quedan impunes.
Todas estas, que son las primordiales demandas de la calle, han ca铆do en una especie de saco roto, aunque otros muchos factores siguen lastrando la econom铆a nacional: hace solo unos meses Wikileaks public贸 un informe detallando el alcance de la corrupci贸n. La monarqu铆a marroqu铆 lleva a帽os lastrada por 茅sta y no parece que quiera salir de ella, pues Mohamed VI y su familia son los m谩ximos beneficiados, el propio rey es un gran inversor, el conglomerado empresarial- mon谩rquico controla el 20 por ciento del total de la econom铆a privada del pa铆s; para que un inversor extranjero invierta en Marruecos debe contar previamente con el benepl谩cito del estado, que ante todo atiende y protege los intereses de la familia real.
Hay que se帽alar que no solo el rey tiene privilegios, las familias y sectores sociales y econ贸micos ligados al Majz茅n hacen lo mismo y, sin ir m谩s lejos, los propios oficiales del ej茅rcito se han convertido en grandes empresarios.
En contrapartida, la situaci贸n de la poblaci贸n no ha hecho m谩s que empeorar, en relaci贸n con los precios de los bienes b谩sicos, los salarios no han cesado de bajar. En sectores como la agricultura, la fabricaci贸n textil, la hosteler铆a y la construcci贸n, la situaci贸n de los trabajadores es inhumana por las condiciones de trabajo cada vez m谩s regresivas, impuestas para poder mantener la competitividad econ贸mica del pa铆s, a falta de inversiones productivas, investigaci贸n, educaci贸n, etc.
Democracia de terciopelo
La elite gobernante en Marruecos, con Mohamed VI a la cabeza, se comporta como una mafia, igual que todas las dem谩s elites de la regi贸n 谩rabe, atienden a sus propios intereses antes que a los de la naci贸n, y por esto, se comprende que el rey alauita se aferre intensamente a la presidencia del Consejo Econ贸mico.
El sistema socio-pol铆tico y econ贸mico de Marruecos tiene problemas estructurales serios, para solucionarlos se necesita un programa transversal, a corto, medio y largo plazo, sin embargo, lo que vemos hoy es lo de siempre, una democracia de fachada o bien se le pod铆a llamar de terciopelo dirigida a tranquilizar los socios extranjeros mas que otra cosa, a Marruecos se le puede aplicar y sin riesgo ninguno de equivocarse aquel antiguo proverbio que dice: “El sabio mira la luna mientras el idiota mira el dedo que la se帽ala”. La elite gobernante en el pa铆s lejos de estar atenta a los latidos de la calle en ebullici贸n est谩 mirando hacia fuera y preguntando ¿lo estamos haciendo bien?
Puesto que este es el escenario, podemos vaticinar que a Marruecos le espera un 2012 muy “caliente” y agitado, hasta estos momentos el sistema pol铆tico del pa铆s ha logrado esquivar los problemas que ha ido encontrando, ello es debido a que el r茅gimen ha movilizado grandes medios para minimizar los efectos de las movilizaciones. El r茅gimen no ha renunciado a nada, lo ha probado todo, desde la manipulaci贸n, la persuasi贸n y finalmente la represi贸n, pero la gran mayor铆a de la poblaci贸n est谩 a la expectativa, est谩 esperando los resultados y beneficios que se supone obtendr谩 de las reformas anunciadas.
Es bien sabido que los procesos democr谩ticos generan grandes expectativas en la poblaci贸n, expectativas que todo indica que en Marruecos no se van a cumplir. ¿Qu茅 se puede pensar que har谩n los ciudadanos marroqu铆es cuando constaten que las mismas caras ocupan los puestos de siempre? ¿Qu茅 creen que har谩n, cuando, dentro de poco, vean que su vida cotidiana no ha cambiado en nada?
*Yamani Eddoghmi es miembro de la Asociaci贸n Marroqu铆 Pro-Derechos Humanos-AMDH.
El d铆a 9 de marzo de 2011, apenas transcurridos diecinueve d铆as del comienzo de las movilizaciones organizadas por el movimiento 20F, el rey de Marruecos anuncia una “profunda” reforma de la constituci贸n vigente en el pa铆s desde 1996. Con ello Mohamed VI pretend铆a proveer al r茅gimen un ant铆doto contra aquellos que reclamamos una verdadera reforma del sistema pol铆tico del reino alauita. El propio monarca, tras presentar las l铆neas generales de lo que ser谩 la nueva Carta Magna y avanzar que 茅l mismo participar铆a en la consulta votando a favor, juzg贸 que el momento era “hist贸rico” en el camino hacia la “construcci贸n del estado de derecho y de las instituciones democr谩ticas” de Marruecos.
Esta reforma, para el monarca alauita, supuestamente, era un recorte en sus competencias: dejaba de ser persona sagrada aunque manteniendo su inviolabilidad, se reforzaba el papel del primer ministro elevado al rango de presidente del gobierno, se fortalec铆a el papel legislativo del parlamento, etc.
Sin embargo, mediante un somero an谩lisis enseguida descubrimos que lo planteado ten铆a trampa.
En primer lugar, el procedimiento no ha sido, ni por asomo, el propio de un sistema democr谩tico, parafraseando al propio monarca, la nueva constituci贸n que pretend铆a ser “hecha por los marroqu铆es y para los marroqu铆es”, no lo fue, pues para que ello fuera as铆 deber铆a haber sido elaborada por una Asamblea Constituyente, que libremente elegida por el pueblo habr铆a de organizar un refer茅ndum supervisado por una autoridad independiente. Es de sobra conocido que no se respet贸 ni lo primero ni lo segundo, de modo que se pisote贸 el principio b谩sico de la democracia, que es la soberan铆a popular y la imparcialidad de las instituciones del estado de derecho. En segundo lugar, el propio texto
no ha aportado nada que indique que el r茅gimen pretende verdaderos cambios: el rey, aunque ahora no es persona sagrada, sigue siendo inviolable y a la vez el l铆der espiritual de la naci贸n; seguir谩 siendo el jefe supremo del ej茅rcito; presidir谩 el consejo de seguridad; es 茅l quien decide sobre la pol铆tica exterior; y es el m谩ximo dirigente en materia econ贸mica
Cualquier conocedor de la pol铆tica marroqu铆 podr谩 afirmar que permanecen las “viejas costumbres”, el rey, aunque de forma velada con la nueva constituci贸n, todav铆a conserva los poderes atribuidos a los ministerios de soberan铆a es decir, los mas importantes (Interior, Asuntos Religiosos, Relaciones Exteriores y Econom铆a). Adem谩s, debo enfatizar que en Marruecos hace d茅cadas que no existe el ministerio de Defensa y todo indica que la situaci贸n no va a cambiar, de modo que el poder efectivo lo seguir谩 controlando “el palacio”.
Nueva Constituci贸n, ning煤n cambio
Como ya he indicado m谩s arriba, la nueva Constituci贸n el d铆a 1 de julio de 2011 fue sometida a refer茅ndum y aprobada, seg煤n las autoridades con el 98 por ciento del total de los votos emitidos, mientras que la oposici贸n reduce tal cifra a solo un 46 por ciento ya que seg煤n 茅sta, el r茅gimen ha utilizado el censo electoral del a帽o 2003, dejando a casi doce millones de marroqu铆es en edad de votar fuera de las listas, a lo que habr铆a que sumar las m煤ltiples irregularidades denunciadas; la propia cifra 98 por ciento recuerda a pasadas d茅cadas en las que el pucherazo electoral era lo habitual.
Los indicios de fraude son m谩s que indicios para las fuerzas pol铆ticas opositoras al r茅gimen, como es el caso de V铆a Democr谩tica, partido considerado de la nueva izquierda y que ha boicoteado todas las elecciones desde su creaci贸n en 1996 y el movimiento islamista Justicia y Caridad ilegal pero tolerado, incluso ahora ya se han sumado otras organizaciones que fueron entusiastas defensoras de la nueva Carta Magna.
Y a partir de aqu铆 y tras el refer茅ndum, ¿cu谩l es el panorama pol铆tico que se le presenta a Marruecos? Desde su llegada al poder, Mohamed VI ha tenido dos inmejorables oportunidades para emprender las reformas necesarias, la primera fue en su primer a帽o en el trono, entonces gozaba de una gran popularidad, el pueblo marroqu铆, en su gran mayor铆a, estaba a su lado, ello le pod铆a haber servido de palanca para vencer la resistencia a las reformas por parte de la vieja elite anclada en el poder; pod铆a haber encaminado el pa铆s hacia un proceso democratizador de un modo suave y no traum谩tico. La segunda se la brinda el movimiento 20F, esta vez es el pueblo en las calles quien exige dichas reformas y, adem谩s, en esta ocasi贸n ten铆a la mejor de las razones para hacerlo, la situaci贸n no es para menos, todo el Magreb arde: en menos de ocho meses tres reg铆menes han sido borrados de la faz de la tierra, ahora ni siquiera la vieja elite, recalcitrante y aislada de la realidad, podr铆a negar la evidencia; sin embargo todo indica que las reformas no van a llegar.
Papel de los partidos pol铆ticos
Los otros actores que podr铆an haber jugado un importante papel son los grandes partidos pol铆ticos, en especial dos, el Partido Socialista para las Fuerzas Populares (PSFP) y el partido islamista moderado Justicia y Desarrollo (PJD), el primero, aunque ya debilitado, sigue teniendo un gran peso hist贸rico y simb贸lico; el segundo, por su capacidad de movilizaci贸n. Estas dos formaciones pod铆an haber dado un gran empuje a todo el proceso, pero, desgraciadamente, han decidido seguir de espaldas al pueblo y, de este modo, no solo han contribuido a la ralentizaci贸n del movimiento popular, sino que, adem谩s, se han puesto ellos mismos en una delicada situaci贸n. Las propias juventudes del PSFP se revelaron contra sus l铆deres durante el refer茅ndum del d铆a 1 de julio, y el malestar a煤n no ha terminado.
Todo nos lleva a pensar que el pr贸ximo parlamento estar谩 dominado por formaciones pol铆ticas tradicionalmente afines a las tesis del r茅gimen, de esta forma la nueva Constituci贸n no habr谩 hecho m谩s que perpetuar lo de siempre. En conclusi贸n, estos dos partidos a los que hay que a帽adir los otros actores menores, con su actitud poco consecuente, han contribuido a hipotecar el futuro del pueblo marroqu铆 sediento de democracia.
Democracia que, por cierto, no se alcanzar谩 ni siquiera en su dimensi贸n m谩s minimalista. Durante la campa帽a de las pasadas elecciones legislativas del 25N no se ha respetado el principio b谩sico de libertad de expresi贸n. El 17 de noviembre de 2011 en la estaci贸n de los autobuses de la ciudad de Larache, la polic铆a confisc贸 una considerable cantidad de carteles del partido V铆a Democr谩tica, cuyos militantes pretend铆an distribuir a favor del boicot, militantes de la misma organizaci贸n pol铆tica y del movimiento social 20F han sido detenidos bajo el mismo pretexto.
Adem谩s de esto, el r茅gimen ha movilizado todos sus medios a favor de aquellos que siguen sus tesis, mientras los detractores est谩n siendo perseguidos, lo que ellos llaman democracia y no lo es, ha nacido lisiado, por el hecho de que no soporta la opini贸n contraria. ¿Realmente se le puede llamar democr谩tica a una constituci贸n otorgada e impuesta que para defenderla el r茅gimen se ve obligado a entonar el eslogan o conmigo o contra m铆?
En el plano econ贸mico, la situaci贸n es dram谩tica, el r茅gimen parece que se siente muy a gusto en su papel de distribuidor de beneficios entre las elites que son sus verdaderas bases. La elevada corrupci贸n ha generado una enorme econom铆a sumergida, amplios sectores de la sociedad sobreviven en ella y de las migajas de algunos productos b谩sicos subvencionados, mientras los cr铆menes econ贸micos quedan impunes.
Todas estas, que son las primordiales demandas de la calle, han ca铆do en una especie de saco roto, aunque otros muchos factores siguen lastrando la econom铆a nacional: hace solo unos meses Wikileaks public贸 un informe detallando el alcance de la corrupci贸n. La monarqu铆a marroqu铆 lleva a帽os lastrada por 茅sta y no parece que quiera salir de ella, pues Mohamed VI y su familia son los m谩ximos beneficiados, el propio rey es un gran inversor, el conglomerado empresarial- mon谩rquico controla el 20 por ciento del total de la econom铆a privada del pa铆s; para que un inversor extranjero invierta en Marruecos debe contar previamente con el benepl谩cito del estado, que ante todo atiende y protege los intereses de la familia real.
Hay que se帽alar que no solo el rey tiene privilegios, las familias y sectores sociales y econ贸micos ligados al Majz茅n hacen lo mismo y, sin ir m谩s lejos, los propios oficiales del ej茅rcito se han convertido en grandes empresarios.
En contrapartida, la situaci贸n de la poblaci贸n no ha hecho m谩s que empeorar, en relaci贸n con los precios de los bienes b谩sicos, los salarios no han cesado de bajar. En sectores como la agricultura, la fabricaci贸n textil, la hosteler铆a y la construcci贸n, la situaci贸n de los trabajadores es inhumana por las condiciones de trabajo cada vez m谩s regresivas, impuestas para poder mantener la competitividad econ贸mica del pa铆s, a falta de inversiones productivas, investigaci贸n, educaci贸n, etc.
Democracia de terciopelo
La elite gobernante en Marruecos, con Mohamed VI a la cabeza, se comporta como una mafia, igual que todas las dem谩s elites de la regi贸n 谩rabe, atienden a sus propios intereses antes que a los de la naci贸n, y por esto, se comprende que el rey alauita se aferre intensamente a la presidencia del Consejo Econ贸mico.
El sistema socio-pol铆tico y econ贸mico de Marruecos tiene problemas estructurales serios, para solucionarlos se necesita un programa transversal, a corto, medio y largo plazo, sin embargo, lo que vemos hoy es lo de siempre, una democracia de fachada o bien se le pod铆a llamar de terciopelo dirigida a tranquilizar los socios extranjeros mas que otra cosa, a Marruecos se le puede aplicar y sin riesgo ninguno de equivocarse aquel antiguo proverbio que dice: “El sabio mira la luna mientras el idiota mira el dedo que la se帽ala”. La elite gobernante en el pa铆s lejos de estar atenta a los latidos de la calle en ebullici贸n est谩 mirando hacia fuera y preguntando ¿lo estamos haciendo bien?
Puesto que este es el escenario, podemos vaticinar que a Marruecos le espera un 2012 muy “caliente” y agitado, hasta estos momentos el sistema pol铆tico del pa铆s ha logrado esquivar los problemas que ha ido encontrando, ello es debido a que el r茅gimen ha movilizado grandes medios para minimizar los efectos de las movilizaciones. El r茅gimen no ha renunciado a nada, lo ha probado todo, desde la manipulaci贸n, la persuasi贸n y finalmente la represi贸n, pero la gran mayor铆a de la poblaci贸n est谩 a la expectativa, est谩 esperando los resultados y beneficios que se supone obtendr谩 de las reformas anunciadas.
Es bien sabido que los procesos democr谩ticos generan grandes expectativas en la poblaci贸n, expectativas que todo indica que en Marruecos no se van a cumplir. ¿Qu茅 se puede pensar que har谩n los ciudadanos marroqu铆es cuando constaten que las mismas caras ocupan los puestos de siempre? ¿Qu茅 creen que har谩n, cuando, dentro de poco, vean que su vida cotidiana no ha cambiado en nada?
*Yamani Eddoghmi es miembro de la Asociaci贸n Marroqu铆 Pro-Derechos Humanos-AMDH.