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Chile: Verdades y Protocolos

OPINI脫N de 脕lvaro Cuadra.- 27.08.13. 

Cada 茅poca autoriza sus verdades, legitima sus protocolos y estatuye un clima pol铆tico determinado. De este modo, durante los primeros tiempos concertacionistas hab铆a una serie de tab煤es en la sociedad chilena que respond铆an, en lo fundamental, a la mal disimulada presencia militar en todas las instituciones del pa铆s. De hecho, Augusto Pinochet ocupaba la comandancia en jefe del ej茅rcito como una sombra todav铆a amenazante sobre una fr谩gil democracia.

Muchas cosas han cambiado desde entonces. Cuatro gobiernos de la Concertaci贸n lograron desplazar la mirada de las masas desde la traum谩tica brutalidad militar hacia el mundo de los negocios, el glamour y el consumo. Los a帽os noventa del siglo pasado fueron, a su modo, a帽os de amnesia y promesas. Nuestra democracia tomaba el tinte deslavado de un binominalismo predecible al cual una gran mayor铆a de ciudadanos y pol铆ticos de resignaron. Esto convirti贸 al pa铆s en una ins铆pida taza de leche, m谩s aparente que real, en que la impunidad y los buenos negocios iban de la mano. Por una parte, prometedoras cifras econ贸micas, por la otra, bajos salarios y creciente endeudamiento.

Los primeros campanazos de alerta sonaron hacia 1998 y la llamada “crisis asi谩tica”, poniendo en evidencia, entre otras cosas, la tremenda vulnerabilidad del llamado “modelo chileno”. A esto sigui贸 un malestar estudiantil expresado por los “ping眉inos” y una nueva crisis econ贸mica en 2008. No fue hasta el 2011 que estall贸 la “burbuja chilena”, lo que parec铆a un exitoso modelo econ贸mico y social en Am茅rica del Sur result贸 estar podrido hasta la m茅dula, se instal贸 entre nosotros lo que se ha dado en llamar “malestar ciudadano”, lo que no es otra cosa que el hast铆o profundo de los trabajadores y los estudiantes ante un modelo privatizador clasista, excluyente e injusto.

La historia reciente ha mostrado hasta la saciedad que el malestar sali贸 a la calle, abriendo una vieja herida en la sociedad chilena. La receta que ha querido conjugar un capitalismo extremo con una democracia d茅bil ha fracasado estrepitosamente en Chile y con ella la pretensi贸n de la derecha de perpetuar un orden heredado de la dictadura. Estamos ante un nuevo proceso que apenas se inicia y del cual desconocemos sus contornos y sus plazos, pero es claro que se trata de desandar el camino que hemos venido transitando por cuarenta a帽os.

Las nuevas generaciones de chilenos retoman el camino democratizador interrumpido dr谩sticamente en los a帽os setenta del siglo precedente. No se trata, por cierto, de reeditar viejas consignas y creencias, el mundo de hoy es muy otro. No obstante, la tendencia b谩sica es la misma, mayor participaci贸n, m谩s justicia social y un papel m谩s preponderante del estado nacional en cuestiones econ贸micas. Si es cierto que cada 茅poca autoriza sus verdades y protocolos, quiz谩s ha llegado tambi茅n el tiempo de llamar pan al pan y vino al vino.


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