OPINI脫N de 脕lvaro Cuadra.- 03.09.13.
No es f谩cil traer al foro chileno un tema tan complejo y, en apariencia, tan distante como es la situaci贸n que afecta a varias naciones del Magreb: T煤nez, Libia, Irak, Afganist谩n, Siria y, por estos d铆as, Egipto. No obstante, bien sabemos que la acelerada mundializaci贸n de la econom铆a, la pol铆tica y la cultura nos exige conocer y comprender aquellos sucesos en los m谩s diversos rincones del planeta, no solo porque de un modo directo o indirecto nos afectan sino, principalmente, porque ellos dan cuenta de un cierto “estado del mundo” del que formamos parte.
Por de pronto, constatamos en nuestra vida cotidiana que lo poco que sabemos de aquellos conflictos es lo que nos informan los medios europeos o estadounidenses. Sabemos que el poder medi谩tico de las grandes potencias est谩 fabricando la historia, est谩 fabricando el presente “en vivo y en directo”. En esta era de la H铆per Industria Cultural, los medios logran sincronizar sus flujos de im谩genes con los flujos temporales de conciencia de millones de seres en todo el orbe.
Hemos asistido at贸nitos a las Guerras del Siglo XXI, en que la televisi贸n occidental nos muestra presuntas proezas b茅licas, muchas veces protagonizadas por ej茅rcitos mercenarios fuera de toda legalidad, como si se tratase de una pel铆cula de Hollywood o un videojuego de 煤ltima generaci贸n. No se nos muestran las ciudades destruidas, los cuerpos de hombres, mujeres y ni帽os mutilados por una tecnolog铆a del horror que incluye la rob贸tica militar de los llamados “drones”, los sat茅lites y las computadoras. La guerra se ha convertido en un espect谩culo en alta definici贸n y el filme se llama “Primavera 脕rabe”
Pareciera que a todo el mundo se le han olvidado aquellas viejas palabras que se acu帽aron durante todo el siglo XX como logros de la civilizaci贸n humana. El valor de la “paz” y la “dignidad humana”, el derecho de los pueblos a su “soberan铆a y auto determinaci贸n”, en fin, la no injerencia militar en terceros pa铆ses. Todo ha sido borrado del actual imaginario pol铆tico internacional en nombre de un “Nuevo Orden Mundial”, presidido por los intereses econ贸micos y geopol铆ticos de potencias imperiales. Se puede afirmar que todo el orden internacional se ha degradado, haciendo in煤tiles las instituciones a las que confiamos la lucha por la paz. Hemos llegado a la aberraci贸n de que la Organizaci贸n de Naciones Unidas ya no es capaz de asegurar la “paz” y ni siquiera la vigencia del derecho internacional.
Contra lo que pudiera parecer a primera vista, Am茅rica Latina debe conocer y comprender cabalmente lo que est谩 ocurriendo en el Oriente Pr贸ximo, pues nuestra situaci贸n no es tan distinta a la de aquellas naciones. Es en estos momentos aciagos para el mundo entero cuando se hace indispensable volver a reflexionar y debatir sobre la barbarie, la violencia y la civilizaci贸n, para levantar la voz en nombre de la “paz” y la “dignidad humana” como pilares de un orden internacional m谩s justo y pac铆fico en que se respete los derechos de los pueblos, sean 茅stos desarrollados o pobres.
M谩s all谩 de la raz贸n utilitaria, m谩s all谩 del natural sentimiento de estupor ante el horror, es necesario observar en profundidad lo que acontece en el presente, solo de este modo constatamos que la humanidad enfrenta en estos tiempos el desaf铆o de preservar la preciosa vida humana y la de nuestro propio mundo, en este rinc贸n del universo.
No es f谩cil traer al foro chileno un tema tan complejo y, en apariencia, tan distante como es la situaci贸n que afecta a varias naciones del Magreb: T煤nez, Libia, Irak, Afganist谩n, Siria y, por estos d铆as, Egipto. No obstante, bien sabemos que la acelerada mundializaci贸n de la econom铆a, la pol铆tica y la cultura nos exige conocer y comprender aquellos sucesos en los m谩s diversos rincones del planeta, no solo porque de un modo directo o indirecto nos afectan sino, principalmente, porque ellos dan cuenta de un cierto “estado del mundo” del que formamos parte.
Por de pronto, constatamos en nuestra vida cotidiana que lo poco que sabemos de aquellos conflictos es lo que nos informan los medios europeos o estadounidenses. Sabemos que el poder medi谩tico de las grandes potencias est谩 fabricando la historia, est谩 fabricando el presente “en vivo y en directo”. En esta era de la H铆per Industria Cultural, los medios logran sincronizar sus flujos de im谩genes con los flujos temporales de conciencia de millones de seres en todo el orbe.
Hemos asistido at贸nitos a las Guerras del Siglo XXI, en que la televisi贸n occidental nos muestra presuntas proezas b茅licas, muchas veces protagonizadas por ej茅rcitos mercenarios fuera de toda legalidad, como si se tratase de una pel铆cula de Hollywood o un videojuego de 煤ltima generaci贸n. No se nos muestran las ciudades destruidas, los cuerpos de hombres, mujeres y ni帽os mutilados por una tecnolog铆a del horror que incluye la rob贸tica militar de los llamados “drones”, los sat茅lites y las computadoras. La guerra se ha convertido en un espect谩culo en alta definici贸n y el filme se llama “Primavera 脕rabe”
Pareciera que a todo el mundo se le han olvidado aquellas viejas palabras que se acu帽aron durante todo el siglo XX como logros de la civilizaci贸n humana. El valor de la “paz” y la “dignidad humana”, el derecho de los pueblos a su “soberan铆a y auto determinaci贸n”, en fin, la no injerencia militar en terceros pa铆ses. Todo ha sido borrado del actual imaginario pol铆tico internacional en nombre de un “Nuevo Orden Mundial”, presidido por los intereses econ贸micos y geopol铆ticos de potencias imperiales. Se puede afirmar que todo el orden internacional se ha degradado, haciendo in煤tiles las instituciones a las que confiamos la lucha por la paz. Hemos llegado a la aberraci贸n de que la Organizaci贸n de Naciones Unidas ya no es capaz de asegurar la “paz” y ni siquiera la vigencia del derecho internacional.
Contra lo que pudiera parecer a primera vista, Am茅rica Latina debe conocer y comprender cabalmente lo que est谩 ocurriendo en el Oriente Pr贸ximo, pues nuestra situaci贸n no es tan distinta a la de aquellas naciones. Es en estos momentos aciagos para el mundo entero cuando se hace indispensable volver a reflexionar y debatir sobre la barbarie, la violencia y la civilizaci贸n, para levantar la voz en nombre de la “paz” y la “dignidad humana” como pilares de un orden internacional m谩s justo y pac铆fico en que se respete los derechos de los pueblos, sean 茅stos desarrollados o pobres.
M谩s all谩 de la raz贸n utilitaria, m谩s all谩 del natural sentimiento de estupor ante el horror, es necesario observar en profundidad lo que acontece en el presente, solo de este modo constatamos que la humanidad enfrenta en estos tiempos el desaf铆o de preservar la preciosa vida humana y la de nuestro propio mundo, en este rinc贸n del universo.