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La caperucita huasteca

Livia Díaz.-  La agricultura de recolección es un sostén importante de la economía en la huasteca veracruzana y que da trabajo a muchas familias.

María, cuando baja de Lajitas a vender a la ciudad de Tantoyuca, dice 'voy a vender mi basura' irónicamente, al salir de su casa.

Lleva la cubeta llena de productos que puede comercializar en las calles céntricas de la ciudad. Ya cortó y amarró paquetes de hoja de planta de plátano, que les sirven a otras mujeres para hacer los tamales, además lleva limones que contó de 20 por bolsa, en el árbol que se encuentra a un lado del camino, y cargó también con 'huevo de patio', que recolectó con sus gallinas a lo largo de la semana.

Por este alimento que va a vender a dos pesos cada huevo del patio, cinco pesos cada bolsa de limones y 20 pesos cada atado de hojas de plátano, calcula reunir 100 pesos. Descontando sus pasajes, ganará unos 86 pesos , casi lo que se obtiene por un jornal de trabajo en un rancho, a donde anda la paga entre 90 y 100 pesos.

Así que ves a María, y a sus hijos e hijas cargando cubetas. Pero no es este el trabajo original de recolección, listado en la agricultura, el modo de producción y comercialización de productos, conforme a su estudio en las ciencias sociales, sino el fenómeno que hay en las principales ciudades de la zona norte de Veracruz, en algunos lugares, de las llamadas 'tineras.'

Si bien en la huasteca no usan tinas como en el Totonacapan, sino cubetas de plástico o de metal, el servicio que prestan permite la comercialización de lo que recolectan para poder reunir unas monedas.

En época del Día de Muertos, o Xantolo, esta lleva flores, y es posible ver en calles adyacentes al mercado, largas filas de mujeres con flores multicolores, las que nacen en octubre y noviembre en los campos, y las que revenden desde camiones de flor cultivada que traen al por mayor de Puebla y otros lugares.

El comercio de los productos colectados, así se va diversificando.
Viendo cómo se acostumbra la venta desde el patio, o inspirados en ello, muchos comercios fijos terminan así su producto. Contratan o semicontratan a mujeres a las que les dan las bolsas con los productos en una cubeta y comisión por la venta.

Así es como andan ancianas, jóvenes y niñas, vendiendo los productos.
Pero también participan niños y jovencitos en estas ventas, aunque es más común verlos con productos propios del género, o de la capacidad productiva del mismo, como escobas elaboradas con troncos de madera tallados y palma o corteza de coco; petates y agua de caña, fríjol, cacahuate, naranjas; mientras las mujeres venden pichocos (flores comestibles), mandarinas, limones, nopales, cilantro, abanicos, escobillas, pan o galletas, tamales, tacos, pañuelos bordados, por citar algunos.

De este modo, la caperucita huasteca, que reúne los alimentos para llevarlos, no propiamente a la abuelita, cumple una labor que además permite su sostén, y el de su familia.

Tradicionalmente esta figura es asumida por la sociedad, y también cumple funciones para la distribución de los productos en las casas, en las que ya tienen clientes para repartir hortalizas, huevo, fruta, chorizo, queso, pescados fritos y cecina; también para la entrega de obras manufacturadas en casa, como las que proveen de ropa tejida o bordada, sillas, mesas, instrumentos musicales, agua de caña del trapiche, caña, entre otras.

http://huastecaveracruz.blogspot.com.es/2012/08/la-caperucita-huasteca.html




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