OPINI脫N de Vicen莽 Navarro.-
Este art铆culo muestra la falsedad de algunos de los argumentos que se utilizan m谩s frecuentemente para justificar la no compra de bonos p煤blicos por parte del Banco Central Europeo. Se asume err贸neamente que la falta de pago de la deuda p煤blica por parte del estado crear铆a una p茅rdida al Banco Central Europeo y a su supuesto mayor acreedor, el gobierno alem谩n. El art铆culo se帽ala que no existe tal riesgo. El problema no es la inexistente posibilidad de que el Banco Central pierda dinero sino el peligro que esta compra podr铆a significar para la inflaci贸n, con una probabilidad muy baja en este momento.
Una de las 谩reas en las que hay mayor confusi贸n en el an谩lisis de la crisis financiera en la eurozona es en el papel del Banco Central Europeo (BCE) y su resistencia a comprar bonos p煤blicos de los estados de la eurozona. En realidad, esta entidad (el BCE), no est谩 autorizada a comprar bonos p煤blicos, medida que, por cierto, proteger铆a a los estados frente a la especulaci贸n de los mercados financieros. El hecho de que Espa帽a tenga que pagar unos intereses tan elevados para conseguir dinero prestado (y que las familias y las medianas y peque帽as empresas tengan que pagar intereses que son el doble de lo que tienen que pagar las familias y las empresas alemanas) se debe precisamente a este hecho.
Y el argumento que se utiliza para justificar que el BCE no compre deuda p煤blica es que, en caso de que el estado no pudiera pagar los intereses de tal deuda, se crear铆an p茅rdidas para el Banco Central Europeo, lo cual explica –as铆 se nos dice- que el gobierno alem谩n est茅 muy en contra de que el BCE pueda comprar deuda p煤blica porque, al ser Alemania la primera proveedora de fondos al BCE, esta ser铆a la m谩s afectada por esta falta de pago al BCE de los intereses de la deuda del estado no cumplidor. Esta interpretaci贸n ha alcanzado la categor铆a de dogma, que se reproduce ad nauseam en los medios, no solo financieros y econ贸micos, sino pol铆ticos y medi谩ticos tambi茅n.
Pues bien, este argumento es falso del principio al final. Ni el Banco Central ni Alemania sufrir铆an ninguna p茅rdida. Los autores Paul De Grauwe y Yuemei Ji, en su art铆culo “Fiscal Implications of the ECB’s Bond Buying Programme” en Social Europe Journal, explican por qu茅 este argumento no es cre铆ble. Por cierto, otros autores como Dean Baker, Mark Weisbrot y James Galbraith han ido mostrado el error de esos supuestos sin que aparecieran sus cr铆ticas en nuestros medios. Seguro que tampoco aparecen ahora los datos de Paul de Grauwe y Yuemei Ji.
Veamos estos datos. La primera cosa que tiene que aclararse es que un Banco Central no es un banco normal y corriente. Un banco normal y corriente privado tiene un problema de solvencia cuando sus p茅rdidas son mayores que sus ganancias, principio que, en general, se aplica a todas las empresas privadas. Lo dicho no excluye que en un momento determinado un banco privado tenga m谩s p茅rdidas que ganancias y sea, a pesar de ello, todav铆a viable pues depende del periodo de tiempo que estemos considerando. En un periodo determinado un banco puede tener m谩s p茅rdidas que ganancias. Pero el punto clave para definir su viabilidad es saber durante cu谩nto tiempo puede estar en esta situaci贸n de desequilibrio entre p茅rdidas y ganancias.
El Banco Central, sin embargo, no puede tener p茅rdidas pues tiene la potestad de imprimir dinero, una potestad clave que la banca privada o cualquier otra empresa no tiene. Un banco central es parte de un estado y tiene el monopolio de crear dinero. Un Banco Central, por lo tanto, no necesita los recursos que un banco privado necesita para garantizar su solvencia. Un banco privado tiene que tener capital de reserva. Un banco central no. Y ah铆 est谩 la mayor diferencia.
Se argumenta que el Banco Central Europeo tiene el respaldo financiero aportado por los estados miembros de la eurozona que, en teor铆a, avalan el euro y dan credibilidad al Banco. Seg煤n esta teor铆a cada estado aporta una cierta cantidad que avala al BCE. Y Alemania, por el volumen de su econom铆a, es la que avala m谩s. Y de ah铆 deriva la imagen de que Alemania es la que m谩s arriesga. Pero, como bien muestran De Grauwe y Ji, Alemania no solo no arriesga nada sino que es la que gana m谩s de esta situaci贸n.
Supongamos que el BCE comprara 1.000 millones de euros en bonos p煤blicos al Estado Espa帽ol a unos intereses del 4%. El BCE cobrar铆a entonces 40 millones de euros del estado espa帽ol. El BCE imprimir铆a los 1.000 millones y los enviar铆a al estado espa帽ol,y este pagar铆a los 40 millones al BCE cada a帽o. ¿Qu茅 har铆a el BCE con este dinero? Seg煤n las reglas del BCE, lo tendr铆a que transferir a los Bancos Centrales de todos los pa铆ses de la eurozona, distribuy茅ndose seg煤n su aval. Y puesto que el aval de Espa帽a es el 11,9% del aval total del BCE, el Banco de Espa帽a recibir铆a el 11,9% de los 40 millones. El Banco Central Alem谩n recibir铆a el 27,1%, es decir 10,8 millones. Pero ¿qu茅 pasar铆a si el estado espa帽ol se colapsara y no pudiera pagar sus intereses al BCE? Pues nada, el Banco Central Alem谩n no recibir铆a 10,8 millones. Por lo dem谩s, no es cierto que Alemania tuviera que cubrir ning煤n agujero como constantemente se dice.
El tema no es pues qu茅 es lo que el BCE perder铆a, pues este puede crear tanto dinero como necesite. El problema es a otro nivel, que no es el peligro de p茅rdidas del BCE sino el peligro de inflaci贸n. Cuando el BCE imprime dinero, hay m谩s dinero en el mercado y ello puede crear inflaci贸n. Este es un peligro real, aunque dicho peligro hoy apenas existe. El BCE podr铆a comprar bonos p煤blicos sin crear inflaci贸n. El Banco Central Estadounidense ha estado haciendo esto y no ha creado inflaci贸n. En realidad, el peligro a ambos lados del Atl谩ntico es el opuesto: la deflaci贸n.
Pero el peligro de inflaci贸n viene dado, no por la cantidad de dinero que el BCE imprime, sino por la cantidad que circula, que es una cantidad distinta. En realidad, el BCE, que como he indicado en varias ocasiones es un lobby de la banca, est谩 prestando dinero a la banca, la cual no lo distribuye ofreciendo cr茅dito sino que o bien compra bonos p煤blicos, a unos intereses desmesurados (la banca tiene la gran mayor铆a de la deuda p煤blica, lo que fuerza al estado espa帽ol a que le pague el equivalente al 19% del PIB cada a帽o -el 3,86% del PIB en intereses y el 15,14% del PIB restante por el pago de la deuda que vence aquel a帽o y que el estado debe pagar a la banca privada que posee esa deuda-) o bien lo tiene en reserva, aumentando su capitalizaci贸n. De ah铆 que lo que se llama Money Base (la cantidad de dinero impreso) no se convierta autom谩ticamente en moneda circulante, pues gran parte del dinero est谩 en reserva guardado por los bancos o acumulado en deuda p煤blica por parte de la banca privada (que es una forma de reserva). De ah铆 que, como concluyen De Grauwe y Ji, la compra por parte del BCE de deuda p煤blica no tenga por qu茅 ser fuente de inflaci贸n.
Ser铆a importante que estas confusiones se aclararan puesto que su reproducci贸n est谩 justificando unas pol铆ticas del BCE que est谩n da帽ando en gran medida a los estados, que quedan totalmente desprotegidos frente a la especulaci贸n de los mercados financieros que les fuerzan a tener unos intereses de su deuda exuberantes y totalmente innecesarios. Los recortes que est谩n teniendo lugar ahora son un ejemplo de las consecuencias de estas pol铆ticas. La disciplina fiscal que se est谩 imponiendo es consecuencia directa del comportamiento irresponsable del BCE. As铆 de claro.
Este art铆culo muestra la falsedad de algunos de los argumentos que se utilizan m谩s frecuentemente para justificar la no compra de bonos p煤blicos por parte del Banco Central Europeo. Se asume err贸neamente que la falta de pago de la deuda p煤blica por parte del estado crear铆a una p茅rdida al Banco Central Europeo y a su supuesto mayor acreedor, el gobierno alem谩n. El art铆culo se帽ala que no existe tal riesgo. El problema no es la inexistente posibilidad de que el Banco Central pierda dinero sino el peligro que esta compra podr铆a significar para la inflaci贸n, con una probabilidad muy baja en este momento.
Una de las 谩reas en las que hay mayor confusi贸n en el an谩lisis de la crisis financiera en la eurozona es en el papel del Banco Central Europeo (BCE) y su resistencia a comprar bonos p煤blicos de los estados de la eurozona. En realidad, esta entidad (el BCE), no est谩 autorizada a comprar bonos p煤blicos, medida que, por cierto, proteger铆a a los estados frente a la especulaci贸n de los mercados financieros. El hecho de que Espa帽a tenga que pagar unos intereses tan elevados para conseguir dinero prestado (y que las familias y las medianas y peque帽as empresas tengan que pagar intereses que son el doble de lo que tienen que pagar las familias y las empresas alemanas) se debe precisamente a este hecho.
Y el argumento que se utiliza para justificar que el BCE no compre deuda p煤blica es que, en caso de que el estado no pudiera pagar los intereses de tal deuda, se crear铆an p茅rdidas para el Banco Central Europeo, lo cual explica –as铆 se nos dice- que el gobierno alem谩n est茅 muy en contra de que el BCE pueda comprar deuda p煤blica porque, al ser Alemania la primera proveedora de fondos al BCE, esta ser铆a la m谩s afectada por esta falta de pago al BCE de los intereses de la deuda del estado no cumplidor. Esta interpretaci贸n ha alcanzado la categor铆a de dogma, que se reproduce ad nauseam en los medios, no solo financieros y econ贸micos, sino pol铆ticos y medi谩ticos tambi茅n.
Pues bien, este argumento es falso del principio al final. Ni el Banco Central ni Alemania sufrir铆an ninguna p茅rdida. Los autores Paul De Grauwe y Yuemei Ji, en su art铆culo “Fiscal Implications of the ECB’s Bond Buying Programme” en Social Europe Journal, explican por qu茅 este argumento no es cre铆ble. Por cierto, otros autores como Dean Baker, Mark Weisbrot y James Galbraith han ido mostrado el error de esos supuestos sin que aparecieran sus cr铆ticas en nuestros medios. Seguro que tampoco aparecen ahora los datos de Paul de Grauwe y Yuemei Ji.
Veamos estos datos. La primera cosa que tiene que aclararse es que un Banco Central no es un banco normal y corriente. Un banco normal y corriente privado tiene un problema de solvencia cuando sus p茅rdidas son mayores que sus ganancias, principio que, en general, se aplica a todas las empresas privadas. Lo dicho no excluye que en un momento determinado un banco privado tenga m谩s p茅rdidas que ganancias y sea, a pesar de ello, todav铆a viable pues depende del periodo de tiempo que estemos considerando. En un periodo determinado un banco puede tener m谩s p茅rdidas que ganancias. Pero el punto clave para definir su viabilidad es saber durante cu谩nto tiempo puede estar en esta situaci贸n de desequilibrio entre p茅rdidas y ganancias.
El Banco Central, sin embargo, no puede tener p茅rdidas pues tiene la potestad de imprimir dinero, una potestad clave que la banca privada o cualquier otra empresa no tiene. Un banco central es parte de un estado y tiene el monopolio de crear dinero. Un Banco Central, por lo tanto, no necesita los recursos que un banco privado necesita para garantizar su solvencia. Un banco privado tiene que tener capital de reserva. Un banco central no. Y ah铆 est谩 la mayor diferencia.
Se argumenta que el Banco Central Europeo tiene el respaldo financiero aportado por los estados miembros de la eurozona que, en teor铆a, avalan el euro y dan credibilidad al Banco. Seg煤n esta teor铆a cada estado aporta una cierta cantidad que avala al BCE. Y Alemania, por el volumen de su econom铆a, es la que avala m谩s. Y de ah铆 deriva la imagen de que Alemania es la que m谩s arriesga. Pero, como bien muestran De Grauwe y Ji, Alemania no solo no arriesga nada sino que es la que gana m谩s de esta situaci贸n.
Supongamos que el BCE comprara 1.000 millones de euros en bonos p煤blicos al Estado Espa帽ol a unos intereses del 4%. El BCE cobrar铆a entonces 40 millones de euros del estado espa帽ol. El BCE imprimir铆a los 1.000 millones y los enviar铆a al estado espa帽ol,y este pagar铆a los 40 millones al BCE cada a帽o. ¿Qu茅 har铆a el BCE con este dinero? Seg煤n las reglas del BCE, lo tendr铆a que transferir a los Bancos Centrales de todos los pa铆ses de la eurozona, distribuy茅ndose seg煤n su aval. Y puesto que el aval de Espa帽a es el 11,9% del aval total del BCE, el Banco de Espa帽a recibir铆a el 11,9% de los 40 millones. El Banco Central Alem谩n recibir铆a el 27,1%, es decir 10,8 millones. Pero ¿qu茅 pasar铆a si el estado espa帽ol se colapsara y no pudiera pagar sus intereses al BCE? Pues nada, el Banco Central Alem谩n no recibir铆a 10,8 millones. Por lo dem谩s, no es cierto que Alemania tuviera que cubrir ning煤n agujero como constantemente se dice.
El tema no es pues qu茅 es lo que el BCE perder铆a, pues este puede crear tanto dinero como necesite. El problema es a otro nivel, que no es el peligro de p茅rdidas del BCE sino el peligro de inflaci贸n. Cuando el BCE imprime dinero, hay m谩s dinero en el mercado y ello puede crear inflaci贸n. Este es un peligro real, aunque dicho peligro hoy apenas existe. El BCE podr铆a comprar bonos p煤blicos sin crear inflaci贸n. El Banco Central Estadounidense ha estado haciendo esto y no ha creado inflaci贸n. En realidad, el peligro a ambos lados del Atl谩ntico es el opuesto: la deflaci贸n.
Pero el peligro de inflaci贸n viene dado, no por la cantidad de dinero que el BCE imprime, sino por la cantidad que circula, que es una cantidad distinta. En realidad, el BCE, que como he indicado en varias ocasiones es un lobby de la banca, est谩 prestando dinero a la banca, la cual no lo distribuye ofreciendo cr茅dito sino que o bien compra bonos p煤blicos, a unos intereses desmesurados (la banca tiene la gran mayor铆a de la deuda p煤blica, lo que fuerza al estado espa帽ol a que le pague el equivalente al 19% del PIB cada a帽o -el 3,86% del PIB en intereses y el 15,14% del PIB restante por el pago de la deuda que vence aquel a帽o y que el estado debe pagar a la banca privada que posee esa deuda-) o bien lo tiene en reserva, aumentando su capitalizaci贸n. De ah铆 que lo que se llama Money Base (la cantidad de dinero impreso) no se convierta autom谩ticamente en moneda circulante, pues gran parte del dinero est谩 en reserva guardado por los bancos o acumulado en deuda p煤blica por parte de la banca privada (que es una forma de reserva). De ah铆 que, como concluyen De Grauwe y Ji, la compra por parte del BCE de deuda p煤blica no tenga por qu茅 ser fuente de inflaci贸n.
Ser铆a importante que estas confusiones se aclararan puesto que su reproducci贸n est谩 justificando unas pol铆ticas del BCE que est谩n da帽ando en gran medida a los estados, que quedan totalmente desprotegidos frente a la especulaci贸n de los mercados financieros que les fuerzan a tener unos intereses de su deuda exuberantes y totalmente innecesarios. Los recortes que est谩n teniendo lugar ahora son un ejemplo de las consecuencias de estas pol铆ticas. La disciplina fiscal que se est谩 imponiendo es consecuencia directa del comportamiento irresponsable del BCE. As铆 de claro.