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Europa y una crisis que hasta confunde su discurso

OPINI脫N de Eduardo P茅rsico   

¿Y no ser谩 que acaso hoy exigimos que comamos todos?

En nuestra 茅poca tan conflictiva y tambi茅n en din谩mica movilidad, cada asunto se jerarquiza o envilece seg煤n el medio informativo que lo enuncie, y ese manejo se hace m谩s evidente ante el avance t茅cnico de la comunicaci贸n dentro de un campo donde desvirtuar o acallar algo es parte de su propia normalidad. En ese 谩mbito lo dicho ya es sabido y aceptado sin decoro, aunque el origen y la finalidad del periodismo aspirara m谩s a integrar a una sociedad que a diluirla. Un virtuoso proceder que para las corporaciones es una moralina que no merece debatirse ‘en nombre de la libertad de prensa’, otra falacia propia de la Sociedad Interamericana de Prensa en todo encuentro que mencione el tema.

Sin asombrarnos porque la humanidad ha sufrido tantas postergaciones en la intenci贸n de enlazar la historia entre lo nuevo que adquiere el individuo, merece recordarse que ‘la verdad dicha desde el Poder’ ha prevalecido durante siglos y en tanto pocos hechos tienen efectos casuales, la palabra dicha desde un ‘pulpito’ articula por su fuerza un pensamiento colectivo que malversa cualquier historia. Y en estos meses que castigan a los habitantes de varios pa铆ses de Europa y alrededores, con ese lenguaje prolijamente enrevesado que usan ciertos locuaces gobernantes, los centros econ贸micos, bancarios y financieros le van notificando la feroz decisi贸n de cobrarle a cada deudor hasta el 煤ltimo euro, d贸lar o como se llame. Y las l铆neas de acuerdos duraderos y hacia algo definitivo, despu茅s de muchos meses no han perdido tensi贸n, coronando la obra de un irracional capitalismo financiero sin que una real ocupaci贸n de mano de obra productiva la sostuviera. Cada renovaci贸n de los prestamistas devino al fin en un virtual engendro num茅rico poco divertido, y esa ‘ideolog铆a’ en generar dinero s贸lo invirtiendo dinero los llev贸 a ese pantanoso terreno donde claudica la din谩mica del consumo y la producci贸n; casi nada. Y en esta contradictoria y enrevesada batalla que augura algunas otras por venir, debaten por estos d铆as adem谩s de Italia, Grecia y Espa帽a, m谩s otros pa铆ses de nombrada eficacia que deber铆an desechar ya mismo ‘los activos t贸xicos del sistema’. Que sol铆an llamarse Deudas y que los acreedores financieros con delicadeza verbal evitan mencionar, quiz谩 para no alarmar que sus reclamos ir谩n en l铆nea recta contra cada beneficio social que a trav茅s de d茅cadas, consiguieran los habitantes de los pa铆ses deudores. A saber, una dr谩stica reducci贸n o quita en derechos laborales, gastos de educaci贸n, salud, protecci贸n a la vejez y otras asignaciones que imprevistamente, dejaron de ser s铆mbolo de un bienestar colectivo para ser consideradas calamidades presupuestarias que ning煤n pa铆s serio debe aplicar. Salvo que para aplicarlas exista una autorizaci贸n previa de los centros financieros correspondientes que las autorice; y as铆 los desocupados percibir谩n alg煤n Seguro Social que en principio y sin dejar de ser incierto, dicho en esos t茅rminos pareciera menos doloroso. Y bu茅, son esas cosas…

Ante este panorama no resulta casual entre centenares de opiniones, lo dicho el 煤ltimo domingo 1 de julio en el diario El Pa铆s de Espa帽a por Martin Wolf, quiz谩 el m谩s influyente editorialista econ贸mico del Financial Times que demostrara en principio un cr铆tico asombro ante el escaso capital de los bancos m谩s cotizados para enfrentar la m铆nima crisis. As铆 hubo entidades que seg煤n Wolf tomaban inversiones a corto plazo dinero para recolocarlas de inmediato a plazos m谩s largos, algo que apunt贸 como un serio error propio el no haberlo advertido y adem谩s no percatarse a tiempo de los ineficientes y discrecionales controles de los bancos en la recolocaci贸n de esos activos. Dos defectos que la prensa en general nunca anunci贸, demostrando de esa manera ‘que ellos saben muy poco de finanzas y de la econom铆a en general’. Y excluy贸 de esta cr铆tica a tres o cuatro notorios que lo anunciaran y con preferencia a Raghuram Rajan, joven economista de la India, quien advirtiera dos a帽os antes la debilidad casi suicida de casi todo el mecanismo financiero mundial.

Pero claro, es muy com煤n que los m谩s encumbrados dirigentes de aqu铆, de all谩 y del m谩s all谩, cierren la tranquera despu茅s que se escap贸 la 煤ltima vaca. Y que tambi茅n el cruce de opiniones y cr铆ticas mutuas durar谩n en el tiempo, tal vez tanto duren las oposiciones cruzadas entre los diferentes gobiernos. Y podr铆a ser un ejemplo en estos casos no se allana con declaraciones, la idea de atenuar las grandes presiones comprando bonos soberanos en otras 谩reas secundarias, una instancia que se anunciara y cuenta ya con la oposici贸n de Finlandia y los Pa铆ses Bajos. Que no pareciera ser hoy ser铆a una m铆nima discordia entre los pa铆ses comprometidos con menos aptitud de refinanciarse, seg煤n los referentes ya citados. Y en cuanto en Am茅rica Latina parecieran o铆rse algunas resonancias, es hora de repetirnos que en este mundo estamos y nos ata帽e lo bueno y lo malo que por ah铆 acontezca, no jodamos. (Julio 2012).




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