OPINIÓN de Teodoro Rentería Arróyave
De acuerdo a la ley Federal Electoral y que es de cumplimiento universal, desde la víspera se acabaron las campañas políticas y entramos al periodo que la misma norma llama de de reflexión.
Es la oportunidad para que la ciudadanía entre en una etapa, sin el ensordecedor ruido de las campañas, de los ataques y las descalificaciones mutuas, para analizar las diferentes propuestas políticas y después de esa percepción pueda emitir, con la seguridad que da el criterio, su voto por cualquiera de los cuatro candidatos a la Presidencia de la Republica y por los demás que aspiran a puestos de elección popular estatales, municipales, y en el caso de Distrito Federal, delegacionales.
Termina esta etapa de campaña y de levantamiento de encuestas colocando, todas, como puntero a Enrique Peña Nieto, candidato de la Coalición Compromiso por México, que integra a los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista, con una diferencia entre 18.5 y 10 puntos por arriba respecto a su más cercano competidor.
Es de mencionarse, que inclusive, la encuestadora que provocó en su momento un escándalo por colocar a Andrés Manuel López Obrador, candidato de las Izquierdas, a solo cuatro puntos del priista, rectificó en su siguiente estudio y la ventaja la amplió a 15 y ahora la cierra con 10 puntos de diferencia.
Al parecer, todo indica que Josefina Vázquez Mota, la abanderada del Partido Acción Nacional, se desfundó y quedará en tercer lugar después de López Obrador.
Los errores son de todos conocidos: pleitos internos en el blanquiazul desde el 2010 que no pudieron superar y entrar a la línea de ataque marcada por López Obrador contra Peña Nieto, lo que favoreció al candidato de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano.
Ya no son tiempos de hablar sobre propuestas, programas de gobierno, y de ningún otro tipo de promesas de los candidatos.
Como ya dijimos, son tiempos de reflexionar sobre lo visto y oído y de analizar a profundidad los vericuetos de esto que llaman política electoral.
El pueblo de México nuevamente demostrara, como siempre lo ha hecho, que sufragara en paz y no se dejará impresionar por las campañas de suciedad, que desgraciadamente, también se presentaron en esta ocasión.
Estemos ciertos, de con esa sabiduría y con ese talento que les son propios, las mexicanas y los mexicanos, sabrán escoger la mejor opción para un mejor México en beneficio de las generaciones actuales y futuras de la nación.
De acuerdo a la ley Federal Electoral y que es de cumplimiento universal, desde la víspera se acabaron las campañas políticas y entramos al periodo que la misma norma llama de de reflexión.
Es la oportunidad para que la ciudadanía entre en una etapa, sin el ensordecedor ruido de las campañas, de los ataques y las descalificaciones mutuas, para analizar las diferentes propuestas políticas y después de esa percepción pueda emitir, con la seguridad que da el criterio, su voto por cualquiera de los cuatro candidatos a la Presidencia de la Republica y por los demás que aspiran a puestos de elección popular estatales, municipales, y en el caso de Distrito Federal, delegacionales.
Termina esta etapa de campaña y de levantamiento de encuestas colocando, todas, como puntero a Enrique Peña Nieto, candidato de la Coalición Compromiso por México, que integra a los partidos Revolucionario Institucional y Verde Ecologista, con una diferencia entre 18.5 y 10 puntos por arriba respecto a su más cercano competidor.
Es de mencionarse, que inclusive, la encuestadora que provocó en su momento un escándalo por colocar a Andrés Manuel López Obrador, candidato de las Izquierdas, a solo cuatro puntos del priista, rectificó en su siguiente estudio y la ventaja la amplió a 15 y ahora la cierra con 10 puntos de diferencia.
Al parecer, todo indica que Josefina Vázquez Mota, la abanderada del Partido Acción Nacional, se desfundó y quedará en tercer lugar después de López Obrador.
Los errores son de todos conocidos: pleitos internos en el blanquiazul desde el 2010 que no pudieron superar y entrar a la línea de ataque marcada por López Obrador contra Peña Nieto, lo que favoreció al candidato de los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo y Movimiento Ciudadano.
Ya no son tiempos de hablar sobre propuestas, programas de gobierno, y de ningún otro tipo de promesas de los candidatos.
Como ya dijimos, son tiempos de reflexionar sobre lo visto y oído y de analizar a profundidad los vericuetos de esto que llaman política electoral.
El pueblo de México nuevamente demostrara, como siempre lo ha hecho, que sufragara en paz y no se dejará impresionar por las campañas de suciedad, que desgraciadamente, también se presentaron en esta ocasión.
Estemos ciertos, de con esa sabiduría y con ese talento que les son propios, las mexicanas y los mexicanos, sabrán escoger la mejor opción para un mejor México en beneficio de las generaciones actuales y futuras de la nación.
