OPINI脫N de Samuel Garc铆a Arencibia.-
Desde la aparici贸n del movimiento del 15M, hay una parte de la izquierda que desconf铆a de 茅l. Considera que se trata de un proyecto ciudadanista, en tono peyorativo. En esa versi贸n del momento actual de la Historia, para sus armadores el movimiento del 15M o del 25S o el que sea carece de valor porque no se atiene a una vieja receta socialista en la que el proletariado organizado era el sujeto designado por la Historia para acabar con la distinci贸n de las clases por el resto de la Historia.
Recuerdo que Carlos Fern谩ndez Liria, con fuerte formaci贸n marxista, consideraba que el desd茅n del socialismo con el concepto de ciudadan铆a hab铆a sido un error. Manifestaba que el deber del socialismo consist铆a en crear las condiciones materiales para la libertad del trabajador/ciudadano liber谩ndolo de la explotaci贸n de la tradici贸n y del poder excluyente de la burgues铆a, sin menospreciar el concepto de ciudadano.
Es interesante traer la cr铆tica del socialista franc茅s Gorz a la capacidad revolucionaria del proletariado a pesar del mandato marxista. Expresaba que en la 茅poca actual, la tecnificaci贸n controlada por el empresario en las sedes donde anta帽o se organiz贸 (f谩brica, mina) y la aparici贸n de sectores donde nunca hubo posibilidades de organizaci贸n obrera (servicios) m谩s el paro de masas tampoco organizadas hac铆a m谩s d茅bil la posibilidad del movimiento obrero de vencer el pulso hist贸rico. Para abrir m谩s la brecha el capital se ha envuelto en una red difusa de grandes corporaciones omnipotentes.
A pesar de esta dificultad del proletariado para cumplir con el mandato marxista, todav铆a los propietarios de los instrumentos creados por el mundo obrero para hacer la lucha (el partido socialista, el partido comunista, el sindicato socialista, el sindicato af铆n al partido comunista) mantienen sus siglas e iconos (PSOE, PCE, UGT, CCOO). En el siglo y medio transcurrido desde la Primera Internacional ha variado mucho la realidad hist贸rica y el planteamiento de estos aparatos, pero mantienen su denominaci贸n.
El socialismo surgi贸 ciertamente del movimiento obrero organizado. Planteaba sobre todo la socializaci贸n de los medios de producci贸n para librar a la la clase trabajadora de la explotaci贸n de clase propietaria de los medios de producci贸n. Esa socializaci贸n supon铆a el establecimiento del socialismo, la meta, donde la gesti贸n de los medios de producci贸n, estatalizados, mejorar铆a las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Dentro de ese socialismo se produjo la escisi贸n de dos planteamientos, uno que se iba integrando en las instituciones democr谩ticas (burguesas) y otra que no admit铆a la absorci贸n de radicalidad que provocaba esa participaci贸n. La segunda intent贸 la implantaci贸n del socialismo en las revoluciones, con el resultado hist贸rico conocido y criticado incluso por gran parte de la intelectualidad socialista o comunista. La primera, tras la Segunda Guerra Mundial, renunci贸 al socialismo, aceptando un capitalismo con bienestar y con una mayor cuota de participaci贸n en la renta producida, sin an谩lisis moral del origen de esa renta creciente: la explotaci贸n del tercer mundo, el machismo levemente atendido, el derroche de recursos, el colapso ecol贸gico.
A pesar de la renuncia a la socializaci贸n de los medios de producci贸n y a la aceptaci贸n de la acumulaci贸n de capital (adem谩s de la insolidaridad entre pueblos, g茅neros, generaciones), el socialismo no abandon贸 su denominaci贸n por el nombre de capitalismo de bienestar para la clase trabajadora occidental o capitalismo de consumo de masas.
M谩s cerca del presente, hemos comprobado que los Mitterrand, Gonz谩lez, Blair, Zapatero, … y sus coet谩neos sindicales con mayor o menor esfuerzo en la escenificaci贸n de su lamento o resistencia han atacado los valores de la segunda fase del socialismo (en la que ya no promueven el socialismo en todos los pa铆ses sino el estado del bienestar y el consumo de masas en occidente). As铆 han sido corresponsables de la erosi贸n de la fiscalidad progresiva, han privatizado, ha desprotegido a las personas en desempleo, han contribu铆do a la degradaci贸n de la protecci贸n a las personas en situaci贸n de vejez o incapacidad, se han integrado en los clubes militares de apoyo a las multinacionales contra pueblos empobrecidos.
Del mismo modo, el partido socialista y el sindicato socialista mantienen intactas sus siglas. Ahora insisten contra la evidencia de los hechos en que son los defensores del capitalismo con estado del bienestar y consumismo para las masas occidentales, demostrando que han perdido de vista su esp铆ritu original.
Lo que fue el comunismo tambi茅n hace referencia hacia el retorno a ese estado del bienestar y ese consumismo de masas, desde un fe en las instituciones democr谩ticas (siempre consideradas como burguesas e in煤tiles en la fase en la que naci贸 el comunismo). En su caso y en nuestro pa铆s, no tienen un largo historial de pruebas en contra de esa declaraci贸n de defensores del capitalismo con bienestar social y consumismo de masas. El sindicato de afinidad s铆 que tiene graves pecados, aunque no mala conciencia.
Pues de ese mundo parece que vienen este reojo hacia el ciudadanismo. Muchas veces son personas que honestamente se esfuerzan porque esos aparatos sanen, esfuerzo encomiable.
En ese esfuerzo, se parece ese socialismo con el ciudadanismo, compuesto de personas que han diagnosticado que los actores socialistas que partieron hist贸ricamente de la f谩brica y de la mina ya no tienen convencimiento. Los dos (los sectores minoritarios cr铆ticos dentro del sindicalismo mayoritario y el ciudadanimso, completanto este d煤o con el sindicalismo alternativo del anarquismo, del nacionalismo socialista o de grupos que fueron minor铆a cr铆tica en los sindicatos mayoritarios y se hartaron) se enfrentan contra el rumbo trazado por las clases directoras de la sociedad, en un universo en el que la profec铆a de que el proletariado ten铆a las condiciones objetivas para adquirir conciencia, organizarse, luchar y vencer se ha invalidado.
Yo elogiar铆a el tit谩nico esfuerzo que hacen para que unos partidos y sindicatos desnortados recobren el rumbo. Me gustar铆a que entendieran que la cr铆tica que se hace a esos instrumentos socialistas languidecidos y desdibujados no va por ellos, sino por el camino elegido a pesar del trabajo minoritario de esas personas.
El ciudadanismo quiz谩 no tenga muchas posiblidades pero son islotes de esperanza en un oc茅ano de terribles augurios para la Humanidad durante el siglo de la marcha atr谩s. Es diverso, pero tiene c茅lulas que por el camino de la autogesti贸n, por la senda de la articulaci贸n de la sociedad civil vigilante del poder o por la v铆a de formarse para elegir mejor a los gobiernos quieren avanzar hacia un socialismo con una convicci贸n m谩s fuerte que la que habita en el partido socialista, en los sindicatos mayoritarios e incluso en un titubeante partido comunista.
Los portadores de la esperanza tienen dura lid contra los de arriba (el 1%) y los de abajo que reciben el influjo de lo de arriba (un porcentaje demasiado elevado). Pero su empe帽o y su optimismo moral no se rinden en el momento en el que en el capitalismo de bienestar social y consumo de masas cada vez caben menos sociedades.
Desde la aparici贸n del movimiento del 15M, hay una parte de la izquierda que desconf铆a de 茅l. Considera que se trata de un proyecto ciudadanista, en tono peyorativo. En esa versi贸n del momento actual de la Historia, para sus armadores el movimiento del 15M o del 25S o el que sea carece de valor porque no se atiene a una vieja receta socialista en la que el proletariado organizado era el sujeto designado por la Historia para acabar con la distinci贸n de las clases por el resto de la Historia.
Recuerdo que Carlos Fern谩ndez Liria, con fuerte formaci贸n marxista, consideraba que el desd茅n del socialismo con el concepto de ciudadan铆a hab铆a sido un error. Manifestaba que el deber del socialismo consist铆a en crear las condiciones materiales para la libertad del trabajador/ciudadano liber谩ndolo de la explotaci贸n de la tradici贸n y del poder excluyente de la burgues铆a, sin menospreciar el concepto de ciudadano.
Es interesante traer la cr铆tica del socialista franc茅s Gorz a la capacidad revolucionaria del proletariado a pesar del mandato marxista. Expresaba que en la 茅poca actual, la tecnificaci贸n controlada por el empresario en las sedes donde anta帽o se organiz贸 (f谩brica, mina) y la aparici贸n de sectores donde nunca hubo posibilidades de organizaci贸n obrera (servicios) m谩s el paro de masas tampoco organizadas hac铆a m谩s d茅bil la posibilidad del movimiento obrero de vencer el pulso hist贸rico. Para abrir m谩s la brecha el capital se ha envuelto en una red difusa de grandes corporaciones omnipotentes.
A pesar de esta dificultad del proletariado para cumplir con el mandato marxista, todav铆a los propietarios de los instrumentos creados por el mundo obrero para hacer la lucha (el partido socialista, el partido comunista, el sindicato socialista, el sindicato af铆n al partido comunista) mantienen sus siglas e iconos (PSOE, PCE, UGT, CCOO). En el siglo y medio transcurrido desde la Primera Internacional ha variado mucho la realidad hist贸rica y el planteamiento de estos aparatos, pero mantienen su denominaci贸n.
El socialismo surgi贸 ciertamente del movimiento obrero organizado. Planteaba sobre todo la socializaci贸n de los medios de producci贸n para librar a la la clase trabajadora de la explotaci贸n de clase propietaria de los medios de producci贸n. Esa socializaci贸n supon铆a el establecimiento del socialismo, la meta, donde la gesti贸n de los medios de producci贸n, estatalizados, mejorar铆a las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Dentro de ese socialismo se produjo la escisi贸n de dos planteamientos, uno que se iba integrando en las instituciones democr谩ticas (burguesas) y otra que no admit铆a la absorci贸n de radicalidad que provocaba esa participaci贸n. La segunda intent贸 la implantaci贸n del socialismo en las revoluciones, con el resultado hist贸rico conocido y criticado incluso por gran parte de la intelectualidad socialista o comunista. La primera, tras la Segunda Guerra Mundial, renunci贸 al socialismo, aceptando un capitalismo con bienestar y con una mayor cuota de participaci贸n en la renta producida, sin an谩lisis moral del origen de esa renta creciente: la explotaci贸n del tercer mundo, el machismo levemente atendido, el derroche de recursos, el colapso ecol贸gico.
A pesar de la renuncia a la socializaci贸n de los medios de producci贸n y a la aceptaci贸n de la acumulaci贸n de capital (adem谩s de la insolidaridad entre pueblos, g茅neros, generaciones), el socialismo no abandon贸 su denominaci贸n por el nombre de capitalismo de bienestar para la clase trabajadora occidental o capitalismo de consumo de masas.
M谩s cerca del presente, hemos comprobado que los Mitterrand, Gonz谩lez, Blair, Zapatero, … y sus coet谩neos sindicales con mayor o menor esfuerzo en la escenificaci贸n de su lamento o resistencia han atacado los valores de la segunda fase del socialismo (en la que ya no promueven el socialismo en todos los pa铆ses sino el estado del bienestar y el consumo de masas en occidente). As铆 han sido corresponsables de la erosi贸n de la fiscalidad progresiva, han privatizado, ha desprotegido a las personas en desempleo, han contribu铆do a la degradaci贸n de la protecci贸n a las personas en situaci贸n de vejez o incapacidad, se han integrado en los clubes militares de apoyo a las multinacionales contra pueblos empobrecidos.
Del mismo modo, el partido socialista y el sindicato socialista mantienen intactas sus siglas. Ahora insisten contra la evidencia de los hechos en que son los defensores del capitalismo con estado del bienestar y consumismo para las masas occidentales, demostrando que han perdido de vista su esp铆ritu original.
Lo que fue el comunismo tambi茅n hace referencia hacia el retorno a ese estado del bienestar y ese consumismo de masas, desde un fe en las instituciones democr谩ticas (siempre consideradas como burguesas e in煤tiles en la fase en la que naci贸 el comunismo). En su caso y en nuestro pa铆s, no tienen un largo historial de pruebas en contra de esa declaraci贸n de defensores del capitalismo con bienestar social y consumismo de masas. El sindicato de afinidad s铆 que tiene graves pecados, aunque no mala conciencia.
Pues de ese mundo parece que vienen este reojo hacia el ciudadanismo. Muchas veces son personas que honestamente se esfuerzan porque esos aparatos sanen, esfuerzo encomiable.
En ese esfuerzo, se parece ese socialismo con el ciudadanismo, compuesto de personas que han diagnosticado que los actores socialistas que partieron hist贸ricamente de la f谩brica y de la mina ya no tienen convencimiento. Los dos (los sectores minoritarios cr铆ticos dentro del sindicalismo mayoritario y el ciudadanimso, completanto este d煤o con el sindicalismo alternativo del anarquismo, del nacionalismo socialista o de grupos que fueron minor铆a cr铆tica en los sindicatos mayoritarios y se hartaron) se enfrentan contra el rumbo trazado por las clases directoras de la sociedad, en un universo en el que la profec铆a de que el proletariado ten铆a las condiciones objetivas para adquirir conciencia, organizarse, luchar y vencer se ha invalidado.
Yo elogiar铆a el tit谩nico esfuerzo que hacen para que unos partidos y sindicatos desnortados recobren el rumbo. Me gustar铆a que entendieran que la cr铆tica que se hace a esos instrumentos socialistas languidecidos y desdibujados no va por ellos, sino por el camino elegido a pesar del trabajo minoritario de esas personas.
El ciudadanismo quiz谩 no tenga muchas posiblidades pero son islotes de esperanza en un oc茅ano de terribles augurios para la Humanidad durante el siglo de la marcha atr谩s. Es diverso, pero tiene c茅lulas que por el camino de la autogesti贸n, por la senda de la articulaci贸n de la sociedad civil vigilante del poder o por la v铆a de formarse para elegir mejor a los gobiernos quieren avanzar hacia un socialismo con una convicci贸n m谩s fuerte que la que habita en el partido socialista, en los sindicatos mayoritarios e incluso en un titubeante partido comunista.
Los portadores de la esperanza tienen dura lid contra los de arriba (el 1%) y los de abajo que reciben el influjo de lo de arriba (un porcentaje demasiado elevado). Pero su empe帽o y su optimismo moral no se rinden en el momento en el que en el capitalismo de bienestar social y consumo de masas cada vez caben menos sociedades.
*sagara1977.wordpress.com