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Nueva asignatura: educaci贸n para la tauromaquia

OPINI脫N de Julio Ortega  

La Comunidad de Madrid se llev贸 hace pocos d铆as a cincuenta adolescentes de excursi贸n con gu铆a incluido. ¿Al Planetario?, se preguntar谩n, ¿a la casa natal de Cervantes?, ¿a la Parroquia de San Carlos Borromeo en Vallecas? No, nada eso: a la Plaza de toros de Las Ventas. ¡Ol茅! Y un conocido diario nos lo relata como si los chavales hubieran traspasado el umbral del Parnaso, pues con la gloriosa entradilla de “Dejad que los ni帽os se acerquen a Las Ventas”, transita por expresiones como “arte y ense帽anza de la mano” o “echarle un par delante de un bicharraco con cuernos”, para explicarnos que se trata de una “fant谩stica” iniciativa del Gobierno de Esperanza Aguirre enlazada a su declaraci贸n de las corridas como Bien de Inter茅s Cultural.

Supongo que las huestes populares consideran conveniente eliminar la asignatura de Educaci贸n para la Ciudadan铆a porque, seg煤n ellas, adoctrina en valores negativos, pero que eso no est谩 re帽ido con buscar carne fresca para cubrir cada vez m谩s espacios vac铆os en las gradas de un recinto donde se ense帽a a torturar y a matar a un mam铆fero superior. Y en el fondo, ese mismo peri贸dico reconoce la progresiva ca铆da en partidarios de la lidia y la verdadera intenci贸n de este pase铆llo escolar cuando indica que es “sembrar para recoger futuros aficionados”.

Por arriba se les muere su Fiesta con la desaparici贸n f铆sica de los adeptos de mayor edad, por abajo lo hace con nuevas generaciones para las que los derechos de los animales no son disparates en boca de orates ni disfrutan con la agon铆a y las hemorragias de un toro, conscientes del sufrimiento indecible que cualquiera de nosotros experimentar铆a en id茅nticas circunstancias.

Y si resulta obsceno dedicarse a inyectar dinero p煤blico a la tauromaquia para que sobreviva gracias a un suero en el que todos ponemos gotas de nuestro bolsillo, se convierte en miserable la conducta cuando se pretende imbuir en los cerebros de los j贸venes la supuesta belleza y la necesidad de una pr谩ctica cruel y violenta. No s贸lo no respetan a los animales, sino que tambi茅n les trae sin cuidado disfrazar de virtud la perversi贸n ante los ni帽os. Nauseabundo.

Recortan en investigaci贸n, en becas, en actividades culturales o en los salarios de sus padres, pero eso s铆, como les prometi贸 al final de la visita Carlos Abell谩, Director Gerente del Centro de Asuntos Taurinos: “en cuanto arranque la temporada os invitamos a los toros”. Planean realizar estas excursiones varias veces al mes. Me temo que muchos adolescentes tendr谩n poner sus pies en esa arena siniestra para que logren reunir un par de docenas que acepten. Porque una cosa es perder clase y otra dedicar una tarde a ver c贸mo seis toros vomitan sangre. ¿Hacemos algo o pensamos en Jos茅 Tom谩s, Paco March y la familia Osborne antes que en nuestros hijos?

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