OPINI脫N de Julio Ortega
Seg煤n el informe de UNICEF "Ni帽os y Violencia", las razones de que los ni帽os adquieran comportamientos violentos son m谩s sociales que biol贸gicas, resaltando tanto la inadecuaci贸n en su educaci贸n actual, como la promoci贸n de modelos de comportamiento absolutamente insensibles en muchas sociedades.
La Comisi贸n de la Asociaci贸n Psicol贸gica Americana para la Violencia y la Juventud, dictamin贸 que los j贸venes con riesgo de volverse violentos y agresivos, parecen tener una tendencia a compartir experiencias comunes que les sit煤an en una trayectoria hacia la violencia.
Tambi茅n indica que influyen otra serie de factores sociales m谩s amplios: la forma en que una sociedad condena la violencia condiciona los valores y las acciones de los individuos. Por ejemplo, en muchas hay una ambivalencia sobre la violencia en el deporte, y existe un considerable apetito de im谩genes violentas en los medios de comunicaci贸n, o se permiten los juegos que la fomentan.
Sabido lo anterior, que no son dislates de un iluminado sino resoluciones de estudios cient铆ficos rigurosos, hagamos una descripci贸n de lo que es la tauromaquia en sus diferentes formas, pero de la realidad que cualquiera puede ver en ella y no de lo que nos quieren vender sus partidarios, siempre bogando por las aguas del despiste y del enga帽o.
Un espect谩culo de veinte minutos por toro, durante los cuales se le clavan diversos objetos punzantes. Las heridas y las hemorragias son incontestables. Se acaba rematando al animal con mayor o menor celeridad en funci贸n de la destreza del torero y, a menudo, mutil谩ndolo despu茅s.
Otras versiones incluyen que sean atravesados con lanzas, abrasados, atados y arrastrados, atropellados, ahogados, emborrachados... Con independencia del m茅todo elegido y de la parafernalia que envuelva el acto, hay un denominador com煤n en todas ellas: que de una forma u otra son torturados y acaban por matarlos.
El modelo conductual de insensibilidad al que se somete al ni帽o ante el padecimiento del toro es evidente. Constituye una experiencia compartida en la que participan los adultos, sus referentes. La sociedad lo admite y los legisladores lo protegen. A medio camino en el acervo colectivo entre el deporte y la expresi贸n art铆stica, est谩 impregnado de violencia y como tal, llega y se deposita en las mentes infantiles.
Por supuesto, desde diferentes sectores taurinos garantizan que todo eso es m谩s que recomendable para los ni帽os, y tanto es as铆, que a menudo les regalan o les hacen una sustanciosa rebaja en las entradas para incitarles a su participaci贸n.
Ahora, ya que tanto se nos llena la boca con la protecci贸n a los menores, que cada cual reflexione si quiere y demuestra la valent铆a de hacerlo, y que aquellos que detentan responsabilidades pol铆ticas, decidan si su gesti贸n obedece a los intereses de ganaderos, toreros, apoderados y empresarios de plazas, o atienden a las recomendaciones de profesionales de la medicina, educaci贸n, servicios sociales y fuerzas de seguridad. ¿En juego?: el mantenimiento de tradiciones sangrientas o el progreso 茅tico comenzando por los m谩s vulnerables: los ni帽os.
Seg煤n el informe de UNICEF "Ni帽os y Violencia", las razones de que los ni帽os adquieran comportamientos violentos son m谩s sociales que biol贸gicas, resaltando tanto la inadecuaci贸n en su educaci贸n actual, como la promoci贸n de modelos de comportamiento absolutamente insensibles en muchas sociedades.
La Comisi贸n de la Asociaci贸n Psicol贸gica Americana para la Violencia y la Juventud, dictamin贸 que los j贸venes con riesgo de volverse violentos y agresivos, parecen tener una tendencia a compartir experiencias comunes que les sit煤an en una trayectoria hacia la violencia.
Tambi茅n indica que influyen otra serie de factores sociales m谩s amplios: la forma en que una sociedad condena la violencia condiciona los valores y las acciones de los individuos. Por ejemplo, en muchas hay una ambivalencia sobre la violencia en el deporte, y existe un considerable apetito de im谩genes violentas en los medios de comunicaci贸n, o se permiten los juegos que la fomentan.
Sabido lo anterior, que no son dislates de un iluminado sino resoluciones de estudios cient铆ficos rigurosos, hagamos una descripci贸n de lo que es la tauromaquia en sus diferentes formas, pero de la realidad que cualquiera puede ver en ella y no de lo que nos quieren vender sus partidarios, siempre bogando por las aguas del despiste y del enga帽o.
Un espect谩culo de veinte minutos por toro, durante los cuales se le clavan diversos objetos punzantes. Las heridas y las hemorragias son incontestables. Se acaba rematando al animal con mayor o menor celeridad en funci贸n de la destreza del torero y, a menudo, mutil谩ndolo despu茅s.
Otras versiones incluyen que sean atravesados con lanzas, abrasados, atados y arrastrados, atropellados, ahogados, emborrachados... Con independencia del m茅todo elegido y de la parafernalia que envuelva el acto, hay un denominador com煤n en todas ellas: que de una forma u otra son torturados y acaban por matarlos.
El modelo conductual de insensibilidad al que se somete al ni帽o ante el padecimiento del toro es evidente. Constituye una experiencia compartida en la que participan los adultos, sus referentes. La sociedad lo admite y los legisladores lo protegen. A medio camino en el acervo colectivo entre el deporte y la expresi贸n art铆stica, est谩 impregnado de violencia y como tal, llega y se deposita en las mentes infantiles.
Por supuesto, desde diferentes sectores taurinos garantizan que todo eso es m谩s que recomendable para los ni帽os, y tanto es as铆, que a menudo les regalan o les hacen una sustanciosa rebaja en las entradas para incitarles a su participaci贸n.
Ahora, ya que tanto se nos llena la boca con la protecci贸n a los menores, que cada cual reflexione si quiere y demuestra la valent铆a de hacerlo, y que aquellos que detentan responsabilidades pol铆ticas, decidan si su gesti贸n obedece a los intereses de ganaderos, toreros, apoderados y empresarios de plazas, o atienden a las recomendaciones de profesionales de la medicina, educaci贸n, servicios sociales y fuerzas de seguridad. ¿En juego?: el mantenimiento de tradiciones sangrientas o el progreso 茅tico comenzando por los m谩s vulnerables: los ni帽os.