OPINI脫N de Bruno Peron Loureiro.-
Aumenta nuestra vacilaci贸n frente a un mundo que gira m谩s r谩pido y se agita fren茅tica y paranoicamente. Una de las consecuencias de la debilidad de nuestros sentidos de captar ese ritmo de rotaci贸n planetaria es la sensaci贸n de experimentar formas de vida ajenas donde imperan siempre estilos conocidos., tradicionales y usuales de interacci贸n. Mientras algunos no viven sin su computador, otros no conducen sin un GPS (Global Posicioning System).
El fil贸sofo-antrop贸logo argentino-mexicano N茅stor Garc铆a Canclini intenta demostrar –inclusive por la experiencia propia del exilio– que hay m煤ltiples maneras de ser extranjero en las sociedades contempor谩neas sin tener necesariamente que migrar. 脡l toma como base la investigaci贸n “Extranjeros en la tecnolog铆a y la cultura”, que coordina desde 2007 con el incentivo de la Fundaci贸n Telef贸nica, y que tiene como eje la interacci贸n entre arte, cultura y nuevas tecnolog铆as.
El argumento principal de Garc铆a Canclini es que, a pesar de que son minor铆a los migrantes o viajantes, todos somos de un modo u otro extranjeros. Sobre este tema, 茅l fue curador de una exposici贸n art铆stica en Buenos Aires en 2009 y en Ciudad de M茅xico en 2012, bajo el t铆tulo “Extranjer铆as”, en la que se manifiestan trabajos de diversos artistas.
脡l mismo mencion贸 durante una entrevista concedida a la periodista argentina Mar铆a Paula Bandera (Tecnolog铆a y cultura:¿y si todos somos extranjeros?, Clar铆n de Bs.As., julio 23 de 2009), que “Extranjer铆as” revela una experiencia compleja de alteridad, la sensaci贸n de extra帽amiento o incomodidad, y la dificultad de adaptaci贸n a nuevas circunstancias.
Mi intenci贸n es rever el argumento de Garc铆a Canclini y proporcionar ejemplos a favor de otro fen贸meno. Nuevas tecnolog铆as de informaci贸n y comunicaci贸n y mediadores de las relaciones humanas (computador personal, laptop, palm, iPod, iPad, tel茅fonos celulares, Blackberry, tablet, c谩maras digitales, kidle y otras que est谩n por venir con mayor ritmo que el galope) componen un escenario que deja de ser modernidad y se torna tradici贸n alrededor del globo.
Los j贸venes tienen facilidad para lidiar con las nuevas tecnolog铆as de comunicaci贸n mientras los integrantes de generaciones anteriores se relacionan con menos habilidad y m谩s extra帽eza con las herramientas modernas de comunicaci贸n y las actuales formas de configuraci贸n del espacio p煤blico. El tiempo se ha acortado en el mismo grado de los cambios, o sea, las generaciones tecnol贸gicas se renuevan cada cinco a帽os cuando hasta hace poco eran necesarios veinte a帽os o m谩s. Por lo tanto los usuarios de las nuevas tecnolog铆as se ven en el deber de actualizarse m谩s r谩pidamente para no caer en la trampa de volverse extranjeros en su propia cuna.
Crece el n煤mero de personas que no saben bien de d贸nde son o a que pa铆s/regi贸n/continente pertenecen. Algunas explicaciones posibles: sus parientes son de pa铆ses distintos, su nacimiento ocurri贸 en un pa铆s donde sus padres resid铆an temporalmente por su estado de trabajo, la obtenci贸n de doble ciudadan铆a y la posesi贸n de m谩s de un pasaporte. Inglaterra es un caso emblem谩tico de concentraci贸n de todas las banderas nacionales en una peque帽a isla.
Y ya que menciono este pa铆s, aprovecho para hablar un poco del “cosmopolitanismo” londinense. En varios de sus barrios el n煤mero de extranjeros es predominante en relaci贸n al de “familias brit谩nicas tradicionales” (as铆 se distingue un grupo nacional de otro dentro de la Gran Breta帽a). El primer grupo acaba invirtiendo el razonamiento de Garc铆a Canclini, pues son “nativos” en territorio extranjero en la medida en que preservan sus costumbres en una urbe que ya no tiene como escapar de este nuevo escenario poblacional. Estos “nativos” hablan idiomas de sus pa铆ses de origen (y preservan el acento si el idioma es el ingl茅s), se alimentan de los que se come en sus pa铆ses de origen, usan vestimentas religiosas contrastantes con la moda occidental, y mantienen las pr谩cticas de higiene de sus antepasados. No faltan tiendas y restaurantes especializados para atenderlos, y los turistas encantados con el “cosmopolitanismo” londinense. Yo propondr铆a una exposici贸n llamada “Nativer铆a”.
Por esa raz贸n la propuesta de “Extranjer铆a” ser铆a un bello ep铆grafe para contextualizar los nuevos usos de la tecnolog铆a (d贸nde los j贸venes aparecen como protagonistas) pero no para generalizar los diferentes pretextos que sustentas las migraciones y sus procesos culturales. Pierde consistencia cuando se cotejan regiones como Am茅rica Latina, donde se discute m谩s intensamente sobre los efectos de la modernizaci贸n en las tradiciones, que en las antiguas metr贸polis y la Europa occidental, donde se avala el establecimiento de las tradiciones de los emigrantes en pa铆ses tradicionalmente modernos. Inglaterra fue pionera de la Revoluci贸n Industrial en el Siglo XVIII, mientras que el tema de la industria nacional se discuti贸 seriamente en los a帽os 1950 y 1960 en Am茅rica Latina y todav铆a hoy se teme a la desindustrializaci贸n de la regi贸n.
Mientras las pol铆ticas educacionales se dise帽an para reducir el analfabetismo funcional (que se refiere a aquel que escribe algunas palabras y n煤meros pero que no consigue interpretar textos ni hacer operaciones matem谩ticas b谩sicas) en Am茅rica Latina, el analfabetismo tecnol贸gico ser谩 el pr贸ximo objeto de lamentaci贸n de estas pol铆ticas. De extranjero en territorio propio a nativo en territorio extranjero, el analfabetismo tecnol贸gico constituye un efecto de carencia educacional que no debe eludirse aqu铆 ni all谩 y en ning煤n otro lugar.
Aumenta nuestra vacilaci贸n frente a un mundo que gira m谩s r谩pido y se agita fren茅tica y paranoicamente. Una de las consecuencias de la debilidad de nuestros sentidos de captar ese ritmo de rotaci贸n planetaria es la sensaci贸n de experimentar formas de vida ajenas donde imperan siempre estilos conocidos., tradicionales y usuales de interacci贸n. Mientras algunos no viven sin su computador, otros no conducen sin un GPS (Global Posicioning System).
El fil贸sofo-antrop贸logo argentino-mexicano N茅stor Garc铆a Canclini intenta demostrar –inclusive por la experiencia propia del exilio– que hay m煤ltiples maneras de ser extranjero en las sociedades contempor谩neas sin tener necesariamente que migrar. 脡l toma como base la investigaci贸n “Extranjeros en la tecnolog铆a y la cultura”, que coordina desde 2007 con el incentivo de la Fundaci贸n Telef贸nica, y que tiene como eje la interacci贸n entre arte, cultura y nuevas tecnolog铆as.
El argumento principal de Garc铆a Canclini es que, a pesar de que son minor铆a los migrantes o viajantes, todos somos de un modo u otro extranjeros. Sobre este tema, 茅l fue curador de una exposici贸n art铆stica en Buenos Aires en 2009 y en Ciudad de M茅xico en 2012, bajo el t铆tulo “Extranjer铆as”, en la que se manifiestan trabajos de diversos artistas.
脡l mismo mencion贸 durante una entrevista concedida a la periodista argentina Mar铆a Paula Bandera (Tecnolog铆a y cultura:¿y si todos somos extranjeros?, Clar铆n de Bs.As., julio 23 de 2009), que “Extranjer铆as” revela una experiencia compleja de alteridad, la sensaci贸n de extra帽amiento o incomodidad, y la dificultad de adaptaci贸n a nuevas circunstancias.
Mi intenci贸n es rever el argumento de Garc铆a Canclini y proporcionar ejemplos a favor de otro fen贸meno. Nuevas tecnolog铆as de informaci贸n y comunicaci贸n y mediadores de las relaciones humanas (computador personal, laptop, palm, iPod, iPad, tel茅fonos celulares, Blackberry, tablet, c谩maras digitales, kidle y otras que est谩n por venir con mayor ritmo que el galope) componen un escenario que deja de ser modernidad y se torna tradici贸n alrededor del globo.
Los j贸venes tienen facilidad para lidiar con las nuevas tecnolog铆as de comunicaci贸n mientras los integrantes de generaciones anteriores se relacionan con menos habilidad y m谩s extra帽eza con las herramientas modernas de comunicaci贸n y las actuales formas de configuraci贸n del espacio p煤blico. El tiempo se ha acortado en el mismo grado de los cambios, o sea, las generaciones tecnol贸gicas se renuevan cada cinco a帽os cuando hasta hace poco eran necesarios veinte a帽os o m谩s. Por lo tanto los usuarios de las nuevas tecnolog铆as se ven en el deber de actualizarse m谩s r谩pidamente para no caer en la trampa de volverse extranjeros en su propia cuna.
Crece el n煤mero de personas que no saben bien de d贸nde son o a que pa铆s/regi贸n/continente pertenecen. Algunas explicaciones posibles: sus parientes son de pa铆ses distintos, su nacimiento ocurri贸 en un pa铆s donde sus padres resid铆an temporalmente por su estado de trabajo, la obtenci贸n de doble ciudadan铆a y la posesi贸n de m谩s de un pasaporte. Inglaterra es un caso emblem谩tico de concentraci贸n de todas las banderas nacionales en una peque帽a isla.
Y ya que menciono este pa铆s, aprovecho para hablar un poco del “cosmopolitanismo” londinense. En varios de sus barrios el n煤mero de extranjeros es predominante en relaci贸n al de “familias brit谩nicas tradicionales” (as铆 se distingue un grupo nacional de otro dentro de la Gran Breta帽a). El primer grupo acaba invirtiendo el razonamiento de Garc铆a Canclini, pues son “nativos” en territorio extranjero en la medida en que preservan sus costumbres en una urbe que ya no tiene como escapar de este nuevo escenario poblacional. Estos “nativos” hablan idiomas de sus pa铆ses de origen (y preservan el acento si el idioma es el ingl茅s), se alimentan de los que se come en sus pa铆ses de origen, usan vestimentas religiosas contrastantes con la moda occidental, y mantienen las pr谩cticas de higiene de sus antepasados. No faltan tiendas y restaurantes especializados para atenderlos, y los turistas encantados con el “cosmopolitanismo” londinense. Yo propondr铆a una exposici贸n llamada “Nativer铆a”.
Por esa raz贸n la propuesta de “Extranjer铆a” ser铆a un bello ep铆grafe para contextualizar los nuevos usos de la tecnolog铆a (d贸nde los j贸venes aparecen como protagonistas) pero no para generalizar los diferentes pretextos que sustentas las migraciones y sus procesos culturales. Pierde consistencia cuando se cotejan regiones como Am茅rica Latina, donde se discute m谩s intensamente sobre los efectos de la modernizaci贸n en las tradiciones, que en las antiguas metr贸polis y la Europa occidental, donde se avala el establecimiento de las tradiciones de los emigrantes en pa铆ses tradicionalmente modernos. Inglaterra fue pionera de la Revoluci贸n Industrial en el Siglo XVIII, mientras que el tema de la industria nacional se discuti贸 seriamente en los a帽os 1950 y 1960 en Am茅rica Latina y todav铆a hoy se teme a la desindustrializaci贸n de la regi贸n.
Mientras las pol铆ticas educacionales se dise帽an para reducir el analfabetismo funcional (que se refiere a aquel que escribe algunas palabras y n煤meros pero que no consigue interpretar textos ni hacer operaciones matem谩ticas b谩sicas) en Am茅rica Latina, el analfabetismo tecnol贸gico ser谩 el pr贸ximo objeto de lamentaci贸n de estas pol铆ticas. De extranjero en territorio propio a nativo en territorio extranjero, el analfabetismo tecnol贸gico constituye un efecto de carencia educacional que no debe eludirse aqu铆 ni all谩 y en ning煤n otro lugar.