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GUATEMALA. El inicio del fin de la impunidad

OPINI脫N de Diego S. Garc铆a.- 

Desde 1954, a帽o en el que fue destruida la Revoluci贸n y sus conquistas sociales, Guatemala ha sido gobernada por el Terror. La mano dura no es m谩s que eso, y est谩 dirigida hacia el sometimiento y control de la poblaci贸n.

La impunidad sobre los cr铆menes de Estado y los sucesivos gobiernos que se rigieron por la l铆nea autoritaria parece que tiene los d铆as contados. Guatemala se est谩 abriendo paso a paso, y aunque sea muy lento, hacia la democracia. Es importante considerar que la Democracia est谩 permanentemente bloqueada por las fuerzas conservadoras y retardatarias que impiden que el largo proceso de transici贸n, la haga efectiva.

La pol铆tica de “Tierra Arrasada” practicada por la dictadura del Jefe de Estado de facto General Jos茅 Efra铆n R铆os Montt y los cr铆menes cometidos, parec铆a que quedar铆an en la impunidad. Se ha negado que tal pol铆tica se pusiera en pr谩ctica por parte del Estado, otros dicen que si sucedi贸, puede que “algunos” oficiales la practicaron. A煤n despu茅s de la firma de la paz en nuestro pa铆s, quedaron secuelas del terror y nadie se atrevi贸 a defender a las v铆ctimas, porque el miedo perme贸 a las instituciones de justicia, por el temor a las represalias y ante las acusaciones de “estar defendiendo a los guerrilleros”.

Los cr铆menes se cometieron sistem谩ticamente contra la poblaci贸n, aplicando la m谩xima de “sacar el pez del agua”, o lo que es lo mismo, secar el agua donde supuestamente viv铆a ese pez, es decir: la guerrilla. La acci贸n armada del Estado se encamin贸 a aniquilar a la poblaci贸n, que supuestamente era la base social de la guerrilla. M谩s de 400 aldeas fueron borradas del mapa con todo y poblaci贸n.

Cuando se pregona que en 1984 la guerrilla perdi贸 la guerra, a eso se refiere, a que se aniquil贸 a la poblaci贸n; valiente victoria aniquilar poblaci贸n indefensa. Sin embargo, en 1987 el Estado de Guatemala, se ve obligado a dar inicio a un proceso de negociaci贸n para poner fin a la guerra; caramba, entonces no estaba aniquilada la guerrilla, y aniquilar a la poblaci贸n no dio los resultados esperados. A la luz de la historia se podr铆a decir que las masacres contra la poblaci贸n desarmada, contra mujeres, ancianos y ni帽os, constituyeron una Victoria P铆rrica.

Todo acto o demanda encaminada a pedir justicia contra los cr铆menes perpetrados contra muchas comunidades, a lo largo y ancho del pa铆s, durante el Conflicto Armado Interno, ha sido deslegitimado con los argumento de que se trata de revanchismo de la izquierda; de ONGs que reciben grandes sumas y que viven todav铆a de la guerra; de algunos pa铆ses de la comunidad internacional que invierten grandes cantidades de dinero para desprestigiar al pa铆s, etc. Las mismas familias de las v铆ctimas no ten铆an ning煤n amparo de las instituciones de justicia y, durante muchos a帽os, todo indicaba que as铆 se quedar铆a, pero parece que eso est谩 cambiando.

A lo largo de 13 a帽os en que se abri贸 el proceso penal contra Jos茅 R铆os Montt, los abogados encaminaron su defensa, tratando de probar que el General no ten铆a nada que ver en las masacres, o m谩s bien no estaba enterado de ellas. Sin embargo en palabras de sus mismos defensores, “no se enter贸 de las masacres” ocurridas en el Tri谩ngulo Ixil. Es decir, no niegan que las masacres fueron perpetradas. Se trata entonces de salvar al General, pero deja mal parada a la instituci贸n castrense, la que tendr谩 que pagar el costo de las pol铆ticas de terror aplicadas por los reg铆menes autoritarios. Tal parece que se trata de zafar bulto y ah铆 vean como resuelven los problemas los que quedan.

En otras palabras, la famosa unidad de cuerpo que existe en las filas de la instituci贸n armada, es burlada por la defensa del ex jefe de Estado de facto. En un s谩lvese quien pueda, queda abierta la posibilidad de iniciar m谩s juicios por la misma acusaci贸n: por cr铆menes de lesa humanidad. Si el juicio prospera, y aunque se quede en solo la acusaci贸n por los querellantes, es un paso decisivo en la b煤squeda de justicia para cientos de miles de v铆ctimas. Ser铆a el inicio del fin de la impunidad.

Las que son preocupantes, son las acciones que podr铆an tomar los que quedan y los veteranos del conflicto armado. Esto por el grado de polarizaci贸n que se observa a ra铆z del inicio de esos juicios, lo cual pronostica malos augurios. Las revanchas y vendettas ya se han anunciado por varios medios, y todo hace pensar que se puede desatar una ola de violencia tratando de negar la existencia de las pol铆ticas de terror aplicadas por el Estado; negando su participaci贸n, o lo que ha estado sucediendo, justificando la aplicaci贸n del terror para salvar al pa铆s, para que, supuestamente, no cayera en manos del comunismo.


*Fuente: Reporte Diario de an谩lisis de tendencias, Tercera 脡poca n煤mero 2325, servicio informativo de Incidencia Democr谩tica, I.DEM, Guatemala, 30 de enero de 2013.

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