OPINI脫N de Julio Ortega.-
Carta a los Reyes Magos que no viajan en camello
Queridos Reyes Magos,
Este a帽o no os escribo para pediros que me traig谩is sino para que os llev茅is. No, no me he vuelto loco, ocurre que me he dado cuenta de que lo que sobra en mi vida est谩 ocupando el espacio de aquello que me falta y que soy un ni帽o m谩s pobre por lo que tengo que por lo que ya no quiero tener.
Por favor, llevaos los animales de la mesa de Navidad de mi casa. No me importa lo tiernas que est茅n las chuletas de corderito lechal. No deseo masticar su cad谩ver y necesito que mis padres no me miren por eso como si estuviera loco o me fuese a poner enfermo, as铆 que me temo que tendr茅is que echar en vuestros sacos tambi茅n sus prejuicios.
Llevaos las armas de la casa de mi t铆o el cazador. No quiero que me vuelva a decir: “¡Muchacho, pronto vendr谩s a cazar conmigo y ya ver谩s qu茅 bien lo pasaremos juntos!”. No, m铆 t铆o me da miedo porque a mi t铆o le gusta matar y sonr铆e cuando lo hace. Llevaos sus rifles y sus risas y, sobre todo, no permit谩is que me lleve a m铆 con 茅l.
Llevaos las corridas de toros de mi ciudad. Y a esos se帽ores que vienen a mi colegio a convencernos de que los toreros son h茅roes. Recuerdo que les pregunt茅 si yo tambi茅n ser铆a un h茅roe si cogiese un trapo y un cuchillo de la cocina de mi casa, saliese a la calle y despu茅s de darle unos cuantos capotazos al primer perro que me encontrase lo matase clav谩ndoselo una y otra vez. Uno que aseguraba haber toreado en Las Ventas me dijo gui帽谩ndome un ojo: - bueno, no lo hagas porque est谩 prohibido y adem谩s eso no es arte, como la tauromaquia, pero entre t煤 y yo: ¡ser铆as un valiente!-
Llevaos los circos con animales. Mejor dicho, llevaos a los animales y dejad los circos. S铆, llevaos a los elefantes, a los leones, a los monos o a los tigres al lugar del que nunca debieron salir, a sus verdaderos hogares, y dejad a los trapecistas, a los malabaristas, a los payasos, a los contorsionistas… Dejad a los que trabajan bajo la carpa de forma voluntaria y por un sueldo, no a los esclavos que lo hacen porque est谩n drogados y el castigo f铆sico les duele. Como nos duele a todos.
Abrid todas las jaulas del zool贸gico, llevaos a los animales que est谩n dentro a santuarios y llevaos tambi茅n las llaves para que nunca m谩s puedan cerrarse los candados. No quiero que mis padres me vuelvan a decir sonriendo: “mira, esta tarde vamos a ir al zoo a ver a los animales”, y que yo ya no sepa c贸mo explicarles que all铆 s贸lo descubro criaturas tristes, enfermas de aburrimiento y de soledad, presos que perdieron la alegr铆a en su mirada y toda esperanza de libertad y que a m铆 eso no me divierte, me rompe el coraz贸n. ¿Animales? No. Fantasmas con forma de animal.
Llevaos los perros y los gatos de los escaparates, llevaos las tiendas de mascotas porque no quiero abrir un paquete el seis de enero y que mi regalo ladre, ma煤lle, p铆e o d茅 vueltas dentro de una pecera. No soy un carcelero ni un traficante de vidas. La amistad no necesita pedigree ni las calles m谩s perros y gatos abandonados porque se hicieron grandes, porque manchan, porque cuestan dinero o porque molestan en vacaciones.
Llevaos el ego铆smo, el cinismo, la indiferencia, la crueldad, la codicia y la ignorancia de mis mayores. Y si no pod茅is llevaros una carga tan inmensa y tan pesada, traedme a m铆 el valor para enfrentarme a ellos y a una sociedad donde los h谩bitos, las tradiciones, las diversiones y los negocios son tantas veces las coartadas de un crimen. Prefiero la rebeld铆a que rompe lazos de sangre a que otros sangren por mi cobard铆a.
Carta a los Reyes Magos que no viajan en camello
Queridos Reyes Magos,
Este a帽o no os escribo para pediros que me traig谩is sino para que os llev茅is. No, no me he vuelto loco, ocurre que me he dado cuenta de que lo que sobra en mi vida est谩 ocupando el espacio de aquello que me falta y que soy un ni帽o m谩s pobre por lo que tengo que por lo que ya no quiero tener.
Por favor, llevaos los animales de la mesa de Navidad de mi casa. No me importa lo tiernas que est茅n las chuletas de corderito lechal. No deseo masticar su cad谩ver y necesito que mis padres no me miren por eso como si estuviera loco o me fuese a poner enfermo, as铆 que me temo que tendr茅is que echar en vuestros sacos tambi茅n sus prejuicios.
Llevaos las armas de la casa de mi t铆o el cazador. No quiero que me vuelva a decir: “¡Muchacho, pronto vendr谩s a cazar conmigo y ya ver谩s qu茅 bien lo pasaremos juntos!”. No, m铆 t铆o me da miedo porque a mi t铆o le gusta matar y sonr铆e cuando lo hace. Llevaos sus rifles y sus risas y, sobre todo, no permit谩is que me lleve a m铆 con 茅l.
Llevaos las corridas de toros de mi ciudad. Y a esos se帽ores que vienen a mi colegio a convencernos de que los toreros son h茅roes. Recuerdo que les pregunt茅 si yo tambi茅n ser铆a un h茅roe si cogiese un trapo y un cuchillo de la cocina de mi casa, saliese a la calle y despu茅s de darle unos cuantos capotazos al primer perro que me encontrase lo matase clav谩ndoselo una y otra vez. Uno que aseguraba haber toreado en Las Ventas me dijo gui帽谩ndome un ojo: - bueno, no lo hagas porque est谩 prohibido y adem谩s eso no es arte, como la tauromaquia, pero entre t煤 y yo: ¡ser铆as un valiente!-
Llevaos los circos con animales. Mejor dicho, llevaos a los animales y dejad los circos. S铆, llevaos a los elefantes, a los leones, a los monos o a los tigres al lugar del que nunca debieron salir, a sus verdaderos hogares, y dejad a los trapecistas, a los malabaristas, a los payasos, a los contorsionistas… Dejad a los que trabajan bajo la carpa de forma voluntaria y por un sueldo, no a los esclavos que lo hacen porque est谩n drogados y el castigo f铆sico les duele. Como nos duele a todos.
Abrid todas las jaulas del zool贸gico, llevaos a los animales que est谩n dentro a santuarios y llevaos tambi茅n las llaves para que nunca m谩s puedan cerrarse los candados. No quiero que mis padres me vuelvan a decir sonriendo: “mira, esta tarde vamos a ir al zoo a ver a los animales”, y que yo ya no sepa c贸mo explicarles que all铆 s贸lo descubro criaturas tristes, enfermas de aburrimiento y de soledad, presos que perdieron la alegr铆a en su mirada y toda esperanza de libertad y que a m铆 eso no me divierte, me rompe el coraz贸n. ¿Animales? No. Fantasmas con forma de animal.
Llevaos los perros y los gatos de los escaparates, llevaos las tiendas de mascotas porque no quiero abrir un paquete el seis de enero y que mi regalo ladre, ma煤lle, p铆e o d茅 vueltas dentro de una pecera. No soy un carcelero ni un traficante de vidas. La amistad no necesita pedigree ni las calles m谩s perros y gatos abandonados porque se hicieron grandes, porque manchan, porque cuestan dinero o porque molestan en vacaciones.
Llevaos el ego铆smo, el cinismo, la indiferencia, la crueldad, la codicia y la ignorancia de mis mayores. Y si no pod茅is llevaros una carga tan inmensa y tan pesada, traedme a m铆 el valor para enfrentarme a ellos y a una sociedad donde los h谩bitos, las tradiciones, las diversiones y los negocios son tantas veces las coartadas de un crimen. Prefiero la rebeld铆a que rompe lazos de sangre a que otros sangren por mi cobard铆a.