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CHILE - Justicia, perd贸n y clemencia

OPINI脫N de 脕lvaro Cuadra.- 09.09.13. 

En el Chile de hoy se ha hecho ya un lugar com煤n “pedir perd贸n”. Es claro que un discurso tal, si est谩 bien inspirado, propende a la paz y cohesi贸n social, pero tambi茅n implica una renuncia frente a ofensas graves. El perd贸n significa renunciar al reclamo del justo castigo, aplacando cualquier ira o venganza y evitando prolongar en el tiempo una situaci贸n dolorosa y agraviante. Por ello, muchos sabios recomiendan m谩s bien la clemencia, mas no el perd贸n, evitando as铆 renunciar a la justicia.

La clemencia es la actitud ben茅vola, no vengativa, ante quienes aparecen como causantes de una ofensa en un juicio justo. Es decir, lo primero es esclarecer las circunstancias de lo acontecido, identificando a los responsables y, eventualmente, reconociendo a los culpables de dichos actos. Se evita as铆 que un crimen quede impune ante las v铆ctimas y ante la sociedad. En tal circunstancia, la justicia debe obrar con clemencia, considerando atenuantes si los hubiere, aboliendo la pena de muerte si procediere, en fin, respetando en todo momento la dignidad humana del condenado.

Una sociedad obligada a hacerse cargo de episodios de barbarie en su propia historia debe estatuir nuevos criterios jur铆dicos y morales para emprender tal empresa. Esto es, debe darse las condiciones de posibilidad para esclarecer lo h贸rrido, sin renunciar nunca al principio fundamental de la justicia. Conocer la verdad de lo ocurrido, observar con acuciosidad los eventos que protagonizaron v铆ctimas y victimarios, separando con precisi贸n conceptual y pr谩ctica lo que hemos de entender por justicia de cualquier otro enfoque pasional.

En la sociedad civilizada a la que aspiramos, la justicia debiera ser como el aire que respiramos. Nada puede borrar los tr谩gicos sucesos de septiembre de 1973, nada podr谩 resucitar a los muertos ni curar las heridas y los dolores de los torturados ni aplacar la pena de los familiares de tantos desaparecidos. Tanto dolor plantea el leg铆timo reclamo de justicia, solo despu茅s de ella podemos plantear la grandeza y la clemencia.

El perd贸n corresponde al fuero interno de los ofendidos, es en aquella subjetividad herida donde se resuelve tal sentimiento. Ante las ofensas causadas a tantos compatriotas solo cabe a la sociedad encontrar los caminos de justicia real y efectiva. Corresponde a las v铆ctimas y sus familias el perdonar o no a los victimarios, sea por razones filos贸ficas, religiosas o morales. A la sociedad chilena le corresponde hacer justicia all铆 donde muchos civiles y uniformados siguen impunes.


*脕lvaro Cuadra es investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. Universidad ARCIS.

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