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El Elefante que deshonr贸 al Rey Juan Carlos

OPINI脫N de Lenin Cardozo   


Aun la informaci贸n es confusa. Lo que si es cierto es que la Casa Real, no sale de su asombro y de la verg眉enza. Est谩n tratando de que lo sucedido no salga a los medios de comunicaci贸n. Todo indica que el Rey Juan Carlos I, que es un excelente cazador de animales en cautiverio, quiso repetir la haza帽a de matar a uno de los grandes. La vez anterior fue muy exitoso cuando casi a quemarropa le dio a un oso en Vologda, en el noreste de Mosc煤, por cierto estaba amarrado y ya hab铆a previamente consumido casi dos galones de miel con vodka, cuentan que el Borb贸n cazador fallo dos veces, porque el oso se revolcaba de la borrachera que tenia y no se quedaba quieto. 


Pero ahora la situaci贸n fue distinta y ocurri贸 “lo peor de lo peor”. El Rey se anoto en un nuevo Safari, esta vez en 脕frica, en Botsuana, para cazar elefantes, el plan era que a 茅l lo iban a esconder en un matorral y los del Safari “para ayudarlo”, llevar铆an con una cuerda a en elefante ya bastante mayor, casi moribundo, para que Juan Carlos le pudiera pegar unos balazos. Claro a una distancia no mayor de 3 metros porque m谩s de ah铆 “el gran cazador de Espa帽a” no da al blanco y m谩s bien puede causar un accidente. Porque mas de un accidente ha causado. Lo cierto, es que con la euforia no acato las recomendaciones de tener cuidado porque hab铆a una manada de elefantes que estaban en celo, es decir en 茅poca de apareamiento y ah铆 si la cosa se complicaba mas. 


No hizo caso y como el es el Rey, dijo que lo dejaran solo en el monte acordado y que le pasaran r谩pido el elefante que tenia que cazar. Y mientras el Rey que estaba de chunchillas esperando a la presa, un elefante inadvertido se abalanzo sobre 茅l, que estaba de espalda, y sucedi贸 la tragedia, la gran “Deshonra Real”. 



Todo fue muy rapido: un elefante encima del hombre, un grito profundo dolor del cazador, unos segundos de terror, de panico, que hizo fue paralizar a los acompa帽antes y cuando reaccionaron ya era demasiado tarde. As铆 con las mismas, el elefante hizo de las suyas y se fue. Los testigos sufrieron lo que dicen popularmente "la pena ajena". Los organizadores del Safari, no salian tambi茅n de su asombro. 


Para los amigo del 脌frica, solo les quedo mirar con cierta discreci贸n y taparse los oidos de la griteria que cargaba Juan.No digo que se le ten铆a que romper la cadera, m谩s bien corri贸 con suerte y no le paso nada, todos cre铆an que los ojos los perder铆a por lo saltones que se le pudieron.Ahora vienen las averiguaciones y a buscar el culpable de ese da帽o a la realeza espa帽ola. La WWF, ONG para la preservaci贸n de la naturaleza, donde Juan Carlos I, es su presidente de honor, quiere que se castiguen a los culpables por tan “real” atropello.Bueno, Juan Carlos I, esperamos todos, que te cosan bien la herida y que mejores pronto, te lo deseamos de todo coraz贸n los ambientalistas y ecologistas del mundo. Queremos que seas un ejemplo en vida, de los que finalmente son cazados por los mismos a quien ellos cazan. 






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