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C贸digos y libretos de alta clase

Por Eduardo P茅rsico   

En la relaci贸n entre nosotros no hay equivoco ni duda; en nuestra clase s贸lo existe seguridad y confianza. Ram贸n J.C谩rcano, pol铆tico argentino de clase alta.(1860-1946).

Es norma y estilo en toda clase alta, que todo integrante de ese ‘Nosotros’ comparta y suscriba cada proceder del grupo. No valen objeciones a la existencia del grupo como tal y aunque eso lo asemeje a otros, el considerarse superior les habilita criticar lo ajeno o inferior. As铆 por acentuar sus perfiles de hegemon铆a social el individuo de esa clase, primordialmente descalifica toda expresi贸n cultural o pol铆tica que favorezca el bienestar y la igualdad de todos. Y quiz谩 esa reacci贸n de clase mandante ante el peligro de perder sus prerrogativas por el ingreso de nuevos actores sociales, sea el mayor riesgo que presiente cualquier integrante del ‘Nosotros’. Ese 谩mbito de clase al que aspiran ingresar otros sectores econ贸micamente pudientes, decadencias aparte a煤n sostiene cierta alianza de prosapias y apellidos que no se consiguen por decisi贸n propia. Universalmente el ‘Nosotros’ mandante con sus c贸digos y pautas, deriva de sentimientos comunes dif铆ciles de penetrar, como son por ejemplo la resistencia a lo exterior seg煤n la gratificaci贸n o penalidad sociol贸gica que algo le implique al grupo y su estilo de comunicarse.

Por usanza y tradici贸n la clase alta vive vinculada al negocio financiero de endeudar a sus propios pa铆ses. Adem谩s de Goldman Sachs, Fondos Monetarios dem谩s corporaciones, ning煤n funcionario o ministro econ贸mico de esos pa铆ses desconoce que al primer amague de reducir la distancia entre ricos y pobres, el Poder lo ataca por inaplicable y expropiador. Prontamente y a coro vociferan contra ‘el populismo que amenaza las libertades y la propiedad’, y con mejor inflexi贸n de voz pontifican y publicitan el delictivo negocio financiero de generar dinero desde hipotecas desde su redacci贸n. Maniobra que 煤ltimamente los har铆a blindados banqueros como sucediera en el ‘corralito’ del 2001 en Argentina: los financistas primeros en cobrar y ahorristas comunes, engrosar los defraudados y a otra cosa.

Capitalismo liberal a ultranza fue nombrado ese garantizar dinero con intangibles bienes a cambio, como sucedi贸 en Europa al aquietarse la reinversi贸n y la l贸gica matem谩tica los desemboc贸 en un festival de hipotecas incobrables. Perjuicio que ni roza las clases altas y aplasta los derechos del ciudadano com煤n, quien hoy ignora cu谩ndo 茅l volver谩 a su condici贸n anterior tan alejada de la creaci贸n de bienes con m谩s trabajo agregado. Ese r茅gimen productivo que tanto financistas como clase alta desprecian por keynesiano o seg煤n se llame, y ajeno a estos artificios donde los bancos no pierden aunque se caiga el mundo. Pero bu茅, esa es la historia.

El desapego hacia el resto de las personas mejor lo sugieren los medios informativos m谩s conservadores del planeta, cuando ni se inquietan o mencionan que esta defraudaci贸n le asegura tiempos dur铆simos al gent铆o com煤n. Sus editoriales silencian o deforman las movidas cotidianas de multitudes en las calles como si sus participantes no interesaran; indiferencia no casual ni oportunista en cuanto jam谩s alguna clase hist贸ricamente elevada ha internalizado o registrado los pesares ajenos. Su primaria reacci贸n conservadora atribuye los males a quien lo padece y no les ata帽e a ellos. Ninguna memoria social o colectiva los involucra y por naturaleza o virtud de clase olig谩rquica, fingen ignorar toda desigualdad o miseria verdadera.

La actitud de cada grupo ante una crisis suele diferir, pero la reacci贸n de las clases enriquecidas gracias a la desigualdad en sus pa铆ses en Am茅rica Latina, es integrar el equipo que receta el inmediato ahorro del gasto p煤blico. Y pese a que les convendr铆a guardar silencio accionan con el mismo reflejo que usaron contra el peronismo y su movilidad social en Argentina por 1945 y a todo gobierno que no los conf铆e el manejo de la cosa p煤blica. El mejoramiento desde abajo lo descalifican sus medios informativos, y con los ocasionales socios que aparezcan suelen agredir a todo gobierno que presione sus obligaciones impositivas, por ejemplo. Porque la evasi贸n naturalmente les corresponde aunque registren excelentes balances como los exportadores de alimentos y productos primarios en toda Am茅rica Latina. Y la feroz embestida antiperonista en Argentina le aplicaron al socialista Salvador Allende en Chile, a qui茅n le cargar铆an ser agente del comunismo internacional y otras yerbas como por estos d铆as, le endilgan a Hugo Ch谩vez en Venezuela. Y con la misma mala leche suramericana insultan a la presidenta Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador y a cualquier otro de 煤ltimo momento.

Por esa misma constancia de sentirse ‘Nosotros’ y negar todo aquello no dispuesto por ellos, esa alta clase niega el reloj de la historia que sigue en su tarea. Y aunque estos tipos sigan ocultos en la escena, en no pocos pa铆ses les vieron el ropaje de integrar el elenco y lo dem谩s es tiempo.




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