OPINI脫N de Eduardo P茅rsico
"Los centros nacionales de decisi贸n est谩n incapacitados de instrumentar su pol铆tica monetaria y fiscal…a causa de la direcci贸n internacional de los circuitos financieros" (Celso Furtado, economista brasilero).
Cuando ya el malabarismo del liberalismo econ贸mico en Europa se desinfl贸 y el da帽o ocasionado en el 谩rea fue evidente, los centros de Poder atienden los conflictos con mano dura aunque en algunos pa铆ses la clase dominante local ya delibera maquillajes del sistema m谩s o menos factibles. Era esperable que al darse un futuro tan cenagoso y caerse varios nombres y cuadros dominantes de la escena, los remezones internos diluidos por a帽os en un bienestar acaso artificial pero apreciado por la gente como bienestar y punto, se dar铆an las discusiones postergadas. Y esta vez con s铆ntomas y ejes que quiz谩 no difieren mucho de los enfrentados hace diez a帽os en Am茅rica Latina, cuando comenz贸 a ganar impulso la voz de los industrialistas afirmando que sin aumento ocupacional verdadero, a corto plazo el capitalismo financiero acabar铆a en una tragicomedia con falacia financiera. Opini贸n que en Argentina desprecian los mentores del liberalismo prestamista y quienes propugnan que su dinero genere dinero y a otra cosa; analistas m谩s que ambiguos pero bien difundidos por la prensa corporativa que en estos d铆as se molestara por la modificaci贸n de la Carta Org谩nica del Banco Central de la Argentina, del retiro del FMI de su sede en Buenos Aires y dos medidas proteccionistas a las importaciones, escandalizaron a los herederos intelectuales de una oligarqu铆a que a煤n venera la dependencia argentina del capitalismo ingl茅s. Aquel reflejo que rubricara Bernardo de Irigoyen a fines del siglo diecinueve diciendo ‘la deuda externa nos demandar谩 grandes esfuerzos pero lo haremos en honor del pa铆s’. Confesi贸n o deschave del apriete que por entonces le aplicaba al pobrer铆o quienes secundaban las comitivas de ingleses llegados al pa铆s a obtener concesiones de caminos, palacios de gobierno, ferrocarriles y cualquier tipo de empresa p煤blica a ‘financiar con intereses altamente rentables’. Una oferta impensable en cualquier pa铆s pero acorde a esa ‘emprendedora clase’ ya entonces involucrada en turbios ‘cr茅ditos del exterior para hacer progresar el pa铆s’. Todas expresiones del sector Mitrista autocr谩tico pero liberal…
Estas disyuntivas de independencia o dependencia econ贸mica persisten hoy en todo el campo de la actividad econ贸mica. Por un lado los partidarios del liberalismo econ贸mico liderados por el sector agroexportador, el m谩s ortodoxo y cerril contrario a una movilidad modernizadora por encima de cualquier poder pol铆tico elegido, enfrentan conjurados al capitalismo de producci贸n que propicia un mayor empleo de mano de obra tan apropiada a esta coyuntura hist贸rica y tecnol贸gica. Digamos, acceder a una instancia que sin duda nos remite al New Deal de los a帽os treinta en Estados Unidos, que en l铆nea al pensamiento del brit谩nico John Maynard Keynes estimulara por sobre toda otra concepci贸n el poder de la ‘oferta agregada’ para salir de la recesi贸n. Adem谩s de refrescarnos a Henry Ford, que nunca fuera un mecenas dadivoso aunque invert铆a en mejoras por abaratar el costo de producci贸n diciendo ‘el primer comprador de mi autom贸vil debe ser el obrero de mi f谩brica’. Definici贸n de un empresario que hoy ni menciona ese liberalismo financiero s贸lo implementa raudales en hipotecas de pr茅stamos incobrables, y que prosigue sacando del circuito consumidor a multitudes de personas por d铆a en esta Europa de marzo del 2012. Una hecatombe del sistema generada por esos prestamistas de quienes ninguna escuela o tendencia acad茅mica de la elogiada ‘ciencia econ贸mica’ se hace cargo. Como tampoco asumen las desigualdades en Am茅rica Latina y el resto del planeta, pero embisten el menor proyecto que intente un mayor empleo que dinamice la movilidad social.
Aunque parezca enigm谩tico que tantos pa铆ses llamados del Primer Mundo persistan en creencias fuera de tiempo pese al descalabro, tambi茅n en Argentina y otros pa铆ses de Am茅rica Latina los nuevos grupos pol铆ticos nunca liquidaron del todo a los anteriores. Por astucia o lo que fuera, al caer el Irigoyenismo en 1930 y el Peronismo en 1955, -dos expresiones populares que ni hablaron de reforma agraria- la clase alta se ufan贸 de voltear por ineficaces o autoritarios a dos leg铆timos gobiernos y en ambas escenas, esa reaccionaria y lustrosa derecha cont贸 con el apoyo de alg煤n sector de izquierda y otro tanto de cierto estudiantado militante que defeccionara de su pr茅dica progresista. As铆 que al hablar de la cohesi贸n de grupo que tiene la derecha en Argentina y el resto de Am茅rica Latina, ser铆a apreciar mejor si la riqueza de ellos proviene de alg煤n olfato pol铆tico muy desarrollado o m谩s bien, a su ubicuidad para insertarse como sea en los caudales financieros m谩s rentables. Y que en cuanto los industrialistas se obligan a cierta actualizaci贸n cotidiana del mundo y su circunstancia, al ver en la funci贸n p煤blica a dirigentes venidos de esa clase tan jugada a favor del liberalismo econ贸mico absoluto, pareciera que sus resultados de gesti贸n est谩n siempre por debajo de lo imprescindible. (marzo 2012)
"Los centros nacionales de decisi贸n est谩n incapacitados de instrumentar su pol铆tica monetaria y fiscal…a causa de la direcci贸n internacional de los circuitos financieros" (Celso Furtado, economista brasilero).
Cuando ya el malabarismo del liberalismo econ贸mico en Europa se desinfl贸 y el da帽o ocasionado en el 谩rea fue evidente, los centros de Poder atienden los conflictos con mano dura aunque en algunos pa铆ses la clase dominante local ya delibera maquillajes del sistema m谩s o menos factibles. Era esperable que al darse un futuro tan cenagoso y caerse varios nombres y cuadros dominantes de la escena, los remezones internos diluidos por a帽os en un bienestar acaso artificial pero apreciado por la gente como bienestar y punto, se dar铆an las discusiones postergadas. Y esta vez con s铆ntomas y ejes que quiz谩 no difieren mucho de los enfrentados hace diez a帽os en Am茅rica Latina, cuando comenz贸 a ganar impulso la voz de los industrialistas afirmando que sin aumento ocupacional verdadero, a corto plazo el capitalismo financiero acabar铆a en una tragicomedia con falacia financiera. Opini贸n que en Argentina desprecian los mentores del liberalismo prestamista y quienes propugnan que su dinero genere dinero y a otra cosa; analistas m谩s que ambiguos pero bien difundidos por la prensa corporativa que en estos d铆as se molestara por la modificaci贸n de la Carta Org谩nica del Banco Central de la Argentina, del retiro del FMI de su sede en Buenos Aires y dos medidas proteccionistas a las importaciones, escandalizaron a los herederos intelectuales de una oligarqu铆a que a煤n venera la dependencia argentina del capitalismo ingl茅s. Aquel reflejo que rubricara Bernardo de Irigoyen a fines del siglo diecinueve diciendo ‘la deuda externa nos demandar谩 grandes esfuerzos pero lo haremos en honor del pa铆s’. Confesi贸n o deschave del apriete que por entonces le aplicaba al pobrer铆o quienes secundaban las comitivas de ingleses llegados al pa铆s a obtener concesiones de caminos, palacios de gobierno, ferrocarriles y cualquier tipo de empresa p煤blica a ‘financiar con intereses altamente rentables’. Una oferta impensable en cualquier pa铆s pero acorde a esa ‘emprendedora clase’ ya entonces involucrada en turbios ‘cr茅ditos del exterior para hacer progresar el pa铆s’. Todas expresiones del sector Mitrista autocr谩tico pero liberal…
Estas disyuntivas de independencia o dependencia econ贸mica persisten hoy en todo el campo de la actividad econ贸mica. Por un lado los partidarios del liberalismo econ贸mico liderados por el sector agroexportador, el m谩s ortodoxo y cerril contrario a una movilidad modernizadora por encima de cualquier poder pol铆tico elegido, enfrentan conjurados al capitalismo de producci贸n que propicia un mayor empleo de mano de obra tan apropiada a esta coyuntura hist贸rica y tecnol贸gica. Digamos, acceder a una instancia que sin duda nos remite al New Deal de los a帽os treinta en Estados Unidos, que en l铆nea al pensamiento del brit谩nico John Maynard Keynes estimulara por sobre toda otra concepci贸n el poder de la ‘oferta agregada’ para salir de la recesi贸n. Adem谩s de refrescarnos a Henry Ford, que nunca fuera un mecenas dadivoso aunque invert铆a en mejoras por abaratar el costo de producci贸n diciendo ‘el primer comprador de mi autom贸vil debe ser el obrero de mi f谩brica’. Definici贸n de un empresario que hoy ni menciona ese liberalismo financiero s贸lo implementa raudales en hipotecas de pr茅stamos incobrables, y que prosigue sacando del circuito consumidor a multitudes de personas por d铆a en esta Europa de marzo del 2012. Una hecatombe del sistema generada por esos prestamistas de quienes ninguna escuela o tendencia acad茅mica de la elogiada ‘ciencia econ贸mica’ se hace cargo. Como tampoco asumen las desigualdades en Am茅rica Latina y el resto del planeta, pero embisten el menor proyecto que intente un mayor empleo que dinamice la movilidad social.
Aunque parezca enigm谩tico que tantos pa铆ses llamados del Primer Mundo persistan en creencias fuera de tiempo pese al descalabro, tambi茅n en Argentina y otros pa铆ses de Am茅rica Latina los nuevos grupos pol铆ticos nunca liquidaron del todo a los anteriores. Por astucia o lo que fuera, al caer el Irigoyenismo en 1930 y el Peronismo en 1955, -dos expresiones populares que ni hablaron de reforma agraria- la clase alta se ufan贸 de voltear por ineficaces o autoritarios a dos leg铆timos gobiernos y en ambas escenas, esa reaccionaria y lustrosa derecha cont贸 con el apoyo de alg煤n sector de izquierda y otro tanto de cierto estudiantado militante que defeccionara de su pr茅dica progresista. As铆 que al hablar de la cohesi贸n de grupo que tiene la derecha en Argentina y el resto de Am茅rica Latina, ser铆a apreciar mejor si la riqueza de ellos proviene de alg煤n olfato pol铆tico muy desarrollado o m谩s bien, a su ubicuidad para insertarse como sea en los caudales financieros m谩s rentables. Y que en cuanto los industrialistas se obligan a cierta actualizaci贸n cotidiana del mundo y su circunstancia, al ver en la funci贸n p煤blica a dirigentes venidos de esa clase tan jugada a favor del liberalismo econ贸mico absoluto, pareciera que sus resultados de gesti贸n est谩n siempre por debajo de lo imprescindible. (marzo 2012)