OPINI脫N de David Garc铆a Mart铆n
Jorge, auxiliar administrativo de 34 a帽os, recorre 30 kil贸metros cada fin de semana para ver a sus padres, en Espa帽a. La raz贸n no es su amor al ciclismo, adem谩s del amor que le profesa a su familia, sino la imposibilidad de hacer frente al pago del billete del transporte p煤blico.
El gobierno espa帽ol aplica, en estos momentos, la pol铆tica de recortes econ贸micos m谩s agresiva que se recuerda. Los gobiernos – central, auton贸mico y local- “meten la tijera” all谩 donde puedan ahorrar unos euros. El Estado de Bienestar cae en picado y las administraciones no dudan en subir impuestos y precios, mientras bajan los sueldos, o los congelan. Para algunos j贸venes, hablar de mileurismo ya es una quimera. Jorge, este ciclista por obligaci贸n m谩s que por afici贸n, tiene un sueldo de 600 euros. Con el aumento del 29% que el gobierno de la Comunidad de Madrid ha aplicado, viajar en transporte p煤blico para ir a ver a sus padres los fines de semana se ha convertido en un lujo fuera de su alcance.
Al igual que Jorge, muchas otras personas padecen la crisis de una manera flagrante. A esta falta de oportunidades y de empeoramiento econ贸mico, hay que sumarle las “medidas de austeridad” que los gobiernos adoptan y que perjudican a los m谩s desprotegidos. Es decir, la crisis ha deteriorado las econom铆as familiares, pero las medidas del gobierno, en vez de crear pol铆ticas para contrarrestar ese efecto, han acentuado ese empobrecimiento.
Se cierran centros sanitarios y colegios. Disminuyen las ayudas a las becas e incrementan las tasas de las matr铆culas universitarias un 25%. Se implanta el mal llamado copago –la sanidad espa帽ola la pagan los ciudadanos con sus impuestos, no se financia de la nada- en la sanidad y se discrimina a los inmigrantes que viven de manera “irregular” en Espa帽a. Se encarecen m谩s de 400 medicamentos. Aumentan el precio de la gasolina y la luz. La lista sigue, es larga, mientras las ayudas al sector bancario y financiero siguen su curso. Pero estas medidas no son suficientes, el ejecutivo ya ha anunciado otro ajuste con “medidas dif铆ciles”, despu茅s de que la troika –BCE, FMI y UE- haya dado el visto bueno con una trampa de m谩s de 100 mil millones de euros. Hac铆a tiempo que los gobernantes no estaban tan alejados de los problemas de los ciudadanos.
Pero al margen de ese cuento de hadas de miles de millones, la sociedad ve c贸mo cada d铆a es m谩s dif铆cil llegar a fin de mes. Es el caso de familias que tienen que llevar a sus hijos a la guarder铆a. En la Comunidad de Madrid, las familias con ingresos inferiores a 5.485 euros por miembro al a帽o, tendr谩n que pagar un 175% m谩s por escolarizar a aquellos ni帽os con menos de un a帽o. “A esta escuela traen sus hijos padres que ganan 400 y 600 euros. ¿De d贸nde van a sacar 234 euros?”, se帽ala Mayte Cabello, directora de una escuela infantil en la Comunidad de Madrid.
A pesar de lo que los pol铆ticos quieren hacer creer a la sociedad, el gasto social en Espa帽a est谩 por debajo de la media europea. Al igual que la recaudaci贸n fiscal. Espa帽a obtiene 6,7 puntos menos que la media de la Uni贸n Europea, 10,8 menos que lo que recauda Francia, o 9,7 menos que Italia en proporci贸n con el PIB, seg煤n datos del Eurostat. Lo que indica que si se ajustara de manera equilibrada el sistema fiscal, el grueso de la sociedad no tendr铆a que andar de all谩 para ac谩 con la soga al cuello.
El gobierno de Espa帽a ha apostado por dar la espalda a la ciudadan铆a y embarcarse en una pol铆tica agresiva de recortes. Ha preferido pagar las facturas de las empresas privadas y reducir servicios esenciales como educaci贸n, sanidad y dependencia. Pero son medidas que no contentan de manera alguna a los mercados. Es como ofrendar parcelas del Estado del Bienestar a unos dioses inmorales, asesinos y voraces: cuantas m谩s les das, m谩s quieren. Como en un cuento: el d铆a que menos se lo espere, igual hasta al gobierno se come.
Jorge, auxiliar administrativo de 34 a帽os, recorre 30 kil贸metros cada fin de semana para ver a sus padres, en Espa帽a. La raz贸n no es su amor al ciclismo, adem谩s del amor que le profesa a su familia, sino la imposibilidad de hacer frente al pago del billete del transporte p煤blico.
El gobierno espa帽ol aplica, en estos momentos, la pol铆tica de recortes econ贸micos m谩s agresiva que se recuerda. Los gobiernos – central, auton贸mico y local- “meten la tijera” all谩 donde puedan ahorrar unos euros. El Estado de Bienestar cae en picado y las administraciones no dudan en subir impuestos y precios, mientras bajan los sueldos, o los congelan. Para algunos j贸venes, hablar de mileurismo ya es una quimera. Jorge, este ciclista por obligaci贸n m谩s que por afici贸n, tiene un sueldo de 600 euros. Con el aumento del 29% que el gobierno de la Comunidad de Madrid ha aplicado, viajar en transporte p煤blico para ir a ver a sus padres los fines de semana se ha convertido en un lujo fuera de su alcance.
Al igual que Jorge, muchas otras personas padecen la crisis de una manera flagrante. A esta falta de oportunidades y de empeoramiento econ贸mico, hay que sumarle las “medidas de austeridad” que los gobiernos adoptan y que perjudican a los m谩s desprotegidos. Es decir, la crisis ha deteriorado las econom铆as familiares, pero las medidas del gobierno, en vez de crear pol铆ticas para contrarrestar ese efecto, han acentuado ese empobrecimiento.
Se cierran centros sanitarios y colegios. Disminuyen las ayudas a las becas e incrementan las tasas de las matr铆culas universitarias un 25%. Se implanta el mal llamado copago –la sanidad espa帽ola la pagan los ciudadanos con sus impuestos, no se financia de la nada- en la sanidad y se discrimina a los inmigrantes que viven de manera “irregular” en Espa帽a. Se encarecen m谩s de 400 medicamentos. Aumentan el precio de la gasolina y la luz. La lista sigue, es larga, mientras las ayudas al sector bancario y financiero siguen su curso. Pero estas medidas no son suficientes, el ejecutivo ya ha anunciado otro ajuste con “medidas dif铆ciles”, despu茅s de que la troika –BCE, FMI y UE- haya dado el visto bueno con una trampa de m谩s de 100 mil millones de euros. Hac铆a tiempo que los gobernantes no estaban tan alejados de los problemas de los ciudadanos.
Pero al margen de ese cuento de hadas de miles de millones, la sociedad ve c贸mo cada d铆a es m谩s dif铆cil llegar a fin de mes. Es el caso de familias que tienen que llevar a sus hijos a la guarder铆a. En la Comunidad de Madrid, las familias con ingresos inferiores a 5.485 euros por miembro al a帽o, tendr谩n que pagar un 175% m谩s por escolarizar a aquellos ni帽os con menos de un a帽o. “A esta escuela traen sus hijos padres que ganan 400 y 600 euros. ¿De d贸nde van a sacar 234 euros?”, se帽ala Mayte Cabello, directora de una escuela infantil en la Comunidad de Madrid.
A pesar de lo que los pol铆ticos quieren hacer creer a la sociedad, el gasto social en Espa帽a est谩 por debajo de la media europea. Al igual que la recaudaci贸n fiscal. Espa帽a obtiene 6,7 puntos menos que la media de la Uni贸n Europea, 10,8 menos que lo que recauda Francia, o 9,7 menos que Italia en proporci贸n con el PIB, seg煤n datos del Eurostat. Lo que indica que si se ajustara de manera equilibrada el sistema fiscal, el grueso de la sociedad no tendr铆a que andar de all谩 para ac谩 con la soga al cuello.
El gobierno de Espa帽a ha apostado por dar la espalda a la ciudadan铆a y embarcarse en una pol铆tica agresiva de recortes. Ha preferido pagar las facturas de las empresas privadas y reducir servicios esenciales como educaci贸n, sanidad y dependencia. Pero son medidas que no contentan de manera alguna a los mercados. Es como ofrendar parcelas del Estado del Bienestar a unos dioses inmorales, asesinos y voraces: cuantas m谩s les das, m谩s quieren. Como en un cuento: el d铆a que menos se lo espere, igual hasta al gobierno se come.