OPINI脫N de Carlos Carnicero.- 10.09.13.
El PP ha pretendido justificar sus fracasos en la “herencia recibida”, haciendo abstracci贸n del estallido de la crisis financiera en 2008 y la explosi贸n de la burbuja inmobiliaria que fue el eje principal del desarrollo econ贸mico durante los gobiernos socialistas y del PP. No ha querido poner en valor los errores de los gobiernos de Zapatero en su justa medida razonable para pretender que no tienen responsabilidad en los fracasos de su pol铆tica. Ahora sabemos con certeza que son sencillamente unos malos gestores de sus propios desastres.
La realidad es tozuda deshinchando espejismos. Y los se帽uelos principales del gobierno de Mariano Rajoy son Eurovegas y las Olimpiadas para Madrid del a帽o 2020. Mientras se desinvierte en I+D, se recortan todas las partidas de educaci贸n y se desmonta el estado del bienestar, convendr铆a poner cifras a la enso帽aci贸n ol铆mpica que durante tres convocatorias ha significado una sangr铆a de inversiones y gastos que se calculan, a falta de una certificaci贸n oficial en 8000 millones de Euros. Traduzc谩moslo a pesetas: un bill贸n doscientas ochenta mil unidades de nuestra antigua moneda.
Mientras nuestros j贸venes mejor preparados se tienen que ir al extranjero y nuestros hijos ven suspendidas las ayudas de libros y comedor escolar, casi doscientas personas se trasladaron a Buenos Aires para acompa帽ar el rid铆culo de la alcaldesa de Madrid ante la prensa internacional.
Yo no me he re铆do con el video de Ana Botella exhibiendo su incompetencia, incluso para aprenderse unos textos previsibles en respuestas imprescindibles. He sentido una verg眉enza infinita al comprobar que las ignominias con las que el PP ha pretendido mantener su pretensi贸n de eficacia en la gesti贸n, se apuntalaban con la exteriorizaci贸n del dislate de una alcaldesa de la capital de Espa帽a, cuyo 煤nico m茅rito es estar casada con un ex presidente de Gobierno, sin preparaci贸n alguna. Y lo que es peor, sin condiciones para aprender lo elemental para ostentar un cargo de esa responsabilidad.
La esperanza para Madrid es ahora 煤nicamente que un empresario con esc谩ndalos a sus espaldas, que ha tenido que pagar 35 millones de d贸lares para evitar las responsabilidades derivadas de sus operaciones de blanqueo de dinero, instale la industria del juego en la capital de Espa帽a, para competir con Macao y los para铆sos orientales del p贸ker.
Para posibilitar este desembarco, estamos dispuestos a que este gobierno haga una legislaci贸n a la medida: ayudas de terrenos, desgravaciones y exenciones fiscales y hasta cambiar los criterios de sanidad p煤blica para hacer una excepci贸n que permita fumar en estos locales. Lo que se hab铆a prohibido en todo lugar p煤blico para vigilar la salud de los espa帽oles y disminuir el gasto sanitario, se cambia para que el para铆so europeo del juego, con todos sus efectos colaterales, se instale en Madrid. Una especie de segunda edici贸n de “Bienvenido mister Marshall”, pero en versi贸n dura, para rematar la imagen de esta Espa帽a adocenada.
La ecuaci贸n establecida es que cualquier cosa es bienvenida si crea empleo. No juguemos a la hip茅rbole con esta forma de pensar para no decir cosas m谩s fuertes, relacionadas con mafias, prostituci贸n y droga.
La horterada de hablar a todas horas de la “marca Espa帽a” llega al paroxismo de preguntar que campa帽a de publicidad hay que hacer para cambiar la percepci贸n de nuestra realidad. Y la respuesta es elemental. No hay que hacer ninguna campa帽a, sencillamente hay que cambiar las cosas.
Un pa铆s que retrocede en el tiempo con pol铆ticas antisociales y despilfarros ol铆mpicos, tiene que comenzar por cambiar esas pol铆ticas y huir de los espejismos. Generar amor por el trabajo, respetar al trabajador, perseguir eficazmente la corrupci贸n y exigir ejemplaridad a los responsables p煤blicos tendr铆a efectos inmediatos en la imagen de este pa铆s. Evitar el derrumbamiento de la educaci贸n y la sanidad p煤blica; respetar a los maestros e instalar la meritocracia para que sea imposible que una persona como Ana Botella sea la alcaldesa de la capital de Espa帽a. Naturalmente exigir la regeneraci贸n de partidos y sindicatos, hacer que la Iglesia financie sus creencias y establecer una educaci贸n laica, son complementos imprescindibles.
Primar la econom铆a productiva, generar una clase empresarial responsable que respete la fuerza de trabajo. Y, desde luego, poner muchas pegas para que las mafias del juego campen por sus respetos.
Son solo unas ideas elementales, y debiera producir pudor que puedan parecer atrevidas.
El PP ha pretendido justificar sus fracasos en la “herencia recibida”, haciendo abstracci贸n del estallido de la crisis financiera en 2008 y la explosi贸n de la burbuja inmobiliaria que fue el eje principal del desarrollo econ贸mico durante los gobiernos socialistas y del PP. No ha querido poner en valor los errores de los gobiernos de Zapatero en su justa medida razonable para pretender que no tienen responsabilidad en los fracasos de su pol铆tica. Ahora sabemos con certeza que son sencillamente unos malos gestores de sus propios desastres.
La realidad es tozuda deshinchando espejismos. Y los se帽uelos principales del gobierno de Mariano Rajoy son Eurovegas y las Olimpiadas para Madrid del a帽o 2020. Mientras se desinvierte en I+D, se recortan todas las partidas de educaci贸n y se desmonta el estado del bienestar, convendr铆a poner cifras a la enso帽aci贸n ol铆mpica que durante tres convocatorias ha significado una sangr铆a de inversiones y gastos que se calculan, a falta de una certificaci贸n oficial en 8000 millones de Euros. Traduzc谩moslo a pesetas: un bill贸n doscientas ochenta mil unidades de nuestra antigua moneda.
Mientras nuestros j贸venes mejor preparados se tienen que ir al extranjero y nuestros hijos ven suspendidas las ayudas de libros y comedor escolar, casi doscientas personas se trasladaron a Buenos Aires para acompa帽ar el rid铆culo de la alcaldesa de Madrid ante la prensa internacional.
Yo no me he re铆do con el video de Ana Botella exhibiendo su incompetencia, incluso para aprenderse unos textos previsibles en respuestas imprescindibles. He sentido una verg眉enza infinita al comprobar que las ignominias con las que el PP ha pretendido mantener su pretensi贸n de eficacia en la gesti贸n, se apuntalaban con la exteriorizaci贸n del dislate de una alcaldesa de la capital de Espa帽a, cuyo 煤nico m茅rito es estar casada con un ex presidente de Gobierno, sin preparaci贸n alguna. Y lo que es peor, sin condiciones para aprender lo elemental para ostentar un cargo de esa responsabilidad.
La esperanza para Madrid es ahora 煤nicamente que un empresario con esc谩ndalos a sus espaldas, que ha tenido que pagar 35 millones de d贸lares para evitar las responsabilidades derivadas de sus operaciones de blanqueo de dinero, instale la industria del juego en la capital de Espa帽a, para competir con Macao y los para铆sos orientales del p贸ker.
Para posibilitar este desembarco, estamos dispuestos a que este gobierno haga una legislaci贸n a la medida: ayudas de terrenos, desgravaciones y exenciones fiscales y hasta cambiar los criterios de sanidad p煤blica para hacer una excepci贸n que permita fumar en estos locales. Lo que se hab铆a prohibido en todo lugar p煤blico para vigilar la salud de los espa帽oles y disminuir el gasto sanitario, se cambia para que el para铆so europeo del juego, con todos sus efectos colaterales, se instale en Madrid. Una especie de segunda edici贸n de “Bienvenido mister Marshall”, pero en versi贸n dura, para rematar la imagen de esta Espa帽a adocenada.
La ecuaci贸n establecida es que cualquier cosa es bienvenida si crea empleo. No juguemos a la hip茅rbole con esta forma de pensar para no decir cosas m谩s fuertes, relacionadas con mafias, prostituci贸n y droga.
La horterada de hablar a todas horas de la “marca Espa帽a” llega al paroxismo de preguntar que campa帽a de publicidad hay que hacer para cambiar la percepci贸n de nuestra realidad. Y la respuesta es elemental. No hay que hacer ninguna campa帽a, sencillamente hay que cambiar las cosas.
Un pa铆s que retrocede en el tiempo con pol铆ticas antisociales y despilfarros ol铆mpicos, tiene que comenzar por cambiar esas pol铆ticas y huir de los espejismos. Generar amor por el trabajo, respetar al trabajador, perseguir eficazmente la corrupci贸n y exigir ejemplaridad a los responsables p煤blicos tendr铆a efectos inmediatos en la imagen de este pa铆s. Evitar el derrumbamiento de la educaci贸n y la sanidad p煤blica; respetar a los maestros e instalar la meritocracia para que sea imposible que una persona como Ana Botella sea la alcaldesa de la capital de Espa帽a. Naturalmente exigir la regeneraci贸n de partidos y sindicatos, hacer que la Iglesia financie sus creencias y establecer una educaci贸n laica, son complementos imprescindibles.
Primar la econom铆a productiva, generar una clase empresarial responsable que respete la fuerza de trabajo. Y, desde luego, poner muchas pegas para que las mafias del juego campen por sus respetos.
Son solo unas ideas elementales, y debiera producir pudor que puedan parecer atrevidas.