OPINI脫N de Rafael Fernando Navarro.-
Siempre ha sido hermosa. Desnuda, Madrid es un museo, aunque no le guste a mi amor del noroeste. Tiene un cielo sucio, es verdad. Como un chal de segunda mano, de rastrillo, de jueves sevillano. Madrid est谩 en crisis y se viste como puede, a gusto de Botella-Alcaldesa, de com煤n acuerdo con Aznar-Irak, consensuada con un Buhs descatalogado de la historia, sin mesa para apoyar los zapatos.
Madrid se va perdiendo a s铆 misma como se pierden las grandes ciudades sembradas de historia, de nostalgia, de pasado. Madrid es un ladrillo inmenso, ladrillo de bancos por Castellana, por M-30-Gallard贸n, por deuda de siete mil millones que nadie pagar谩, es decir, que nos pesa a usted y a m铆, que pagaremos usted y yo y los hijos de nuestros hijos si no pierden la erecci贸n por el camino y queda todo en un roce sin posibilidad de hundirse en la hermosura.
Madrid ten铆a un Neptuno. Un dios a rayas de atl茅ticos, bufanda del Manzanares, apropiaci贸n urban铆stica de Gil-Imperioso, Marbella capitalina-Jes煤s-Alcalde-sure帽o. Por miles los futboleros, copa en mano cuando toca, triunfante en autob煤s descapotable para que Jes煤s luciera barriga billetera donde albergaba pisos, cemento y putas descorchadas por 谩rabes ricos con palacios junto al mar.
Rajoy-Presidente. Pons, Montoro, Guindos, Wert lo llevaron a hombros. Bailaban delante del cortejo Cospedal-Soraya-Aguirre. Esperanza se fue sin esperanza y se hizo funcionaria. Y ah铆 la tienen protestando diariamente porque le han bajado el sueldo, porque no le llega al jam贸n de Navidad, porque le han rebajado d铆as libres y no puede ejercer de esposa, hermana y abuela. Pero queda Cifuentes, do帽a Cristina rubia, musa de polic铆as y de ministro-opus-Interior.
Rajoy hizo de Espa帽a un recortable como cuando las ni帽as eran secci贸n femenina de Franco, con las rodillas juntitas para que la chavaler铆a no pecara de malos pensamientos y deseos. Y se puso a jugar. Llam贸 a su vecina de barrio, Merkel-Angela, para que lo defendiera de la envidia de Rubalcaba, de los mercados, de la prima, de la herencia de padre-Zapatero
A Espa帽a le han dolido las tijeras en los sobacos, las ingles, la cintura. Gritaron su dolor mientras su due帽o Mariano fumaba un puro en la ONU y reclamaba Gibraltar como playa de veraneo de Urdangar铆n y Juan Carlos. Surgi贸 entonces Cospedal, pitonisa moz谩rabe, mantilla negra y peineta, rubia que te quiero rubia, detr谩s del Sant铆simo Toledo Corpus y nos lo dijo bien claro. Neptuno ten铆a tricornio, era un tejero de tridente negro, pistola escondida regalo de Milans del Bochs. Todos al suelo, co帽o, a esperar al elefante blanco si no lo ha matado el monarca cazador. Y Cifuentes, rubia que te quiero rubia, visualizando correajes y autobuses de tricornios fotocopias de Neptuno, expropiado blanqui-rojo de triunfos de cuando en cuando.
Seis mil tricornios, veinticinco mil, sesenta mil. No importa. Traen en las manos abiertas un golpe de estado. Han ensayado el grito: todos al suelo, co帽o. Y Mariano escondido, sin un Carrillo sentado, sin un Fraga exigiendo el tiro de gracia, sin un Guti茅rrez Mellado, faj铆n democr谩tico y bigotito valiente, Wert ausente del mundo porque siempre est谩 ausente. Neptuno en la tribuna. Celia gritando a su chofer-Manolo porque tiene miedo a la embestida de vacas desquiciadas, medio locas. Cospedal sin mantilla. Cifuentes resistiendo, vestida de antidisturbio excitado porque una chica gritaba pezones erectos exigiendo caricias de libertad y alegr铆a. El techo del Congreso ya tiene muchas balas, huellas de un ayer militar que quiso lo que no quiso nadie, lo que pudo haber sido y no fue.
Y Neptuno-tricornio-golpista arrastrado por los hombres de negro, mandados por Bruselas-de-Guindos y Montoro-sarcasmo-presupuesto. La ni帽a Fabra, mano derecha peineta para que se joda Neptuno, parado en la cola del INEM. Con cuatrocientos euros para cubrir la hipoteca del agua que compr贸 para cuando le nombran campe贸n del Manzanares. El 25-S est谩 en el calendario caminando hacia el 29-S y seguro que tambi茅n en Octubre Neptuno estrenar谩 tricornio.
Mariano, tranquilo porque millones de espa帽oles no estuvieron en la calle. Estaban en la ONU pidiendo Gibraltar entre el humo de un habano comunista, embargado a Fidel, en una Cuba al borde de s铆 misma.
Siempre ha sido hermosa. Desnuda, Madrid es un museo, aunque no le guste a mi amor del noroeste. Tiene un cielo sucio, es verdad. Como un chal de segunda mano, de rastrillo, de jueves sevillano. Madrid est谩 en crisis y se viste como puede, a gusto de Botella-Alcaldesa, de com煤n acuerdo con Aznar-Irak, consensuada con un Buhs descatalogado de la historia, sin mesa para apoyar los zapatos.
Madrid se va perdiendo a s铆 misma como se pierden las grandes ciudades sembradas de historia, de nostalgia, de pasado. Madrid es un ladrillo inmenso, ladrillo de bancos por Castellana, por M-30-Gallard贸n, por deuda de siete mil millones que nadie pagar谩, es decir, que nos pesa a usted y a m铆, que pagaremos usted y yo y los hijos de nuestros hijos si no pierden la erecci贸n por el camino y queda todo en un roce sin posibilidad de hundirse en la hermosura.
Madrid ten铆a un Neptuno. Un dios a rayas de atl茅ticos, bufanda del Manzanares, apropiaci贸n urban铆stica de Gil-Imperioso, Marbella capitalina-Jes煤s-Alcalde-sure帽o. Por miles los futboleros, copa en mano cuando toca, triunfante en autob煤s descapotable para que Jes煤s luciera barriga billetera donde albergaba pisos, cemento y putas descorchadas por 谩rabes ricos con palacios junto al mar.
Rajoy-Presidente. Pons, Montoro, Guindos, Wert lo llevaron a hombros. Bailaban delante del cortejo Cospedal-Soraya-Aguirre. Esperanza se fue sin esperanza y se hizo funcionaria. Y ah铆 la tienen protestando diariamente porque le han bajado el sueldo, porque no le llega al jam贸n de Navidad, porque le han rebajado d铆as libres y no puede ejercer de esposa, hermana y abuela. Pero queda Cifuentes, do帽a Cristina rubia, musa de polic铆as y de ministro-opus-Interior.
Rajoy hizo de Espa帽a un recortable como cuando las ni帽as eran secci贸n femenina de Franco, con las rodillas juntitas para que la chavaler铆a no pecara de malos pensamientos y deseos. Y se puso a jugar. Llam贸 a su vecina de barrio, Merkel-Angela, para que lo defendiera de la envidia de Rubalcaba, de los mercados, de la prima, de la herencia de padre-Zapatero
A Espa帽a le han dolido las tijeras en los sobacos, las ingles, la cintura. Gritaron su dolor mientras su due帽o Mariano fumaba un puro en la ONU y reclamaba Gibraltar como playa de veraneo de Urdangar铆n y Juan Carlos. Surgi贸 entonces Cospedal, pitonisa moz谩rabe, mantilla negra y peineta, rubia que te quiero rubia, detr谩s del Sant铆simo Toledo Corpus y nos lo dijo bien claro. Neptuno ten铆a tricornio, era un tejero de tridente negro, pistola escondida regalo de Milans del Bochs. Todos al suelo, co帽o, a esperar al elefante blanco si no lo ha matado el monarca cazador. Y Cifuentes, rubia que te quiero rubia, visualizando correajes y autobuses de tricornios fotocopias de Neptuno, expropiado blanqui-rojo de triunfos de cuando en cuando.
Seis mil tricornios, veinticinco mil, sesenta mil. No importa. Traen en las manos abiertas un golpe de estado. Han ensayado el grito: todos al suelo, co帽o. Y Mariano escondido, sin un Carrillo sentado, sin un Fraga exigiendo el tiro de gracia, sin un Guti茅rrez Mellado, faj铆n democr谩tico y bigotito valiente, Wert ausente del mundo porque siempre est谩 ausente. Neptuno en la tribuna. Celia gritando a su chofer-Manolo porque tiene miedo a la embestida de vacas desquiciadas, medio locas. Cospedal sin mantilla. Cifuentes resistiendo, vestida de antidisturbio excitado porque una chica gritaba pezones erectos exigiendo caricias de libertad y alegr铆a. El techo del Congreso ya tiene muchas balas, huellas de un ayer militar que quiso lo que no quiso nadie, lo que pudo haber sido y no fue.
Y Neptuno-tricornio-golpista arrastrado por los hombres de negro, mandados por Bruselas-de-Guindos y Montoro-sarcasmo-presupuesto. La ni帽a Fabra, mano derecha peineta para que se joda Neptuno, parado en la cola del INEM. Con cuatrocientos euros para cubrir la hipoteca del agua que compr贸 para cuando le nombran campe贸n del Manzanares. El 25-S est谩 en el calendario caminando hacia el 29-S y seguro que tambi茅n en Octubre Neptuno estrenar谩 tricornio.
Mariano, tranquilo porque millones de espa帽oles no estuvieron en la calle. Estaban en la ONU pidiendo Gibraltar entre el humo de un habano comunista, embargado a Fidel, en una Cuba al borde de s铆 misma.