OPINI脫N de Silvia Ribeiro.-
Fueron 2 millones de personas las que el 25 de mayo se manifestaron en 52 pa铆ses, en m谩s de 430 ciudades de todo el mundo, contra Monsanto. Pero much铆simos m谩s acompa帽aron ese d铆a y protestan cada d铆a, de muchas formas, contra Monsanto, contra los transg茅nicos y el robo corporativo de nuestra alimentaci贸n. Por ejemplo, la V铆a Campesina, que tiene m谩s de 200 millones de miembros y ahora preparan su sexta conferencia internacional del 6 al 13 de junio, en Indonesia. Cumplen 20 a帽os y son el movimiento campesino organizado m谩s grande de la historia y un puntal de resistencia a Monsanto, a los transg茅nicos y a las corporaciones de agronegocios en el planeta.
Monsanto tiene mucha cola para pisarle en su larga historia de fabricante de venenos desde 1901. Es un ejemplo paradigm谩tico de codicia, control corporativo y falta de escr煤pulos. Entre muchos desastres, leg贸 al planeta la contaminaci贸n con armas qu铆micas, como el Agente Naranja usado en la guerra contra Vietnam, donde a煤n la tercera generaci贸n de la poblaci贸n sufre secuelas. Ocult贸 intencionalmente que su qu铆mico PCB (incluyendo askareles) es terriblemente t贸xico, envenenando por m谩s de 40 a帽os –a sabiendas– el agua y a miles de familias en Alabama, donde se fabricaba. Para aumentar sus lucros, cre贸 semillas transg茅nicas adictas a sus agrot贸xicos y compr贸 empresas semilleras por todo el mundo, para eliminar competencia y asegurar dependencia. Controla 27 por ciento del mercado mundial de semillas de todo tipo (no solamente transg茅nicas) y tiene m谩s de 80 por ciento del mercado mundial de semillas transg茅nicas, un monopolio industrial que no tiene precedentes en casi ning煤n rubro industrial. Solamente Bill Gates, con Microsoft, tiene un porcentaje de mercado tan alto. Pero a diferencia de los programas de computaci贸n, las semillas son imprescindibles para la vida: son la llave de todas las redes alimentarias.
Por ello y mucho m谩s, 2 millones nos manifestamos en el mundo contra Monsanto. S贸lo una peque帽a muestra del rechazo global a esa transnacional, que se extiende a todas las otras empresas de transg茅nicos (Syngenta, DuPont-Pioneer, Dow, Bayer, Basf).
La agencia Investigative Reporter Denmark revel贸 que Monsanto decidi贸 abandonar la investigaci贸n, desarrollo y experimentos de ma铆z transg茅nico en Europa (aunque siguen las plantaciones que existen en Espa帽a, Portugal y Rep煤blica Checa, menos de uno por ciento del ma铆z en Europa). Nueve pa铆ses europeos han prohibido el ma铆z transg茅nico. Monsanto se suma a Syngenta, Bayer y Basf, que abandonaron en a帽os anteriores la investigaci贸n y experimentaci贸n de papa y otros transg茅nicos en Europa. Sus declaraciones son significativas: seg煤n Brandon Mitchener, ejecutivo de Monsanto en Europa, s贸lo van a seguir con transg茅nicos en pa铆ses donde tengamos apoyo pol铆tico y sistemas regulatorios a su favor. Como M茅xico, por ejemplo, donde las protestas contra el ma铆z transg茅nico son cada vez m谩s amplias, pero el sistema regulatorio y el gobierno favorecen a Monsanto, contra los intereses de su propia poblaci贸n.
En la misma semana, un informe de la organizaci贸n estadunidense Food and Water Watch, basado en m谩s de 900 mensajes de Wikileaks, mostr贸 que Estados Unidos us贸 cuantiosos recursos p煤blicos para promover a Monsanto y a los transg茅nicos, a trav茅s de sus embajadas, de representantes del ministerio de agricultura (USDA) y de USAID en muchos pa铆ses. Sus estrategias incluyen desde conferenciast茅cnicas de (des)informaci贸n a periodistas y funcionarios, hasta presiones bilaterales para adoptar legislaciones favorables y abrir mercado a las empresas.
Pese a que Monsanto reporta grandes ganancias, las resistencias globales le significan un enorme gasto, m谩s que econ贸mico. Cada d铆a salen nuevas evidencias de da帽os a la salud y ambiente, de que solamente con enga帽os, corrupci贸n y falseando datos, con cient铆ficos y gobiernos comprados, se pueden defender los transg茅nicos. Nos imponen los transg茅nicos con ma帽a y fuerza, pero no han podido ni podr谩n colonizar nuestras mentes ni corazones a su favor, a la larga el arma m谩s poderosa.
Por eso, aunque hay muchas y diversas resistencias por todo el globo, es importante destacar el papel hist贸rico de La V铆a Campesina, que cumple 20 a帽os de lucha y organizaci贸n, derrumbando mitos y mostrando caminos. Con m谩s de 150 organizaciones campesinas en 70 pa铆ses en 脕frica, Asia, Europa y las Am茅ricas, con m谩s de 200 millones de campesinas y campesinos, el mundo nunca ha tenido una organizaci贸n campesina de tal extensi贸n y entidad. Independientes de partidos pol铆ticos e intereses corporativos, La V铆a Campesina ha profundizado el an谩lisis y la cr铆tica del sistema agroalimentario, desde la visi贸n y experiencia cotidiana de sus actores fundamentales. En estas dos d茅cadas, V铆a Campesina nos mostr贸, junto a sus aliados, que las y los campesinos, ind铆genas, pescadores artesanales, productores familiares, producen m谩s de 70 por ciento de la alimentaci贸n en el mundo, con apenas 20 por ciento de la tierra arable; que son las y los que producen y cuidan las semillas y la biodiversidad, las y los que est谩n enfriando al planeta contra el calentamiento global que nos afecta a todos, pese a ser provocado en su mayor parte por el sistema alimentario agroindustrial y sus transnacionales de agronegocios. El camino no es f谩cil, la articulaci贸n intercultural, intercontinental y la equidad de g茅nero han sido grandes desaf铆os, pero desde las ra铆ces, la V铆a Campesina sigue creciendo, dando flores y frutos, abriendo surcos, sembrando resistencias. Contra Monsanto y otras empresas que siembran muerte, globalizando la lucha, globalizando la esperanza.
Fueron 2 millones de personas las que el 25 de mayo se manifestaron en 52 pa铆ses, en m谩s de 430 ciudades de todo el mundo, contra Monsanto. Pero much铆simos m谩s acompa帽aron ese d铆a y protestan cada d铆a, de muchas formas, contra Monsanto, contra los transg茅nicos y el robo corporativo de nuestra alimentaci贸n. Por ejemplo, la V铆a Campesina, que tiene m谩s de 200 millones de miembros y ahora preparan su sexta conferencia internacional del 6 al 13 de junio, en Indonesia. Cumplen 20 a帽os y son el movimiento campesino organizado m谩s grande de la historia y un puntal de resistencia a Monsanto, a los transg茅nicos y a las corporaciones de agronegocios en el planeta.
Monsanto tiene mucha cola para pisarle en su larga historia de fabricante de venenos desde 1901. Es un ejemplo paradigm谩tico de codicia, control corporativo y falta de escr煤pulos. Entre muchos desastres, leg贸 al planeta la contaminaci贸n con armas qu铆micas, como el Agente Naranja usado en la guerra contra Vietnam, donde a煤n la tercera generaci贸n de la poblaci贸n sufre secuelas. Ocult贸 intencionalmente que su qu铆mico PCB (incluyendo askareles) es terriblemente t贸xico, envenenando por m谩s de 40 a帽os –a sabiendas– el agua y a miles de familias en Alabama, donde se fabricaba. Para aumentar sus lucros, cre贸 semillas transg茅nicas adictas a sus agrot贸xicos y compr贸 empresas semilleras por todo el mundo, para eliminar competencia y asegurar dependencia. Controla 27 por ciento del mercado mundial de semillas de todo tipo (no solamente transg茅nicas) y tiene m谩s de 80 por ciento del mercado mundial de semillas transg茅nicas, un monopolio industrial que no tiene precedentes en casi ning煤n rubro industrial. Solamente Bill Gates, con Microsoft, tiene un porcentaje de mercado tan alto. Pero a diferencia de los programas de computaci贸n, las semillas son imprescindibles para la vida: son la llave de todas las redes alimentarias.
Por ello y mucho m谩s, 2 millones nos manifestamos en el mundo contra Monsanto. S贸lo una peque帽a muestra del rechazo global a esa transnacional, que se extiende a todas las otras empresas de transg茅nicos (Syngenta, DuPont-Pioneer, Dow, Bayer, Basf).
La agencia Investigative Reporter Denmark revel贸 que Monsanto decidi贸 abandonar la investigaci贸n, desarrollo y experimentos de ma铆z transg茅nico en Europa (aunque siguen las plantaciones que existen en Espa帽a, Portugal y Rep煤blica Checa, menos de uno por ciento del ma铆z en Europa). Nueve pa铆ses europeos han prohibido el ma铆z transg茅nico. Monsanto se suma a Syngenta, Bayer y Basf, que abandonaron en a帽os anteriores la investigaci贸n y experimentaci贸n de papa y otros transg茅nicos en Europa. Sus declaraciones son significativas: seg煤n Brandon Mitchener, ejecutivo de Monsanto en Europa, s贸lo van a seguir con transg茅nicos en pa铆ses donde tengamos apoyo pol铆tico y sistemas regulatorios a su favor. Como M茅xico, por ejemplo, donde las protestas contra el ma铆z transg茅nico son cada vez m谩s amplias, pero el sistema regulatorio y el gobierno favorecen a Monsanto, contra los intereses de su propia poblaci贸n.
En la misma semana, un informe de la organizaci贸n estadunidense Food and Water Watch, basado en m谩s de 900 mensajes de Wikileaks, mostr贸 que Estados Unidos us贸 cuantiosos recursos p煤blicos para promover a Monsanto y a los transg茅nicos, a trav茅s de sus embajadas, de representantes del ministerio de agricultura (USDA) y de USAID en muchos pa铆ses. Sus estrategias incluyen desde conferenciast茅cnicas de (des)informaci贸n a periodistas y funcionarios, hasta presiones bilaterales para adoptar legislaciones favorables y abrir mercado a las empresas.
Pese a que Monsanto reporta grandes ganancias, las resistencias globales le significan un enorme gasto, m谩s que econ贸mico. Cada d铆a salen nuevas evidencias de da帽os a la salud y ambiente, de que solamente con enga帽os, corrupci贸n y falseando datos, con cient铆ficos y gobiernos comprados, se pueden defender los transg茅nicos. Nos imponen los transg茅nicos con ma帽a y fuerza, pero no han podido ni podr谩n colonizar nuestras mentes ni corazones a su favor, a la larga el arma m谩s poderosa.
Por eso, aunque hay muchas y diversas resistencias por todo el globo, es importante destacar el papel hist贸rico de La V铆a Campesina, que cumple 20 a帽os de lucha y organizaci贸n, derrumbando mitos y mostrando caminos. Con m谩s de 150 organizaciones campesinas en 70 pa铆ses en 脕frica, Asia, Europa y las Am茅ricas, con m谩s de 200 millones de campesinas y campesinos, el mundo nunca ha tenido una organizaci贸n campesina de tal extensi贸n y entidad. Independientes de partidos pol铆ticos e intereses corporativos, La V铆a Campesina ha profundizado el an谩lisis y la cr铆tica del sistema agroalimentario, desde la visi贸n y experiencia cotidiana de sus actores fundamentales. En estas dos d茅cadas, V铆a Campesina nos mostr贸, junto a sus aliados, que las y los campesinos, ind铆genas, pescadores artesanales, productores familiares, producen m谩s de 70 por ciento de la alimentaci贸n en el mundo, con apenas 20 por ciento de la tierra arable; que son las y los que producen y cuidan las semillas y la biodiversidad, las y los que est谩n enfriando al planeta contra el calentamiento global que nos afecta a todos, pese a ser provocado en su mayor parte por el sistema alimentario agroindustrial y sus transnacionales de agronegocios. El camino no es f谩cil, la articulaci贸n intercultural, intercontinental y la equidad de g茅nero han sido grandes desaf铆os, pero desde las ra铆ces, la V铆a Campesina sigue creciendo, dando flores y frutos, abriendo surcos, sembrando resistencias. Contra Monsanto y otras empresas que siembran muerte, globalizando la lucha, globalizando la esperanza.
*Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC