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La huella del montesinismo en los medios

OPINI脫N de Ra煤l Wiener    

Dec铆a la periodista Patricia Jianot de la CNN, durante un informe sobre el Per煤 a mediados de la d茅cada pasada: “de acuerdo a uno de sus amigos, Alberto Venero, para Montesinos era mucho m谩s importante controlar los medios de comunicaci贸n que las Fuerzas Armadas”.

Ser谩 por eso que en uno de sus di谩logos inmortales el asesor les dice a los comandantes generales de las tres armas que sin imagen “no somos nada”. Existir o no existir, en t茅rminos pol铆ticos, significa que la televisi贸n te tome en cuenta.

Eso implica eliminar personajes y hechos de la visi贸n p煤blica, pero sobre todo eliminar hasta donde sea posible la pol铆tica de la preocupaci贸n ciudadana, que es lo que vemos bajo la idea de una televisi贸n de se帽al abierta sin debate, pro copada por el entretenimiento y la noticia despolitizada

Por tanto a lo que se refiere Janiot es a un control no s贸lo para pasar las informaciones del poder y lisonjear al presidente, sino para dirigir los focos de inter茅s de las mayor铆as y dejar la pol铆tica en manos de una minor铆a.

Los vladivideos muestran un Montesinos con m煤ltiples clientes del soborno: congresistas, magistrados, militares, empresarios y sobre todo propietarios de los medios de comunicaci贸n m谩s importantes del pa铆s.

Las torres de dinero no eran para cualquiera, sino para la gente de la televisi贸n donde las cifras de miles de d贸lares se convert铆an en millones. Se pod铆a sobornar 10 congresistas sobre 60 de oposici贸n, para voltear la correlaci贸n del Congreso; a unos cuantos supremos y presidentes de salas para dominar el Poder Judicial; pero hab铆a que evitar que hubiera un canal y alg煤n programa de la televisi贸n fuera de control para que el truco ya no funcionare.

Hoy mismo se mantienen muchos reflejos montesinistas cuando se observa la tendencia a la unanimidad en incontables temas (por ejemplo desfigurando la protesta de los movimientos que cuestionan a la actividad minera c贸mo se desarrolla actualmente; o el tema de la comida chatarra y la publicidad dirigida a los ni帽os; o el despiadado martilleo sobre Nancy Obreg贸n peg谩ndole a un indefenso periodista), que da la idea de que no existe otro punto de vista.

Desde hace meses hacemos una experiencia de televisi贸n, a contracorriente, en el Canal 11, con el programa “Radicales Libres”, pero como nos salimos del gui贸n, tratan de que no existamos, nos niegan la publicidad estatal y privada y nos presionan en la v铆a judicial. Algo parecido ha sufrido LA PRIMERA durante muchos a帽os. Y basta ver la lectura de titulares en la ma帽ana, en varios canales, para saber que algunos no se han enterado de la presencia de este peri贸dico.

El Doc., que sab铆a lo que hac铆a estableci贸 un esquema para dirigir la prensa, especialmente la audiovisual: (a) una bolsa 煤nica de publicidad del Estado, que se es la base un pacto con los grandes medios; (b) reemplazo del reparto igualitario por uno con “base objetiva” en medici贸n de audiencia, a trav茅s de una sola que en buena cuenta es la que reparte la bolsa; (c) un interlocutor institucional (Sociedad Nacional de Radio y Televisi贸n) que hace aparecer sus intereses como los de toda la actividad period铆stico-comercial.

Ahora preg煤ntense: ¿cu谩nto queda de ese esquema en las relaciones del poder y la gran prensa, hoy?




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